Sin novedad desde Milán; pero llueve

Italia, Milán 2006, Viajes

Ha habido relativa suerte. También dispongo de conexión a Internet desde el Grand Hotel Puccini de Milán. Es curioso ver como un tres estrellas mallorquín puede ser mucho más mono y puestito que un cuatro estrellas italiano. Pero es lo que tiene la cosa.

Mis primeras impresiones de Milán han sido húmedas. Llueve. Espero que la cosa vaya amainando. Pero algo importante; hay tranvías. No de los modernos, no de los que llaman metros ligeros. Si no de los de toda la vida. Y todavía no conozco una ciudad con tranvías de los de toda la vida que no me guste. Pues nada, a por ella.

Tranvía «a la milanesa», bajo abundante lluvia

Los tebeos de antaño; frescos, relieves, pavimentos

Italia, Viajes

En el reportaje que fui publicando en estas páginas con motivo de mis vacaciones en la Toscana, hice alguna referencia a los maravillosos frescos que adornaban muchas de las iglesias y catedrales, y que son los precursores de los actuales comics. O siendo más castizos, de los tebeos. Algún comentario e imagen aparecieron dedicadas a las escenas del maravilloso pavimento de marmol de la catedral de Siena.

Ante una feligresia medieval o renacentista básicamente iletrada, la mejor forma de mostrar las enseñanzas de las escrituras sagradas era plasmarlas en las paredes de las iglesias, donde los fieles se reunían todos los domingos.

Algunos ejemplos los tenemos en los maravillosos relieves de la puerta principal del Baptisterio de Florencia.


En lo que se refiere a frescos, en la Iglesia de Santa Maria del Carmine, también en Florencia, en la Capella Brandaci, además de escenas del Génesis, encontramos abundancia de escenas de la vida de San Pedro. Una pequeña maravilla, poco conocida para la mayoría de los abundantes turistas que visitan la ciudad, y que hacen fila en las más conocidas gallerias y demás museos y palazzos de la espléndida capital toscana.


Ahora que estoy digitalizando mis diapositivas de mi viaje por Rumanía en 1995, una década antes, me vuelvo a encontrar con algo similar. Incluso más espectaculr en ocasiones. Y así, en la Bucovina rumana, encontramos un pléyade de monasterios ortodoxos cuyas paredes, tanto interiores como exteriores, se encuentras pintadas con impresionantes frescos.

Un ejemplo lo tenemos en el Monasterio de Voronet. En la primera de las imágenes, podemos encontrar las escenas del Apocalipsis de San Juan que suelen adornar las fachadas laterales oriendas hacia el sur de las iglesias de estos monasterios, y que suelen constituir los frescos más espectaculares de los mismos.


Ya en el interior, en los primeros vestíbulos del Monasterio de Voronet, los frescos se dedican a las vidas de los martires, y en algunos de ellos asistimos a escenas de gran crudeza, con todo tipo de mutilaciones que ilustran la más curiosa variedad de torturas. Vamos. Digno de los más fetichistas sado-masoquistas. Esos mismos contra los que las diversas iglesias despotrican por pervertidos. Si ya lo dijo el poeta… «todo es según el color…»

Volando sobre Italia

Italia, Toscana 2005, Viajes

Despidiéndonos ya de la Toscana, el viaje de vuelta en Alitalia entre Florencia-Peretola y Barcelona-El Prat de Llobregat con escala en Milan-Malpensa transcurrió en un día de sol radiante, despejado, con gran visibilidad. Y aprovechando la bondad del personal de facturación a la hora de permitir al viajero elegir su plaza, pudo hacer alguna fotografía que, aunque técnicamente defectuosas por el bajo contraste ocasionado por la ventanilla del avión, puede ser curiosas y permitir un digno adiós a este reportaje por entregas que hoy acaba.

El primer accidente orográfico de interés son los montes en las cercanías de Carrara, con el mar Tirreno al fondo, y en las que se pueden observar las heridas producidas por las numerosas canteras que extraen el preciado marmol, tan utilizado en muchos de los monumentos que hemos podido disfrutar durante el viaje.

En las cercanías de Milán, la aeronave surca la inmensa y fertil llanura Padana (la llanura del Río Po), sobre la que destaca al norte la magnífica presencia de los Alpes con sus cumbres ampliamente nevadas aun en una época del año tan tardía como la segunda semana de septiembre. Aunque es difícil de decir en la distancia, el macizo que vemos en la distancia, y que el viajero situó con dificultad al oeste del Lago Maggiore, podría ser el conformado por el Monte Rosa y el Cervino, en la frontera italo-suiza. No es seguro, pero sí probable.

Sí que es seguro, que dada la situación del aeropuerto de Milan-Malapensa, y por la forma del mismo, este gran lago que se pudo ver nada más despegar en dirección a Barcelona no puede ser otro que el Lago Maggiore. Hmmmm, aquí hay que ir.

Más difícil de adivinar la filiación de este hermoso macizo que se pudo ver cuando el avión alcanzó ya una considerablemente altura, pero existe uan cierta probabilidad, que difícilmente puedo asegurar, de que se tratase del macizo de MontBlanc. A favor, la probable ruta que realizó y la dominancia en altura sobre el resto de las montañas. En contra,… casi cualquier cosa que os imaginéis.

Es hora de empezar a despedirnos de la Toscana

Italia, Toscana 2005, Viajes

Ha sido una semana intensa. Interesante. Un estímulo constante para los sentidos y para el intelecto. Una serie de ciudades enclavadas en lo que algún buen amigo considera la auténtica cuna de la civilización occidental, remontándose a los supuestamente enigmáticos etruscos.

Tras volver de Pisa, sólo queda tiempo para un paseo, ya al caer la noche, por las calles florentinas. Un último momento para retener en la retina aquellas imágenes más características. Lo que no se quiere olvidar.

Como la imagen del soberbio Ponte Vecchio ya sumido en la noche, pero siempre colorido bajo la iluminación artificial que lo hace resaltar de las negras aguas del Arno.

O la impresionante perspectiva de la Galleria degli Uffici, con sus soberbias y geométricas dimensiones, enmarcando la esbelta torre del Palazzo della Signoria, al fondo.

Y tantas otras… No, si habrá que volver algún día.

Turistas, estudiantes, familias,… vagos

Italia, Toscana 2005, Viajes

La Piazza dei Miracoli de Pisa es uno de los lugares más visitados de Italia. Y probablemente de Europa y del Mundo. Atraídos por la inclinación del Campanile, son numerosos los turistas que visitan el impresionante espacio que alberga el famoso monumento así como el Duomo y el Battisterio. Que vaya por delante; son de una gran belleza e igualmente dignos de ser visitados. Aunque no estén torcidos.

Pero no sólo turistas vamos a encontrar en este diáfano y luminoso espacio monumental. Encontraremos también familias que sacan a pasear a sus niños. Y no son pocos los estudiantes que estudian o repasan sus apuntes, procedentes de las escuelas y facultades universitarias que el viajero se ha encontrado en su recorrido desde la estación de Pisa – San Rossore, donde ha dejado el tren que le traía desde Lucca.

Pero claro, no todos estudian. A pesar de que esta es la acción que se presupone en un estudiante, existen otras que les son inherentes. Como hacerse arrumacos, ignorantes de la multitud que les rodea, o simplemente tumbarse a la sombra en la fresca hierba, para echar una «bien merecida» siesta. ¡Ah!, deliciosa vagancia…

La foto original menos original del mundo

Italia, Toscana 2005, Viajes

Es difícil tomar una imagen fotográfica original de la Torre de Pisa. Esencialmente, lo que sucede es que hay un montón de gente en una esplanada inmensa con una catedral, un batisterio y un campanario. Y todo el mundo se siente atraido por el campanario (en italiano, campanile). Que es muy mono en sí mismo. Pero nadie se fija en eso. Todo el mundo se fija en que está inclinado.

Tal es la fama, que el monumento ha sido de mil formas posibles y a duras penas es posible obtener algo que no se haya visto ya. Seguro que habéis visto ya alguna foto como la siguiente… a lo mejor con menos palomas.

Pero claro, todo el mundo busca hacerse una foto original con el campanario. Todo el mundo juega a ser el «forzudo» que sujeta el campanario para que «no se caiga». Y entonces… pues que lo más llamativo no es el camapanario, sino la muchedumbre que baila una curioso baile adoptando variantes del mismo «paso». Uno se queda anonadado. Tanta originalidad me abruma.



Fachadas blancas, inmaculadas; mirando al sol poniente

Italia, Toscana 2005, Viajes

Las de la catedral y las principales iglesias de Lucca. Muestra de la prosperidad de la ciudad en otros tiempos. Del dinero que dejaba el comercio y la industria burguesa de finales de la Edad Media y del Renacimiento.

Fachadas de marmol blanco, eventualmente acentuado en marmol verde o rojo, cuyo paradigma en gracia es la propia catedral o duomo.


Pero no solamente. Rodeada de los mercadillos que ayer veíamos, San Michelle in Foro no se le queda a la zaga en gracia y se levanta majestuosa en el centro del casco histórico de la ciudad.

¿Y qué decir de los mosaicos exteriores en la fachada posterior de San Frediano? Nada tiene desperdicio.
Quizá lo único que queda antes de abandonar la ciudad, antes de dirigirse a la estación para seguir viaje, es tomarse una cerveza en la acogedora y estupenda Piazza dell’anfiteatro.

Que animación hay en Lucca,… y eso que no llevan a la gente de los circuitos

Italia, Toscana 2005, Viajes

Lucca no suele aparecer en los circuitos turísticos. Por lo menos en los que se ofrece al turista hispano. Desde luego, el viajero por fin pasea por una ciudad italiana sin escuchar a cada paso el sonido de su idioma materno. Y se nota. Carece del agobio de otras ciudades toscanas. Y sin embargo es una bella ciudad. Y no carece de animación.

Detrás de cualquier recoleta iglesia, y entre el laberinto de estrechas calles que constituye su casco antiguo, podemos encontrar unos puestos de libros de viejo, de postales antiguas, partituras,… vamos,… el equivalente de los «bouquinistes» parisinos.


Junto a una de las ubicuas «loggias» que salpican la geografía de las ciudades toscanas, en la que se celebra un mercado de productos típicos, el músico callejero «ameniza/amenaza» el paseo de los peatones y compradores, anunciándote todo tipo de buenaventuras si le regalas con algunas monedas.


Pero donde se reunen la mayor parte de los ciudadanos que aprovechan la mañana para ir de compras es en el mercadillo, entoldado para proteger del rigor del sol del mediodía, que puebla San Michelle in Foro.

No todo es vino en la Toscana… ¡Qué rica la birra Moretti!

Italia, Toscana 2005, Viajes

Septiembre es un mes de temperatura agradable en la Toscana. Han pasado ya los peores calores del verano, y con máximas en torno a los 26 grados centígrados, se está bien. Realmente bien. De vez en cuando, alguna tormenta suelta un aguacero que refresca el ambiente.

Pero hacer turismo bajo el sol de las horas centrales del día, acalora a cualquiera. Y aunque hay excelentes vinos blancos en Italia que, tomados fresquitos, alivian a cualquiera, de vez en cuando viene bien una buena cerveza. O nunca mejor dicho, ¡una buena birra!


Un buen lugar para tomarse una Moretti es en la terraza de una trattoria en Lucca, agradable ciudad Toscana a 20 minutos en tren de Pisa; mientras esperamos la bruschetta de pomodoro y los papardelle al pesto, nos refrescamos.

El ritmo es tranquilo, y las camareras no dudan en sentarse a confraternizar con las parroquianas. Las sombrillas nos protegen del sol del mediodía. Y no hay prisa. Todo está bien. Ya llegará el momento de ponerse de nuevo en marcha.

¿Me gusta San Gimignano? ¿No me gusta?

Italia, Toscana 2005, Viajes

La pregunta con la que inicio este mensaje es en cierta medida retórica. Nadie duda que San Gimignano es una de las joyas de la Toscana, habiendo conservado casi integramente su casco urbano medieval-renacentista. Su perfil en el horizonte, en el que dominan las esbeltas torres que los potentados de la villa mandaban construir en sus casas para señalar su poderío económico, hace de ella un entorno singular.


No obstante, cuando atraviesa alguna de las bellas puertas que abren su muralla, el viajero puede sentirse agobiado por la multitud de turistas que llegan hasta la ciudad, todos ellos en romería a través de la multitud de tiendas de vinos, embutidos, respostería y artesanías diversas que se disponen a extraer todos los euros posibles de los bolsillos del incauto.


Para sobrevivir a esta marabunta de turismo, organizado o no, propongo dos opciones. Una es sentarse en el interior del Duomo a admirar los frescos que adornan sus paredes, e imaginar que está ante un cómic, antiguo y venerable, pero un tebeo que cuenta una historia, que nos ha llegado hasta nosotros para mayor gloria de sus «dibujantes«. Otra es salir extramuros y admirar el maravilloso toscano, con sus hileras de vides, que posteriormente se convertirán en los celebrados «chiantis» y «sangimignanos» y otros caldos igualmente deliciosos y célebres.

Il Campo de Siena,… allí estábamos todos

Italia, Toscana 2005, Viajes

Si algún lugar hay en Siena capaz de convocar a todo el mundo, turistas pero también lugareños, es la Piazza del Campo. Espectacular esplanada en pendiente, rodeada de magníficos edificios de cálidas tonalidades, presidida por el Palazzo Pubblico, es un auténtico salón de la ciudad. Sin vehículos, acogedora, pensada para las personas.



No nos engañemos. En la actualidad, y en según que épocas del año, lo que más ahí son turistas que abarrotan tranquilos e ilusionados, las terrazas de las cafeterías y los restaurantes que bordean la Piazza.


Pero no son raros los propios sieneses, especialmente gente joven que acuden con el buen tiempo a tomar el sol, mientras conversan de sus cosas.


Todo ello sin olvidar, por supuesto, el inevitable aspecto comercial del asunto. Porque allí donde se reune un público, unos potenciales clientes, allí se vende lo que haga falta. E incluso, o sobretodo, lo que no hace falta.