[Cine] One life (2023)

Cine

One life (2023; 18/20240325)

No me extenderé mucho, que estamos en víspera de vacaciones y viajes, y ando justo de tiempo. Pero este domingo estuvimos viendo este drama con buen rollo británico, a más gloria de su protagonista, Anthony Hopkins. Película dirigida por James Hawes, que aparece como de 2023, por su estreno en distintos festivales, pero que se ha ido estrenando por Europa y algún país sudamericano, en Estados Unidos de forma limitada, durante los tres primeros meses de este 2024. El director es poco conocido, por haber trabajado, mucho, para series de televisión y telefilmes. Por lo visto, más un artesano que otra cosa. Pero buen artesano.

Praga en 1997, incluida una fotografía del cementerio judío.

La película cuenta la historia del que llaman Schindler británico. Nicholas Winton fue un hombre, un corredor de bolsa en sus años mozos (Johnny Flynn de joven, Hopkins de anciano), que en su juventud, en víspera de la Segunda Guerra Mundial, tras un viaje a Praga como colaborador de una oficina para gestionar los refugiados de los desplazamientos provocados por los nazis con la anexión de los Sudetes y la formación del Protectorado de Bohemia y Moravia, estaban perdidos y en mala situación en la capital checa. Muchos de ellos judíos. Vio la presencia de muchos niños en mala situación, su sentido de la decencia le impulsó a hacer algo, y con ayuda de su madre (Helena Bonham Carter) en Londres, y de una serie de voluntarios en Praga (Romola Garai, por poner una de las intérpretes más conocidas), organizó el desplazamiento de niños a hogares de acogida temporales en el Reino Unido. Acogidas temporales que en muchos casos acabaron siendo definitivas. Muchos de esos niños perdieron a sus familias en los campos de exterminio nazis. Consiguió desplazar 669 niños, el último de los trenes programados, con 250 de ellos, fue detenido en la estación de Praga el 1 de septiembre de 1939 por el comienzo de la guerra mundial. El hecho pasó desapercibido. Aunque era conocido el fenómeno de los kindertransport que, por distintas iniciativas, evacuó hasta 10 000 niños de todos los territorios ocupados o amenazados por la Alemania nazi, especialmente judíos. El caso de Winton fue especial porque no se realizó desde ninguna organización con estructura, sino que fue un esfuerzo de particulares voluntarios, en un lugar donde no habían llegado las estructuras más organizadas. Se narra en flashback, con un Winton ya anciano, reorganizando sus objetos de antaño por iniciativa de su esposa (Lena Olin), y que lleva una cartera con un dosier con toda la información a diversos lugares, hasta que una de ellas reconoce el valor, lo lleva a la BBC y a partir de ahí empieza a conocerse el destino de aquellos niños y sus descendientes.

Es una película correctamente funcional, bien hecha, bien ambientada, demostrando el oficio del cine británico para los dramas de época. Lo que decía antes, el director se muestra muy competente, lo que hace unas décadas se llamaba un artesano frente a directores con más aura de autor. Pero bien hecho. Y al servicio del lucimiento de un reparto más que correcto, en el que destaca un octogenario Hopkins, que demuestra que sigue en forma interpretativa a pesar de su edad. Chirría un poquito porque Winton, en 1988, tenía casi diez años menos que los que tiene Hopkins en la actualidad. Pero da igual. Por cierto que Winton fue muy longevo, falleciendo en 2015 a los 106 años.

Una película que se ve bien, que te deja con cierta esperanza en algunos seres humanos, a pesar de la barbarie que se despliega a su alrededor. Pero bueno… también cabría la interpretación pesimista de que sólo unos pocos tuvieran la decencia de revelarse contra la sinrazón político-militar de la época. En cualquier caso, es recomendable. En España se ha estrenado bajo el título vulgar y convencional Los niños de Winton, mientras que el título en inglés, One life, es una referencia más profunda a una frase del Talmud,  And whoever saves a life, it is considered as if he saved an entire world (Y quien salva una vida, se considera como si salvase al mundo entero). Un poco descontextualizada siempre esta frase porque inmediatamente previa a ella en el texto talmúdico hay otra que dice, Whoever destroys a soul, it is considered as if he destroyed an entire world (Quien destruye un alma, se considera como si destruyese el mundo entero). El mundo fue destruido millones de veces en las guerras que se producen constantemente. Incluso por aquellos que tienen el Talmud como texto sagrado, si es que veis en los últimos tiempos las noticias.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] Spaceman (2024)

Cine

Spaceman (2023; 15/20240313)

No me voy a enrollar mucho con esta película. Se estrenó en el catálogo de Netflix hace unas semanas, y me produjo una cierta curiosidad. Por el reparto más que nada. Y hasta cierto punto por el argumento. Aunque demasiado astronauta con problemas conyugales en series y películas últimamente. Primer largometraje del sueco Johan Renck, creo, un tipo que se había dedicado sobretodo a cortometrajes y videoclips, con alguna incursión en series de televisión, en las que el director no tiene el estatus de autor, ya que este va a parar al creador de la serie. Pero ha trabajado en alguna serie notable (la del desastre atómico).

Entre checos anda la cosa,… pues pasearemos por Praga.

Un astronauta checo (Adam Sandler) viaja solo por el sistema solar hacia una extraña nube incandescente que ha entrado en nuestro vecindario para analizar su composición [estos no se han enterado que los astrónomos y astrofísicos conocen la composición de las nebulosas por espectroscopía, cómodamente sentados ante el ordenador de su despacho], en una carrera contra una nave surcoreana [nop, no hay yanquis contra rusos, contra chinos, o contra norcoreanos, por hablar de los más frecuentes]. Y en estas está cuando, por una misteriosa tecnología, su esposa (Carey Mulligan), con quien se comunica en tiempo real a pesar de estar a 500 millones de kilómetros de distancia y que la luz sólo viaja 300 mil kilómetros por segundo (un poco menos), en lugar de tener una latencia de 28 minutos entre, le comunica que le deja. Que quiere el divorcio. Que no haberse ido. Y le entra una depresión horrible hasta que se le mete en la nave una araña espacial, muy extraña, y empiezan a hablar. Mientras, una señora muy estirada (Isabella Rossellini) que se parece a una hija de Ingrid Bergman, que también era sueca, como el director, intenta convencer a la esposa de que le diga al astronauta que no pasa nada, y que termine la misión antes de que se les adelanten los surcoreanos, que parece ser que van en una nave más moderna y más rápida. Y de vez en cuando, el astronauta habla con el indio de The Big Bang Theory (Kunal Nayyar), que está en el control de la misión. Aunque no tenga aspecto de checo. También sale Lena Olin, que también es sueca.

Más allá de que todas las señoras que salen en la película son o han sido muy muy muy guapas, sean suecas, de ascendencia sueca o nada de lo anterior, es difícil calificar esta película, que me parece que tiene muchas ínfulas, es adaptación de una novela de un autor checo, pero al final fui incapaz de tomarme en serio. Por cierto, se me ha olvidado decir que entremedio aparece un trauma infantil del astronauta, porque su padre fue un informante del régimen comunista checo. Bueno,… checoslovaco. El caso es que los intérpretes le ponen ganas. Son buenos. Hasta la araña alienígena, que tiene la voz de Paul Dano. Pero llega un momento que me costó seguir la cosa. Este drama conyugal, filial, político… en una nave que parecía montada con los restos de un desguace… La época de la acción es indefinida en algún momento entre los años ¿60 y 90?… ¡yo que sé!

No lo sé. Quien tenga Netflix, allá él si se arriesga con ella. Quien no… no es motivo para suscribirse por ver esta película. El caso es que he leído en algún sitio que la novela original es Solaris con risas… es decir, que si la película hubiese sido una comedia, más o menos surrealista… ¡igual hubiera sido estupenda! ¿Por qué se han tomado tan en serio a sí mismo?

Por cierto, de Johan Renck, el director de la película, había hablado ya en estas páginas, pero en su faceta de fotógrafo.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

[TV] Cosas de series; cazadores de nazis y policiacas adolescentes andaluzas

Televisión

Dos series muy distintas van a ser el contenido de la entrada televisiva de esta semana. Lo más destacado… bueno, no exactamente. Algo destacado es que me he animado con una serie española. Esto siempre supone un riesgo por una combinación más o menos afortunada o desafortunada de factores. Muchas series nacionales tienen potencial para ser muy interesantes. Pero acaban desinflándose de alguna forma. Y tenemos un problema con la interpretación. En mi humilde apreciación, a los intérpretes españoles les cuesta madurar. Pueden llegar a ser muy buenos. Pero a lo que tal cosa sucede, acaban relegados a secundarios de lujo. Frente a lo que nos encontrábamos hace unas décadas, en las que muchos actores y actrices se formaban en el teatro o escuelas de teatro, y desde su juventud te los creías en sus trabajos, en lo que llevamos de siglo han pasado a salir de las series televisivas con protagonistas adolescentes o muy jóvenes, donde es más importante que luzcan bien a que lo hagan bien. Aparte de que la televisión nunca me ha parecido una buena escuela de interpretación. Y me chirrían mucho. Me parecen todos clones, y limitados en sus capacidades expresivas. En fin… ya veremos.

No he visitado nunca Carmona. Pero creo que un paseo fotográfico por Antequera servirá perfectamente para ilustrar una entrada tan relacionada con el municipio sevillano. Quizá en mi próxima visita a Sevilla, este otoño que viene tal vez, pueda acercarme de excursión. Parece que tiene cierto interés para pasar el día o una parte del día.

Hunters es realmente lo más destacado. He podido ver la segunda y última temporada de esta serie sobre cazadores de nazis, dentro de una historia alternativa a lo que sucedió al final de la Segunda Guerra Mundial sobre los más destacados jerarcas del perverso régimen totalitario alemán. El coral drama que nos lleva a los años 70 del siglo XX para asistir a una guerra clandestina entre cazadores de nazis judíos y de otras minorías étnicas despreciadas por los nazis contra los jerarcas desaparecidos e infiltrados en las sociedades occidentales y sudamericanas nos ha llevado a una segunda fase donde el pardillo de turno (Logan Lerman) se ha convertido en el líder, mientras en paralelo conocemos los detalles de la auténtica vida del antiguo líder (Al Pacino). Y con un grupo mucho menos cohesionado de lo que les gustaría inicia su batalla final contra los grandes líderes nazis; el jefe supremo (Udo Kier) y su impagable compañera (Lena Olin), uno de los personajes más interesantes (y hasta cierto punto desaprovechados de la serie). La auténtica contraparte de esta última es también la impagable tía del líder de los «buenos» (Jennifer Jason Leigh), nuevo personaje en la serie que debería haber estado, de alguna forma, desde el principio. La podemos ver en Amazon Primer Video y yo me lo he pasado muy bien con ella. Mejor que con la primera temporada. Con su aire de adaptación de un cómic, que no es, tiene una marcha y una acción muy refrescante. Una serie que algunos adoran y otros odian. Yo, sin llegar a la adoración, tiendo a estar en ese grupo.

Y La chica invisible es una serie española que podemos ver en Stars (Disney+), adaptación de una novela del mismo nombre de un conocido escritor de ficción orientado al público adolescente. Conocido por su público, habría de decir, puesto que yo no estoy familiarizado con su obra. En la ficticia ciudad andaluza de Cárdena (Carmona en la realidad, donde al parecer nació el escritor), se produce el asesinato de una adolescente en el instituto de la localidad. La chica no era muy popular y el asesinato levanta la extrañeza de la población. Pero no tardará en seguirse de un nuevo asesinato que alarmará al pueblo. De la resolución del caso se encarga el oficial (o suboficial, no sé muy bien) de la guardia civil en tareas de policía judicial (Zoe Stein). Pero en paralelo, la joven Julia (Daniel Grao), inteligente chica e hija del anterior, compañera de clase de la asesinada, se pondrá a investigar por su cuenta. Y el problema es que hay demasiados sospechosos, y el asesino es realmente peligroso.

Bien… pues después del rollo que he soltado en el primer párrafo, aquí los intérpretes jóvenes están decentes, especialmente la chica protagonista, mientras que los más veteranos están flojos. Con una realización visual muy agresiva, con un uso agresivo del primer plano con óptica angular y escasa profundidad de campo y de la gradación de color, la serie me parece irregular, con momentos relativamente inspirados, pero demasiados momentos donde flojea en exceso. Al final, predominan estos. Y nuevamente estamos en lo que comentaba al principio, la historia tenía mimbres para algo muy entretenido, y acaba,… quizá no naufragando, pero sí llegando a puerto renqueando y con muchas vías de agua. El personaje protagonista lo es de más novelas del escritor. Pero si dan lugar a nuevas temporadas o series emparentadas… no estoy muy por la labor de verlas. No hagáis mucho caso del resumen argumental en Wikipedia; debe ser el argumento de la novela, no sé. Porque dice que la madre de la chica protagonista es la forense del caso, mientras que en la serie es huérfana de madre.

[TV] Cosas de series; historias para no dormir noruegas y cazadores de nazis

Televisión

Ya hace un tiempo que terminé con estas series de hoy, aunque ha habido otras que me ha apetecido comentar antes conforme terminaban. Pero bueno, aquí las tenemos

Con el título en inglés de Bloodride (viaje o trayecto sangriento) llegó a Netflix esta corta serie noruega de seis episodios que rondan la media hora de duración. Cada uno de ellos es una historia autónoma, independiente de los demás, aunque están vinculadas por la siniestra introducción en la que se ve a los protagonistas de todas las historias viajar juntos en un autobús de transporte público, por la noche y con un ambiente tétrico. Todas las historias están basadas en un terror a caballo entre lo psicológico y lo moderadamente gore. Aunque no son muchos episodios, sí que hay una cierta variabilidad en su capacidad de sorprender y en la originalidad de las historias. Alguna de ellas es fácilmente previsible, otras no tanto. Dijéramos que en su conjunto es una buena idea con una ejecución que varía entre lo acertado y lo mediocre. Quizá a alguien más aficionado al género que yo se sienta más atraído por la serie.

Visitaremos Noruega, las Lofoten, en honor a la serie nórdica de terror que comento hoy.

Y vamos con una de las series que más prometía a priori de las que se han estrenado recientemente en Amazon Prime Video. Se trata de Hunters. Con aspecto un poco comiquero, que no cómico, nos habla de un grupo de judíos y simpatizantes que se convierten en «justicieros», de los que buscan la justicia por su cuenta y ajustician, de los nazis que se afincaron en Estados Unidos tras la guerra mundial. La acción se sitúa en los años 70. Es conocido que un cierto número de ciudadanos alemanes, especialmente científicos e ingenieros, fueron reubicados en EE.UU. tras la guerra, conforme se intuía el comienzo de la guerra fría, y ante la posibilidad de que ese gran caudal de conocimiento científico y técnico fuese a parar a manos de la Unión Soviética. El caso más conocido fue el de Wehrner von Braun, responsable del programa espacial de la NASA, pero que previamente había sido responsable del diseño de las V2 alemanas. Tiene un cierto papel, ficticio, en la serie. Frente a estos «justicieros», encabezados por Al Pacino, que acaba de cumplir los ochenta años, tenemos a un grupo de conspiradores nazis, tanto de origen alemán como neonazis americanos, al frente de los cuales se encuentra Lena Olin haciendo de… bueno, eso es la sorpresa final. Y cada grupo intenta desbaratar los planes del otro, mientras una agente del FBI (Jerrika Hinton), afroamericana, intenta resolver casos relacionados con esta confrontación. Mmmmm… qué queréis que os diga. El principio de la serie, bastante impactante, prometía bastante. Pero luego la acción y el guion tiene demasiados altibajos. No he acabado especialmente entusiasmado. En el caso de que hay una segunda temporada, no tengo claro que siga viéndola. No he sentido especial empatía por ningún personaje, ni especial interés por la acción.

Cine y fotografía: La insoportable levedad del ser y Los abrazos rotos

Cine, Fotografía

Este viernes pasado tuve una agradable cena en casa de unos amigos. Muchos de los comensales compartimos la afición por el cine, y alguien saco a colación lo guapa que estaba Juliette Binoche en La insoportable levedad del ser. Curiosamente, ayer sábado en Dadanoias nos ofrecían un pequeño clip, muy sensual, de esta película en la que vemos a Sabina (Lena Olin) fotografiando a Tereza (Juliette Binoche) de una forma que puede derretir a la banquisa ártica en un par de minutos (la entrada ya no está en el blog; es algo que sucede de vez en cuando en Dadanoias, pero la escena está en Youtube).

Así que ayer puse manos a la obra y volví a ver la película en cuestión, que no había revisitado desde su estreno, allá por el lejano 1988. Y cómo no, de inmediato decidí que había que incluirla en mi colección La fotografía en el cine. Y allá va.

Tenía pendiente de incluir en esta lista la última película de Pedro Almodóvar, Los abrazos rotos. También allí vemos cómo uno de los personajes se maneja cámara en mano de una forma trascendente para la acción del filme. Así que también esta película ha sido incluida en la lista.

Para ilustrar esta entrada, quisiera poner alguna imagen de Praga… y tengo muchas,… pero sin digitalizar… en forma de viejas diapositivas. Agggg…. O me tomo en serio lo de digitalizarlas o me vuelvo a ir a Praga para fotografiarla en digital… Casi me apetece más esto último. Pues nada, a falta de la República Checa os tendréis que conformar con Polonia.

Sobre el Nogat

Pasarela sobre el río Nogat en Malbork, Polonia - Canon EOS 40D, EF 24-105/4L IS USM

The Reader (El lector) (2008)

Cine

The Reader (El lector) (The Reader, 2008), 16 de febrero de 2009.

Una semana más tarde voy al cine a ver una película en la que se analiza una relación entre un hombre y una mujer que dura casi una vida. También en esta ocasión existen diferencias en la edad de los dos protagonistas. Pero el carácter de este filme nada tiene que ver con las andanzas de Benjamin Button. En absoluto.

El filme dirigido por Stephen Daldry se plantea en tres fases, revisitadas en forma de flashbacks a partir del personaje masculino principal.

En la primera, nos transporta a la Alemania de posguerra, a una ciudad no bien especificada (Neustadt, nos dicen; hay muchas ciudades alemanas con este nombre). Allí asistiremos a la relación iniciática entre una mujer madura, Hanna (Kate Winslet), hacia la mitad de sus treinta, y un adolescente de quince o dieciséis años, Michael (David Kross; de adulto, Ralph Fiennes). Conocemos a un joven lleno de vitalidad, pero profundamente enamorado de la mujer, y a una mujer con un aire triste, que sólo recupera algo de alegría en sus encuentros con el joven. Un ascenso de la mujer en su lugar de trabajo provoca su marcha a no sabemos dónde, finalizando una etapa para el joven. Algo esconde esta mujer que desconocemos; hay dos secretos que sólo constataremos más tarde.

Años más tarde, Michael es un estudiante de derecho que acude con su profesor y algunos compañeros a un juicio contra unas cuantas mujeres, antiguas guardianas de las SS en el campo de concentración de Auschwitz. Una de las mujeres es Hanna. Todo va mal para ella en el juicio, y es Michael quien conoce lo suficiente de la mujer para saber que no son ciertas algunas de las cosas que se «demuestran» en el mismo. La mujer es condenada a cadena perpetua.

En la tercera fase, asistimos a la relación en la distancia entre ambos personajes, uno un abogado de éxito con una vida familiar no excesivamente afortunada. La otra una triste presa en una cárcel alemana. El espectador ya tiene las claves para entender lo que ha pasado, y asiste a la resolución personal de los defectos vitales y de la relación entre ambos personajes.

Hay un epílogo en dos partes, que sirven de catársis para el personaje masculino. Una notable escena con una mujer (Lena Olin), que estuvo en el campo de concentración bajo la guarda de Hanna cuando era niña, y que cierra de algún modo, siempre incompleto, las heridas derivadas de ese episodio de la vida de Hanna. La otra es la escena final en la que Michael comienza a contar la historia a su hija, lo cual debemos entender como una acción de confesión liberadora.

A priori, es una historia de amor. Amor imposible, cronológicamente disléxico. Pero la película tiene otros temas, no todos ellos bien resueltos. Por un lado se toca de forma poco profunda pero que está ahí, presente en determinados comentarios de los compañeros de facultad de Michael así como de su profesor (estimable Bruno Ganz), el tema de la culpabilidad y del sentimiento de culpabilidad de los alemanes ante los crímenes del nazismo. Es un tema controvertido y no del todo resulto. Históricamente apasionante. Pero la película se centra en la relación entre ambos protagonistas, y queda como una cuestión tangencial.

El otro tema, que desde mi punto de vista es más importante que la relación amorosa es el miedo, la vergüenza y la cobardía que asalta a los dos protagonistas en el punto central de la historia, en el que ambos dejan de hacer algo, y como consecuencia, una vida queda totalmente arruinada, y la otra queda marcada y atormentada. Un cuaderno en blanco con un lapicero encima representa ese momento para la mujer. Una fría tarde de invierno en el patio de una cárcel alemana es el momento para el joven. Ambos tienen una oportunidad para que se haga justicia… ninguno actúa.

La dirección y la producción de la película es excelente, con una notable ambientación de la época de la posguerra alemana. Es una película de tiempos y realización marcadamente europea, a pesar del respaldo de capital norteamericano en la producción. Creo que todo ello redunda en la credibilidad del filme, en que nos llegue con más facilidad que si todo estuviese visto bajo el prisma norteamericano.

Las interpretación son también excelentes. El trabajo de todos ellos nos hace a los personajes más que creibles. Vemos a las personas, de una determinada época a las que representan. Además de los actores mencionados, hay una pléyade de secundarios, actores y actrices alemanes que contribuyen al alto nivel del filme en lo que se refiere a la interpretación.

En resumen, una película altamente recomendable, que a mí me ha gustado mucho. No me atrevo a extrapolar este gusto a todo el mundo, ya que algunos de los temas que se tocan han sido de mi interés personal en los últimos años. Temas como las historia alemana del siglo XX y de la posguerra europea me han interesado, y he leído. En cualquier caso, yo a la película le doy un nueve, con la misma nota en interpretación y un ocho en la dirección.

La foto de hoy, algo tiene que ver con la profesión de Hanna en la película.

Tranvia en Alexanderplatz

Tranvía en Alexanderplatz, Berlín (Alemania) - Fujifilm Finepix F10