[Cine en TV] El silencio del pantano (2019)

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El silencio del pantano (2019; 25/20200517)

Sinceramente, ahora que estamos a punto de entrar en la fase 2 del retorno a cierta normalidad tras la primera onda epidémica del covid-19, y con la emoción de ver si funciona o si desencadenamos la segunda, uno de mis mayores deseos es el de volver a las salas de cine. A ser posible, con algún estreno respetable. Porque el balance de los estrenos en plataformas en internet está siendo bastante pobre. Y hoy vamos con una producción estrenada en Netflix, dirigida por Marc Vigil uno de los implicados en El ministerio del tiempo, que recientemente a vuelto a RTVE/HBO en su cuarta temporada. Cuenta en su reparto con uno de los viajeros temporales del «ministerio», Nacho Fresneda, y con uno de los «héroes» que atracan casas de la moneda y tesoros nacionales, Pedro Alonso, en concreto el que interpreta a un violador. Y a pesar de todo, uno de los «héroes» de la serie, parece ser. Todavía me hago cruces por la ambigüedad ética de la serie, cuya cuarta temporada me he negado a ver. Que conste que mi reproche va contra la serie y sus responsables, no contra el actor, cuya persona y trabajo respeto, reservándome mi derecho a opinar si en una determinada producción lo hace mejor o peor.

La acción transcurre en Valencia, paradigma de las Españas corruptas, donde un asesino justiciero (Alonso), se dispone a hacer «justicia» con un profesor universitario y político involucrado en una trama de corrupción y tráfico de estupefacientes que implica a otros políticos destacados de la sociedad. Al justiciero lo persigue un matón burdo y brutal (Fresneda), para evitar que se desmonte el entramado criminal. Pero todo esto, desde el punto de vista de que es un escritor de fama (interpretado también por Pedro Alonso), quien está escribiendo la trama. Supongo que jugando con la ambigüedad entre la realidad y la ficción.

Y digo «supongo», porque es la única forma que esta trama tenga algún sentido. Por un lado, es muy básica; los malos, el justiciero, las persecuciones, y unas cuantas violencias, más o menos brutales, para repartir un poco de salsa de kétchup entre los espectadores. Sinceramente, el ritmo de la película es deslavazado, las interpretaciones son estereotipadas y poco matizadas, probablemente porque los actores no tienen mucho material sobre el que trabajar. Y la sensación que da es que todos estos éxitos televisivos españoles recientes son mucho más vacuos en sus cualidad artísticas de lo que sus éxitos apuntan, y que su presunta calidad no se traslada a esta mediocre película.

Sinceramente, si lo hubiera imaginado, no hubiera perdido el tiempo. Pero bueno, a lo hecho pecho..

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

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