[TV] Cosas de series; en víperas de viaje al País del Sol Naciente, un par de series de por allí

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Pues sí. En breve, este blog pasará durante unos cuantos días al modo sólo fotos. Tocan vacaciones. Y toca viaje a Japón. El tercero. Por eso, la entrada televisiva de esta semana está dedicada, de alguna manera, a ese país. Un par de series de Netflix que, sin ser maravillas, son simpáticas y me han hecho pasar algún rato simpático.

Karakai Jōzu no Takagi-san [からかい上手の高木さん, la bromista de Takagi] es una adaptación más de un popular manga, o sea, tebeo japonés, que ha sido objeto ya de diversas adaptaciones en forma de serie de animación, de película animada y, finalmente, con esta serie, a serie de televisión de acción real. Es un estreno actual de este 2024, del cual Netflix tiene los derecho fuera de Japón. La historia es muy simplona. En un ambiente de provincias, en un isla del mar interior de Seto, la jovencita Takagi (Rui Tsukishima) y el jovencito Nishikata (Soya Kurokawa) son compañeros en el segundo curso de la escuela intermedia. O sea, algo así como segundo de ESO en España. Unos 14 años. Son vecinos y, en una población pequeña, se conocen de siempre. Takagi es vivaz e inteligente, mientras que Nishikata es más tranquilo y muy confiado. Por lo que Takagi lo somete a una sucesión de bromas sin mayores consecuencias, que Nishikata intenta devolver sin éxito. Pero claro, entre ellos surge una tensión romántica no declarada. De la que la chica es muy consciente… el chico, más bobo e inmaduro, no tanto. Había visto una temporada de la versión animada. Simpática. En esta versión de acción real, poco a poco se deja de dar importancia a las bromas, para dar trascendencia a la relación entre los dos adolescentes. Y esto es lo que da valor a la serie, ya que estas relaciones, inocentes e indecisas son muy majas. La chiqueta es mejor intérprete que el chaval. En general, y a pesar del agridulce final, la serie deja buen sabor de boca… y se ve en un pispás. Parece ser que la película largometraje de animación da resolución a la relación. En inglés se encuentra como Teasing master Takagi-san y alguna de las versiones en castellano aparecen como Maestra en bromas pesadas Takagi-san… pero no me gusta, porque nunca son bromas pesadas.

Unnatural (en inglés en el original) es una serie japonesa de diez episodios de 2018. Lo cual da un punto de ironía a alguno de sus episodios que trata de un brote de síndrome respiratorio grave causado por un coronavirus. Es una serie más o menos típica de investigadores forenses. Los protagonistas trabajan en un instituto autónomo de medicina legal, en el que trabajan dos forenses y otros técnicos. El personaje principal, Mikoto Misumi (Satomi Ishihara), es una joven forense muy dinámica, querida por sus compañeros, que fue adoptada tras perder a sus padres. El complementario, Kai Nakado (Arata Iura), es un hombre, también forense, osco y algo misántropo, marcado por el asesinato de su novia ocho años atrás, del que fue acusado. En principio es un procedimental en el que en cada episodio o cada dos episodios resuelven un caso. Pero hay un misterio global, relacionado con la novia de Nakado y con crímenes recientes, que se resolverá al final.

Aunque empecé a ver el primer episodio sin mucho convencimiento, pensando que probablemente abandonaría la serie directamente, lo cierto es que me enganché. Y el principal motivo no está tanto en las tramas, que son correctas, pero lejos de la espectacularidad de lo que series similares norteamericanas plantean (hacen bromas a costa de una de ellas), sino en la empatía con los personajes. Se hacen querer. La chica protagonista es de estas actrices japonesas ubercharming que no lo hace mal. Y el conjunto que la rodea no funciona mal. Dentro de que la interpretación de los actores japoneses en teleseries siempre me resulta un poco forzada. Pero está bien. Yo la he disfrutado.

[TV] Cosas de series; misterios astronáuticos, Lincoln asesinado y simpáticos neandertales

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Dos cuestiones que entran en conflicto me han venido pasando últimamente. Por un lado, se me han acumulado muchas series de televisión para comentar, a pesar de que tenía la sensación de que estaba muy irregular con estas cosas. Y por otro lado, voy con poco tiempo para comentarlas. Pero he sacado un poco de tiempo este viernes para sacar adelante el comentario de algunas de ellas. Aunque sea de forma telegráfica. Tres series. Y una película documental para televisión.

Los bosques suecos tienen un cierto papel en una de las películas de astronautas, así que pondré algunas fotografías alusivas.

Ha coincidido que en estos primeros meses del año se han estrenado dos miniseries con premisas argumentales muy similares. Una en Apple TV, Constellation. Otra en Netflix, Das Signal. La primera es una coproducción en la que participan productoras de Estados Unidos y algunos países europeos, ocho episodios, con el gancho de Noomi Rapace como protagonista. La segunda es una producción alemana de cuatro episodios. Ambas comparten algunas premisas. Una astronauta con una misión en órbita alrededor de la Tierra, un evento extraño, y un regreso a la Tierra accidentado. Y una conspiración. La primera, dándole vueltas a algunos conceptos de la mecánica cuántica, más bien hipótesis indemostrables sobre lo que significan algunas de sus matemáticas, como los multiversos, malentendiendolos las más de las veces. La otra, con una curiosidad que a algunos de los más aficionados trekies les sonará más o menos familiar. Pero resumiendo, para no aburrir, ninguna de las dos ha convencido mucho a la parroquia. Ni a mí tampoco. Entre lo pretencioso de la primera, y lo simplón de la segunda. Con guiones flojos, basadas en ideas que puedan estar lastradas de partida. No especialmente recomenables.

Sí que me parece recomendable Manhunt. Serie norteamericana para Apple TV que nos cuenta en siete episodios como fue el asesinato de Abraham Lincoln, como se persiguió a sus asesinos, y como fue el juicio, vinculándolo, de alguna forma, a la mala administración que hizo Andrew Johnson, el vicepresidente y sucesor de Lincoln, que tanto tergiversó la llamada Reconstrucción, con corrupción y secuelas que, tal vez, repercutan hasta hoy en día. Se apoya en una excelente ambientación y en las excelentes interpretaciones de Tobias Menzies como el secretario de guerra Stanton, que dirigió la persecución de los criminales, y Anthony Boyle interpretando al asesino John Wilkes Booth. No es una excelencia de las de recordar para toda la vida, pero está bastante bien, y es recomendable.

Finalmente, me vi recientemente el documental de 80 minutos de Netflix, Secrets of the neanderthals. Un producción británica en la que se recorren los hallazgos paleontropológicos y arqueológicos más importantes para comprender quienes fueron los miembros de esta especia humana que ocupó Europa y buena parte de Asia y de quien los euroasiáticos, incluidos los descendientes de los que emigraron a otros continentes, conservamos un 2-3 % de sus genes en nuestro propio genoma. Indicando que hubo reproducción cruzada fértil entre los neandertales y Homo sapiens. Pero la serie se centra en la interpretación de fósiles y restos arqueológicos que dejaron en Oriente Medio y distintas localizaciones de Europa. No está mal. Se deja ver. Es cierto que a mí me hubiera gustado algo de tiempo a profundizar un poquito en los descubrimientos realizados a través de la biología molecular y el estudio del genoma… pero bueno. Es que a mí me gustan estas cosas. Narrada por Patrick Stewart.

[TV] Cosas de series; médicos, bomberos, policías… y vampiros

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Vamos con mi última ronda de k-dramas… o sea, dramas coreanos, cuando drama es un genérico que incluye también la comedia. He de decir que estaban un poco de bajón estas series. Y de hecho algunas de las que he empezado últimamente las he abandonado. Son cosas que pasan si a unas producciones que tienen no poco de guilty pleasures se une una falta de empatía absoluta con los personajes protagonistas. Como por ejemplo en esta producción de guapos protagonistas que tan buen resultado dieron en otras ocasiones, que está siendo muy bien recibida por la mayor parte del grupo, pero que a mí se me ha vuelto estomagante. Pero vamos con las que no.

Ghost doctor (en inglés en el original) es una serie de 2022 que se puede ver en Netflix, pero creo que sólo con subtítulos en inglés. Un antipático pero tremendamente hábil y eficaz cirujano cardiovascular y un simpático pero torpón residente de primer año, pero heredero de la empresa que gestiona el hospital, se tienen que aliar para desentrañar los misterios que rodean algunas muertes y accidentes en el entorno del hospital. Pero con la peculiaridad de que el hábil cirujano es víctima de «un accidente», acaba en coma y es su fantasma temporal el que colabora con el torpón residente que, casualmente, es capaz de ver fantasmas desde niño. Entre la comedia de las situaciones que se producen por las «posesiones» del fantasma, y otros fantasmas, y el drama de la conspiración para hacerse con el control del hospital y despojar a una rica heredera, y neurocirujana, e interés romántico el hábil cardiovascular, de su herencia. En general, muy animada y entretenida. Con dos peros. La neurocirujana, una actriz muy guapa, hace una interpretación en su 85 % aburridísima. Hay otro personaje femenino, la joven residente, interés romántico del torpón residente, que es bien maja y está absolutamente desaprovechada en la trama. Pero ya está.

He podido ver la segunda temporada de Sobangseo Yeop Gyeongchalseo (소방서 옆 경찰서, la comisaría próxima al parque de bomberos), conocida en inglés como The first responders y en español como Unidad de primera intervención. Este drama de acción (y romance) con bomberos y policías como protagonistas (y los forenses) me pareció muy entretenido en su primera temporada de 12 episodios, que quedaba con las tramas abiertas y cerraba con un cliffhanger. Por eso me apetecía ver la segunda temporada. Que va en la misma línea… pero baja de interés notablemente. Se centra mucho más en el personaje del policía, y la chica, la enfermera de los bomberos, pasa a ser un florero en el conjunto de la serie. Sigue siendo entretenida, pero por esos y otros motivos que no menciono para no destripar la trama, pierde bastante. Pero cerrada está.

Finalmente, en Amazon Prime Video he podido ver Gaseum-i ttwinda (가슴이 뛴다, mi corazón late) conocida en inglés como Heartbeat, y en castellano El latido de mi corazón. Dramedia romántica, con el romance entre una tristona enfermera escolar que vive solitaria y con apuros y un vampiro que estaba sumido en un sueño de 100 años con el fin de convertirse en humano y al que despierta un día antes de lo que corresponde. A partir de ahí, chascarrillos, romance, y los elementos que pondrán palos en las ruedas de la relación. En el reparto de secundarios, los «payasos», los «rivales amorosos», y el vampiro perverso como contrapartida a los vampiros buenos. Y como en casi toda serie sobrenatural coreana, una historia de reencarnaciones y de romances y rivalidades que se extiende desde cientos de años atrás. Empieza bien… pero va decayendo. Tiene el problema que la chica protagonista no acaba de estar cómoda en el papel, en lo que a mí me parece. Le falta expresividad en algunos momentos. Normalita. Entretenida, pero poco memorable.

[TV] Cosas de series; una animación bien hecha que no es para mí y otra bien hecha que no está mal

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Hoy traigo dos series de animación japonesas. Con agilidad, porque no tengo mucho tiempo para dedicar. Una de ellas viene de Netflix y la otra es de otras plataformas, una de las pruebas que hago de vez en cuando para probar distintos géneros de animación japonesa. Unas con más fortuna, otras con menos.

Onmyōji (陰陽師), algo así como el maestro del yin y del yang) es una serie de Netflix, en la que retrocedemos al período Heian del Japón, con personajes reales, históricamente documentados, pero con un fuerte toque fantástico. Los protagonistas son Minamoto no Hiromasa, un noble de la corte y músico, nieto de un emperador, y Abe no Seimei, el onmyōji del título, unos funcionarios que eran astrólogos y consejeros del gobierno y el emperador a la hora de decidir la fecha y el momento adecuado para hacer los actos de gobierno. Pero en la serie se dedican a proteger a la corte de Heian-kyō (actualmente Kioto) y a sus funcionarios de los demonios que los acechan. Es curioso que la serie no está muy bien valorada por los espectadores, y sin embargo a mí me ha parecido muy entretenida. Especialmente cuando las tramas son más ligeras. Cuando se pone más seria… se hace un poquito más pesada. Y es cierto que no todas las interacciones están bien aprovechadas, como el personaje de la princesa Tsuyuko, que podría haber dado un poco de variedad al asunto. Pero a mí me resultó entretenida.

Yubisaki to renren (ゆびさきと恋々, el afecto y la punta de los dedos), conocida por A sign of affection/Signos de afecto es una de las series de animación con las que llevo explorando el género en los últimos tiempos. Es una serie muy bien valorada por los aficionados, pero destinada a un grupo demográfico muy determinado; las chicas jóvenes. Me ha costado terminar la temporada a pesar de las buenas críticas, precisamente por su grupo diana tan específico. Y porque los tópicos que se asocian al género me resultan muy indigestos. Nos cuenta la relación romántica entre una joven universitaria de primer curso, sordomuda (de ahí el título que hace referencia al lenguaje de signos), y un joven algo mayor, también universitario, muy cosmopolita, políglota, y muy viajado. Más todos los amigos y familiares que los rodean. La idea es buena. Pero hay algunas cosas que me cansan o empalagan mucho. Una, especialmente, es la voz en off que representa los pensamientos de la chica, y que parece una constante en este tipo de series. No sabéis hasta que punto odio las voces en off salvo que estén muy muy muy bien justificadas. Suelen ser signo de mala capacidad para contar historias audiovisualmente. Y hay formas de narrar la vida interior de una persona mucho más elegantes que una voz en off. Y luego otros aspectos visuales. No creo que repita en este género. Me resulta un tanto estomagante. Es de esos géneros que están tan dirigidos a un sector demográfico, que difícilmente pueden digerirse por quien no pertenezca al mismo. Y al mismo tiempo me resulta una representación extremadamente irreal e idealizada de las relaciones a esas edades. Por lo menos, en los tiempos que corren.

[TV] Cosas de series; curas peligroso y alienígenas… más peligrosos aún

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Dos series muy distintas. Pero es que no tengo tiempo para engarzar una entrada más homogénea y coherente. Una de las series me la encontré, me entró curiosidad y la vi. La otra era muy esperada desde hace meses; una de las adaptaciones de un libro de ciencia ficción más esperadas. Y como dije un 23 de agosto del año pasado, una adaptación que esperaba con cierto pesimismo. Ya he comentado en alguna ocasión que me estoy planteando mandar a Netflix a freír churros. Y esta serie llega de la mano de esta plataforma de contenidos en línea.

Ya que las series de hoy tienen un fuerte componente británico, nos daremos un paseo fotográfico por el West End londinense.

Pero vamos primero con Inside man, una serie de la BBC que es distribuida por Netflix fuera del Reino Unido. Me llamó la atención por su reparto. David Tennant como un clérigo anglicano al que cierta situación se le va de las manos, Stanley Tucci como un genio asesino que resuelve casos detectivescos desde el corredor de la muerte de una prisión de máxima seguridad de Arizona y Dolly Wells como la situación que se le va de las manos a Tennant. Un reparto muy prometedor. Y sólo cuatro episodios de una hora de duración… ¿Cómo no ponerse a ello? La cosa va de que una serie de malentendidos lleva a que el clérigo secuestre a la profesora de matemáticas de su hijo por miedo a que lo denuncie por algo que no ha hecho. Y eso lleva a una espiral de catastróficas consecuencias. Mientras una conocida de la profesora (Lydia West), una periodista que entrevista al asesino le pide que le ayude a encontrar a su desaparecida amiga. Indudablemente está bien interpretada y en general se ve bien, sin problemas. Pero es mucho más previsible de lo que creía, y al final te deja con la sensación de que tenía mimbres para haber resultado mucho más interesante de lo que es. Me pasa mucho últimamente…

3 body problem es la segunda adaptación, una fuerte apuesta de Netflix para este 2024, de la famosa novela de Liu Cixin, El problema de los tres cuerpos. En el enlace que ya he puesto antes, me explayé a gusto sobre la primera adaptación, la realizada en China. Una adaptación muy imperfecta, pero perfectamente asumible, entretenida, bastante fiel al original, que merecía una distribución de mejor calidad que la que se hizo a través de Youtube. He dicho imperfecta. Obviamente, los chinos no tienen el oficio de Estados Unidos, Reino Unido u otros países occidentales a la hora de realizar series de televisión. Hay alguna cutredad, el reparto es heterogéneo en calidad, el guion mejorable. Pero algo que sorprendió de inmediato es que la versión de Netflix encaja en 8 episodios lo que la producción china narraba en 30 episodios. Y no sólo eso, sino que en sus últimos episodios se mete ya en la trama del segundo libro de la trilogía. Esto ya marca alguna diferencias importantes. A eso hay que añadir que el reparto es mucho más internacional, que la mayor parte de la acción en la época actual transcurre en el Reino Unido y no en China, y que hay personajes nuevos que no existen en el original. Mientras que el original era un reparto, unos personajes, en un 90 % chinos, aquí estamos ante un elenco benetton, de todas las etnias y colores.

La trama es esencialmente la misma. Pero la serie de Netflix echa a correr y en los primeros cuatro episodios resume mucha de la trama de la novela de Liu. Modifica también los protagonismos. Aunque el reparto me parece muy coral, hay personajes más importantes que otros. Y el principal, a parte de Ye Wenjie (Rosalind Chao/Zine Tseng), es el de Jin Cheng (Jess Hong), que mezcla varios personajes de las novelas, sin ser fiel a ninguno en concreto. Y esta chica lo hace bien. El resto del reparto, con algunos nombres conocidos, tiene una calidad diversa. Demasiado diversa. Lo cierto es que en esos cuatro primeros episodios, la serie me estaba decepcionando. En la segunda mitad de la temporada mejora, tiene momentos buenos o muy buenos. Empieza a definir lo que quiere ser la serie. A unos les parecerá mejor y a otros peor, pero la peripecia de Ye Wenjie tiene importancia sólo como desencadenante de lo que la serie da importancia. En la novela y en la adaptación china, esa peripecia es una parte importante de la narración, que justifica la novela por sí misma. En la serie de Netflix, es un punto de partida para lo que quiere ser… una serie de guerras espaciales entre la humanidad y los trisolarianos. Que no es el enfoque de los libros de Liu Cixin. En su conjunto, la serie está bien. Seguro que veo una segunda temporada si se da, no sé si está confirmada… pero voy a asumir que no es lo mismo. Que está inspirada en, pero que el espíritu es otro, aunque los acontecimientos sean parecidos. Pero no va a ser una ficción de referencia en el ámbito de la ciencia ficción. Difícilmente se puede convertir en eso. No da para tanto. Ya veremos cómo sigue. Si sigue.

[TV] Cosas de series; fenomenales series de animación con protagonistas femeninas

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He cambiado algo la forma de acceder a la animación japonesa, y esto me ha permitido en los últimos meses detectar algunas series realmente buenas. Pero realmente. Con historias interesantes, con construcción y definición de caracteres, con elementos originales, con buenos guiones, con buen dibujo. Realmente fenomenales. No sé si las mejores de la historia como se dice de una de ellas… especialmente porque me gusta más la otra, pero están muy bien. Vayamos por el orden en el que las he terminado de ver, aunque no fuese así cuando empecé a verlas.

El palacio de la serie sobre Maomao está claramente inspirado en la Ciudad Prohibida de Pekín. Como la pandemia me impidió visitarlo en 2020, ilustraré la entrada con la tumba de Ming Xiaoling en Nankín, que también puede venir al caso.

Sōsō no Frieren (葬送のフリーレン, el duelo de Frieren o algo así; sōsō 葬送 sería como un último adiós a los muertos) ha tenido una primera temporada de 28 episodios. Visto el éxito que ha tenido, suponen que habrá una segunda temporada, pero puede tardar. Adaptación de un manga, en inglés recibe el título Frieren: beyond the journey’s end (Frieren: más allá del final del viaje). No me consta que haya un título formal en castellano, o es simplemente Frieren. Es una serie de acción y fantasía. El personaje protagonista, Frieren (en alemán, congelar; muchos nombres de personajes tienen traducción desde el alemán), es una elfa con más de mil años de edad, y con una perspectiva de vida casi ilimitada, participó durante diez años en una aventura para derrotar al Rey Demonio (魔王 Maō, un equivalente en la fantasía japonesa al Satanás de las religiones abrahámicas que se extendió en la cultura popular occidental). La acción empieza tras el final de esa aventura, liderados por Himmel (cielo en alemán). Pero unas décadas más tardes, Frieren permanece inalterada, mientras que sus compañero han muerto, están muriendo o son muy ancianos. Lo que para ella ha sido un instante, para ellos ha sido toda una vida. Y empieza a tomar conciencia del valor de las relaciones y de la amistad. Por cierto, que Frieren es una maga, muy poderosa, pero que suele preocuparse por los hechizos más cotidianos y banales.

Y en estas estamos que se ve obligada a aceptar una niña como aprendiz, Fern (distante en alemán). Y tras unos años, a un chaval de edad parecida, Stark (fuerte en alemán), ya un adolescente, como acompañante. Un chaval que aspira a convertirse en un guerrero heroico como Himmel. Y deciden viajar al fin del mundo en el norte, para encontrarse en el país donde residen las almas, para dar el último adiós a sus antiguos amigos, una vez que ha comprendido el valor de esas relaciones. Y así empieza la aventura después de la aventura. Una aventura que se cuece a fuego lento, dando tiempo a desarrollar personajes, a desarrollar relaciones, a profundizar en sentimientos, con las dosis justas de acción aquí y allá, que nos permiten ver quién es exactamente Frieren, junto con los flashbacks a su pasado, y el desarrollo de los jóvenes. Está muy bien. Te engancha. Es una de esas historias que da igual que estén pensadas para un público juvenil, porque contienen valores narrativos para todos los públicos, y valores éticos para todo el mundo. Está muy bien. Y me gustaría ver la continuación de estas aventuras. Imprescindible para los amantes de la animación. Japonesa o de cualquier nacionalidad.

Y luego está Kusuriya no hitorigoto (薬屋のひとりごと, los diarios de la boticao de la boticaria; 薬 kusuri o お薬 okusuri es medicación, 屋 ya es tienda, por lo tanto botica o farmacia, pero en el original a la protagonista le llaman kusuriya en el sentido de boticaria). Conocida internacionalmente precisamente como The apothecary diaries, los diarios de la botica/boticaria… también aquí puede ser cualquier de las dos, es adaptación de unas novelas ligeras de éxito, que también han tenido versión en manga. La acción se sitúa en un reino no denominado, pero inspirado claramente en la China de alguna dinastía de algunos siglos atrás. En algunos lugares, he leído que en la dinastía Tang (del año 618 al 917). En otros, en la dinastía Ming (del 1368 al 1644). Muy distintos. Dado que uno de los personajes lleva monóculo, opto por pensar que se trata de la Ming. Las lentes, en Europa, se conocían desde la antigüedad. Pero las gafas y similares fueron cosa del periodo final de la edad media. Ni idea de que pasó en China. Bueno… la protagonista es Xiaomao (小猫, gato pequeño), o familiarmente Maomao (猫猫, repetición del carácter gato), una joven de diecisiete años que trabaja en la botica de un prestigioso establecimiento de cortesanas del barrio rojo de la ciudad. Barrio donde se concentra la prostitución, aunque en España se suele usar la expresión barrio chino, que no me parece adecuada en este contexto, ni en cualquier otro, puestos a ello. Vive con su padre adoptivo.

El caso es que a Maomao la secuestran y la venden al palacio imperial como sirvienta. Donde deberá trabajar tres años para cubrir la deuda de su precio. Intentará pasar desapercibida, pero es inteligente e inquisitiva. Y se mezclara con el que parece ser jefe de los eunucos, un atractivo joven un poco mayor, con quien empezará a resolver los misterios de las cosas que pasan en palacio. Primero en relación con las concubinas del emperador, y sus juegos de poder y rivalidad, pero posteriormente con otros misterios. Por lo que inicialmente parece un procedimental simpático. Sin embargo, poco a poco la serie, que ha tenido una temporada de 24 episodios dividida en dos tramos de 12, va desarrollando una trama longitudinal, que afecta a los orígenes de la propia Maomao. Así como otras laterales que afectan a la auténtica identidad del joven y atractivo «eunuco». La serie es muy divertida, tiene una fenomenal definición de caracteres, es mucho más adulta en sus temas de lo que parece, y es de lo mejor que he visto en series de animación. A mí me parece superior a la anterior, aunque sea por poquito. Y espero con muchas ganas su ya comprometida segunda temporada. Otra imprescindible de los amantes de la animación.

[TV] Cosas de series; fallida bélica norteamericana y entretenida distopía romántica tailandesa

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Hoy me apetecía mucho hablar de animación japonesa. En este fin de semana han llegado a su fin las primeras temporadas dos series excelentes, con alguna cosita en común. Pero al final he decidido seguir con el ritmo previsto inicialmente, y darme un tiempo para reposar esas series. El inconveniente es que me veo obligado a hablar de una de las grandes decepciones de la temporada. Pero antes, un previo simpático de origen tailandés.

Después de la agradable sorpresa que fue una serie tailandesa ambientada en el año 2000, hace unas semanas, decidí darle otra oportunidad a otra serie del país del sudeste asiático. ¿O es del sur asiático? ¿Dónde acaba el sur y empieza el sudeste? Acabo de comprobar en Wikipedia que consideran a Tailandia como Sudeste Asiático, siendo esta una de las veintidós subregiones en las que la ONU divide el mundo. España está en la subregión Europa Meridional, junto con Portugal, Italia, los países de la antigua Yugoslavia, Grecia, Andorra, Gibraltar, San Marino y la Ciudad del Vaticano. Ah… y la parte europea de Turquía. Curiosa mezcla, con una fuerte discontinuidad territorial entre la Península Itálica y la Península Ibérica. Compárese esa subregión en población y superficie con la subregión América del Sur, que ocupa todo un continente enorme. Pero dejemos esta digresión. Ready, Set, Love, en inglés el título original, que en castellano se puede encontrar como Preparadas, listas, ¡amor!, está claramente inspirada en el gran éxito surcoreano sobre juegos colectivos, pero con un tono muy distinto. En una sociedad distópica en la que casi no nacen hombres, las mujeres procrean fundamentalmente por inseminación artificial, y los pocos hombres están protegidos en un área reservada, todos los años se realiza un reality show con juegos para decidir cómo se forman las parejas con los pocos hombres casaderos del momento. En general, las competidoras pertenecen a la élite social. Pero por lotería se da la oportunidad a una chica procedente de las clases populares de competir. Y lo hará para conseguir tratamiento para su hermana menor enferma. Pero también encontrará al buen mozo que le hará tilín, por lo que, aunque al principio no tenía interés en participar, la inscribió su hermana en la lotería, acabará haciéndolo con uñas y dientes, enfrentándose al poder fáctico establecido. Es una serie entretenida. Intrascendente. Pero son sólo seis episodios, por lo que no le dedicas mucho tiempo. Pasas el rato de forma agradable, muchas veces con una sonrisa. Las interpretaciones son normalitas, pero la protagonistas tiene su carisma.

La gran decepción procede de Masters of the air, tercera entrega de la saga de series bélicas que hablan de la historia los soldados norteamericanos en la Segunda Guerra Mundial, producida en mayor o menor medida por Steven Spielberg y Tom Hanks, entre otros muchos productores, productores ejecutivos y demás. Estas series son obvias descendientes de Saving private Ryan, dirigida por el uno y protagonizada por el otro. Lo cual, en principio, me hubiera alejado de estas series. En aquella película, al mismo tiempo que Spielberg demostraba su maestría para dirigir, y Hanks y otros su maestría para actuar, también quedaba de manifiesto la capacidad del director para lanzar mensajes éticamente confusos o incluso cuestionables. Y aunque pasa por mantener posiciones políticas liberales progresistas, a mí entran muchas muchas muchas dudas sobre la naturaleza de ese progresismo de olorcillo en ocasiones muy carca. Pero le di una oportunidad a Band of Brothers, y me encantó. Es claramente una de las mejores series bélicas de la historia. O una de las mejores series de la historia, no importa el género. O incluso si la mezclamos con los largometrajes bélicos, también está en cabeza. El recorrido de la compañía E (o Easy) de uno de los regimientos de paracaidistas de la División Aerotransportada 101 de los Estados Unidos desde su lanzamiento sobre Normandía, hasta su llegada a Austria al final de la guerra para atender a prisioneros políticos, raciales y de guerra es absolutamente magistral. A ella siguió The Pacific, en la que cambias de ejército y de escenario. Ahora seguiremos a algunos infantes de marina de la Primera División de Infantería de Marina desde la campaña de Guadalcanal hasta Okinawa. Sí… infantes de marina. La palabra marine tiene traducción al español, infante de marina. De hecho el concepto de infantería de marina es un invento español, de 1537, por Carlos I, aunque ya existían previamente en la Corona de Aragón o su reino vasallo de Nápoles las Compañías Viejas del Mar que combatían sobre galeras o en desembarcos en el norte de África.

Y en la tercera entrega, 14 años después de la segunda, cambiamos nuevamente de rama militar y nos vamos a la aviación. Que en la Segunda Guerra Mundial, en Estados Unidos no era un ejército autónomo de otros, sino que formaba parte del ejército de tierra (Fuerza área del ejército de los Estados Unidos, USAAF, entonces, frente a Fuerza área de los Estados Unidos, USAF, distinto del Ejército de los Estados Unidos, USA). Y la unidad de combate elegida es el 100º Grupo de bombarderos, formado por las tripulaciones de bombarderos Boeing B-17 Flying Fortress, que participaron en los bombardeos estratégicos de los aliados sobre la infraestructura industrial y la población civil alemana en la guerra. Unas acciones que, desde mi punto de vista, en no pocas ocasiones merecen el calificativo de crimen de guerra. Lo cual, ya supone un lastre sobre la serie, que debe justificar lo injustificable. Las dos series precedentes tienen unos protagonistas cuyas acciones son mucho más defendibles en un estado de guerra. El segundo problema es que es difícil encontrar un anclaje firme a lo largo de todo el tiempo. La supervivencia de las tripulaciones fue muy baja. Especialmente en esta unidad, que durante mucho tiempo estuvo mal dirigida, y que sufrió la mayor cantidad de bajas, por la mala gestión, la mala coordinación y el deficiente mando. El tercer problema es que la serie abusa del postureo emocional. Del plano bonito y «trascendente»… con las nubes del sol poniente lanzando rayos del «dios glorioso» y esas tontadas. Hay varias peripecias en la serie, como la de los pilotos negros de aviones de caza, que tienen difícil encaje en la narración, y están ahí por la corrección política, sin más. La he terminado un poco a la fuerza. Pero además de la falta de coherencia interna de la historia, con ramificaciones que quedan incompleta o mal explicadas, tiene la falsa moral spielbergiana que ya he comentado antes y que tanto me molesta. Lo único que me ha hecho gracia es que los prisioneros de guerra llegasen en un momento dado a un Stalag 13, que siempre pensé que era un campo ficticio al servicio de la comedia paródica Hogan’s heroes, clara parodia de películas como la magistral Stalag 17 (el real fue el Stalag XVII B, o la popular The Great Scape, que sucedió en el Stalag Luft III, donde están los prisioneros americanos, aunque aquella peripecia la protagonizaron los prisioneros británicos. Pero más allá de la parodia, hubo varios Stalag XIII, próximos a Núremberg.

Acompañando a la serie, que se puede ver en Apple TV+, se ha programado un documental, The bloody hundreth, que es bastante más útil para entender la historia de esta gente, más claro, y basado en testimonios reales, lo cual teóricamente también es cierto para la serie. No es el mejor documental del mundo, pero es correcto, y con algunas secuencias de los hechos reales, tomadas con las cámaras que llevaban los aviones, que son muy interesantes.

[TV] Cosas de series; una nueva ronda de «guilty pleasures» surcoreanos

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Voy a aliviar la decepción del primer episodio de una serie muy esperada con una entrada de contenidos ligeros en lo que a lo televisivo se refiere. Últimamente he diversificado en lo que se refiere a los k-dramas. No tanto en las características de los mismos, sino en la plataforma en los que los veo. Ya comentaba recientemente que tengo a Netflix bajo amenaza de abandono. Y más ahora que este «mi guilty pleasure» televisivo favorito está accesible en otras plataformas como Amazon Prime Video. Evidentemente, no son las mismas series… pero teniendo en cuenta las características de las mismas… eso… sinceramente,… da igual

Por ejemplo, Nae nampyeongwa gyeolhonhaejwo [내 남편과 결혼해줘], que se encuentra en otros idiomas bajo las variantes Marry my husband o Cásate con mi esposo, que son traducciones directas del original en coreano. Es un estreno reciente, de este 2024, en Amazon Prime Video. Su protagonista femenina, y principal estrella de la función, es Park Min-Young, que ya había podido ver en otras series (la de la agencia meteorológica, que no llegue a considerar necesario mencionar a la protagonista), aunque no me había llamado especialmente la atención por sus capacidades interpretativas. La premisa original está bien y lleva a que la serie se divertida, muy entretenida. Una mujer en torno a los 40 años ha sido una desgraciada buena parte de su vida, con un marido que es una desgracia, que le engaña con su mejor amiga (no se porque le llaman «engañar con su mejor amiga» porque obviamente no ES su amiga), enferma de cáncer. Y encima estos, aunque accidentalmente, la matan, antes de que lo haga el cáncer. Pero por un extraño sortilegio, su alma se instala en su propio cuerpo de cuando tenía 31 años, antes de casarse. Por lo que tiene la oportunidad de hacer las cosas de otra forma… y de vengarse lo más cruelmente posible del que con esa edad es su novio y «su mejor amiga». Si además liga con un tipo rico, mejor que mejor. Hubiera necesitado más mala baba. Funciona mejor como comedia negra que como comedia romántica. Y por ello, muchas veces se apoderan de la pantalla los secundarios, especialmente «la mejor amiga» (Song Ha-yoon). Pero es muy entretenida. Típica en sus 16 episodios de una hora o un poco más de duración.

En otro orden de cosas está Sejak, maehokdoen jadeul o simplemente Sejak [세작, 매혹된 자들, que se traduciría libremente como algo así como el espía o el espía cautivado o fascinado], y que en otros idiomas más próximos podemos encontrar como Cautivar a un rey o Captivating the king. Estreno reciente también, de este 2024, pero en Netflix. Y con una protagonista femenina con la que simpatizo, Shin Se-Kyung, aunque creo que tiene un registro limitado, o lo que pasa es que sólo la he visto en series de época. Y un protagonista masculino con quien también simpatizo, Jo Jung-Suk, aunque parece que los papeles dramáticos no se le dan tan bien como en aquella serie que me parece de lo mejor que he visto en estos años de placer inconfesable surcoreano. La serie parece que va a ser la típica comedia romántica ambientada en la dinastia Joseon, en este caso en la época de la transición en China de la dinastía Ming a la dinastía manchú, dinastía Qing. Con el romance entre una jugadora de go (baduk en Corea), hija de un noble, que juega disfrazada de hombre, y un príncipe real. Pero no. Ya desde el principio el argumento toma un rumbo dramático, y acaba siendo una intriga política en tiempos revueltos, con el príncipe convertido en rey, desconfiado y sospechoso de todo, y la jugadora de go, admitida, pese a sus antecedentes criminales, en el maestro de go del rey y de uno de los príncipes todavía niño. Pero siendo en realidad una agente secreta destinada a derrocar al rey. Cuando se mueve por la intriga política tiene buenos momentos, que bajan de nivel cuando se mezcla con el romance que no es pero sí es. Y tiene el problema de [ATENCIÓN ESPOILER]………… un happy end muy forzado. Le hubiera sentado mejor un final más trágico. Pero es entretenida, aunque mejorable en sus interpretaciones.

Finalmente, hay en Netflix una nueva entrega de Risqué business, esta vez en los Países Bajos (1 episodio Ámsterdam) y Alemania (5 episodios en Berlín). Como en las dos anteriores, los dos presentadores coreanos, representando a la conservadora y mojigata sociedad de su país, se adentran en el mundo del sexo/erotismo/pornografía o cosas parecidas aunque no necesariamente lo sean. Además de la prostitución reglamentada en el Barrio Rojo de Ámsterdam, conoceremos el mundo del negocio del BDSM, la industria de los juguetes sexuales en Alemania, el mundo de las relaciones poliamorosas, las saunas mixtas o el naturismo… Estás últimas, por mucho que vayan en pelotas en el tiempo libre, no debería ser incluido como dentro de las cuestiones sexuales. En mi opinión. Pero cuando el desnudo es un tabú, pasan estas cosas. Es una serie que es entretenida, aunque con un interés oscilante según los temas, en la que lo más entretenido es el teatro que le echan sus presentadores a la hora de fingir que se escandalizan, y esas cosas. Como se ve enseguida, seis episodios de media hora… pues subsiguientes ediciones las seguiré viendo. Es un relleno entretenido en casa.

[TV] Cosas de series; animación y animación convertida en acción real

Televisión

Durante la última década, Disney se ha dedicado a realizar versiones en acción real, es decir con actores de carne y hueso, de su algunas de sus películas más famosas de animación. Incluso con segundas partes. Y poco a poco también está llegando a las series. Los japoneses llevan mucho tiempo explotando sus mangas de éxito haciendo múltiples versiones audiovisuales; largometraje, serie de animación, serie de acción real… A veces las tres para la misma historia. Pero, sinceramente, pocas veces me convencen estas maquinaciones. Netflix lo lleva intentando con especial interés. Pero con resultados discutibles… véase cierto ejemplo. Pero insisten. Hoy vamos con una de estas adaptaciones a acción real, y lo complementaré con una animación pura y dura, también en Netflix.

Ya que estamos con culturas asiáticas, ilustraremos la entrada con una paseo por las orillas del lago del Oeste de Hangzhou.

Hace ya años, algo menos de una década, vi una temporada de una serie de animación, The Legend of Korra, que me cayó en gracia. Me gustó. Sin embargo, no insistí con ella, no vi las siguientes temporadas. Era un spin off de otra serie previa con gran éxito, Avatar: The legend of Aang o Avatar: The last airbender, según regiones del mundo, que tiene una sorprendente puntuación de los votantes de IMDb con 9.3 de promedio procedentes de más de 365 mil votantes. Tampoco me dio por verla. Unas series norteamericanas, aunque hay quien cree que son animes por la ambientación de la historia en un pastiche de culturas orientales o árticas. Un terreno muy atractivo para relanzar estas historias y generar ingresos basados en su popularidad. Netflix ha optado por trasladar la historia a acción real, en lugar de una nueva versión en animación. Y así, hace unas semanas llegó a la plataforma, Avatar: The Last Airbender, que recrea la historia de la serie original.

Básicamente es la típica historia del advenimiento de un héroe, más o menos mesiánico, en un mundo en el que está presente la magia, especialmente por la existencia de personas capaces de dominar los cuatro elementos; aire, agua, tierra y fuego. Los malos son los del fuego. Y en este caso el héroe es un chaval de 12 o 13 años de edad, uno de los que denominan el aire, que despierta de un sueño congelado en hielo de 100 años de duración, para liberar al mundo de la tiranía de la guerra y los malos, y para ello recibirá la ayuda de dos hermanos que proceden del pueblo que domina las aguas. Y de otras personas que encontrarán en su camino de descubrimiento, mientras son perseguidos por los malos. Realmente, nada original en cuanto a la historia. Así que la gracia está en cómo se cuente. Como en el original, el entorno es mundo mágico con unas culturas que son pastiches de culturas asiáticas, con mezclas más o menos improbables. Así… los que dominan el agua tiene pinta de inuits, pero a sus lugares sagrados se entran por puertas similares a los torii del shinto japonés. No hay mucho esfuerzo creativo; como digo es un pastiche de elementos existentes. Y me ha resultado difícil de tragar por unos diálogos propios de adolescentes de un instituto yanqui. Un lenguaje simplón que si lo combinas con una colección de frases de aspecto grandilocuente, filosofemas que realmente tienen mucho menos significado que el que aparentan, puestos en labios de los personajes adultos, confiere al guion un aire de baratillo… típico ejemplo de que se busca atraer por los efectos gráficos y especiales, descuidando las historias y el desarrollo de personajes, que son en realidad bastante planos. No creo que repita. Está muy por debajo de lo que yo recuerdo de aquella animación que vi hace nueve años. Muy muy muy por debajo.

Quizá por eso, en paralelo, he estado viendo, también en Netflix, una serie de animación japonesa, también de corte fantástico. Nada original tampoco. Un territorio relativamente trillado. Onimusha [鬼武者, el guerreo demoniaco] es una de samuráis contra demonios [oni 鬼], que transcurre tras el final de las guerras del período Sengoku, al principio del período Edo. A un samurái que ha alistado a un pequeño grupo de guerreros, unos monjes budistas le confían un guantelete con poderes demoniacos, para derrotar a un señor de la guerra que sea convertido, así como sus guerreros, en seres demoniacos. En su camino, serán guiados por una niña huérfana por la acción de los demonios. Como digo, no me ha parecido original, pero está relativamente bien hecha, y es entretenida. Está basada en una serie de videojuegos del mismo título, basados en esas premisas, un protagonista guerrero que lucha contra demonios en distintos momentos de la historia nipona, variando el protagonista según la versión del videojuego. Nada especial, pero vale para pasar el rato con sus episodios de menos de media hora de duración.

[TV] Cosas de series; desde Taiwán a Los Ángeles, y de allí a Hong Kong

Televisión

Sin haberlo planificado, en el principio de este 2024 he reunido tres series que transcurren total o parcialmente en algunos territorios chinos distintos de la China continental, con tramas más o menos interesantes, y con temas y protagonistas muy diversos.

Hong Kong en el otoño de 2016, dos años tras las protestas de los paraguas, en el Ladies’ Market, mientras intentábamos orientarnos en el cúmulo de estímulos de esta ciudad a las pocas horas de llegar a la misma para pasar una semana.

Àiài nèihán guāng [愛愛內含光, La luz interior de Aiai], conocida internacionalmente como Let’s talk about Chu, y en castellano Alguien como Chu, es una producción taiwanesa de ocho episodios en torno a la hora de duración. Chu Ai (Tzu Hsuan Chan) es una chica joven y moderna en Taipéi, que tras la universidad intenta abrirse camino como yutuber hablando sobre sexualidad, mientras se gana la vida en un centro de depilación. No cree mucho en las relaciones, y aboga más bien por un vida de libertad sexual en las relaciones. Pero está rodeada de un entorno complejo. Tiene un mejor amigo del mundo que evidentemente está colada por ella, ella está colada por un antiguo amor adolescente que vive en Londres, su hermana mayor, casada y sin hijos, con un hombre mayor que ella que fue su profesor en la universidad se siente insegura y amenazada por alguna alumna, su hermano es gay y se gana la vida en el mundo del juego con apuestas mientras siente insatisfacción en sus relaciones, y sus padres sufren una profunda crisis cuyos orígenes no están claros. Por lo tanto, la teoría de Aiai [Chu es el apellido, Ai es el nombre, y significa amor, y en las chicas chinas es frecuente que la forma familiar del nombre sea la repetición de alguna de las sílabas del nombre] se derrumba porque no puede aislarse del problema de las relaciones y vivir la vida hedonista y libre de preocupaciones que pretende. Esta serie comienza fuerte en sus primeros episodios, con tono de comedia romántica, y con interpretaciones bastante buenas, con unos caracteres que se hace querer. Pero tiene altibajos en su desarrollo y poco a poco se hace más previsible y convencional. Aunque puede ser un ejemplo de que Taiwán, en estos momentos, es el país más abierto y liberal en temas de sexo de toda la región del Asia oriental.

The brothers Sun es una producción norteamericana de Netflix rodada entre Taipéi y Los Ángeles, en inglés y mandarín, con la oscarizada Michelle Yeoh a la cabeza del reparto. La acción comienza en Taipéi cuando a la cabeza de una tríada taiwanesa le viene encima un ataque, dejando en coma al líder, y poniendo en riesgo la vida de su hijo mayor y sucesor (Justin Chien). Este, para reorganizarse y contratacar contras la tríada presuntamente hostil, viaja a Los Ángeles donde vive su madre (Yeoh) y su hermano menor (Sam Song Li), ajenos al mundo mafioso de la isla china. Pero la amenaza principal, y otras que no sospecha, le han seguido hasta allí, y nada será fácil. Especialmente, cuando interfieran los problemas familiares, y resulte que su madre es algo más que su madre, y que también tiene algo, mucho, que decir en el mundo de la delincuencia organizada. Esta serie sobre mafiosos chinos rodada en clave de comedia principalmente, aunque no faltan los episodios de acción violenta y su punto de drama familiar, me pareció muy divertida. Y prometedora. Las interpretaciones son muy buenas. y esta primera entrega de ocho episodios venía bien como apertura y presentación de futuras aventuras de esta peculiar familia. Lamentablemente, a pesar de las buenas críticas y de las virtudes de la serie, no ha debido de tener la repercusión esperada en el público, y Netflix ya ha dicho que no habrá segunda temporada. Netflix galopa a toda velocidad hacia la mediocridad guiada por los datos de audiencias. Un público, cada vez peor formado en cultura audiovisual, está ansioso por el equivalente en ficción televisiva a la comida basura. Curiosamente, no fue así como Netflix y otras plataformas se hicieron con un lugar bajo el sol de los contenidos para televisión.

Expats es una producción creada y dirigida por Lulu Wang, que ya nos sorprendió hace no muchos años con una muy notable película sobre la inmigración china en Estados Unidos, de seis episodios en Amazon Prime Video. Episodios de duración muy variable. Hay alguno en torno a los 40 minutos apenas, mientras que el episodio 5 es prácticamente un largometraje. Y por cierto, probablemente el mejor de la serie. La serie está rodada en Hong Kong… donde no se puede emitir por la censura. La acción transcurre durante los meses de la Protesta de los Paraguas, en el otoño-invierno de 2014, en los que los jóvenes de la ciudad autónoma se levantaron en protesta pacífica contra el intento del gobierno central chino de recortar el nivel de libertades y democracia que tiene la ciudad. Los paraguas servían lo mismo para protegerse de la frecuente lluvia como para evitar las cámaras del aparato policial y represor chino, mientras ocupaban distintos puntos estratégicos de la ciudad. Y en ese entorno, conocemos la vida de tres expatriadas. Un madre de familia norteamericana (Nicole Kidman) casada con un chino-americano (Brian Tee) y con tres hijos, que un año antes perdió a uno de sus hijos mientras paseaban por uno de las mercados callejeros de la ciudad, como puede ser el Ladies’ Market o alguno similar. Una amiga suya india (Sarayu Blue), casada con un europeo (Jack Huston), que estaba en la zona cuando la desaparición del niño, y que lleva tiempo debatiéndose entre tener o no tener hijos, mientras entra en sus cuarentas. Y una veinteañera coreano-americana (Ji-young Yoo), que siente que su vida está sumida en la mala suerte, que se ha desplazado a Hong Kong para huir de su entorno habitual tras graduarse en una buena universidad de Nueva York, pero que es quien pierde al niño cuando paseaba con la familia considerando la posibilidad de entrar a trabajar como institutriz con ellos.

La serie está basada en una novela de la escritora Janice Y. K. Lee, que no he leído. Y la vida de este grupo de expatriadas de nivel alto, que viven, al menos la rubia norteamericana y la acomodada india, en uno de los distritos más selectos de la ciudad. Cada uno de los episodios de la serie tiene el nombre de un distrito de Hong Kong, y el primero de ellos The Peak, hace referencia al lugar donde residen estas mujeres. Pero como contrapunto a estas mujeres a las que, a priori, no les falta nada en la vida, incluso la desgraciada joven de origen coreano tenía de partida mucho para salir adelante en la vida (unos estudios, una familia en Nueva York) están las helpers, eufemismo como denominan las mujeres acomodadas a sus criadas, también expatriadas, filipinas en su mayor parte, que también tienen sus propias familias y sus propios problemas. Y el resto de los habitantes de la antigua colonia inglesa, los chinos que intentan mantener un nivel de democracia que el Reino Unido no les concedió hasta poco antes de la retrocesión a China, y que la dictadura china les quiere quitar. Todos ellos aparecen representados de fondo en al serie, y adquieren el protagonismo debido en ese excelente quinto episodio. En mi opinión, estamos ante una serie muy interesante en la que, curiosamente, la pieza más débil me parece una Kidman muy encasillada en un tipo de mujer, destacando mucho más el resto del reparto. La serie ha gustado en general a la crítica, pero mucho menos al público, porque no es una serie fácil, ni amable, ni condescendiente. Es un fragmento de vida, condicionado por una tragedia del pasado, y que no se resuelve, no hay final feliz, ni infeliz, para estas mujeres… simplemente tienen que seguir sus vidas, cada una como buenamente puede y entiende.

[TV] Cosas de series; la cara menos amable de los dramas surcoreanos

Televisión

La tendencia general de los dramas surcoreanos es que sean una mezcla de comedia y drama. Muchos de ellos son comedias románticas, con su puntito de drama para dar un poco de interés a los 16 episodios habituales de estas producciones. Uno de los problemas de muchas de ellas, porque 16 episodios de 70 minutos suelen ser claramente excesivos para lo que dan de sí sus premisas argumentales. Pero, aunque los veamos en plataformas de contenidos en línea, muchas de estas series se emiten en su país original en cadenas generalistas, muy sometidas a las necesidades comerciales y publicitarias. No obstante, existen otras producciones, más dirigidas a su emisión directa en plataformas de pago, con otros planteamientos. Menos episodios, de menor duración, y tramas más complejas, más adultas. Vamos con dos de estas… con distinta suerte en cuanto a su desarrollo y calidad.

Seonsan [선산, burial ground / lugar de enterramiento], se titula en inglés/español The bequeathed/El legado. A caballo entre el suspense psicológico y el género negro, nos habla de una profesora asociada de universidad (Kim Hyun-joo), de una escuela de arte, que es ninguneada en su entorno académico que le niega su promoción a profesora titular, y al mismo tiempo vive en un matrimonio que naufraga, con un marido infiel. Y en estas fallece un tío suyo que le lega unas tierras. Unas tierras que codicia una poderosa empresa para especular y hacer negocios de dudosa legalidad. Por lo que empezarán a surgir muertes en su entorno. Dos policías que tienen una relación peculiar por una tragedia en su pasado se encargan de llevar a cabo la investigación, pero con encontronazos y discrepancias.

La serie se puede ver en Netflix, y tiene unas premisas de partida que la hacían potencialmente interesante. Sin embargo, creo que no las explota suficientemente. Y creo que la pasividad de la que dotan los guionistas a los personajes, que se dejan arrastrar por las circunstancias más que moverse por las premisas de partida, hace que nos distanciemos de ellos. Que nos empiece a dar igual lo que les pase. Tampoco acaba de explotar en toda su potencialidad la torpidez de las relaciones familiares de su protagonista, una familia fuertemente disfuncional, incluso patológica. Tampoco aprovecha el potencial interpretativo de su elenco, que promete mucho, pero se queda a medias. Se deja ver. Especialmente porque sólo son seis episodios de 50 minutos de duración.

Más interés me despertó, especialmente en sus episodios iniciales, Ijae, got jukseumnida [이재, 곧 죽습니다, Yi-jae, vas a morir pronto], que en inglés/español encontramos como Death’s game/El juego de la muerte. Esta serie de ocho episodios de una hora de duración se puede ver en Amazón Prime Video. Una plataforma en la que últimamente estoy encontrando propuestas muy interesantes, y que recientemente ha incorporado a su catálogo un buen número de series del país asiático. Un hombre relativamente joven (Seo In-Guk) se sume en la desesperación porque, a pesar de su prometedora carrera académica, un desafortunado acontecimiento en la búsqueda de su primer trabajo lo sume en una dinámica de fracaso personal. Y se suicida. Por lo que la Muerte (Park So-dam) se coge un cabreo de mucho cuidado por que considera que se ha burlado de ella y le propone un juego. Volverá a la vida hasta en doce ocasiones, trasladando su alma a los cuerpos de 12 personas que van a morir. Si consigue sobrevivir y terminar alguna de sus vidas decentemente, tendrá una oportunidad en su destino trascendental. Si no… irá al infierno a un sufrimiento eterno.

El comienzo de la serie es muy dinámico, y entramos en una dinámica de una serie de acción, en la que las reencarnaciones se dan en personas que tienen todas alguna relación entre sí, y con los acontecimientos que vivió en su vida original. Hay un malo, unos no tan malos, y algunos inocentes. Pero en general, durante los seis primeros episodios se mueve en un terreno muy divertido, en el que no falta de vez en cuando el humor… un humor negro, como podréis comprender. Sin embargo, los dos últimos episodios pierden intensidad, puesto que entra en un terreno mucho más relleno de moralina y sensiblería melodramática. Globalmente me parece bastante recomendable. Y de hecho está muy valorada por el público… quizá no tanto por la crítica, por esas inconsistencias en el tono. Pero bueno… ya iremos hablando de la oferta de Prime Video.

[TV] Cosas de series; Marte y los Smith

Televisión

Voy esta semana con dos series de las que estoy muy a favor. Aunque con algún pero para una de ellas. La otra, sencillamente, ha sido una de las más agradables sorpresas que me he llevado en los últimos años en ficción televisiva, que me ha sabido a poco y de la que quiero más cuanto antes.

Uno de los episodios más divertidos de la serie de espías asesinos con problemas conyugales de hoy transcurre a orillas del lago de Como en Italia… así que viajaremos allí fotográficamente.

Se puede ver ya al completo la 4º temporada de For all mankind, la estupenda ucronía de Apple TV+ en la que son los soviéticos los que llegan en primer lugar a la Luna en 1969 y, como consecuencia, la carrera espacial no se detiene, sigue adelante y la exploración espacial y otras cuestiones sociales avanzan mucho más rápidamente, al mismo tiempo que determinados geopolíticos nunca llegan a suceder. En esta cuarta temporada, estamos en la primera década de los 2000. Hay una colonia humana multinacional consolidada en Marte, se está desarrollando la tecnología y la ingeniería para capturar objetos espaciales, como asteroides, para su aprovechamiento científico, industrial y comercial, y la Unión Soviética ha entrada en la perestroika, que descarrilará tras un golpe de estado que devolverá al gigante al autoritarismo. Mientras, entre los antiguos protagonistas de la serie surgen conflictos de intereses, con el sector privado buscando dinero, sin importa como. Cuando se descubre un asteroide con gran contenido de iridio en su composición, comienza una carrera contra el reloj para capturarlo, pero con dos bandos opuestos, los que quieren mandarlo a una órbita en torno a la Tierra y los que lo quieren en órbita marciana.

La crítica ha declarado casi unánimemente esta temporada como la mejor de la serie. Pero la apreciación de los espectadores, votantes de IMDb por ejemplo, es menor que la de temporadas anteriores. Aunque sigue siendo bastante alta, especialmente en los últimos episodios de la temporada, que realmente son muy bueno. Y en esta ocasión estoy de acuerdo con los espectadores. Hay algunas cosas que chirrían en esta temporada. Por lo menos, para mí. La trama en torno a Margo Madison (Wrenn Schmidt, para mí la mejor intérprete de la serie), exiliada en Moscú y en manos del sector duro de la clase política soviética, con sus conflictos morales, es la mejor. Pero el conflicto entre Baldwin (Joel Kinnaman) y Poole (Krys Marshall) no siempre está bien resuelto. Especialmente, creo que se ha estirado en exceso la presencia del personaje de Baldwin en la serie. Este anciano de aspecto «achacoso» desenvolviéndose en Marte no siempre me resulta verosímil. Ni la forma en que se gesta el conflicto en la base marciana. Me parece difícil de tragar que las cosas que pasan en esa base, con mercados negros, y conflictos laborales como los que se plantean tengan realidad en esa fase de la exploración espacial, con fuertes exigencias de capacitación, compromiso y disciplina para sobrevivir y prosperar en un medio esencialmente hostil. Pone a dura prueba mi renuncia a la incredulidad como espectador. Por lo demás sigue siendo una serie muy bien hecha, muy entretenida, y bien interpretada, con la salvedad de que creo que tendría que haber empezado a rotar protagonistas, nuevas generaciones de exploradores espaciales. Dicen sus creadores que tienen material pensado para tres temporadas más. Pero no sé si está confirmada todavía la quinta. Por mí bien. Pero tienen que ir renovando cosas.

En 2005, Brad Pitt y Angelina Jolie estaban en uno de sus momentos de mayor popularidad. Jóvenes (al menos relativamente), guapos, habían destacado en diversos trabajos, gozaban del favor del público. Y juntos protagonizaron su versión particular de «la guerra de sexos» como matrimonio ficticio de asesinos que reciben la misión de acabar el uno con el otro. Guapura, romance y acción; qué más quieres pedir. Pues bien… el tipo de película prefabricada a mayor gloria de sus protagonistas, que no es especialmente de mi gusto. Y de hecho, sin recibir suspensos, fue acogida con cierta frialdad por la crítica profesional y por la crítica popular. Por ello, cuando anunciaron un relanzamiento del concepto en forma de serie,… el anunció me dejó frío. Se estrenó a principios de este mes de febrero en Amazon Prime Video y… toda la crítica era unánime, una de las mejores series estrenadas en los últimos tiempos. La nueva Mr. and Mrs. Smith, protagonizada por Maya Erskine y Donald Glover, siendo este uno de los creadores de la serie, es realmente una serie excelente. Divertida, con sus momentos de comedia, acción bien dosificada, y sus dramas cotidianos de un matrimonio ficticio que sirve para hacer una reflexión crítica sobre la institución matrimonial.

Erskine y Glover están estupendos, con una química impresionante. Alejándose del modelo de la película original de beautiful people. Son una pareja atractiva, pero de otras formas, muy distintas a la pareja de la película de 2005. Especialmente Erskine, que compone el personaje más complejo y difícil, con ventaja, de los dos. El que esconde mayores misterios, el que es más difícil de desentrañar y el que realmente mueve la dinámica entre ambos. La norteamericana de ascendencia mixta europea y japonesa, borda las complejidades de una mujer conflictuada, a veces encantadora, pero dura, difícil, a veces borde, pero de la que cualquiera nos enamoraríamos. Demuestra además que una mujer en su treintena puede ser enormemente atractiva con el físico de una mujer normal en su treintena. Sin artificios. Como es. Con gran naturalidad. Y encima ambos bordan las secuencias de acción, que supongo habrán sido bastante exigentes físicamente. No le falta humor a la serie. Un humor fino, a veces con muy mala leche. Cada episodio cuenta con algún intérprete invitado, de trayectoria reconocida, que suele aportar el revulsivo para la crisis entre la pareja, que genera sus buenas dosis de humor, y que renueva constantemente un interés por la serie que nunca se pierde. Ocho episodios de entre 35 y 50 minutos de duración en su mayor parte, que se pasan muy deprisa. Que saben a poco. Queremos saber más… queremos más. Y encima, ese final… esos tres disparos que destellan en una ventana de la ciudad de Nueva York… queremos más. Cuanto antes.

Como curiosidad, Maya Erskine era la actriz de voz del personaje principal y titular de la serie de animación Blue eyes samurai, otra serie excelente. Parece que esta actriz está en plan rey Midas… donde está, se convierte en oro.