[Cine en TV] Sharper (2023)

Cine

Sharper (2023; 20/20230315)

Estreno directo en plataforma en línea, en Apple TV, con un reparto que llama mucho la atención, que resulta muy atractivo. Quizá por eso, había leído algunos comentarios y críticas elogiosas para esta película dirigida por Benjamin Caron, un director que tiene en su haber buenos trabajos de dirección en el ámbito televisivo, en series de cierto prestigio y calidad. Pero claro, la función del director en televisión no tiene la misma importancia y trascendencia que en el cine. En cualquier caso, teniendo a mano la película en cualquier momento, y con estos antecedentes, era de casi obligada visualización.

En Nueva York, Manhattan, Tom (Justice Smith) regenta una librería de viejo donde un día entra una joven estudiante de doctorado, Sandra (Briana Middleton), en busca de un libro. Tras una breve interacción, ambos se atraen, se invitan a salir y empiezan una romántica y bonita relación… que acabará brusca y desagradablemente ante la incomprensión de Tom. Pero es que nadie es lo que parece en este romance y en esta historia. Ese es el primer episodio de varios, no necesariamente lineales en el tiempo, que en su conjunto nos hablará de una historia de pícaros, embaucadores (título de la película en español), traiciones y romances, más o menos sinceros.

Nueva York, claro. Pronto espero añadir otra ciudad de los EE.UU. a mi fototeca particular. Ya iré contando.

La película es calificada por algunos como neonoir, es decir, revisitar el género negro, pero con un toque contemporáneo, de modernidad. Está los personajes típicos, la mujer fatal, la fulana, el pícaro, el millonario, el primo… pero con aire postmoderno y con apartamentos de alto standing, decorados a la última, con vistas a Central Park. La película tiene los mimbres, tiene el reparto, y tiene la competencia técnica para que todo junto salga un historia entretenida y bien hecha, que deje buen recuerdo. Sin embargo… a la película le falta alma. Al final resulta que los personajes, su peripecia, te importa un rábano. Es todo tan frío y delineado con precisión que no te enganchas a ninguno de ellos. Y encima… se hace previsible.

Entendámonos. No es ninguna catástrofe. Es entretenida. Si tienes un abono a la plataforma y un par de horas en la que no sabes qué ver, o qué hacer, te ayudará a rellenarlas con dignidad. Pero no dejará poso ni recuerdo. Los intérpretes, Julianne Moore, Sebastian Stan, John Lithgow, además de los mencionados, tienen oficio, pero están lejos de sus mejores trabajos. Cumplen, sin más. Y como he dicho, el director tiene saber artesano, pero no le veo toque de autor, una personalidad propia. En fin. Un entretenimiento válido. Pero olvidable. Sin más.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine en TV] Chihiro-san [ちひろさん] (2023)

Cine

Chihirosan [ちひろさん] (2023; 18/20230308)

Encontraréis esta película japonesa de estreno directo en plataforma dentro del catálogo de Netflix con los títulos en ingles, Call me Chihiro, o en castellano, Me llamo Chihiro. El título original es mucho más escueto; Chihiro (san es la partícula honorífica habitual para referirse a alguien en Japón). Dirigida por Rikiya Imaizumi, está basada en un manga para adultos, generalmente considerado en el género josei (女性), es decir, para mujeres adultas. Y cuando lo vi anunciado por primera vez me animó a pensar que tal vez rompiera la tendencia de películas decepcionantes de la plataforma. Porque las películas oscarizadas, en distintas categorías, son mucho menos frecuencia de lo que parece en Netflix.

La película nos habla de Chihiro/Aya (Kasumi Arimura), una mujer joven que trabaja en una ciudad pequeña costera como dependienta de un puesto de comida preparada, las fiambreras conocidas como bentō (弁当), tan populares (y tan ricas en muchas ocasiones) en el País del Sol Naciente. Pero lo que Chihiro no esconde, y todo el mundo sabe, es que durante buena parte de su juventud trabajó como prostituta. Guapa y simpática, es popular entre los vecinos y clientes. Y aunque vive sola, y es solitaria, nunca duda en ayudar de la forma que sea a aquellos con los que se encuentra, humanos o bichos, y que lo necesitan; ancianos sin techo, niños con madre soltera trabajadora a turnos imposibles, señoras enfermas que se están quedando ciegas, gatos callejeros, adolescentes con una familia perfecta incapaz de comunicarse con ellas, o viejas amigas transexuales que necesitan un poco de compañía.

Como en muchas películas japonesas, no parece pasar aparentemente nada. Es una película que nos presenta un pequeño intervalo en la vida de alguien, con los modestos sucesos cotidianos. Pero al mismo tiempo, Chihiro se convierte en una peculiar Marypoppins que parece que ha llegado al vecindario para traer un poco de alegría, comprensión y ayuda a personas con sus problemas cotidianos. Pero en lugar de encarnarse en la institutriz de una familia bien… pues eso, una antigua prostituta, a la que la vida no ha tratado especialmente bien. Algunos flashbacks nos permitirán conocer algo del pasado de la muer joven, cuando era adolescente y cuando se inició en la prostitución. La película tiene un claro componente social. La precariedad de los hogares monoparentales encabezados por mujeres de bajo nivel adquisitivo, la alienación de las familias, la soledad de personas mayores, la desatención de los sin hogar, los riesgos de las adolescentes que optan por escapar de su entorno, son temas que aparecen con frecuencia en la literatura y la ficción audiovisual nipona. Una sociedad altamente avanzada tecnológicamente, con un nivel de vida alta, tiene sin embargo algunas rémoras sociales importantes, en un país cuyos sistemas de soporte social no siempre funcionan como deberían.

Bien interpretada, con trabajos actorales contenidos, sobrios, pero expresivos, de pocas palabras, la película tiene mimbres para gustar mucho, siempre que estés dispuesto a entrar en estos particulares ritmos narrativos, tranquilos, en los que parece que no pasa nada, aunque en realidad hay muchas cosas en marcha, muy distintos del esquema tradicional de la narración occidental, con su presentación, nudo y desenlace, y abundante en acción. Sin embargo, hay elementos que no me acaban de encajar. Particularmente me resulta grimosa la empatía hacia el proxeneta que la empleó como siendo poco más que una adolescente. Nunca he tenido problemas para aceptar, respetar y reflexionar sobre lo que sucede con las mujeres que ejercen la prostitución. En su momento, por mi profesión me acerqué a ellas, conocí unas cuantas y, creo, entendí mejor su trasfondo. Pero nunca he soportado a los que se aprovechan de ellas, en mayor o menor medida, ni me caen bien sus clientes… que son muchos más de los que creemos. Pero en general me parece una película razonablemente recomendable.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine (en lugar de fotocomentario)] Esos Oscar que algunos no entienden

Cine

Ciertamente, hoy tenía pensado para este Cuaderno de ruta un fotocomentario. Pero en primer lugar, no he hablado en mis páginas dedicadas a la técnica fotográfica de lo que pensaba hablar, sino del último cartucho de película instantánea que hice; en De paseo, de museo (o así), de viaje – Fujifilm Instax SQ6 con Instax Square Monochrome. El ritmo de publicación en una de mis cuentas de Instagram ha marcado la agenda. Pero es que, además, han surgido las noticias sobre los premios Oscar, que se entregaron ayer en Los Ángeles, esta madrugada en Zaragoza. Y cuando he llegado al trabajo, mientras nos poníamos a la tarea, han surgido comentarios de extrañeza por parte de algunos compañeros, que no habían acabado de entrar en la gran ganadora de los premios.

He de decir que la película ganadora, cuando la vi a principios de junio del año pasado, me gustó. Me lo pasé muy bien. Me pareció muy original. Y la pantalla se llena de gente que me cae muy bien; su protagonista, algunas de sus actrices secundarias, Tapón, el multiverso,… Y además, los temas que tratan me tocaron la fibra sensible. Porque detrás de lo que muchos creen ver como un desmadre divertido e ingenioso, se tratan temas de profundidad que nos afectan a todos. La buena ciencia ficción, o la buena fantasía, considerarlo como queráis, trata de los seres humanos y sus realidades actuales, en una estupenda paradoja que hace que el género de la ciencia ficción, y en ocasiones el de la fantasía, me parezcan… eso, estupendos.

Sin embargo, cuando la vi, nunca imaginé que ganaría un Oscar. Y mucho menos que ganaría 7 de los 11 premios Oscar a los que era candidata, entre ellos mejor película, mejor director, mejor guion original y tres de los cuatro premios de interpretación. La película más premiada desde 2009, año en el que Slumdog Millionaire ganó 8 de los 10 a los que era candidata. Pero aquellos ocho eran en su conjunto de menos prestigio, ya que no había ningún premio interpretativo. Coincidieron en «película», «director», «guion» (aunque en 2009 fue el «adaptado» y en 2023 ha sido el «original»), y montaje. Pero los otros cuatro de la película de Danny Boyle fueron técnicos, mientras que los otros tres de la película de los Daniel han sido interpretativos. Queda la duda de si la película resistirá el paso del tiempo, o quedará como una anécdota. Muchos se lo preguntan.

Otra cosa notable es el éxito de su productora, A24, que además de estos siete premios, hay que añadir el otro premio de interpretación a Brendan Frasier. No está mal para la que es considerada una productora independiente, menor, y que no está basada en Hollywood sino en Manhattan. Una productora que se ha caracterizado por arriesgar. Por hacer películas diferentes. Que no dejan indiferentes a los espectadores, independientemente de que gusten o no. Si se analiza la lista de películas que ha producido en 10 años de existencia… Pues es muy interesante y muy notable. Dicho lo cual… no creo que hubiera películas para arrasar este año. Y eso ha favorecido que una arrase. La siguiente más exitosa ha sido la nueva adaptación de una de mis novelas favoritas, especialmente entre las antibélicas. Que se ha llevado cuatro estatuillas. Y para su productora, Netflix, que además se ha llevado algo en el apartado de animación, ha supuesto quedar en segundo lugar. Lo cual no está mal. Aunque sea un Goliat frente al David que representa A24. Pero había cosas muy interesantes en otras películas que se han ido de vacío. Me alegro del premio para la película de Sarah Polley, un ejemplo de lo que digo, de que había cosas muy interesantes en otras películas. Alguna película, que hace unos meses se daba como una de las grandes favoritas, se ha ido totalmente de vació. Y alguna vaca sagrada de la interpretación… casi ni se ha enterado, aunque muchos la daban como segura hace unas semanas. Por no hablar de las películas que ni siquiera han estado presentes, cuando algo se merecía. Pero así son las cosas del cine y sus premios, oigan.

[Cine] An Cailín Ciúin (The Quiet Girl) (2022)

Cine

An Cailín Ciúin (2022; 18/20230302)

A cinco días vista de la gala de los premios Oscar, comento una de las películas candidatas al premio a la mejor película internacional, como se le llama ahora. Hasta 2019 era «en lengua extranjera» o algo así, aunque parece que los norteamericanos se han percatado que en Estados Unidos se hablan demasiadas lenguas como para poder determinar con precisión que es extranjero. La película de hoy, dirigida por Colm Bairéad, es irlandesa, y los diálogos son en su mayor parte en gaélico irlandés, aunque hay algunos diálogos en inglés. Y es una película que venía precedida de muy buenas críticas, aunque llegaba sin hacer mucho ruido, como la niña del título.

Ambientada a principios de los años 80, la niña protagonista, Cáit (Catherine Clinch), vive con su familia, tremendamente disfuncional y en la pobreza. Con problemas de relación, permanentemente callada, con problemas de rendimiento escolar, en una familia numerosa, donde el padre se gasta el poco dinero que entra en sus cosas, y con una madre sobrepasada por los problemas y por los hijos. Cuando en vísperas del verano espera un nuevo bebé, envía a Cáit con una prima (Carrie Crowley) y su marido (Andrew Bennett), más mayores, sin hijos, y que viven en una granja con razonable comodidad, para pasar las vacaciones escolares.

Película bellamente rodada, pero opresiva en muchas ocasiones, rodada en el formato estándar académico, con frecuencia los objetos y las personas quedan parcialmente fuera del encuadre. Es una película de pocas palabras y muchas expresiones. Es una película de atención al detalle. Y las pocas palabras que se dicen no tienen desperdicio. En este ámbito, obviamente las buenas cualidades de la realización, en sus aspectos visuales y sonoros, así como en su ambientación de época, 40 años hacia atrás, es muy importante. Pero sobretodo es importante la interpretación, que tiene un nivel muy destacado, sobresaliente. Y es particularmente acertada la selección de su actriz niña protagonista y el buen trabajo que realiza, en la cual habrá mucho mérito en el trabajo de dirección.

La salida del cine tiene un regusto amargo. El comienzo de la historia es muy triste, y durante la acción las cosas se vuelven más luminosas, tanto para la niña como para esa pareja madura a la que la niña aporta luz e ilusión. Pero el final tiene mucho de esperanza que se desvanece. La tristeza vuelva. Alguna de las personas que asistió a la sesión de proyección conmigo quiso ver algún detalle esperanzador… pero… no sé yo… Eso sí… es altamente altamente altamente recomendable. No ganará el premio. Pero no porque no lo merezca, sino porque la competencia es muy fuerte. De hecho, creo que es mejor que varias de las películas que optan al premio gordo de esos premios, categoría en la que no es candidata. Cosas que pasan.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Triangle of sadness (2022)

Cine

Triangle of sadness (2022; 17/20230223)

Sensaciones muy contradictorias me despierta esta película del sueco Ruben Östlund, de la que muy poco sabíamos hasta su estreno, pero que nos animamos a ver ante algunas críticas que la hacían muy prometedora. Previamente había visto una película de Östlund, que no me disgustó, pero en la que acabé con la sensación de que no culminó del todo bien una buena faena con muy buenos mimbres. Aunque todos los comentarios que el tono estaba en el entorno de la comedia satírica. O al menos paródica.

Segunda ocasión en pocos días que ilustro la entrada con fotos de Estocolmo. La película de hoy comienza con secuencias en la capital sueca.

Dividida en tres actos, en el primero conocemos a una pareja de modelos, él en declive (Harris Dickinson), ella al alza (Charlbi Dean), y con una dinámica peculiar. Parece que se quieren… pero no necesariamente se entienden. En el segundo, esta pareja se embarca en un crucero de lujo, que compartirán con un conjunto de ricachones pasajeros, que representan todo lo podrido de la sociedad capitalista globalizada actual, y con los empleados del barco, destinados a complacer a los anteriores, pero pasando desapercibidos como si no existiesen. Y capitaneados por un bebedor capitán (Woody Harrelson) que se encierra en su camarote mientras pone como fondo musical La Internacional a gran volumen. Una tormenta y un ataque pirata arruinarán el crucero. En el tercer acto, en una isla «desierta», los ricos supervivientes de un naufragio dependerán de las habilidades de la señora que limpia los lavabos (Dolly de Leon) para sobrevivir hasta que sean rescatados.

La película tiene intenciones claramente subversivas. Si el primer acto subvierte las relaciones de poder en una pareja de enamorados, el segundo acto pone en ridículo en un escenario paródico, absurdo, satírico, a aquellos que ostentan el poder político, económico y social en las sociedades globalizadas actuales, mientras que el tercer acto subvierte las relaciones de poder, cuando estos «poderosos» se convierten en inútiles y dependen de las habilidades de los sirvientes. Se cierra la película en una secuencia en la que el absurdo, que se veía venir, que se intuía constantemente, hace explotar la historia, devolviéndonos a la realidad con una final abierto que cada cual puede interpretar como quiera. Desde muchos puntos de vista, una película excelente, realizada con una precisión casi milimétrica.

Apoyada además por unas interpretaciones que están a un nivel superior al que parecen, hemos de lamentar el fallecimiento poco después de finalizar el rodaje de una de las protagonistas, Charlbi Dean, la película aspiraba a ser rompedora y una referencia para el futuro. Sin embargo, en muchos momentos se lastra por el efectismo de la situación. Si el primer y el tercer acto son contenidos e interesantes, mucho más interesante el primero, el acto central, en su crescendo hacia la catástrofe entra en una serie de situaciones que me parecen más efectistas que efectivas. Me dejan una sensación de exceso, probablemente no necesario porque la tesis ya había sido planteada, y me generan una cierta insatisfacción en el balance global de la película. Que en ocasiones me parece la versión borde y canalla de la genial The Party de Blake Edwards, también crítica social de una época, aunque mucho más amable. Y divertida.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] The Fabelmans (2022)

Cine

The Fabelmans (2022; 15/20230216)

Negar que Steven Spielberg es una gran cineasta, uno de los grandes de la historia del séptimo arte, sería una soberana tontería. Sabe hacer cine muy bien. Excelente. Pero lo mismo que digo esto, también he de decir que su forma de hacerlo, por buena que sea, ha habido ocasiones en las que me ha repelido. Una película debe generar emociones. Potentes emociones. Pero no debe manipular las emociones. Deben ser emociones genuinas. Y creo que en muchas ocasiones Spielberg ha sido un manipulador, y no siempre en lo que yo considero la buena dirección. Algunas escenas de Saving Private Ryan todavía me molestan mucho en la memoria, y no son necesariamente las que imagináis. Por otro lado no faltan películas en su filmografía excelentemente rodadas… que son un pestiño. Y la aparente incapacidad para terminar a tiempo la película, sin añadidos estúpidos que estropean tus sensaciones a la salida del cine.

Por todo ello, cuando decidimos ir a ver esta película inspirada por su propia biografía, por su propia infancia y adolescencia, cuando el futuro director de cine se bregaba con las Bolex Super 8 en sus películas familiares, escolares y en sus proyectos personales. Encarnado su alter ego por Gabriel LaBelle, si importante es en la película el nacimiento de su amor al cine y a la narración de historias visuales, importante también es su relación con los padres, con el padre (Paul Dano), pero especialmente con la madre (absolutamente magnífica Michelle Williams), y la compleja relación entre ellos y con un tercer cateto (Seth Rogen) en un peculiar triangulo de familia y amistad disfuncional. Más diluida queda la relación con las hermanas, especialmente la mayor (Julia Butters), que podría haber dado más de sí.

He de decir que Spielberg se gana mi simpatía cuasiincondicional hacia la película en sus primeros minutos. En ellos, contemplamos cómo el joven Sammy va por primera vez al cine acompañado de sus padres, a ver The Greatest Show on Earth de Cecil B. DeMille, y queda fascinado por la escena del choque de trenes. Como quedé yo siendo un niño muy jovencito viendo esta misma película y esta misma escena con mis padres en una matinal de domingo en el Gran Teatro Fleta de Zaragoza, en un reestreno de la película, en algún momento al final de los años 60. Uno de mis recuerdos más vivos de mis primeras películas en el cine y en mi infancia. Reconozco que con una secuencia que tan fuertemente resuena en mi memoria y emociones, probablemente ya tengo un fuerte sesgo positivo hacia la película.

Pero creo que no soy injusto al decir que es una muy buen película altamente recomendable. Con unas excelentes interpretaciones, lideradas por Williams a quien el mundo le debe un gran premio cinematográfico desde hace años, y con una manufactura espléndida, nos cuenta una historia con mucho corazón. Que quizá no trascienda más allá de lo que es una reflexión personal autobiográfica, pero que es realmente valiosa y muy recomendable. Como guinda al pastel, en esta ocasión Spielberg sabe terminar la película de la forma adecuada, con un pequeño chiste a costa de John Huston y su lección de cómo encuadrar la imagen… una lección que establece una regla que, como todas las reglas, está pensada para ser rota por los mejores.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Narvik (2022)

Cine

Narvik (2022; 12/20230212)

A pesar de que estoy un poquito escarmentado con la calidad de los estrenos de Netflix en cuestión de largometrajes, decidí ver este drama bélico de nacionalidad noruega, dirigido por Erik Skjoldbjærg, porque parecía tener buena pinta. Incluso en algún lugar leí alguna cosa relativamente elogiosa. No es que pusiera la película por las nubes, pero sí que la ponía como ejemplo de buen hacer cuando el presupuesto no da para las superproducciones bélicas como la que ha cosechado grandes éxitos en los premios del cine británico recientemente, incluso siendo alemana.

Cuando visitamos las islas Lofoten, aterrizamos en el aeropuerto de Evenes, también llamado de Narvik-Evenes, a unos 50 kilómetro de la ciudad que da título a la película. Pero no visitamos la ciudad. Así que para ilustrar un puerto noruego, optaré por algunas fotos del de Bergen, al atardecer.

La película no es producción de Netflix. La plataforma de contenidos audiovisuales tiene los derechos de exhibición fuera de su país de origen. Y se nos plantea como la historia de la batalla de Narvik, un conjunto de acciones bélicas que duraron varias semanas en la primavera de 1940, que comenzaron con la invasión de la Alemania nazi de la neutral Noruega y terminaron con la derrota de los invasores por una fuerza conjunta de noruegos, ingleses y franceses. Se publicita como la primera gran derrota de Hitler, pero esto ha de ser matizado. En primer lugar, el volumen de tropas y medios que intervinieron, comparado con las batallas más famosas de la Segunda Guerra Mundial es ínfimo, unas decenas de miles de combatientes. Estamos hablando de algo más de 25000 efectivos aliados, soldados de tierra, contra algo más de 5000 efectivos alemanes, entre soldados de tierra y marineros desembarcados. Hubo también batallas navales en las que ambos bandos perdieron barcos, destructores, llevando los alemanes la peor parte. En segundo lugar, el final de la batalla coincidió con la catastrófica derrota de los aliados en el frente francobelga, en esas mismas fechas, lo que provocó la retirada de estos países del territorio noruego. Por lo tanto, puesto que el objetivo de los alemanes de garantizar la distribución del hierro de la «neutral» Suecia a través del puerto noruego seguí vigente, en cuando británicos y franceses se retiraron, arrasaron la ciudad y la ocuparon de todos modos. Por lo tanto, la podemos considerar una falsa victoria aliada. Un hecho aislado sin continuidad.

La película, no obstante, narra muy superficialmente los hechos bélicos. Y las escenas bélicas están realizadas realmente con un presupuesto muy ajustado, y se nota. Por lo tanto, opta por narrar un drama humano de una empleada de hotel (Kristine Hartgen) que habla alemán y sirve de intérprete para los alemanes, en tensión entre sus deberes patrióticos, el saber que su marido (Carl Martin Eggesbø) es prisionero de los alemanes, y la seguridad de su hijo enfermo como consecuencia de una herida en un bombardeo británico. Intenta evitar maniqueísmos… aunque bueno, de una u otra forma, los noruegos siempre son buenos, mientras que los alemanes son siempre malos, y los británicos… a veces.

Al final resulta que el carácter de la película no está bien definido. Ni es una película claramente antibélica, ni sus posiciones están perfectamente claras, ni nos cuenta con claridad el hecho histórico, y cuenta con una definición de caracteres esquemática, de trazo grueso, que hace que no podamos sentir con claridad el drama que se nos quiere plantear. Desde mi punto de vista es una película claramente fallida en todos los frentes, valga el símil bélico, a pesar de que tenía todos los ingredientes a priori para que fuese resultona. Y quizá por eso algunos la han visto así. Pero no para mí.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **

[Cine] The banshees of Inisherin (2022)

Cine

The banshees of Inisherin (2022; 12/20230209)

En primer lugar, y porque quede claro, una banshee no es una alma en pena, como se podría deducir de la traducción del título al castellano. Es un ser mitológico celta, de carácter feérico. Y según las tradiciones y mitos irlandeses, cada familia, especialmente las O’ y Mac, o sea, las nobles, tenían una, que chillaba y les advertía cuando alguien de la familia iba a morir. Y el título viene del título de la canción que uno de los protagonistas está componiendo. Protagonistas, Colin Farrell y Brendan Gleeson, que ya coincidieron en una estupenda película del mismo director, Martin McDonagh, que por su fino humor y excelente historia hizo nuestras delicias hace catorce o quince años. Y estando publicitada la actual como comedia, siendo candidata a numerosos premios, más los que ya ha recibido, la expectación era importante y las expectativas, elevadas.

La acción nos lleva a una isla ficticia en la costa irlandesa, a principios de los años 20 del siglo pasado, en plena guerra civil entre partidarios del estatus de Irlanda como país independiente dentro de la monarquía británica y la Commonwealth y los partidarios de un estado republicano. Pero eso guerra, en la película, sólo la percibimos como cañonazos y disparos lejanos, al otro lado del canal que separa la pequeña isla de Inisherin de la isla principal. En Inisherin, todo transcurre a cámara lenta. Y cada día, a las dos de la tarde, el personaje interpretado por Farrell busca al interpretado por Gleeson para ir a beber pintas de cerveza al pub del lugar. Hasta que un día, para desconcierto de todos, este último dice que no quiere saber nada del anterior, y amenaza con medidas extremas si le habla y no le deja en paz.

Ciertamente, existen escenas que nos despiertan una sonrisa, en las peculiares interacciones de una comunidad cerrada, escasamente cultivada, alejada del mundo, sometida a tradiciones y creencias ancestrales, en la que la hermana de uno (excelente Kerry Condon), a pesar de haber sido considerada guapa toda la vida, se ha convertido en solterona, porque con inquietudes culturales y amor a los libros difícilmente encuentra entre los toscos lugareños alguien que le estimule mínimamente… nada. Pero en ningún momento me convenció la calificación de la película como una comedia. Pero ni de lejos. Un drama profundo sobre la naturaleza humana disfrazado de chascarrillo, pero que bordea constantemente más la tragedia que la comedia. Con una realización casi perfecta, a favor de unos paisajes tan hermosos como ásperos y duros, con unas interpretaciones que podemos calificar como magistrales, la tragedia es una tragedia cotidiana, de cada día, de cada instante, más allá de los eventos que se nos narran y la simbolizan. La anécdota, por tremendas que sean sus consecuencias, no es, a su vez, más que consecuencia de las pequeñas tragedias cotidianas, de una vida sin horizontes, sin más alicientes que unas pintas de cerveza, un violín y una canción, y una pequeña burrita.

La familia, en relaciones muy estorbadas en ocasiones, la amistad, más fruto de la costumbre que de la comunión íntima de espíritus e intereses, las tradiciones… son los temas que McDonagh aborda con inteligencia y elegancia. En una película absolutamente recomendable, que bordea la obra maestra… aunque a mí no llegara a producirme del todo el impacto que me suponen las películas que califico como tales. No obstante, vayan a verla. Y si es posible, en versión original. Incluso si el inglés que se habla es difícil de seguir, o no se entiende en absoluto el inglés en ninguna de sus formas.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Tár (2022)

Cine

Tár (2022; 11/20230201)

Día triste para el cine. Me despierto esta mañana de sábado con la noticia del fallecimiento del director de cine y fotógrafo Carlos Saura (1932 – 2013). Así que tristeza por partida doble. A los 91 años. Con esas edades, no acabo de comulgar con esas manidas expresiones del tipo «una pérdida irremplazable para el mundo del cine y la fotografía» y cosas por el estilo. Es ley de vida que llegados a cierto punto dejamos de existir como seres conscientes. Pero nuestra aportación significativa a la sociedad humana, muy probablemente, ya había ido extinguiéndose tiempo atrás. Pero Saura nos ha dejado obra de sobras para entrar en un lugar destacado en la historia de la cultura por méritos propios. Y por lo tanto, por inevitable que sea la ausencia, no puede evitar dejar un poso de tristeza. Que la tierra le sea leve. Y como digo siempre, en el improbable caso de que exista una vida después de esta, que sea la de la tierra de las gentes del cine, con sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas, y que allí nos encontremos todos y podamos seguir soñando.

Si sumas el hecho de que buena parte de la acción de la película transcurre en Berlín, con que hace pocos días os hablaba de una antigua cámara digital, Pentax *ist DS, con la que viajé a la capital alemana en 2007, algunas fotos de ese viaje son idóneas para ilustrar esta entrada.

Mientras, traigo aquí la última película de Todd Field, un director destacado, pero con sólo dos largometrajes previos en su haber. Y han pasado muchos años del último. Y que me gustaron mucho. Ambos. Sin embargo, esta película viene envuelta más en el aura del buen hacer de su protagonista femenina, protagonista absoluta más bien, Cate Blanchett, una de las posibles candidatas a ser considerada la mejor intérprete del momento, y una de las más destacadas de la historia del cine. No obstante, la película es algo más que el trabajo de Blanchett.

Blanchett encarna a Lydia Tár, nacida Linda Tarr, una ficticia directora de orquesta, muy prestigiosa, al frente de la Filarmónica de Berlín. En la cima de su carrera musical, los problemas de relación con su pareja (Nina Hoss), con su ayudante y eventual amante reciente (Noémie Merlant), con una nueva violonchelista de la orquesta (Sophie Kauer), y el suicidio de su anterior amante (Sylvia Flote), van a amenazar con hacer saltar por los aires la posición que ha alcanzado con su talento.

La película es de las que crecen en la memoria al pasar los días, conforme vas comprendiendo la profundidad de los temas, y lo rompedor del planteamiento de Field. Las cuestiones del abuso del poder, en el trabajo y en la cama, con las subordinadas, la prepotencia, la intransigencia ante las sensibilidades y la diversidad de las personas, el #metoo, la llamada «cultura de la cancelación» (qué poco me gusta esta expresión en castellano), tratados como temas en obras literarias y cinematográficas, ya no sorprenden como hace unos años. No hace mucho que vimos una estupenda película sobre estos temas. No sorprende cuando el protagonista es un hombre. Pero en este caso es una mujer. Y una mujer que es símbolo de los logros de las mujeres. Y el tratamiento de los temas dista de ser maniqueo. Las acciones de Tár chirrían como cuestionables, pero también lo son los argumentos o las actitudes de sus relaciones. No pocos de sus argumentos son plausibles, al mismo tiempo que sentimos un rechazo hacia su soberbia. Es un personaje complejo, donde pocas cosas son necesariamente lineales y evidentes, y que invita a la reflexión. Y aunque la interpretación de Blanchett, y del resto del reparto, es excelente, debemos a Field la excelente definición de caracteres, con su complejidad.

Una película con muchas más capas de las que aparenta, que conviene ver con calma, en silencio, y escuchando con finura. A la que hay que estar atento, y en la que conviene no olvidar que en un buen filme, no hay elementos superfluos en la narración, todo aquello que vemos… tarde o temprano reaparecerá y tendrá su razón de ser. Muy recomendable. En las proximidades de la obra maestra. Y reivindicable, más allá del trabajo interpretativo, por ser la obra de un cineasta extremadamente sólido.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine – sesión doble] Babylon (2022) – Singin’ in the rain (1952)

Cine

Babylon (2022; 08/20230123)

Singin’ in the rain (1952; 12/20230202)

Ya hace dos semanas que nos vimos la última película de Damien Chazelle. Teníamos muchas ganas de ver la nueva película del director que tan buen sabor de boca dejó con su nominadísima película a los Oscar. Y eso que los comentarios, las críticas y, por lo que leíamos, la recepción del público en Estados Unidos habían sido bastante más tibios. Pero justo cuando la vimos, nos enteramos de que en unos días llegaba el reestreno en la gran pantalla de la que puede que sea la película musical más famosa de la historia del cine, dirigida por Stanley Donen, con la codirección para los números musicales y las coreografías del protagonista de la película, Gene Kelly. Inmediatamente sentí la necesidad de comentar las dos películas a un tiempo. Porque si lo miras bien, no es que la película de Chazelle esté inspirada por la comedia musical de Donen y Kelly. Es que es la versión borde, descarnada y en forma de tragicomedia de aquella película.

No he visitado Los Ángeles aún… así que nos iremos a otra de las «Babilonias» norteamericanas, la del Times Square y Broadway de New York.

Ambas nos trasladan al Hollywood de finales de los años 20 del siglo XX, en la transición del cine mudo al cine sonoro, cuando se está gestando el sistema de los todopoderosos magnates al frente de los todopoderosos estudios de producción en el famoso barrio de Los Ángeles. Pero mientras que la versión de los conservadores y «limpios» años 50 del siglo XX es amable, con los brillantes colores del Technicolor, con gente maja, incluido el productor (Millard Mitchell), y a excepción de la bruja de voz de pito que es la «estrella consagrada» (Jean Hagen), en la visión de Chazelle Hollywood es la Babilonia bíblica, paradigma de la corrupción, los vicios y la depravación. Y donde no sobrevive el más apto, sino el que menos escrúpulos tiene. Una visión dura, desagradable en no pocas ocasiones, a pesar de que visualmente sea, diferente, pero tan brillante e interesante como lo fue en su momento el cantando bajo la lluvia de Kelly. ¿Todo limpio en la película de Donen y Kelly? Bueno,… quizá hoy, en tiempos del #metoo, tal vez no se vierade la misma forma y con tanto romance la relación de un todopoderoso galán cuarentón con una candidata a actriz (Debbie Reynolds) que apenas ha cumplido los veinte.

Ambas películas son brillantes en su realización, pero no necesariamente comparables. Estamos hablando de 70 años de diferencia entre ambas, con lo que eso significa de progreso técnico y de cambios en la concepción del rodaje de coreografías y grandes escenas. Poco tiene que ver a nivel formal el delirio bacanal del principio de la película de Chazelle con el prolongado número musical para lucimiento de las cualidades artísticas de Gene Kelly, en compañía de la siempre guapa y elegante Cyd Charisse. Reynolds cantaba… pero no era de acompañar en la danza a Kelly al nivel que este buscaba, por lo que metieron a Charisse con calzador en la película para mayor gloria del protagonista. Pero como muchos teóricos de la historia del arte han afirmado, el valor de la obra de arte hay que situarlo en el hic et nunc de la obra; el aquí y ahora, el lugar y el tiempo en el que se realizó. Y por ello, no es de extrañar que el musical del 52 sea considerado por muchos como una obra maestra.

En cuanto a la película de Chazelle, he de reconocer que crece en el recuerdo. La recepción habrá sido más fría que para La la land, y es comprensible porque, aunque trata algunos temas relacionados, es una película muy distinta. Esta película actual es amarga, trágica, esperanzadora en cuanto a la supervivencia del cine como séptimo arte, pero devastadora con frecuencia en sus efectos para las gentes que han trabajado en él. Empujada por unos intérpretes en estado de gracia absoluta, y me sumaré a la corriente de opinión de que Margot Robbie está suprema, esta mujer va a más cada película que hace, con una banda sonora tan fenomenal como lo son las de Chazelle, con un diseño de producción casi perfecto, no alcanza el grado de obra maestra, pero es una película absolutamente recomendable, incluso cuando se vuelve deliberadamente desagradable.

En Zaragoza, el clásico del año 1952 solo ha durado una semana en cartelera, por lo que es imposible ver la sesión doble en estos momentos. Siempre, a poder ser, en versión original. Pero recomiendo que si uno va a ver Babylon, que busca la forma de ver, o volver a ver para los más veteranos, Singin’ in the rain. La experiencia es mucho más rica. Y por supuesto, ambas son recomendables. Especialmente si uno se declara como amante del séptimo arte. Y siempre me hace mucha gracia que les de por traducir al castellano en los subtítulos, Cosme, el nombre en inglés, Cosmo, del cómico por excelencia que es Donald O’Connor. Y la traducción es correcta. Pero al personaje de Kelly, Don, no lo traducen como Donaldo, o al de Reynolds, Kathy, no lo traducen como Cata o Catalina.

Valoración (para Babylon)

  • Dirección: ****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****

Valoración (para Singin’ in the rain)

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine en corto] Le pupille (2022) / My year of dicks (2022)

Cine

Es muy rara la ocasión en la que incluyo un cortometraje en mi base de datos de estrenos y películas vistas por primera vez en salas de cine. Hace tiempo que los cortometrajes se vieron expulsados de las salas de cine. Sólo en ocasiones puntuales acceden a este privilegio. Por lo tanto, si algún estreno veo que pueda encajar por algún motivo en mi base de datos, ha de ser en la pequeña pantalla. Por coincidencia, en los últimos días he visto dos de ellos que creo puede entrar. Os lo cuento.

Le pupille (2022; 9/20230124)

Encontré la recomendación sobre este cortometraje firmado por la italiana Alice Rohrwacher en un blog sobre cine y serie,… que cada vez me convence menos. Pero continuo siguiéndolo porque de vez en cuando es útil, como en esta ocasión. Podéis encontrar el corto en el catálogo de Disney+… y a pesar de que se trata de una historia con niñas y en Navidad… me parece el lugar más insospechado para encontrar una obra como esta.

Algunas instantáneas de las calles de Bolonia, para ilustrar esta entrada en la que pasearemos por las calles de esta ciudad italiana, si vemos uno de los cortometrajes recomendados.

En un orfanato de niñas, en una ciudad italiana, está rodada en Bolonia, regentado por monjas católicas, llega la Navidad en tiempos de guerra, Segunda guerra mundial, y de carencias. Monjas rácanas, que explotan a las niñas, aprovechando la ignorancia de los fieles supersticiosos. Unas niñas que obedecen a las monjas, hasta que una pequeña que asume que si las monjas dicen que es mala, pues será mala, ocasionará una disrupción en la vida del orfanato con la llegada de un gran pastel, durante la más triste comida de Navidad que os podáis encontrar.

Lejos de las formas amables propias de Disney a la hora de mostrar el «espíritu de la Navidad», Rohrwacher mete el dedo en el ojo de muchos con este cuento con niñas encantadoras, que con frecuencia y gran habilidad rompen la cuarta pared para comunicarse con sus canciones directamente con el público. El fascismo, la hipocresía de las organizaciones religiosas, la frivolidad burguesa, la simplicidad de las gentes crédulas… una obra realizada con elegancia y gran precisión, pero con una fuerte carga crítica, ácida, pero pertinente. Muy recomendable.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

My Year of Dicks (2022; 10/20230129)

Realizado por Sara Gunnarsdóttir sobre guion de Pamela Ribon que opta al Oscar al mejor corto de animación. Estaría basado en las experiencias de la propia Ribon, el personaje protagonista se llama Pam. Lo podéis ver libremente en Vimeo, aunque os tendréis que identificar, porque está calificado como de contenido para adultos, aunque me parece que su público diana más objetivo serían los adolescentes. Os lo dejo puesto aquí, por si se deja ver sin entrar en la plataforma directamente.

El cortometraje nos cuenta la aventuras y desventuras de una chica de quince años que ha decidido que ya es hora de perder la virginidad. Y lo hará contándonos sus cinco intentos, cuatro intencionados y el quinto más casual, en los que va optando por distintos chicos con distintas personalidades y características, a priori ideales,… pero luego no tanto, mientras de fondo se encuentra la presencia del chico con el que salió y rompió, pero que sigue cerca de ella.

Con una animación muy dinámica, que va modificando su estilo según las situaciones, con un relato animado, muy entretenido, más teniendo en cuenta que todo se resuelve en veinticinco minutos, nos encontramos con una historia que en realidad resulta muy moralista y, hasta cierto punto, relativamente conservadora. No está mal, ya lo digo, y no sé cómo resultará en su carrera hacia el premio gordo, pero no me parece tan rompedora como para la califique como para «adultos» o como para despertar tanto entusiasmo como las recomendaciones que leí sobre ella. Aunque en general, sí que es recomendable.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***