[Libros] El 10% de inacabados, a propósito de Algernon, y una historia sobre sumerios y Tesla

Literatura

Es un hecho constante en mi vida como lector de libros. Alrededor de un 10% de los libros que empiezo, sean de ficción, de ensayo o de divulgación, no los acabo. Los abandono en un momento dado. Lo comento ahora porque al poco de volver de mis vacaciones de Pascua y terminar de leer la última novela de John Irving que ya os comenté, empecé con un nuevo libro, Flowers for Algernon de Daniel Keyes.

Este es un libro que está considerado como uno de los mejores relatos de ciencia ficción de la historia de la literatura y, con frecuencia, forma parte de las listas de libros recomendados o que hay que leer. El campo científico en el que anticipa es el de la psicología y la neurocirugía, y nos habla de Charlie Gordon, un hombre de 32 años con una discapacidad intelectual desde su nacimiento, y que es sometido a una intervención que le dota no sólo de una inteligencia convencional, sino de una inteligencia superior. Pero que a su vez le genera una serie de problemas de adaptación… y siempre con la posibilidad de que el proceso sea reversible a su estado original. En lo que he leído del libro, un 40% aproximadamente, lo importante del mismo no es tanto las cuestiones de carácter científico, sino las consecuencias éticas y morales de la cuestión, así como las cuestiones éticas de nuestro trato con personas con discapacidad intelectual. Así como los miedos ante lo desconocido y ante los avances de la ciencia y sus consecuencias.

Pont Couverts

El relato que recomiendo más adelante comienza, en su segunda parte, con un viaje de Nikola Tesla que parte de Estrasburgo tomando el Orient Express (sí el Orient Express original iba por Estrasburgo, no por Venecia).

Sin embargo, este relato escrito en primera persona y forma de diario, me ha resultado extraordinariamente desasosegante. Y llegado cierto punto he decidido abandonar las aventuras y desventuras de Charlie. No sé si en algún momento lo volveré a retomar. Mi experiencia sobre casos similares me hace dudarlo.

Sobre este fenómeno de los libros abandonados, que cuando eran de «árboles muertos» acababan en una estantería específica para ellos de mi mueble librería, tendré que crear una carpeta para los que tienen formato electrónico, he reflexionado de vez en cuando. No tiene que ver con la calidad literaria del libro. He terminado en mi vida mucho libros infumables, sin embargo no he conseguido terminar con otros muy bien considerados. Como este que acabo de comentar. O Un saco de canicas de Joseph Joffo, que he empecé en dos ocasiones. O el caso más flagrante, La conjura de los necios de John Kennedy Toole, cuyo protagagonista, Ignatius J. Reilly, me causa tal grima que ha impedido que lo termine ¡¡¡en cuatro ocasiones que lo he comenzado!!! Habría otros ejemplos pero no me quiero extender. Simplemente, me apetecía comentar que es algo que me pasa, y que me gustaría saber en qué medida les pasa a otras personas.

Concorde y Torre Eiffel

Sigue por París, donde el pobre de Tesla empieza a tener sus problemas con Edison y su compañía.

Bueno, se me olvidaba el caso más célebre. También he comenzado en tres ocasiones a leer el Quijote, y tampoco he podido con él. Tuve un profesor en la EGB que nos profetizó que quien no se leyese el Quijote era un «mal español». Hace tiempo que me resigné a ser un «mal español». Tampoco me importa mucho. Hace tiempo que he descubierto que hay muchas más características de mi personalidad que me descalifican como «buen español», y que lo prefiero así. Siempre he sentido por contra simpatía por George Brassens,… qué cosas

London St Pancras

Pasa discretamente por Londres , aquí la estación de St Pancras, ya que se siente perseguido por unos británicos debido a un tesoro arqueológico que porta.

Como sé que cuando pincho con un libro luego permanezco en estado de desconcierto lector durante un tiempo, para evitarlo me he merendado en un día un relato corto de Miguel Santander, La epopeya de los amantes, que me ha parecido estupendo. Mucho más ingenioso y mejor tejido que el tocho de este autor que me leí hace poco, es una aventura en el tiempo protagonizada por Nikola Tesla, el presunto Noé del diluvio y una belleza mesopotámica que debía cortar el hipo. Siempre me han gustado las historias de viajes en el tiempo bien hiladas. Por tres euros escaso que cuesta la versión electrónica, os lo recomiendo sin dudarlo.

Creo que he entrado en una fase de cierta «confusión mental». Seguiré con alguna lectura no excesivamente seria o trascendente.

Arte egipcio en el Met

Tesoro arqueológico que pensaba llevar al Met de Nueva York, si no fuera porque se pierde en el barco transatlántico en el que viaja por el morro.

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