Renault, la marca de la clase media francesa, la aspiración tradicional de los pequeños burgueses se ha impuesto en el mundial de Fórmula 1 a los aristocráticos británicos de McLaren con sus no menos aristocráticos motores Mercedes.
El constructor francés ha ganado los dos títulos importantes, piloto y constructores, basándose en la planificación, en la economía, en la gestión de riesgos, en la administración de ventajas. Frente a los bocazas británicos proclamando las bondades de sus coches y del soso finlandés (hay quien le llama hombre «de hielo», pero a mí me parece que sólo es un soso), el equipo azulón ha mostrado que tenían reservas técnicas suficientes. Y lo han hecho en la última carrera en la que Alonso ha dominado de principio a fin, sin que Raikonnen le haya amenazado en ningún momento. Sólo les hubiera faltado el doblete en el podio. Pero es que Fisico es otra cosa…
Pues nada. Enhorabuena a la clase media.
La imagen de hoy corresponde a un «Chevy» de época, aparcado el 7 de junio de 2004 en la Calle Gascón de Gotor de Zaragoza.
