Vete a la m…., Bernie

política

Un individuo, de nacionalidad británica, básicamente conocido por ser un tirano fascistilla en el ámbito de la Fórmula 1, ha condicionado su apoyo a una prueba deportiva en este país al resultado de las futuras elecciones autonómicas y municipales. En una ingerencia con un descaro pocas veces visto, el «capo» del motor ha apoyado una opción política por encima de otras. Parece ser que el criterio por el que se eligen a los representantes políticos no es el interés o la prosperidad global. La vivienda, la salud, la educación, el bienestar social, el empleo,… no parecen razones suficientes para hacer una campaña electoral. Lo que hay que presentar es si una prueba deportiva de carácter elitista se va a celebrar o no en una determinada ciudad. Y los representantes políticos del «partido beneficiado» están encantados. Y a lo mejor hace efecto. ¿Será verdad que lo pueblos tienen los políticos que se merecen?

Parece que el tarado en cuestión ya había tenido previamente algún que otro escándalo político. De aquí al domingo me pensaré si sigo comentando este deporte en estas entradas.

La «política» en el mundo de los clásicos deportivos, Plaza de Santa Engracia, Zaragoza

Feliz día

política, sociedad

No es que yo sea muy dado a los fastos patrios. He de reconocer que mi índice de «españolidad» si tal cosa existiera sería muy bajo. Es que conozco nuestra historia,… creo. La de verdad, no la oficial. Y hace muchos siglos que no nos prodigamos a la hora de hacer cosas que merezcan la pena ser celebradas.

La mayor parte de nuestras guerras en los últimos dos siglos han sido civiles o coloniales. Y tendemos a recordar más nuestras catástrofes colectivas o derrotas que nuestros éxitos, tanto los que se sienten muy españoles como los que reniegan de tal sentimiento, siendo probablemente una prueba de que los «hechos diferenciales» quizá no sean tales.

Cogimos tarde el tren de la revolución industrial, el de las reformas democráticas, el del estado laico y para todos (este todavía no sé si lo hemos cogido bien), el de las revoluciones científicas,… En fin…

Pero chico, hace 28 años por estas fechas, un montón de españolitos, algo temerosos todavía por donde iba a ir a parar la incipiente democracia, depositaron un sencillo voto que permitió que tuvieramos un marco de desarrollo común bastante más que razonable. No a gusto de todos, pero dado que eso es imposible,… razonablemente decente. Y que entre todos en este país se haga algo constructivo y razonablemente solidario merece la pena que se recuerde. Vamos,… que entre tanto santo, tanta hispanidad, y tantas otras fiestas sin mucho sentido, es de las pocas fiestas del calendario laboral que me caen simpáticas. Lo dicho. Feliz día.

Un rincón, en un pueblo, en eso que se ha dado en llamar España
(Alquézar – Huesca)

The Queen (2006)

Cine, política

The Queen (2006), 21 de noviembre de 2006.

Es difícil de plantear con qué animo va uno a ver una película de este tipo. En el lado de los pros:

  • El director, Stephen Frears, nos ha obsequiado con alguna película que ha entrado por derecho propio en la historia del buen cine (aunque otras, no).
  • La protagonista, Helen Mirren, es indiscutiblemente una gran actriz, aunque no siempre haya elegido bien dónde se metía. Particularmente, creo que destacaba en cierta película de carácter coral donde era difícil destacar.
  • Un elenco de actores, no necesariamente muy conocidos, mayoritariamente británicos, lo cual es lo mismo que decir que de gran solidez interpretativa.
  • Unas críticas previas excelentes, en general para la película en sí misma, y en particular para su protagonista femenina.

En el lado de los contras:

  • La verdad es que la historia a priori parece estar hecha a la medida de los consumidores de prensa del corazón; lo cual es desmotivante.
  • La familia real inglesa me parece un anacronismo falto de interés salvo para los propios británicos.
  • Mi escepticismo a una buena recreación histórica (aunque gran parte de los hechos narrados sean reconocidamente ficticios) de acontecimientos tan recientes.

Al final, prevalecieron los factores puramente cinematográficos que estaban todos en el lado de los «pros«.

La película está correctamente dirigida, dejando el peso de la misma al trabajo de los intérpretes. Encaja bien los hechos ficticios «que pudieron haber pasado«, con los hechos reales, generalmente intercalados en forma de imágenes reales de origen documental. El guion transcurre pausado, sin complicaciones, y sin que nos distraiga de lo que realmente importa, que es el estudio de caracteres. Así que por haber hecho lo que debía, sin molestar, la dirección se merecerá al menos un siete.

Lo que importa son los caracteres o, cinematográficamente, las interpretaciones de los mismos. Y ahí la cosa esta en general muy bien. Flojean algunos, como la representación del Príncipe Carlos, pero en general están muy bien. En el filme, aparecen dos bandos:

  1. La familia real, con la Reina Isabel II al frente, que se nos aparecen como una cuadrilla de envarados, insensibles, inconscientes, que son cotidianamente salvados por la relativa eficiencia de la gente a su servicio, discretos, pero mucho más conscientes del mundo que ellos mismos. Me parece también magistral la actuación de James Cromwell, haciendo un absolutamente y perfectamente gilipollas Felipe de Edimburgo.
  2. El entorno del recientemente nombrado Primer Ministro, que aparecen como una caterva de entusiastas pardillos, sin mucha idea de como comportarse. Aparecen en ese entorno dos «angelitos«, relativamente contrapuestos. El personaje de Alastair Campbell (interpretado por Mark Bazeley), personaje que arrastra el menor índice de escrúpulos, oportunista y arribista, sería el diablillo del tridente. Por otro lado, la figura de Cherie Blair (muy bien interpretada por Helen McCrory), republicana convenida, que va soltando sus pullas a diestro y siniestro, que critica con consecuencia, pero que no se dedica a hacer la puñeta, sino que es capaz de ser un apoyo en momentos difíciles; el angelito bueno, aunque travieso.

En general, todo parece plausible, todos (o casi todos) interpretan muy bien. Incluso me atrevería a decir que algunos de los problemas de interpretación que aparecen se deben fundamentalmente al eterno problema del doblaje, esa lacra abominable que sufrimos en este nuestro solar patrio. Así que yo a la interpretación le pondría un ocho.

La película oscila con elegancia entre la comedia, con sus personajes bufos como puede ser la Reina Madre, interpretada con solvencia por Sylvia Sims, y el drama que origina el no menos drama de la muerte violenta de la princesita del cuento. No obstante, tiene algunos peros. La princesita del cuento es presentada como el no va más del futbolín, como si realmente fuera merecedora de esa catarsis colectivas que envolvió a las masas; y a mi me parece que no. Por otro lado, el final es excesivamente complaciente con los dos protagonistas. A mi me parece que ni Isabel II ha evolucionado notablemnte más allá de lo que forzosamente a tenido que tragar, ni Tony Blair ha demostrado ser un chico tan majo, tan progresista y bien intencionado como se nos quiere presentar. Pero supongo que al director y a los productores les interesaba quedar a bien con su prinicpal audiencia, el sufrido pueblo del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Por todo ello, a la película en general, le coloco un siete.

Para terminar, proclamemos con todos los británicos

«Goth shave the Queen»

Multitudes ante el Palacio de Buckingham, Londres

Conceptos básicos de política americana

política

Pensaba enlazar el título de este artículo con el artículo correspondiente del blog de Mike Johnston, The Online Photographer. Pero parece que lo ha eliminado. Lo único que puedo hacer aquí es transcribir la copia que existe en el caché de Google Reader. Explica por qué el Partido Republicano tiene más fácil el ganar unas elecciones en EE.UU. Y lo hace de forma sencilla y comprensible, salvo algunas cuestiones que son muy propias de la sociología o de la organización social del imperio. Transcribo aquellos párrafos que me han parecido más significativos (en inglés, lo siento; pero estoy vago para traducirlo), desde el punto de vista, sorprendentemente parecido, de lo que sucede o puede suceder en este país. El que avisa, no es traidor.

  • «Their base is more fanatical and uncompromising, and thus more motivated.
  • They’re more heavily represented amongst older, retired, and prosperous people who have more time for voting, organize their days more efficiently, and aren’t intimidated by forms, laws, and ID requirements.
  • Their activists officially and unofficially discourage participation in the process by the poor, minorities, recent legal immigrants, and other groups that tend to lean Democratic. Notoriously, Florida Gov. Jeb Bush and State Attorney General Kathleen Harris conspired in 2000 to flag as many as 65,000 legal black voters in economically disadvantaged areas as ex-cons—inaccurately—thus disenfranchising them.
  • ……….
  • They have more money. Republicans out-spent Democrats in this election, for example, by more than a hundred million dollars—and that it was even that close was due to concerted grassroots fundraising by Democratic sympathizers on the internet.
  • They’re more willing (lately, anyway) to practice, and benefit from, demagoguery and negative campaigning. It’s not for nothing that «swift-boating» has become a synonym for slander, and there is no Democratic equivalent of Rush Limbaugh or Ann Coulter.
  • Powerful special interests are sympathetic to them and work for them behind the scenes.«

En fin, que cualquier parecido con lo que ha pasado en ocasiones o pueda pasar en un futuro en este país, no es mera coincidencia.

Sobrevolando la plaza de Callao, Madrid

De aquí a la eternidad, alguien viene a cenar esta noche; así nos vamos olvidando del deprimente "telediario"

Cine, política

No, no he dejado de ser profundamente antibélicista. No han dejado de caerme mal los ejércitos. No ignoro la barbaridad que está haciendo el militarizado Estado de Israel (nada tengo contra las etnias, pero sí contra los gobiernos bárbaros). De punta me ponen los pelos con sus declaraciones los políticos de fuera, como los mandamases del imperio, como algunos de los de dentro, como sus lacayos del PP. Pero uno se tiene que evadir de vez en cuando, y qué mejor que la programación de cine de TCM. Así que luchando contra las noticias y el calor, paso la tarde con De aquí a la eternidad y Adivina quien viene esta noche. Que también nos sirven para reflexionar sobre la sinrazón en los ejércitos y sobre la convivencia étnica.

Sigo actualizando mi diario de viaje por Inglaterra y Gales. Visitaremos hoy la costa de Pembrokeshire.

Camino de la playa en Tenby, Gales