[Cine en TV] Sharper (2023)

Cine

Sharper (2023; 20/20230315)

Estreno directo en plataforma en línea, en Apple TV, con un reparto que llama mucho la atención, que resulta muy atractivo. Quizá por eso, había leído algunos comentarios y críticas elogiosas para esta película dirigida por Benjamin Caron, un director que tiene en su haber buenos trabajos de dirección en el ámbito televisivo, en series de cierto prestigio y calidad. Pero claro, la función del director en televisión no tiene la misma importancia y trascendencia que en el cine. En cualquier caso, teniendo a mano la película en cualquier momento, y con estos antecedentes, era de casi obligada visualización.

En Nueva York, Manhattan, Tom (Justice Smith) regenta una librería de viejo donde un día entra una joven estudiante de doctorado, Sandra (Briana Middleton), en busca de un libro. Tras una breve interacción, ambos se atraen, se invitan a salir y empiezan una romántica y bonita relación… que acabará brusca y desagradablemente ante la incomprensión de Tom. Pero es que nadie es lo que parece en este romance y en esta historia. Ese es el primer episodio de varios, no necesariamente lineales en el tiempo, que en su conjunto nos hablará de una historia de pícaros, embaucadores (título de la película en español), traiciones y romances, más o menos sinceros.

Nueva York, claro. Pronto espero añadir otra ciudad de los EE.UU. a mi fototeca particular. Ya iré contando.

La película es calificada por algunos como neonoir, es decir, revisitar el género negro, pero con un toque contemporáneo, de modernidad. Está los personajes típicos, la mujer fatal, la fulana, el pícaro, el millonario, el primo… pero con aire postmoderno y con apartamentos de alto standing, decorados a la última, con vistas a Central Park. La película tiene los mimbres, tiene el reparto, y tiene la competencia técnica para que todo junto salga un historia entretenida y bien hecha, que deje buen recuerdo. Sin embargo… a la película le falta alma. Al final resulta que los personajes, su peripecia, te importa un rábano. Es todo tan frío y delineado con precisión que no te enganchas a ninguno de ellos. Y encima… se hace previsible.

Entendámonos. No es ninguna catástrofe. Es entretenida. Si tienes un abono a la plataforma y un par de horas en la que no sabes qué ver, o qué hacer, te ayudará a rellenarlas con dignidad. Pero no dejará poso ni recuerdo. Los intérpretes, Julianne Moore, Sebastian Stan, John Lithgow, además de los mencionados, tienen oficio, pero están lejos de sus mejores trabajos. Cumplen, sin más. Y como he dicho, el director tiene saber artesano, pero no le veo toque de autor, una personalidad propia. En fin. Un entretenimiento válido. Pero olvidable. Sin más.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine en TV] Chihiro-san [ちひろさん] (2023)

Cine

Chihirosan [ちひろさん] (2023; 18/20230308)

Encontraréis esta película japonesa de estreno directo en plataforma dentro del catálogo de Netflix con los títulos en ingles, Call me Chihiro, o en castellano, Me llamo Chihiro. El título original es mucho más escueto; Chihiro (san es la partícula honorífica habitual para referirse a alguien en Japón). Dirigida por Rikiya Imaizumi, está basada en un manga para adultos, generalmente considerado en el género josei (女性), es decir, para mujeres adultas. Y cuando lo vi anunciado por primera vez me animó a pensar que tal vez rompiera la tendencia de películas decepcionantes de la plataforma. Porque las películas oscarizadas, en distintas categorías, son mucho menos frecuencia de lo que parece en Netflix.

La película nos habla de Chihiro/Aya (Kasumi Arimura), una mujer joven que trabaja en una ciudad pequeña costera como dependienta de un puesto de comida preparada, las fiambreras conocidas como bentō (弁当), tan populares (y tan ricas en muchas ocasiones) en el País del Sol Naciente. Pero lo que Chihiro no esconde, y todo el mundo sabe, es que durante buena parte de su juventud trabajó como prostituta. Guapa y simpática, es popular entre los vecinos y clientes. Y aunque vive sola, y es solitaria, nunca duda en ayudar de la forma que sea a aquellos con los que se encuentra, humanos o bichos, y que lo necesitan; ancianos sin techo, niños con madre soltera trabajadora a turnos imposibles, señoras enfermas que se están quedando ciegas, gatos callejeros, adolescentes con una familia perfecta incapaz de comunicarse con ellas, o viejas amigas transexuales que necesitan un poco de compañía.

Como en muchas películas japonesas, no parece pasar aparentemente nada. Es una película que nos presenta un pequeño intervalo en la vida de alguien, con los modestos sucesos cotidianos. Pero al mismo tiempo, Chihiro se convierte en una peculiar Marypoppins que parece que ha llegado al vecindario para traer un poco de alegría, comprensión y ayuda a personas con sus problemas cotidianos. Pero en lugar de encarnarse en la institutriz de una familia bien… pues eso, una antigua prostituta, a la que la vida no ha tratado especialmente bien. Algunos flashbacks nos permitirán conocer algo del pasado de la muer joven, cuando era adolescente y cuando se inició en la prostitución. La película tiene un claro componente social. La precariedad de los hogares monoparentales encabezados por mujeres de bajo nivel adquisitivo, la alienación de las familias, la soledad de personas mayores, la desatención de los sin hogar, los riesgos de las adolescentes que optan por escapar de su entorno, son temas que aparecen con frecuencia en la literatura y la ficción audiovisual nipona. Una sociedad altamente avanzada tecnológicamente, con un nivel de vida alta, tiene sin embargo algunas rémoras sociales importantes, en un país cuyos sistemas de soporte social no siempre funcionan como deberían.

Bien interpretada, con trabajos actorales contenidos, sobrios, pero expresivos, de pocas palabras, la película tiene mimbres para gustar mucho, siempre que estés dispuesto a entrar en estos particulares ritmos narrativos, tranquilos, en los que parece que no pasa nada, aunque en realidad hay muchas cosas en marcha, muy distintos del esquema tradicional de la narración occidental, con su presentación, nudo y desenlace, y abundante en acción. Sin embargo, hay elementos que no me acaban de encajar. Particularmente me resulta grimosa la empatía hacia el proxeneta que la empleó como siendo poco más que una adolescente. Nunca he tenido problemas para aceptar, respetar y reflexionar sobre lo que sucede con las mujeres que ejercen la prostitución. En su momento, por mi profesión me acerqué a ellas, conocí unas cuantas y, creo, entendí mejor su trasfondo. Pero nunca he soportado a los que se aprovechan de ellas, en mayor o menor medida, ni me caen bien sus clientes… que son muchos más de los que creemos. Pero en general me parece una película razonablemente recomendable.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] An Cailín Ciúin (The Quiet Girl) (2022)

Cine

An Cailín Ciúin (2022; 18/20230302)

A cinco días vista de la gala de los premios Oscar, comento una de las películas candidatas al premio a la mejor película internacional, como se le llama ahora. Hasta 2019 era «en lengua extranjera» o algo así, aunque parece que los norteamericanos se han percatado que en Estados Unidos se hablan demasiadas lenguas como para poder determinar con precisión que es extranjero. La película de hoy, dirigida por Colm Bairéad, es irlandesa, y los diálogos son en su mayor parte en gaélico irlandés, aunque hay algunos diálogos en inglés. Y es una película que venía precedida de muy buenas críticas, aunque llegaba sin hacer mucho ruido, como la niña del título.

Ambientada a principios de los años 80, la niña protagonista, Cáit (Catherine Clinch), vive con su familia, tremendamente disfuncional y en la pobreza. Con problemas de relación, permanentemente callada, con problemas de rendimiento escolar, en una familia numerosa, donde el padre se gasta el poco dinero que entra en sus cosas, y con una madre sobrepasada por los problemas y por los hijos. Cuando en vísperas del verano espera un nuevo bebé, envía a Cáit con una prima (Carrie Crowley) y su marido (Andrew Bennett), más mayores, sin hijos, y que viven en una granja con razonable comodidad, para pasar las vacaciones escolares.

Película bellamente rodada, pero opresiva en muchas ocasiones, rodada en el formato estándar académico, con frecuencia los objetos y las personas quedan parcialmente fuera del encuadre. Es una película de pocas palabras y muchas expresiones. Es una película de atención al detalle. Y las pocas palabras que se dicen no tienen desperdicio. En este ámbito, obviamente las buenas cualidades de la realización, en sus aspectos visuales y sonoros, así como en su ambientación de época, 40 años hacia atrás, es muy importante. Pero sobretodo es importante la interpretación, que tiene un nivel muy destacado, sobresaliente. Y es particularmente acertada la selección de su actriz niña protagonista y el buen trabajo que realiza, en la cual habrá mucho mérito en el trabajo de dirección.

La salida del cine tiene un regusto amargo. El comienzo de la historia es muy triste, y durante la acción las cosas se vuelven más luminosas, tanto para la niña como para esa pareja madura a la que la niña aporta luz e ilusión. Pero el final tiene mucho de esperanza que se desvanece. La tristeza vuelva. Alguna de las personas que asistió a la sesión de proyección conmigo quiso ver algún detalle esperanzador… pero… no sé yo… Eso sí… es altamente altamente altamente recomendable. No ganará el premio. Pero no porque no lo merezca, sino porque la competencia es muy fuerte. De hecho, creo que es mejor que varias de las películas que optan al premio gordo de esos premios, categoría en la que no es candidata. Cosas que pasan.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] The Fabelmans (2022)

Cine

The Fabelmans (2022; 15/20230216)

Negar que Steven Spielberg es una gran cineasta, uno de los grandes de la historia del séptimo arte, sería una soberana tontería. Sabe hacer cine muy bien. Excelente. Pero lo mismo que digo esto, también he de decir que su forma de hacerlo, por buena que sea, ha habido ocasiones en las que me ha repelido. Una película debe generar emociones. Potentes emociones. Pero no debe manipular las emociones. Deben ser emociones genuinas. Y creo que en muchas ocasiones Spielberg ha sido un manipulador, y no siempre en lo que yo considero la buena dirección. Algunas escenas de Saving Private Ryan todavía me molestan mucho en la memoria, y no son necesariamente las que imagináis. Por otro lado no faltan películas en su filmografía excelentemente rodadas… que son un pestiño. Y la aparente incapacidad para terminar a tiempo la película, sin añadidos estúpidos que estropean tus sensaciones a la salida del cine.

Por todo ello, cuando decidimos ir a ver esta película inspirada por su propia biografía, por su propia infancia y adolescencia, cuando el futuro director de cine se bregaba con las Bolex Super 8 en sus películas familiares, escolares y en sus proyectos personales. Encarnado su alter ego por Gabriel LaBelle, si importante es en la película el nacimiento de su amor al cine y a la narración de historias visuales, importante también es su relación con los padres, con el padre (Paul Dano), pero especialmente con la madre (absolutamente magnífica Michelle Williams), y la compleja relación entre ellos y con un tercer cateto (Seth Rogen) en un peculiar triangulo de familia y amistad disfuncional. Más diluida queda la relación con las hermanas, especialmente la mayor (Julia Butters), que podría haber dado más de sí.

He de decir que Spielberg se gana mi simpatía cuasiincondicional hacia la película en sus primeros minutos. En ellos, contemplamos cómo el joven Sammy va por primera vez al cine acompañado de sus padres, a ver The Greatest Show on Earth de Cecil B. DeMille, y queda fascinado por la escena del choque de trenes. Como quedé yo siendo un niño muy jovencito viendo esta misma película y esta misma escena con mis padres en una matinal de domingo en el Gran Teatro Fleta de Zaragoza, en un reestreno de la película, en algún momento al final de los años 60. Uno de mis recuerdos más vivos de mis primeras películas en el cine y en mi infancia. Reconozco que con una secuencia que tan fuertemente resuena en mi memoria y emociones, probablemente ya tengo un fuerte sesgo positivo hacia la película.

Pero creo que no soy injusto al decir que es una muy buen película altamente recomendable. Con unas excelentes interpretaciones, lideradas por Williams a quien el mundo le debe un gran premio cinematográfico desde hace años, y con una manufactura espléndida, nos cuenta una historia con mucho corazón. Que quizá no trascienda más allá de lo que es una reflexión personal autobiográfica, pero que es realmente valiosa y muy recomendable. Como guinda al pastel, en esta ocasión Spielberg sabe terminar la película de la forma adecuada, con un pequeño chiste a costa de John Huston y su lección de cómo encuadrar la imagen… una lección que establece una regla que, como todas las reglas, está pensada para ser rota por los mejores.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] The banshees of Inisherin (2022)

Cine

The banshees of Inisherin (2022; 12/20230209)

En primer lugar, y porque quede claro, una banshee no es una alma en pena, como se podría deducir de la traducción del título al castellano. Es un ser mitológico celta, de carácter feérico. Y según las tradiciones y mitos irlandeses, cada familia, especialmente las O’ y Mac, o sea, las nobles, tenían una, que chillaba y les advertía cuando alguien de la familia iba a morir. Y el título viene del título de la canción que uno de los protagonistas está componiendo. Protagonistas, Colin Farrell y Brendan Gleeson, que ya coincidieron en una estupenda película del mismo director, Martin McDonagh, que por su fino humor y excelente historia hizo nuestras delicias hace catorce o quince años. Y estando publicitada la actual como comedia, siendo candidata a numerosos premios, más los que ya ha recibido, la expectación era importante y las expectativas, elevadas.

La acción nos lleva a una isla ficticia en la costa irlandesa, a principios de los años 20 del siglo pasado, en plena guerra civil entre partidarios del estatus de Irlanda como país independiente dentro de la monarquía británica y la Commonwealth y los partidarios de un estado republicano. Pero eso guerra, en la película, sólo la percibimos como cañonazos y disparos lejanos, al otro lado del canal que separa la pequeña isla de Inisherin de la isla principal. En Inisherin, todo transcurre a cámara lenta. Y cada día, a las dos de la tarde, el personaje interpretado por Farrell busca al interpretado por Gleeson para ir a beber pintas de cerveza al pub del lugar. Hasta que un día, para desconcierto de todos, este último dice que no quiere saber nada del anterior, y amenaza con medidas extremas si le habla y no le deja en paz.

Ciertamente, existen escenas que nos despiertan una sonrisa, en las peculiares interacciones de una comunidad cerrada, escasamente cultivada, alejada del mundo, sometida a tradiciones y creencias ancestrales, en la que la hermana de uno (excelente Kerry Condon), a pesar de haber sido considerada guapa toda la vida, se ha convertido en solterona, porque con inquietudes culturales y amor a los libros difícilmente encuentra entre los toscos lugareños alguien que le estimule mínimamente… nada. Pero en ningún momento me convenció la calificación de la película como una comedia. Pero ni de lejos. Un drama profundo sobre la naturaleza humana disfrazado de chascarrillo, pero que bordea constantemente más la tragedia que la comedia. Con una realización casi perfecta, a favor de unos paisajes tan hermosos como ásperos y duros, con unas interpretaciones que podemos calificar como magistrales, la tragedia es una tragedia cotidiana, de cada día, de cada instante, más allá de los eventos que se nos narran y la simbolizan. La anécdota, por tremendas que sean sus consecuencias, no es, a su vez, más que consecuencia de las pequeñas tragedias cotidianas, de una vida sin horizontes, sin más alicientes que unas pintas de cerveza, un violín y una canción, y una pequeña burrita.

La familia, en relaciones muy estorbadas en ocasiones, la amistad, más fruto de la costumbre que de la comunión íntima de espíritus e intereses, las tradiciones… son los temas que McDonagh aborda con inteligencia y elegancia. En una película absolutamente recomendable, que bordea la obra maestra… aunque a mí no llegara a producirme del todo el impacto que me suponen las películas que califico como tales. No obstante, vayan a verla. Y si es posible, en versión original. Incluso si el inglés que se habla es difícil de seguir, o no se entiende en absoluto el inglés en ninguna de sus formas.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Tár (2022)

Cine

Tár (2022; 11/20230201)

Día triste para el cine. Me despierto esta mañana de sábado con la noticia del fallecimiento del director de cine y fotógrafo Carlos Saura (1932 – 2013). Así que tristeza por partida doble. A los 91 años. Con esas edades, no acabo de comulgar con esas manidas expresiones del tipo «una pérdida irremplazable para el mundo del cine y la fotografía» y cosas por el estilo. Es ley de vida que llegados a cierto punto dejamos de existir como seres conscientes. Pero nuestra aportación significativa a la sociedad humana, muy probablemente, ya había ido extinguiéndose tiempo atrás. Pero Saura nos ha dejado obra de sobras para entrar en un lugar destacado en la historia de la cultura por méritos propios. Y por lo tanto, por inevitable que sea la ausencia, no puede evitar dejar un poso de tristeza. Que la tierra le sea leve. Y como digo siempre, en el improbable caso de que exista una vida después de esta, que sea la de la tierra de las gentes del cine, con sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas, y que allí nos encontremos todos y podamos seguir soñando.

Si sumas el hecho de que buena parte de la acción de la película transcurre en Berlín, con que hace pocos días os hablaba de una antigua cámara digital, Pentax *ist DS, con la que viajé a la capital alemana en 2007, algunas fotos de ese viaje son idóneas para ilustrar esta entrada.

Mientras, traigo aquí la última película de Todd Field, un director destacado, pero con sólo dos largometrajes previos en su haber. Y han pasado muchos años del último. Y que me gustaron mucho. Ambos. Sin embargo, esta película viene envuelta más en el aura del buen hacer de su protagonista femenina, protagonista absoluta más bien, Cate Blanchett, una de las posibles candidatas a ser considerada la mejor intérprete del momento, y una de las más destacadas de la historia del cine. No obstante, la película es algo más que el trabajo de Blanchett.

Blanchett encarna a Lydia Tár, nacida Linda Tarr, una ficticia directora de orquesta, muy prestigiosa, al frente de la Filarmónica de Berlín. En la cima de su carrera musical, los problemas de relación con su pareja (Nina Hoss), con su ayudante y eventual amante reciente (Noémie Merlant), con una nueva violonchelista de la orquesta (Sophie Kauer), y el suicidio de su anterior amante (Sylvia Flote), van a amenazar con hacer saltar por los aires la posición que ha alcanzado con su talento.

La película es de las que crecen en la memoria al pasar los días, conforme vas comprendiendo la profundidad de los temas, y lo rompedor del planteamiento de Field. Las cuestiones del abuso del poder, en el trabajo y en la cama, con las subordinadas, la prepotencia, la intransigencia ante las sensibilidades y la diversidad de las personas, el #metoo, la llamada «cultura de la cancelación» (qué poco me gusta esta expresión en castellano), tratados como temas en obras literarias y cinematográficas, ya no sorprenden como hace unos años. No hace mucho que vimos una estupenda película sobre estos temas. No sorprende cuando el protagonista es un hombre. Pero en este caso es una mujer. Y una mujer que es símbolo de los logros de las mujeres. Y el tratamiento de los temas dista de ser maniqueo. Las acciones de Tár chirrían como cuestionables, pero también lo son los argumentos o las actitudes de sus relaciones. No pocos de sus argumentos son plausibles, al mismo tiempo que sentimos un rechazo hacia su soberbia. Es un personaje complejo, donde pocas cosas son necesariamente lineales y evidentes, y que invita a la reflexión. Y aunque la interpretación de Blanchett, y del resto del reparto, es excelente, debemos a Field la excelente definición de caracteres, con su complejidad.

Una película con muchas más capas de las que aparenta, que conviene ver con calma, en silencio, y escuchando con finura. A la que hay que estar atento, y en la que conviene no olvidar que en un buen filme, no hay elementos superfluos en la narración, todo aquello que vemos… tarde o temprano reaparecerá y tendrá su razón de ser. Muy recomendable. En las proximidades de la obra maestra. Y reivindicable, más allá del trabajo interpretativo, por ser la obra de un cineasta extremadamente sólido.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Living (2022)

Cine

Living (2022; 02/20230103)

Una serie de cuestiones previas. Si no sois demasiados cerrados de mente, si no sois prejuiciosos, buscad el original en el que se basa esta película, Ikiru de Akira Kurosawa, y vedlo. Siempre en versión original, subtitulada porque pocos hay por estos lares que se defiendan con el japonés, y procurad disfrutadla. Sé que pocos haréis caso a esta recomendación. Una película en blanco y negro, de 1952, rodada en japonés… «Mira que eres raro», me dicen algunos de mis amigos cuando les comento mis gustos cinematográficos. Pero Kurosawa es uno de los directores de cien que combinan tres grandes virtudes. Es un maestro del cine considerado como una de las bellas artes, es un maestro de la escritura de guiones, aunque siempre lo hizo con colaboradores de gran nivel, y sus películas son realmente divertidas, entretenidas. Funcionan por igual como obras de arte y como cine palomitero. No es de extrañar que varias de sus películas se readaptasen como westerns; género palomitero por excelencia hace unas décadas. En cuanto a la película actual…

Cuando me enteré de la nueva versión de la obra de Kurosawa, me entró una gran aprensión. Sinceramente, estoy un poquito harto de la incapacidad del cine actual para crear nuevas historias. Hay quien predice que entre las nueve o diez candidatas al Oscar a la mejor película este año puede haber hasta cuatro secuelas o nuevas adaptaciones. Un exceso. Pero a continuación me enteré de otro dato. El escritor británico de origen japonés Kazuo Ishiguro es el responsable de adaptar el guion original de Kurosawa, Shinobu Hashimoto y Hideo Oguni a esta nueva película. Hay mucha gente que entró en las obras del Premio Nobel de 2017 a través de las adaptaciones de sus novelas al cine. Y me incluyo a mí mismo entre esa «mucha gente». Es menos conocido que Ishiguro también de algunos guiones cinematográficos, aunque nunca ha escrito el guion para adaptar una de sus novelas al cine. Es uno de mis escritores contemporáneos preferidos… y las dos novelas de Ishiguro que he leído y cuya acción se desarrolla total o parcialmente en Japón me han gustado mucho. Especialmente la primera. Por lo tanto, a pesar de la aprensión inicial, tomé la firme decisión de ver la película en cuanto se estrenase. Afortunadamente, la versión original de la misma se estrenó a un horario cómodo, cosa que no suele suceder últimamente en Zaragoza con las versiones originales.

Dirigida por Oliver Hermanus, de quien no había visto ninguna película anterior, es muy fiel al original. Un burócrata (Bill Nighy) del departamento de obras públicas del gobierno local de la ciudad de Londres en los años 50, años de posguerra mundial, recibe la noticia de que le quedan pocos meses de vida. Y tras vivir una vida gris, sin muchos alicientes, tras la muerte de su esposa, criando un hijo ya adulto con el que vive pero no se comunica bien, de repente, siente la necesidad de recuperar su vida. Tras un primer intento de hacerlo a través del mundo de la diversión nocturna, fallido, será la joven y dinámica subordinada (Aimee Lou Wood) la que le mostrará el camino para encontrar un sentido a sus últimos meses de vida. Algo tan sencillo como atender la petición de un grupo de madres de un barrio obrero para sanear un solar y convertirlo en un parque infantil donde sientan que sus hijos están seguros.

Existe el riesgo de comparar en lo absoluto esta obra con la de Kurosawa. A la que es fiel en argumento e intenciones. Pero de la que difiere en estética y tono. Hay quien la ha comparado, despectivamente, con el vano ejercicio de Gus Van Sant por replicar una obra maestra de Hitchcock plano por plano, pero en color. No creo que sea lo mismo, ni en intenciones ni en resultados. Entendámonos, la obra de Kurosawa es superior. Pero la película de Hermanus tiene un excelente guion, de nivel literario, una puesta en escena muy buena, diferenciada claramente de la obra de Kurosawa, aunque inspirada por ella, y una excelente interpretación. Se ha hablado hasta la saciedad del trabajo de Nighy, un actor poco conocido en el cine hasta su celebrado papel en una popular película navideña, y que desde entonces goza de respeto y popularidad por los aficionados al séptimo arte. Y ciertamente es excelente. Pero no es el único buen trabajo. Wood lo hace muy bien, y aporta su dosis de frescura y empuje necesario para complementar el trabajo de Nighy. A mí, en su conjunto, me parece una película muy notable.

Mi valoración en esta entrada es la que sentí después de verla. Existe la posibilidad de que con el tiempo ajuste algo a la baja esta valoración. Pero eso no quita para que sea una película absolutamente recomendable y muy disfrutable. Que sí. Que es mejor la original de Kurosawa. Pero es que la de Kurosawa es una obra maestra. Y sin embargo,… es más probable que el público actual pueda digerir con más facilidad la actual, aunque no sea una obra maestra y, «simplemente», sea una buena película. Pero el mensaje que nos lanzaba Kurosawa, sobre la vida, sobre las relaciones familiares, sobre las burocracias,… siguen siendo actuales. Lo cual habla también del genio del nipón.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Broker (2022) / Soseolgaui Yeonghwa [소설가의 영화] (The Novelist’s Film) (2022)

Cine

Como casi todos los años, la entrada del Año Nuevo se dedica a las últimas películas vistas en el año anterior para, al día siguiente, comentar en conjunto el cine del año. Vamos con ello.

Broker (2022; 67/20221226)

Desde hace unos años, no suelo perderme las películas de Hirokazu Koreeda, que afortunadamente en estos momentos se distribuyen sin problema en nuestro país. La primera que le vi fue definitiva para aficionarme al cine de este autor. Aquel milagro me gustó tanto que no he dejado de querer saber más sobre la visión y las reflexiones que sobre la familia nos ofrece el realizador japonés. Hay varias que me han gustado mucho. La que menos, su incursión en el cine francés. Y que conste que me gustó bastante. La que más, una película absolutamente fenomenal, que está muy emparentada con la que hoy comento, y que nunca recibió toda la atención que merecía. El boom del cine asiático comenzó al año siguiente, y procedió de Corea del Sur. Donde se ha ido ahora a rodar.

Empieza la película con una joven (Lee Ji-eun) ante el torno de una iglesia para renunciar y entregar a su bebé. Dos grupos de personas están al tanto. En el exterior, vigilando desde un coche, una correosa policía (Bae Doona) y su compañera. En el interior, unos traficantes de bebés (Song Kang-ho y Gang Dong-won), que utilizan el torno para llevarse bebés que venden a familias que tendrían difícil la adopción por medios tradicionales. A partir de hay, comenzará un viaje por toda Corea del Sur en el que, junto un chavalillo que se escapa de un orfanato, todos formarán una curiosa, poco convencional, pero más unida familia que muchas de las reales.

Bastantes escenas en mercadillos y mercados del pescado de ciudades costeras coreanas en la película de Koreeda. Así que el mercado del pescado de Busán servirá para ilustrar la entrada de hoy.

Entre la comedia y el drama profundo, que bordea, pero nunca cae, en la tragedia. Koreeda, al igual que hizo con su familia de descuideros de tiendas, subvierte por completo el concepto de familia, formando una que, por provisional que pueda parecer, representa perfectamente los fines para los que suponemos que existe esta institución, al apoyo mutuo, la entrega y recepción de afecto, una vía para el crecimiento personal en una pequeña comunidad. Koreeda siempre nos lleva por lugares complejos y difíciles, pero consigue salir adelante sin adentrarse nunca demasiado ni en lo cursi ni en lo excesivamente melodramático, dosificando perfectamente un humor que nunca busca hacer sangre, y abriendo al final siempre puertas a la esperanza.

Pero probablemente, además del excelente guion del propio Koreeda, nada funcionaría tan bien sin el estupendo reparto de la película. Con mi exposición frecuente al cine y las series de televisión coreanas, ya me he familiarizado con varios de ellos. Song Kang-ho ha contribuido a algún Oscar y lo he visto bordar un papel de policía tosco e incompetente. Gang Dong-won se las ha tenido que ver con zombis. Lee Ji-eun demuestra constantemente que no sólo canta muy bien y es muy mona, tanto en dramedias románticas televisivas como en esta película. Y Bae Doona… desde su película con los/las Wachoski la he visto en demasiados sitios, siempre bien, como para detallarlos. Y entre todos funcionan como un reloj. Los surcoreanos, en cine, hacen cosas fenomenales, y sólo por las interpretaciones ya merece la pena el riesgo.

Película altamente recomendable, que conviene ver. Y conviene ser vista en idioma original que es como se aprecian muchos de los matices de las excelentes interpretaciones. Lo que pasa es que en estos momentos, en Zaragoza, las versiones originales apenas duran una semana en cartelera, y muchas veces en horarios inconvenientes. Pero, aunque les parezca mal a las gentes del cine, siempre queda internet para encontrar la industria nos racanea de forma mísera. Esperando ya con ganas lo próximo de Koreeda.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****

Soseolgaui Yeonghwa [소설가의 영화] (The Novelist’s Film) (2022) (2022; 68/20221230)

Y la última película del año también nos llega de Corea del Sur. Y también de un director habitual desde hace unos años, Hong Sang-soo, con su actriz favorita, Kim Min-hee, en más de un sentido. Y también una de mis favoritas, aunque sólo en un sentido. Lamentablemente. Y como siempre con una película sencilla, rodada con cuatro perras, en un par de semanas, con su peculiar forma de entender los encuadres y los movimientos de cámara … siempre parcos, más bien ausentes, salvo sus zooms en momentos significativos. Heredero de la Nouvelle vague en muchos aspectos, sus películas suelen ser minoritarias, pero entusiasman a los que las ven.

Como de costumbre, sus protagonistas son creadores. En esta ocasión encontramos a una escritora (Lee Hye-yeong) que visita a una antigua colega (Seo Younghwa), que dejó la escritura para regentar una pequeña librería. Y a partir de ahí se producirán una serie de encuentros casuales, con un director de cine (Kwon Hae-hyo) que no quiso adaptar una de sus novelas, con una actriz a la que admira (Kim Min-hee) y que a su vez la admira a ella, y a un joven aprendiz de director de cine con quien aceptará rodar un cortometraje, con la actriz como protagonista. Y otros personajes que participan también en los diálogos. Literatura dentro del cine, cine dentro del cine.

Una película sobre los encuentros casuales, azarosos, sobre la interconexiones entre seres humanos de una comunidad, sobre cómo nos afectan en nuestras decisiones actuales los encontronazos o los encuentros del pasado, sobre evolucionar, no estancarse, hacer cosas distintas. Y como de costumbre, sobre el proceso creativo… y en el caso de los varones, probablemente como cataríes, sobre la variedad de formas en que la cagan. Como otros directores de esos que se llama «culto», los mismos temas una y otra vez, pero evolucionando y con distintos enfoques.

En general, muy bien. Aunque reconozco que atraerá a poco público, porque el público actual no está acostumbrado ni educado en este tipo de cine. Pero bueno, ellos se lo pierden. Como Hong es muy prolífico… ya estamos esperando la siguiente, que ya está estrenada en festivales. Se vio en Gijón en septiembre.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Aftersun (2022) / Glass Onion: A Knives Out mystery (2022)

Sin categorizar

Con el final de año se me han acumulado las películas para comentar. Especialmente porque, al tener días de fiesta, tengo más tiempo para ir a verlas. Y porque después de una temporada sin saber muy bien que ver cada semana, de repente hay varias cosas que interesan. En cualquier caso, aunque deje dos o tres para después de año nuevo, o para el día de año nuevo, como en otras ocasiones, vamos con un par de ellas.

Aftersun (2022; 65/20221222)

Ópera prima de la directora escocesa Charlotte Wells, relativamente joven realizadora de la que poco se sabe, que también escribe el guion de la película. Una película de bajo presupuesto, rodada en un centro turístico de Turquía donde van de vacaciones un padre relativamente joven (Paul Mescal), separado, y al que las cosas no le van bien en la vida, con su hija de 11 años (Frankie Corio). Ambos intentan poner de su parte para que sean unas buenas vacaciones, aunque realmente tienen poco que decirse el uno al otro, son casi desconocidos, que casi no se ven. De vez en cuando se nos ofrecen unas imágenes de la niña cuando ya es adulta, por lo que sabemos que fue la última vez que vio a su padre.

Un película transcurre en Turquía, la otra en Grecia. Pues para las fotos, Turquía tendrá que ser.

Una película muy personal. Uno se pregunta, por la edad de la directora y la del personaje protagonista femenino cuando es adulta si estará basada en experiencias propias. Una reflexión profunda del extrañamiento de aquellos que siendo familia, se ven separados y convertidos en extraños. También, mirando al padre, una reflexión sobre la soledad, el fracaso en la vida, la carencia de expectativas, el alienamiento que muchos adultos, incluso jóvenes, sufren hoy en día. También una reflexión sobre el despertar al mundo de los adultos, en una niña que todavía es niña, pero que no tardará en asomarse a la pubertad. Obviamente, la niña es producto de una relación excesivamente temprana e inmadura. No pudo tener el padre mucho más de 20 años cuando nació.

La directora financió la película gracias a las ayudas de la fundación del festival de Sundance, tras presentar uno de sus cortometrajes. Y lo ha aprovechado bien. Filmada con personalidad, con una mirada muy directa e inquisitiva, sin diálogos superfluos, que no tocan, en un ambiente tan aparentemente relajante como unas vacaciones en la playa, nos deja momentos duros para ambos personajes protagonistas. Protagonistas excelentemente interpretados, con una de esas situaciones en que un intérprete infantil roba la película al resto, aunque el actor que hace de padre consigue salir bien parado del evento. En cualquier caso, muy recomendable, pero con el estado de ánimo adecuado. Que no es una película amable.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

Glass Onion: A Knives Out mystery (2022; 66/20221226)

Más que una secuela, no encontramos en una segunda entrega de los casos del mejor detective del mundo, Benoit Blanc (Daniel Craig), tras la acertada primera entrega que tanto gustó, a mí el primero. Y así mismo, dirigida por el mismo director, Rian Johnson. Un director que ha dirigido también una de las mejores películas de viajes en el tiempo que recuerdo, la entrega más interesante de la tercera trilogía de Star Wars, incluso si no le salió redonda, y alguna otra cosa de interés.

Johnson sigue apegado a la misma fórmula, la parodia de las whodunit mezclada con crítica, incluso sátira diría yo, social. Si en la primera película de la franquicia ponía en tela de juicio la presunta tolerancia y apertura de los liberales norteamericanos a la hora de aceptar entre ellos a personas de otras etnias y orígenes geográficos, entre otras cosas, aquí la emprende con los modernos empresarios estrella, que han dado el pelotazo jóvenes, que se creen los reyes del mundo aunque sean unos zopencos de mucho cuidado. Seguramente, en el que más piensa uno en estas circunstancias es Elon Musk. Pero puede ser Zuckerberg, u otros. El protagonista, presunto antagonista, ya veremos al final si lo es o no, es un excéntrico supermegamillonario (Edward Norton) que se ha rodeado de una corte de parásitos aduladores que depende de él para sobrevivir porque son unos patanes, especialmente después de deshacerse de su socia en la empresa (Janelle Monáe), con malas artes en un juicio. Y a esta corte invita durante la pandemia de covid-19 a una isla privada en el Jónico, ¿o será el Egeo?, donde se presentará también la socia despechada y nuestro detective favorito, al que al parecer nadie esperaba. Van a jugar a descubrir a un asesino ficticio para divertirse,… pero de repente empezarán a darse muertes reales. Y luego… está la Mona Lisa.

Vamos con lo negativo. La película la he visto en Netflix. Tan apenas duró en la cartelera en cines. Lo justo para cumplir. Y creo que esta película, en pantalla pequeña desmerece. Por otro lado, después de haber visto la primera, que sorprendió, esta… no tanto. Ya esperas el tono, aunque no la espectacularidad de medios conque se ha rodado. Pero la espectacularidad y la pirotecnia, en este tipo de películas, es… eso. Pirotecnia. Lo importante es la historia y como se cuenta. Y luego… del coral reparto,… hay intérpretes que bien… y otros que simplemente pasan. No es un reparto tan inspirado como el de la primera entrega. Por lo demás, sus críticas y el desarrollo de la historia están bien, y tienen puntos muy buenos, que la hacen muy muy visualizable. Y recomendable.

No obstante, no entiendo los entusiasmos que ha levantado en algunos. Está bastante bien, pero sin más. ¿O mejoraría mi opinión si la hubiese visto en pantalla grande? Es cierto que en la sala de cine te concentras mejor en la película. Sin duda.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] Armageddon Time (2022)

Cine

Armageddon Time (2022; 59/20221124)

Después de quejarme hace unos días de la falta de ocasiones para ver buen cine en las salas, va y acumulamos tres visitas a las mismas en diez días. Por lo que ahora llevo un retraso considerable en mis comentarios cinematográficos. Hace dos jueves, por poco nos quedamos sin ir a ver la versión original de esta película. Porque las versiones originales cada vez aguantan menos en cartelera. Y si lo hubiésemos dejado para el día siguiente, como pensábamos, no la hubiéramos visto. El caso es que el reparto era atractivo, las críticas leídas sobre ellas muy interesantes… y lo único que nos tiraba para atrás era el tema. Dirigida por James Gray, es la enésima película en los últimos tiempos en la que un director echa la vista atrás, a su infancia y adolescencia, para, en un ejercicio de nostalgia, contarnos sus cosas. Y aunque es cierto que las más de las veces son películas majas… empiezan a cansar un poquito.

Una visita escolar al Museo Solomon R. Guggenheim tiene una gran importancia en la vida del joven protagonista. Define su vocación artística latente en su inquieta personalidad.

Aunque se nos avisa que la historia es ficción, también se nos avisa que está directamente basada en las vivencias del director, por lo que asumimos que el chaval protagonista, Paul Graff (Banks Repeta), nacido en una familia judía que no son ricos, pero viven cómodamente en Queens, es el alter ego del director. Un chaval muy inquieto, muy movido, que escucha poco y hace mucho, con inquietudes artísticas, que tras meterse en varios líos en su escuela pública, especialmente en compañía de un alumno repetidor afroamericano (Jaylin Webb), es transferido a un colegio privado, muy elitista.

El director tira de artillería pesada a la hora de configurar la familia del chaval. Con Anne Hathaway y Jeremy Strong como padres y Anthony Hopkins como abuelo materno, y con un excelente diseño de producción y fotografía, nos traslada con facilidad al Nueva York del cambio de década, en vísperas de la elección presidencial que llevó a Ronald Reagan al poder. Lo cual, para muchos supone el punto de inflexión hacia la deriva populista de los partidos conservadores. De todo el mundo, puesto que coincidió con la llegada de Thatcher al poder en el Reino Unido. Gray saca a la luz todo el abanico de prejuicios raciales, étnicos y sociales que arrastra la sociedad norteamericana, incluida la supuestamente más cosmopolita sociedad neoyorquina.

La película es bastante recomendable,… pero me ha pasado algo diferente a lo que me pasa habitualmente. Cuando salimos de las salas de cine, hay película que me han gustado y otras que no. Y otras indecisas. Y las indecisas suelen crecer en mi interior después con cierta frecuencia, para luego valorarlas mejor que cuando salí del cine. Por eso tardo unos días en comentar las películas en este Cuaderno de ruta. Pero es raro el movimiento contrario. Que una película que me haya gustado, luego disminuya en mi consideración. Y con esta película me ha pasado un poco. Y tiene que ver con lo que decía al principio. Estas películas nostálgicas, sobre los años mozos de los autores, están bien… pero empiezan a cansar. Y si no aportan algo realmente especial, se quedan en ejercicios de estilo y añoranza, que luego ya no se quedan con facilidad en la memoria. A pesar del buen hacer del estupendo reparto.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Libro] Tus pasos en la escalera – Antonio Muñoz Molina

Literatura

Hacía mucho tiempo que no leía algo de Antonio Muñoz Molina, uno de los escritores españoles que más respeto, aunque no siempre me haya sentido atraído por lo que escribe. Pero siempre lo he dicho; no hay que ser tan presuntuoso como para identificar como de calidad lo que a uno le gusta, y falto de calidad lo que no. Todos tenemos algún placer inconfesable, gustándonos libros, películas, series de televisión o lo que sea, que sabemos que andan flojos de calidad, formal o conceptual. Y al contrario, no conseguimos acercarnos o que nos llegue la obra de artistas o literatos de primer nivel, por razones diversas. En mi caso, muchas veces, porque de lo que hablan no me interesa; incluso si está escrito de forma excelente. Pues eso me ha pasado en ocasiones con Muñoz Molina. Hace mucho tiempo que lo considero uno de los mejores escritores contemporáneos en español, pero no siempre me ha interesado lo que escribe.

No es la primera vez que Muñoz Molina nos lleva a Lisboa, y quizá por ello me animé a leer esta novela, la última que ha escrito, que apareció de oferta en mi tienda de libros en formato electrónico habitual. Y nos lleva de la mano de un hombre, un español, que tras vivir muchos años en Nueva York con su esposa Cecilia, una neurocientífica destacada, que trabaja sobre los mecanismos de la memoria. Más joven que él, trasladará sus investigaciones en Europa, mientras que él, jubilado, se retirará con ella a Lisboa, donde, adelantándose, comienza a preparar su nuevo domicilio. Con la colaboración de un «valgo para todo» lisboeta, irá organizando su nuevo hogar a imagen y semejanza del apartamento del que disfrutaban en Manhattan. Y en su deambular en los ratos de ocio por las calles lisboetas, irá desgranando sus recuerdos y sus nostalgias, mientras espera escuchar los pasos en la escalera de Cecilia cuando definitivamente llegue.

La novela de Muñoz Molina, en mi opinión, se mueve en dos planos. Dos planos cargados de nostalgia. Nostalgia por un mundo que cambia, señalando quizá el 11 de septiembre de 2001, que ambos cónyuges vivieron en Nueva York cuando aún vivían separados, y que ahora se encamina hacia un «apocalipsis» como reflexiona el protagonista, dominado por esas crisis climática cuyos efectos cada vez sentimos más encima. Y nostalgia por los recuerdos de un pasado feliz de la pareja, que sin hijos, vivían a gusto en la Gran Manzana, con un buen y estimulante círculos de la memoria. Pero al mismo tiempo, conforme vas leyendo la novela, vas poniendo en cuestión esos recuerdos. Pones en cuestión la credibilidad del narrador. Es típico de las novelas escritas en primera persona, encontrarnos ante un narrador poco fiable. Y Muñoz Molina utiliza con habilidad el recurso argumental, para ir progresando en la novela, no basándose en la acción, que apenas existe, sino en la evolución interior de ese narrador que nos cuenta su peripecia y sus recuerdos.

Buena novela. Pero, también, triste novela. No somos fiables. Ni el narrador, ni nosotros. O al menos nuestra memoria, nuestros recuerdos. Casi me atrevería a decir que nuestras percepciones. Pero esto último no sé si me viene de la lectura de la novela o si simplemente es algo que sé, incluso desde un punto de vista profesional, y que matiza la lectura del relato. En cualquier caso… hay un final ¿abierto a la esperanza? ¿o simplemente un reflejo más de la falta de fiabilidad del narrador, de sus percepciones, o de sus vivencias?