Con estas señaladas fechas en el calendario, la gente se vuelve loca, todo el mundo va a comprar las mismas cosas, a los mismos sitios y a las mismas horas. Bueno. A todas las horas. Y como decía el dicho popular, «eramos pocos y parió la abuela». Un reventón en un lugar estratégico de la ciudad, y el caos lo domina todo. Mmmmmm… ¿felices fiestas?

