[Nostalgia] Los vehículos y azañas del abuelo Agustín

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No conocí a mi abuelo paterno, fallecido 18 años antes de nacer yo. Ni a ninguna de mis abuelas, fallecidas ambas durante la guerra, si mis cuentas no son erróneas en el año 38. Mis padres hablaban que habían muerto de los disgustos que generaba el conflicto bélico. No me cabe la menor duda de que estos existieron. Pero la escucha atenta de los relatos sobre sus vidas y condiciones y mi condición de médico, me permiten sospechar con firmeza que la una falleció por una insuficiencia valvular cardíaca, probablemente originada por unas fiebres reumáticas en su infancia o adolescencia, y la otra como consecuencia de complicaciones de la diabetes. Pero jóvenes. En sus cuarenta o incluso antes de cumplirlos.

Me quedó el abuelo Agustín, que vivió hasta unos meses después de cumplir yo los diez años. Y del que se pueden decir muchas cosas. Pero muchas. Algunas buenas… y otras, no tanto. Pero entre las mejores cosas que tenía, por lo menos para mí, es que siempre sentí que realmente me quería. Hice muchos paseos con él por los pinares de Venecia cuando era más niño y vivíamos en el barrio de Torrero. Y era siempre cariñoso cuando trataba conmigo,… y generoso con las propinas.

Pero siempre fue difícil descifrar los azares de su vida. Que dejó su pueblo natal a los catorce años, casi con lo puesto. Dicen que para no volver. Que se refugió en un conocido taller-garage de Zaragoza a cambio de barrerlo, entrando al día siguiente como aprendiz. Que desde ese momento, alrededor de 1907, hasta los años 30, prosperó hasta participar en la propiedad de una empresa con varios autocares y varios coches de gran turismo. Mi madre contaba que cuando hizo la primera comunión, poco antes comenzar la guerra civil española, la llevaron y la recogieron de la iglesia con un Hispano-Suiza, nada menos. Que el bando fascista sublevado en la guerra requisó los vehículos propiedad de la empresa, sin que se produjera compensación alguna, provocando la ruina familiar. Que incluso estuvo en riesgo de ser fusilado… aunque dudo mucho que un empresario de la época pudiese ser considerado «rojo»… pero es así como funcionan los fascismo. Que luego entró a trabajar en una conocida empresa de transporte público, conduciendo los autobuses que habían sido suyos. Que recibió menciones honoríficas por las heridas debidas a quemaduras que sufrió en accidente por evitar atropellar a unas personas que cruzaban imprudentes la avenida de Cataluña. Datos aislados procedentes, tanto de las vivencias como del imaginario de mi madre y otros familiares suyos. Pero nunca conseguí tener un relato continuo de lo que fue su vida. Nunca. Y me hubiera gustado, para entender mejor a mi abuelo. Que me quería.

Permiso de circulación de uno de los vehículos de la empresa del abuelo de 1935, y carnet del montepío de «chauffeurs» de mi abuelo del año 1923, junto a una foto en la que aparece junto a mi madre, de luto por algún motivo que desconozco, y otros familiares que no reconozco.