[Libro] La policía de la memoria – Yōko Ogawa

Literatura

Vamos hoy, unos días antes de que acabe este 2022, con el último libro que he terminado de leer. El que hace el número 30 de este año, y que me permite llegar a mi compromiso personal de leer al menos 30 libros durante el año que se acaba. Lejos de los más de 50 que leía algunos años antes del fatídico 2020. Aun pensaba que me daría para leer un 31º libro, pero parece que el maldito bloqueo lector que me asalta con frecuencia desde ese maldito 2020 ha vuelto a casa por Navidad. En cualquier caso, no me costó mucho leer ese 30º libro. Quizá por ser su autora Yōko Ogawa, camaleónica escritora japonesa, de la que he leído ya varios libros. Pero si le llamo camaleónica es por la diversidad de géneros que cultiva. Es muy prolífica, y los cinco libros que le he leído, con el de hoy, son una pequeña parte del conjunto de su obra. Pero es que cada uno de ellos tiene temas y estilos diversos.

En este último libro acompañamos a una joven escritora que vive en una isla sin nombre. Que podría estar en cualquier lugar del mundo, porque pocos datos nos permiten identificarla como una isla japonesa. El relato se nos presenta en primera persona con la escritora como narradora. Nos habla de su vida en la isla, en la que de vez en cuando desaparecen cosas, y con las desapariciones, llega el olvida de esos objetos para sus habitantes, que llegan a ignorar por completo que han existido, hasta el punto de no reconocerlas si las ven. Pero hay algunos que no pierden la memoria, y estos son buscado y apresados por la policía de la memoria, que también se encarga de eliminar aquellos objetos desaparecidos de los que quedan muestras. Intercalada con la narración, en la que la escritora se ve acompañada por su editor, un refugiado que no olvida, y un viejo que trabajaba en los ferris que ya no existen, que unían la isla con otras, se insertan extractos de la novela que está escribiendo, sobre una mecanógrafa que vive una extraña y desasosegante relación con su profesor de mecanografía.

La novela puede ser encuadrada dentro del género distópico. La policía de la memoria me recordó a los bomberos de Ray Bradbury en Fahrenheit 451. También, en la medida de que la historia personal se ve modificada por el olvido, recuerda al 1984 de George Orwell. Y por lo que leo, la vida del editor refugiado en un zulo en casa de la escritora está inspirada por la historia de Anna Frank. Sin embargo, no tengo claro hasta que punto la intención de la escritora es la de plantear una reflexión política, aunque esta es inevitable cuando se trata de la forma en que se trata la intervención de un estado policial sobre la vida de los ciudadanos, desaparecen los derechos, y se condena a una sociedad a una lenta y penosa muerte. Ambos relatos, el principal y la novela dentro de la novela, tratan temas similares; la anulación de la persona, su desaparición a través del olvido. Incluso si hay una luz en el oscuro final de la novela, puesto que aquellos capaces de recordar que eviten a la policía de la memoria, al final, heredarán la isla y podrán salir de sus escondites.

Pero como digo, no creo que la cuestión sea política en esencia, sino que la cuestión es quienes somos, en qué medida quienes somos depende nuestro pasado, de nuestros recuerdos, de los objetos y las personas que nos rodean, en qué medida nos desintegramos cuando estos objetos y personas y sus recuerdos desaparecen. Cuestiones que se puede aplicar a una multitud de situaciones; las cosas que desaparecen cuando una relación termina, cuando alguien se nos muere, cuando alguien enferma de una demencia degenerativa y empieza a olvidar cosas. A un nivel más general, que pasa en un mundo en cambio, con el medio ambiente y el medio social sufriendo agresiones constantes, y con ellas elementos de nuestra cultura, de nuestra naturaleza, de nuestros paisajes, de nuestras costumbres,… desapareciendo, y con ellos dejando de ser quienes somos.

No es una novela occidental. Es una autora japonesa. Y por ello, no hay explicaciones, ni se buscan, a las cosas que suceden, a las desapariciones y a la desmemoria. Simplemente, se presentan los hechos y las reacciones. Estamos en una sociedad que no busca resolver las causas de las desapariciones, sino que simplemente se adapta. Es una sociedad pasiva, incluso si muestra en algunos momentos destellos de solidaridad interpersonal. Pero que principalmente huye del problema, y sigue adelante, como buenamente puede. El libro es hermoso. Pero también desasosegante, emocionalmente complejo. Yo lo recomendaría sin duda, pero puede no ser del gusto de todos.

[Cine] Crimes of the Future (2022)

Cine

Crimes of the Future (2022; 47/20220925)

David Cronenberg es un director complejo, con películas que me han gustado mucho y otras que me han dejado… mmm… con una mirada atónica y una ceja de cierto escepticismo levantada. Sus películas no suelen ser amables. Físicamente muy poco amables. Pero aun con la violencia de películas como esta y esta, he de reconocer que fueron excelentes largometrajes, que merecen un lugar más que honroso en la historia del cine. Y con cierta frecuencia, con mucha frecuencia, con una actor fetiche para el como Viggo Mortensen. Pero he de reconocer que ha habido otras películas del director con las que no he podido, que me han tirado para atrás. No obstante, nos arriesgamos con este nuevo estreno del director canadiense.

Ambiente crepuscular, como en la película, procedente del amanecer desde el tren de mi viaje del miércoles pasado a Vitoria.

Hace ya bastantes días que vi la película, antes de mi escapada por el sur de Francia, hace doce días ya. Y quizá no la vi en el mejor estado de ánimo para este tipo de cine. En un entorno extraño, entre distópico y postapocalíptico, la especie humana a comenzado un proceso de poderosas mutaciones que producen cambios corporales profundos que, junto con la aparición de personas con insensibilidad al dolor, dan lugar a «artistas» que organizan performances públicas de intervenciones quirúrgicas para mostrar estos cambios. Saul Tenser (Mortensen) y su compañera Caprice (Léa Seydoux) son una pareja de estos artistas. Pero pronto empezarán a surgir tensiones con los burócratas y policías que buscan tener controladas las mutaciones y los cambios, especialmente con la misteriosa Timlin (Kristen Stewart) y con grupo extremistas del cambio.

Visualmente muy atractiva, con excelentes interpretaciones, especialmente por parte de Mortensen y Seydoux, lo de Stewart no lo tengo tan claro, en un ambiente oscuro, claustrofóbico, desasosegante, no conseguí entrar del todo en la propuesta de Cronenberg y en sus puntos de vista. Incluso en varios momentos del largometraje este me expulsó y perdí en parte el hilo de lo que en la pantalla sucedía. Este horror corporal, como se ha definido, no es un tema que me enganche en exceso. Y en ocasiones me resulta más un entorno de explotación visual, no pocas veces imbricada con la explotación sexual, que otra cosa. Pero allá cada cual. A los críticos parece que les encanta; no se cuantos minutos se pegaron aplaudiendo en Cannes. Pero bueno… Por cierto, Cronenberg dirigió en 1970 otro largometraje con el mismo título, que no tiene nada que ver con este. Pero debe ser incluso más perturbador que la película actual.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: **

[Libro] Klara y el sol – Kazuo Ishiguro

Literatura

Es la tercera novela que leo de Kazuo Ishiguro. Las dos primeras, una sobre su Japón natal, la otra sobre una ucronía distópica, me gustaron mucho. Pero mucho. Y siempre me pregunto porqué no he avanzado más en la lectura de su obra, que tampoco es tan extensa. Aunque suficiente como para que haya sido reconocido como uno de los más importantes escritores contemporáneos de lengua inglesa, y con el premio Nobel en 2017. Sí. Lengua inglesa. Nacido en Nagasaki, reside desde los cinco años en el Reino Unido, y tiene esta nacionalidad.

Dos de sus novelas han sido adaptadas al cine. Una de ellas con éxito de crítica y público y unas excelentes interpretaciones, aunque luego no fue reconocida en la temporada de premios; muchas candidaturas pero sin resultados. La otra pasó más desapercibida en la cartelera, y no fue capaz de extraer todos los matices y toda la profundidad del texto literario. Y sin embargo también es una película muy recomendable, que a mí me impactó considerablemente, con unas interpretaciones estupendas, por parte de dos de sus tres protagonistas especialmente, los menos conocidos, chica y chico. Y que me llevó a iniciarme en la lectura de Ishiguro. La novela en la que se basaba todavía me gustó más. Si uno no acababa enamorado de Carey Mulligan y de la Kathy que componía, con toda la tristeza que acarreaba al final, es que no tenía sangre en las venas.

Aunque la novela está ambientada en Estados Unidos, fotográficamente he preferido irme al Reino Unido. Con paisajes a la orilla del mar con cierta melancolía, que creo que le convienen a la novela. Qué barbaridad. Ya tienen 10 años casi estas fotografías, que parece de antes de ayer.

Y lo cierto es que esta novela que nos ocupa hoy está claramente emparentada con aquellas. En un futuro próximo, menos distópico y quizá más probable de lo que imaginamos. En un mundo donde los niños y adolescentes, mejorado en su mayoría por ingeniería genética, para una mayor salud y capacidades intelectuales y académicas, pueden disfrutar de la compañía de su mejor amigo en forma de un robot de aspecto humano gobernado por una inteligencia artificial. Y uno de estos es Klara, una AF (artificial friend), cuya energía proviene del sol, que será adquirida para Josie, una chica de 14 años… que no está mejorada genéticamente, y que tiene una enfermedad que tal vez no tenga remedio.

La novela está escrita desde el punto de vista de Klara como narradora. Un punto de vista ingénuo, en la medida en que su visión del mundo y la forma en que establece relaciones de causa-efecto está limitada a una programación básica dirigida a empatizar con el niño o niña que la adquiere, y por sus propias observaciones. Pero esa ingenuidad al mismo tiempo es refrescante; y conforme adquiere experiencia y mejora sus «emociones», la hace más humana. No deja de ser, en cierta medida, y desde otros enfoques, una nueva versión de la Kathy de Nunca me abandones. Pero también está emparentada con Lo que queda del día, puesto que en lugar de dar voz al personaje principal, Josie, esta la lleva el sirviente, el personaje en las sombras, poco importante, Klara (en lugar del mayordomo de la ficción histórica de la anteguerra mundial en los años 30).

Hay algún optimismo y esperanza en la excelente narración de Ishiguro, pero también pesimismo. En Lo que queda del día, nos movíamos entre las clases altas británicas jugando a la alta política, ignorando la realidad del catastrófico rumbo al que se dirigía el mundo y que tantos muertos y sufrimientos iba a causar el flirteo mundial con los totalitarismos de todo signo. En la novela que nos ocupa, también nos movemos entre una clase media-alta, acomodada, burguesa, pero entrevemos las desigualdades sociales, y la degradación a la que va llegando cierto parte de la población, fruto de esas desigualdades, de la degradación del medio ambiente y de la desconfianza social. Una novela que tiene muchas capas.

Como muchas obras de ciencia ficción o anticipación, la novela reflexiona sobre qué significa ser humano. Tanto en el sentido individual, lo que nos hace personas, como en el sentido colectivo, lo que nos hace sociedades humanas. Y lo hace con la excelente prosa de Ishiguro. Quizá, si de algo me arrepiento es de no haber ido por la versión original de la novela. En cualquier caso, es muy recomendable. Sony adquirió los derecho para la adaptación a la gran pantalla, y ya aparece en IMDb como «en desarrollo», pero poco más se puede decir sobre el tema.

[Libro] Nuestros inesperados hermanos – Amin Maalouf

Literatura

Empiezo a estar preocupado. He vuelto a tener un bloqueo lector que me ha durado casi tres semanas, incapaz de concentrarme en la lectura de un libro. Lo atribuyo a diversas causas que no voy a comentar para no aburrir… pero el caso es que el que traigo hoy a estas páginas es el último libro que he leído y lo terminé de leer el 22 de enero… En fin. Parece que desde ayer he vuelto a coger impulso… a ver si hay suerte y hacia el final de la semana que viene puedo comentar otro.

Lo más próximo a las ficticias de las Quirón son mis viajes por la Baja Normandía y Bretaña. Y de una variedad de lugares de Bretaña extraigo las fotografías para ilustrar esta entrada literaria.

Amin Maalouf es un escritor que me encandiló por sus novelas históricas en las que nos hablaba, de una forma u otra, del tradicional enfrentamiento entre occidente y oriente, en las que nos invitaba a visitar lugares históricos casi legendarios y a conocer personajes históricos también de carácter casi mítico. Buen escritor, ameno y que invita a soñar e imaginar. Qué más vas a pedir. En 1992 publicó su primer libro con un tono distópico, que yo leí años más tarde. En el expresaba ya algunas de sus preocupaciones por el mundo actual. Entre otras, la situación de las mujeres en muchas culturas desde la infancia [consideremos la política de hijo único en la República Popular China, con elevadas tasas de infanticidio y de abandono de niñas; pero no es el único lugar ni el único motivo por el que se generan esas prácticas]. Y también los desequilibrios económicos y políticos entre el sur empobrecido y el norte rico. Después ha escrito, y he leído alguno de ellos, 1 y 2, ensayos que muestran su preocupación sobre la actual situación del mundo.

En esta ocasión se trata de su última novela, de 2020, en la que volvemos de alguna forma a un mundo distópico. El protagonista de la novela es un caricaturista que se gana publicando tiras «cómicas» en la prensa, canadiense, pero que se ha refugiado en una casa en una isla del ficticio archipiélago de las Quirones, en la costa atlántica francesa. Una isla donde sólo vive otra persona, una novelista de un sólo éxito, que vive desilusionada, apartada de la sociedad. El mundo vive momentos de quebranto, por las amenazas terroristas, que pueden tomar forma en forma de atentados con artefactos explosivos nucleares. De repente todas las comunicaciones cesan y deja de fluir el suministro eléctrico. Temerosos los vecinos del archipiélago del estallido de un conflicto nuclear mundial de carácter apocalíptico, pronto se sabrá que unos misteriosos humanos, que han aparecido a bordo de barcos, descendientes de un antiguo grupo de seguidores de Empédocles, filósofo griego de la época clásica, presocrático, que han alcanzado un alto nivel de desarrollo ético y científico.

A pesar de las amenazas, reales, sobre las que habla en el libro, el arsenal nuclear en el mundo sigue siendo suficiente para destruir la civilización varias veces, y cada vez hay más grupos capaces de hacerse con armas de este tipo, esta novela de Maalouf no deja de tener un carácter ligero en ocasiones, ya que la acción no se mueve de ese entorno alejado del mundanal ruido que son esas islas inventadas, donde hay un vecindario con sus problemas cotidianos, y personas con sus inquietudes vitales más o menos representativas del resto de la humanidad, en ocasiones con cierto humor. Los temas son diversos. Los riesgos globales, la ética de las decisiones políticas, el riesgo de la eterna salud y la inmortalidad, los valores que deben regir las relaciones humanas o políticas… Y sin renunciar a incluir algo de romance en la historia. Y de trasfondo por lo que podría haber sido el desarrollo de la filosofía y la ética de la Grecia clásica de no haber sido… por los propios griegos y todos los demás que la llevaron al traste. Quizá una visión demasiado idealizada de la edad de oro ateniense.

No es, desde mi punto de vista, de los mejores relatos de ficción del escritor francolibanés. Escritor por el que sigo sintiendo profunda simpatía en la medida que he disfrutado con su obra y en la medida en la que coincido con algunos de sus puntos de vista. No con todos, pero sí con algunos de los importantes. Pero se deja leer con facilidad, y te acompaña a unas reflexiones, no extremadamente sesudas, al alcance de cualquiera, y sobre cuestiones importantes. Así que se puede recomendar sin mucho miedo a decepcionar.

Por cierto, no sé muy bien qué islas inspiran al archipiélago ficticio de las Quiron. Supongo que son un refrito de las quince islas que forman las islas de Ponant en torno a la península de Armórica (Bretaña).

[TV] Cosas de series; utopías, distopías y apocalipsis varios

Televisión

En las últimas semanas tengo la sensación de que disminuido mi ritmo seriéfilo. Aunque ha habido muchos estrenos, algunos muy llamativos, no estoy encontrando motivación para empezar con algunos de ellos. «Baby Yodas» aparte. En cualquier caso, me animé con dos series de ciencia ficción que me atrajeron por distintos motivos. Con resultados… diversos y no muy claros.

Brave New World es una nueva adaptación televisiva de la novela de Aldous Huxley del mismo título, conocida en español como Un mundo feliz. Hace casi 40 años, por la televisión única de la España de principios de los 80, pudimos ver una adaptación televisiva de la misma obra. Muchos en mi entorno académico y de amistades la vimos, y el «soma, soma, soma» de los epsilon fue una broma frecuente entre los adolescentes/jóvenes del momento. Así como la más sexista sobre las betas muy neumáticas… aunque es un concepto que aparece en la novela de Huxley. Yo tenía el recuerdo de que fue una serie… pero en IMDb me dice que fue una película para televisión de tres horas de duración. Igual en España la fraccionaron en episodios… no recuerdo. El caso es que aquella película, que reciente he comprobado que era bastante mala, me impulsó a leer la novela de Huxley, que es muy buena. Poco antes había leído 1984 de Orwell, y quedó definido mi gusto por el género distópico, que he mantenido durante toda mi vida. Al fin y al cabo, se acercaba el año más famoso de la literatura distópica y un actor de segunda «reinaba» en Washington con políticas que con el tiempo triunfaron en todo el mundo mostrándose, si uno analiza con frialdad, desastrosas.

«Un mundo feliz» transcurre principalmente en «Nuevo Londres». No viviendo todavía (¿o sí?) en un futuro distópico, nos conformaremos con fotos del «viejo Londres».

La nueva serie se ha actualizado en distintos aspectos. Estéticamente responde a exigencias más actuales. Se suprime el culto a Ford por otro… de otro tipo que no voy a desvelar. Los individuos de cada casta son menos uniformes. No aparecen los deltas por ningún lado. Los epsilon están condicionados y en la base de la escala social pero no son deformes y feos. Todo el mundo es guapo en esta serie. Los salvajes no son nativos norteamericanos en reservas, sino desarraigados sociales en parques de atracciones. La promiscuidad sexual de la sociedad fordiana se hace más explícita con cierta abundancia de desnudos con cuerpos «danone» y orgías diversas. Hay más mujeres en la casta alfa plus. Aunque esencialmente, la historia es la misma. Más cuestionable es que lo sea el espíritu. La serie, mirando más a la estética y al tirón sobre el público, pierde profundidad en la reflexión. Por mala que fuera la producción de 1980, su tono de sátira no le sentaba mal a la distopía. Aquí se toman demasiado en serio. El reparto no está mal, pero las interpretaciones quedan supeditadas a una preocupación por la estética. La serie se deja ver… pero no es una gran serie. Incluso puede ser dudoso calificarla de una buena serie. Me entero hoy mismo que no ha sido renovada por una segunda temporada. No obstante, el arco argumental de la temporada emitida coincide con el de la novela de Huxley. A partir de ahora será invención de los productores. Si es que encuentran una nueva plataforma de contenidos que los acoja para temporadas ulteriores. Si no, hasta aquí hemos llegado, si más penas ni más gloria. Lo mejor… quién me lo iba a decir… Demi Moore. Pero no dura mucho.

Raised by wolves me la encontré por casualidad. Al principio no sabía de que iba, porque ha habido una diversidad de producciones audiovisuales con este título o similares. Pero he aquí que me entero que estamos ante una mezcla de postapocalíptico, androides y aventura espacial, y que detrás de ella está Ridley Scott, que también dirige dos episodios. Su hijo, Luke Scott, dirige otros tres, de los diez en total de la primera temporada. Y se nota. El ambiente que reina sobre Kepler-22b recuerda de alguna forma al que sentimos en su precuela de su saga alienígena más conocida.

Una nave espacial con dos androides de aspecto humano llega al planeta huyendo de una guerra apocalíptica en la Tierra entre dos facciones de la humanidad, una de fanáticos religiosos y otra racional y sin creencias religiosas. Esta nave procede de estos últimos. Y llega con una carga de embriones que han de servir como base a la creación de una nueva colonia humana, con valores racionales como principios básicos. No obstante, el planeta es habitable, pero relativamente inhóspito. Y poco a poco, todos los niños menos uno, Campion (Winta McGrath), mueren. Y en estas estamos cuando una gigantesca nave espacial de fanáticos religiosos, un arca llena de personas en hibernación, se acerca al planeta, produciendo la reacción de Mother (Amanda Collin) el androide lider y dando lugar al conflicto. A partir de ahí, otro niño de los fanáticos religiosos, Paul (Felix Jamieson), y sus padres aparentes (Travis Fimmel y Niamh Algar), en realidad ateos infiltrados, tendrán un papel fundamental en los acontecimientos.

En su conjunto, tiene más solidez conceptual, como serie, sin juzgar su origen literario, que la anterior, está ya renovada por una segunda temporada, y a mí me produjo un interés creciente, aunque el final de la temporada me chirriase un poco. O un mucho. No me dejó muy satisfecho la «alienada» final. Veremos que pasa en el futuro.

[Cine] Vivarium (2019)

Cine

Vivarium (2020; 23/20200501)

Seguimos buscando alternativas al cierre de las salas de cine con los estrenos directos en plataformas digitales. En esta ocasión tiramos de Sala virtual de cine para ver uno de estos estrenos, que venía razonablemente recomendado por alguien en internet. Creo que también se puede ver en Movistar+. Película irlandesa, con múltiples coproductores de otros países, dirigida por Lorcan Finnegan, un director con una trayectoria muy limitada todavía y del que no teníamos referencias.

Gemma (Imogen Poots) es una maestra que convive con su novio Tom (Jesse Eisenberg), que se empieza a plantear la necesidad de una convivencia más estable y en mejores condiciones de cara a formar una familia. Pero con un presupuesto limitado, acuden a una inmobiliaria donde el comercial (muy raruno, canta mucho) les propone una moderna urbanización en el extrarradio de la ciudad, donde podrían conseguir una buena vivienda por un precio razonable. Durante la visita a la vivienda, quedarán atrapados en esa misteriosa urbanización en una extrañas circunstancias.

La película se mueve en el terreno del terror y misterio, del tipo extrañas criatura que invaden y parasitan a la especie humana… y todavía no tengo nada clara exactamente dónde quieren llegar con esta película, si es que quieren hacer algo más que una mera película de terror ¿psicológico?. Desde luego, si quieren hacer algún tipo de crítica social o algo por el estilo, todavía no sé muy bien por donde van los tiros.

Con una interpretación correcta, dado el material con el que cuentan los dos protagonistas, y una realización correcta, pero con deficiencias técnicas… todo resulta demasiado artificioso, incluso si esa es la intención… lo cierto es que la película deja de tener interés apenas alcanzado el ecuador del metraje, quedando la duda, lo único que te incita a seguir viendo, si van a darle un final feliz o no. Aunque uno se lo imagina. Prescindible. No merece la pena en absoluto.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

[Libro] Riesgos de los viajes en el tiempo

Literatura

Estaba a punto de salir de vacaciones, hacia finales del mes de mayo, cuando me enteré que en junio salía a la venta la traducción al castellano de la última novela de Joyce Carol Oates. Desde hace unos años, desde que leí su peculiar y «disléxica» versión del cuento de Caperucita Roja, Oates es una de mis escritoras favoritas. Intentar recuperar toda su obra es una labor inabarcable ya que la norteamericana es una escritora sumamente prolífica, que a sus 81 años se muestra todavía muy activa y muy lúcida. Pero poco a poco iré rescatando alguna de sus novelas u otros escritos, al mismo tiempo que permaneceré atento a las novedades que presente. Como ha sido el caso en el actual. La quinta novela de Oates que leo, el sexto de sus libros si incluyo el de relatos cortos que leí en su momento.

De entrada me sorprendió y me atrajo el título. Y más cuando los adelantos de la novela hablaban de una historia de viajes en el tiempo. Un género que siempre me ha atraído, aunque desconocía cómo podía encajar en el estilo de la escritora. Antes de comenzar a leer el libro, la respuesta más probable a esa cuestión es que su sumase a otros autores, como la canadiense Margaret Atwood, a la hora de utilizar un entorno distópico para ejercer un crítica de la situación sociopolítica actual. La escritora mantiene posiciones progresistas en el ámbito sociopolítico norteamericano. Ellos la denominaría «liberal», pero ya sabemos, o deberíamos saber, que ese adjetivo tiene distinto significado político a ambos lados del Atlántico. Así que utilizaremos el adjetivo «progresista». Su anterior novela profundizaba notablemente en el conflicto entre integristas religiosos de extrema derecha y el derecho a elegir en cuestiones de planificación familiar.

Casi toda la película transcurre en un entorno universitario,… que por su calidad y brillantez académica no es precisamente equiparable a la inglesa Cambridge. Pero estas son las mejores fotos que tengo de una universidad, así que tendrán que valer.

Efectivamente, mis suposiciones no iban desencaminadas. La protagonista de la historia es Adriane Stohl, una joven de 17 años, que vive en un futuro dentro de 20 años, en el que los Estados Unidos de América han absorbido a lo que es Méjico y Canadá, y se presentan en como una sociedad distópica en la que gobierna una élite plutocrática que ejerce un fuerte control sobre los ciudadanos a través de los sistemas de información electrónica. La joven, brillante estudiante en su instituto, es detenida por haber preparado un discurso de despedida de su promoción que plantea dudas sobre el sistema social y político. Y su castigo será ser trasladada en el tiempo, a 1959, donde recibe un nuevo nombre y es matriculada en una mediocre universidad del medio oeste americano.

Y aquí viene la potencia de la historia que nos narra Oates, puesto que en la distopía en la que profundiza no es la de la sociedad del futuro, en la que en un remedo de lo que ha sucedido con Donald Trump, gobiernan aquellos plutócratas extremadamente ricos que mejor controlan la información y los recursos. La distopía en la que profundiza es la de las sociedades mediocres, en su actitud, en sus valores, en sus creencias, en la profundización de los conocimientos, que es representada por esa ficticia universidad de Wainscotia, en cuyo campus se desarrolla la mayor parte de la acción. Un entorno, muy asociado al vertiginoso desarrollo económico de los EE. UU. en los años 50 y 60, al mismo tiempo que se genera una corriente de pensamiento único, consecuencia de la guerra fría y del miedo a los soviéticos.

Y si esta es la visión política de la historia, está también los aspectos relacionados con la identidad personal, o la fragilidad de la misma, la capacidad de manipulación que las sociedades tienen o pueden tener sobre quienes somos, y quienes son los que nos rodean. Con el trasfondo de sus estudios en psicología conductista, viene la reflexión sobre si realmente somos libres en nuestras decisiones, o al fin y al cabo, no somos quienes creemos ser, sino meros seres condicionados fuertemente por nuestro entorno, por la presión del grupo y por las sociedades en las que vivimos.

Al final, el cierre de la novela, muy satisfactorio, no responde a todas las preguntas que se plantean a lo largo del relato, sino que muy al contrario, abre todavía más interrogantes sobre la auténtica realidad y la auténtica historia de Adriane.

A pesar de las frecuentes paradas para pensar en lo que estaba leyendo, me lo leí en poco tiempo. Me enganchó fuertemente, me pareció sumamente original, y lo considero altamente recomendable.

[Libro] Folding Beijing

Literatura

No sé muy bien cómo se clasifica este relato. En algunos lugares lo he visto calificado como relato o cuento, incluido en alguna antología de estos, en otros aparece como novela corta. Ciértamente, no es largo este relato de la escritora china Hao Jingfang (respetamos el orden de los nombres en los países asiáticos, primero el apellido, luego el nombre de pila). Hao estudió física, pero luego se pasó a la economía, materia en la que se doctoró. Y en un momento dado decidió exponer en forma de relato de ficción algunas de sus reflexiones sobre las desigualdades sociales, que se observan en todas partes en la economía actual, basada en el capitalismo, incluso en un país gobernado por un partido comunista, y especialmente en las grandes ciudades y conurbaciones de aquella parte del mundo.

Hasta que no visitemos Shangái dentro de un par de meses y medio, Hong Kong y Macao son mis únicos referentes en lo que podemos considerar la China continental, aunque sean regiones autónomas especiales de la República Popular China. A partir de Junio, tendré más referencias fotográficas, si todo va bien.

Con estos antecedentes, hace mucho que me sentí interesado por el relato. En aquellos momentos, además de su idioma original, el mandarín, se podía encontrar en formato electrónico en inglés, traducido por Ken Liu, escritor chinoestadounidense que, además de sus propios relatos, también tradujo la obra más famosa de un escritor chino en el ámbito de la ciencia ficción y de la que hablábamos hace aproximadamente un año. Creo que ya es posible encontrar el relato que nos ocupa hoy traducido al castellano, incluido en alguna antología de relatos, con el título Entre los pliegues de Pekín.

Porque Hao Jianfang imagina un mundo en que la solución a muchos de los problemas derivados del incremento de la población, de las megaurbes y de la crisis del empleo por la automatización de los procesos productivos es construir un ciudad, Pekín, que se pliega sobre sí mismo. Y estratificando la población en tres capas, la superior que disfruta de un día entero de actividad, mientras permanece dormida otro día a continuación, en el que los otros dos estratos sociales, el intermedio y el inferior, se reparten el día, con 16 y 8 horas de actividad respectivamente. Una trama en la que un individuo del tercer estrato tiene que llevar un mensaje de un tipo del segundo estrato a un joven del primero, nos permite observar cómo funciona esta ciudad plegable y los motivos que se aducen para su existencia.

Ingeniosa distopía que nos hace pensar en las dificultades de sostenimiento de una sociedad capitalista en permenente crecimiento, con una población muy superior a la se pueda mantener o emplear con los criterios actuales, y la creciente automatización de los procesos productivos, en la que sólo los procesos creativos e intelectuales puedan necesitar la intervención humana. Una visión perturbadora de las decisiones necesarias para mantener el (ilusorio) pleno empleo de la población. Una reflexión inteligente e interesante que me parece realmente muy recomendable. Y se lee en poco tiempo.

[Libros] Lady Killer 2; Shangri-La

Literatura

Mientras voy avanzando en una novela negra de Benjamin Black que me está costando leer un poco más de lo que pensaba, esta semana os dejo un par de historietas que leí durante el periodo navideño.

Lady Killer 2

Segunda parte de las aventuras de un ama de casa reconvertida en asesina a sueldo. A caballo entre el humor negro negrísimo, la historieta de aventuras y el gore, me he merendado la continuación de las aventuras de Josie Schuller, esa perfecta ama de casa que parece recién salida de una comedia de Doris Day o de algo más dramático, como las perfectas esposas de los televisivos «Mad Men».

20040201-Eurodisney (08)

He tenido una extraña asociación de ideas. Una de las historietas transcurre en Florida, donde se encuentra uno de los parques Disney más importantes. Y el autor de la otra es francés. Así que,… Disneyland Paris. O Eurodisney, como se llamaba cuando hice estas fotos.

En esta ocasión, la familia de Josie se ha trasladado a Florida. Y ella continua con su negocio, aunque aún muestra cierta inexperiencia. Si esto lo mezclamos con un inesperado socio que le traerá no pocos quebraderos de cabeza, con el pasado en Alemania de su suegra, y con cierta organización criminal que se interesa por ella, tenemos el follón montado.

Huída hacia adelante en la historia escrita por Jamie S. Rich y dibujada por Joëlle Jones, en la que parece que han optada por la clásica solución argumental de la escalada en los excesos cuando las cosas se ponen mal para la protagonista. Entretenida.

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Shangri-La

Distopía postapocalíptica en orbita y con viajes y paseos espaciales la que nos llega de la mano del francés Mathieu Bablet (twitter), dibujante y guionista a un tiempo de esta novela gráfica.

Como digo, es postapocalíptica. Tras algún tipo de catástrofe ambiental producida por el hombre, los últimos restos de la especie y de la vida sobre el planeta se encuentran en una gigantesca estación espacial en órbita alrededor del planeta

También es distópica. La sociedad en la estación está gobernada por una plutocracia que controla la sociedad a través del consumo de todo tipo de aparatos, especialmente los descendientes de los teléfonos inteligentes actuales. Y además, han modificado genéticamente algunos animales domésticos dotándoles de caracteres antropomorfos y de consciencia, y usándolos como mano de obra para los trabajos menos apetecibles. Son ciudadanos de segura.

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En este ambiente, se genera un espíritu de rebelión social, al tiempo que una serie de accidentes destapan la existencia de un proyecto de modificación genética del ser humano para la colonización de una de las lunas de Saturno. Es el proyecto Shangri-La.

La idea es buena, aunque moderadamente original. Y como sucede en la buena ciencia ficción, no deja de contener importantes críticas a la sociedad actual. El avance hacia una plutocracia global, los riesgos ambientales, la existencia de ciudadanos de primera y de segunda con un racismo más notorio o más larvado según las circunstancias, el peligro de la «libertad» al estilo chino, donde esta libertad es la de consumir, no la de pensar ni expresarse,… Pero la historia se me atrangantó a veces, produciéndome parones en la lectura de algunos días. Una lectura que se tendría que haber resuelto en pocos días, se prolongó durante semanas. Y el dibujo me resulta un poco farragoso en ocasiones. No está mal, pero podría estar mejor.

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[Cine] Entrada «coche escoba»: Woody Allen, Mudbound y otros estrenos de Netflix

Cine

Mis tradiciones me indican que mañana 2 de enero tengo que hacer el resumen de mi año cinéfilo. Pero todavía no he revisado todas las películas que entran en el mismo, porque la última semana del año ha estado muy entretenida desde el punto de vista cinematográfico. No sólo por la visita de rigor a las salas de cine para ver la última de Woody Allen, sino porque este año entran también los estrenos directos en las plataformas de vídeo bajo demanda, y he visto en estos días de fiesta la friolera de tres. Vamos con ella. Acompaño la entrada con algunas fotografías procedentes de los últimos carretes en blanco y negro del años. La Yashica Mat 124G con un Lomography 100 Earl Grey que me quedaba suelto por ahí, las cuadradas, y la Agfa Billy con un Fujifilm Neopan 10 Acros, las rectangulares.

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Wonder Wheel (2017)

Wonder Wheel (2017; 542017-2712)

Las dosis anual de Woody Allen nos ha llegado con el final de año, cuando últimamente solía llegarnos a final del verano. Quizá tenían más esperanzas de que este año alcanzase más reconocimiento de cara a la temporada de premios.

Con un buen reparto, nos cuenta cómo, en los años 40, una joven Carolina (Juno Temple), huyendo de su marido mafioso a quien ha delatado al FBI, se refugia en Connie Island con su padre (Jim Belushi) y su madrastra (Kate Winslet). Todo irá bien, hasta que la presencia de un fornido y cultivado salvavidas playero (Justin Timberlake) inicie un peligroso triángulo con las dos mujeres.

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Película poco valorada por crítica y público, con sabor a tragedia griega, que cuenta una historia sencilla y previsible, pero desde mi punto de vista bien contada. Lejos de la originalidad de antiguas propuestas del director, está bien hecha, destacando especialmente la fotografía Vittorio Storaro, una banda sonora jazzistica, y unas excelentes interpretaciones. Muy buenos Belushi y Winslet, Temple nos sabe a poco, sabemos que se le puede sacar más partido, y Timberlake que cumple.

A mí me produjo un rato agradable, y es más recomendable de lo que parece.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

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Mudbound (2017)

Mudbound (2017; 532017-2512)

Notable propuesta que nos llega de la mano de Netflix. Aunque se estrenó principalmente en vídeo bajo demanda, han realizado un estreno limitado en salas de cine en EE.UU. para poder optar a la temporada de premios.

Dirigida por Dee Rees, la directora insiste en recuperar la historia no contada de la discriminación de la raza negra en Estados Unidos, contando las historias paralelas de dos familias, una blanca y otra negra, que se ven obligadas a convivir en una región rural del delta del Misisipí, y que comparte que uno de sus miembros está en la guerra mundial en Europa. El blanco es un capitán que pilota bombarderos y el negro un sargento que comanda un carro de combate.

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Con un reparto también de bastante nivel, aunque el nombre más conocido sea el de Carey Mulligan, seguido de Jason Clarke, aunque no sean los personajes clave de la historia que hemos de situar en los personajes interpretados por Garrett Hedlund y Jason Mitchell, es una película dura con pocas concesiones al buenismo de los espectadores, aunque algunos aspectos del final introducen un tono de happy end que nos parece muy forzado.

Está muy bien en líneas generales, y me quedé con la sensación de que se vería mejor en en sala de cine en pantalla grande. También comprendí el interés de Netflix por promocionarla en la temporada de premios. Aunque tengo la sensación de que no se comerá una rosca. Muy recomendable.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

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Bright (2017)

Bright (2017; 552017-2812)

Cuentan de esta película dirigida por David Ayer y realizada a mayor gloria de Will Smith que es el intento de Netflix por crear una de estas lucrativas franquicias donde se suceden las precuelas y las secuelas, y las productoras se hacen de oro vendiendo figuritas y otras mercaderías. Es un pastiche que toma elementos del Señor de los Anillos, de cualquier distopía con Los Ángeles como escenerario y del Quinto Elemento, para hacer un correveidile de peleas y balaceras con más bien poco sentido.

El primer día que intenté verla me quedé dormido. En una segunda intención la vi entera, aunque me costó seguirle la pista. No por compleja, sino por complicada. Para mí tiene poco sentido. Se da por sentado una segunda película. Se da por sentado que no la escribirá el mismo guionista por que parece que está implicado en el enésimo caso de denuncias de abusos sexuales en el cine americano. A Ayer también se le acusa con frecuencia de machista. Pues vale. No es una catástrofe. Pero casi. Quedaros con lo que queráis.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **

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Megen no jūnin (2017)

Mugen no jūnin (2017; 562017-3012)

Samuráis, damas en apuros, muchas espadas y muchos desmembramientos con abundancia de salsa de tomate para esta película de espadachines japoneses que, habiéndose estrenado en cines originalmente en su Japón de origen, han decidido exhibir en el mundo entero a través de Netflix. Te tienen que gustar estas películas, y os puedo asegurar que no es Yōjinbō (Yojimbo también), o Sichinin no samurai (Los siete samuráis)… El machote, Takuya Kimura, pero la chica, muy mona y con las orejas desabrochadas, Hana Sugisaki, más bien no.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

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[Cine] Blade Runner 2049 (2017)

Cine

Blade Runner 2049 (2017; 392017-1310)

Cuando anunciaron hace unos años que iban a filmar una segunda parte de mi adorada y nunca bien ponderada aventura de «pellejudos», obra de referencia y precursora de la ciencia ficción cinematográfica de los últimos treinta y tantos años, y pocas veces igualada y menos superada,… me eché a temblar. Considerar lo que había hecho Ridley Scott con las nuevas entregas del universo de los xenomorfos,… tuve que contener el aliento. Qué queréis que os diga.

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Lo más adecuado para esta entrada, visitar, de noche, algunas de las grande urbes multiculturales del mundo contemporáneo. Por este orden, Nueva York, Tokio, Toronto, Hong Kong y Seúl, esta última también en el encabezado.

El respiro vino cuando se anunció que Scott se quedaría en labores de producción y que se confiaba la dirección al canadiense Denis Villeneuve. En aquellos momentos no lo habíamos visto medito en producciones de ciencia ficción, pero ya era uno de mis directores contemporáneos favoritos. Ver lo que consiguió hace un año con otra película de alienígenas aumentó el alivio. E impulso una cierta expectativa emocionada. Quizá pudiéramos estar ante otra obra maestra del cine. O al menos ante una muy buena película. Había que esperar. Lamentablemente, tuve que esperar una semana más de lo previsto al coincidir el estreno de la película en España con mis vacaciones coreanas. Pero ya está… ya la he visto.

Voy a empezar diciendo que al día siguiente o al otro de ver la película, leí un artículo que expresaba perfectamente lo que sentí al ver esta segunda entrega del universo «blade runner». Una deslumbrante maravilla cinematográfica para los sentidos. Y eso que a mí lo del Dolby ATMOS me parece otro invento para conseguir que oigamos perfectamente los ruidos más desagradables sin aportar nada más. Pero Villeneuve es un tipo que sabe cómo hacer cine. Y muy bien.

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Desgraciadamente, la historia que se nos cuenta se encuentra varias ligas por debajo de la de su predecesora. Nos encontramos treinta años más tarde con un nuevo blade runner, K (Ryan Gosling), que en esta ocasión no cabe la menor duda de que se trata de un replicante. En una Tierra medioambientalmente y económicamente arruinada, donde los que pueden la abandonan, se piran a las colonias espaciales, su misión es «retirar» a los skin jobs antiguos con capacidad para desobedecer órdenes y pensar por sí mismos. Una nueva generación de replicantes obedientes y mansos está comúnmente aceptada. Y un nuevo magnate, Niander Wallace (Jared Leto). Pero al «retirar» a un viejo Nexus 8 hace un sorprendente hallazgo. Los restos, los huesos, de una replicante femenina. Que al ser analizados, anunciarán un hecho sorprendente.

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Como ya he dicho, visualmente es una maravilla. El universo de esta ficción se expande. Vamos más allá del abarrotado Los Ángeles, y conocemos nuevos escenarios que nos sitúan mucho más claramente en el tipo de mundo en el que nos encontramos, y nos estremecen. Cada plano está milimétricamente planificado, y quedamos sorprendidos continuamente. Pero la historia carece de la profundidad filosófica y ética de la primera entrega. De hecho, en realidad, salvo una vuelta de tuerca más en el planteamiento, no aborda cuestiones nuevas que no estuvieran presentes previamente sobre el significado de ser persona. No me gusta lo de ser humano. Biológicamente, una máquina, aun orgánica, no admite su inclusión dentro de la humanidad. Pero sí de lo que filosóficamente podemos considerar persona, susceptible de disfrutar de autonomía, derechos y obligaciones.

Tenemos una chica buena, Joi (Ana de Armas), y una adversaria, Luv (Sylvia Hoeks). Quienes estén familiarizados con el inglés apreciarán el doble sentido de sus nombres… aunque las cosas no serán como parecen. Sinceramente, la primera… no lo hace mal. Y las minifaldas le sientan de muerte. Pero estuvimos discutiendo tras la película y llegamos a la conclusión de que es un personaje bastante prescindible… si no del todo.

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Y luego está Decker, Harrison Ford, que sinceramente parece que recuperar sus viejos personajes, salvo Indiana, le sienta mejor que recrear otros nuevos. Está muy bien. Y es quien aporta auténtico corazón a esta película. De Gosling esperaba más,… pero su personaje no le permite ser el protagonista carismático que esperábamos. De hecho, una de las ausencias más notables de esta segunda parte es la ausencia de personajes carismáticos, que no sea el interpretado por Ford.

Así pues, cierta decepción amortiguada por la calidad del envoltorio. Entendámonos. No es una mala película. Ni mucho menos. Por encima de la mayor parte de la ciencia ficción que nos venden. Pero es duro ser secuela de un mito del cine. Y más si los guionistas, un montón, son incapaces de estar a la altura. Pero no me creáis. Id al cine y comprobadlo. A ser posible, como yo, en versión original.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

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[Libros] Saga, las guerras del Canadá y otras aventuras de Brian K. Vaughan

Literatura

Estaba yo dudando si dedicar mis esfuerzos blogueros hoy entre un tema fotográfico, tengo un par de series fotográficas recientes que comentar, o el literario comiquero. He optado por este último, porque también se me han acumulado algunas noticias.

Brian K. Vaughan es uno de los guionistas de historietas que pululan en la actualidad, y que nos llegan desde Estados Unidos. Presencia frecuente en los premios dedicados a la historieta en los últimos 12 años, también ha hecho sus pinitos en la televisión… aunque su trabajo como escritor en ese medio, sin que carezca de mérito, ya no me llama tanto la atención.

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Para ilustrar la entrada de hoy, y con la excusa del conflicto entre EE.UU. y Canadá de una de las historias, las cataratas del Niágara, tal y como quedaron reflejadas en la cámara de película tradicional de un solo uso protegida contra la lluvia que llevábamos con nosotros. La gente con impermeables azules son las del lado yanqui, las que llevan impermeables amarillos la del lado «canuck».

Indudablemente, su obra actual más conocida, y la más premiada ya que va acumulando premios desde que comenzó hace ya unos años es Saga. Aventura épica y familiar al mismo tiempo, con toques de fantasía, en el que vamos siguiendo desde hace siete volúmenes las aventuras de una familia de proscritos. Marko, soldado de Guirnalda, y Alana, también soldado pero de Terrada, mundo alrededor del cual gira el anterior, asqueados de la guerra que enfrenta sus mundos irreconciliables, desertan, se conocen, se enamoran y tienen una hija, Hazel, la narradora en primera persona de la historia. Sobre esta premisa, y con una pléyade de personajes secundarios y arcos argumentales paralelos, se va desarrollando la que probablemente es la mejor space opera, del momento, por cualquier medio de expresión conocido (literatura, cine, televisión, historieta,…). Dibujada por Fiona Staples, me encanta como ilustra esta chica canadiense, el séptimo volumen de la serie se ha centrado en la permanencia durante meses repostando de la nave-árbol en un cometa que también es escenario de las guerras entre «alados» (los de Terrada) y «cornudos» (los de Guirnalda). Como siempre, mezcla aventuras, humor, drama, alguna gota de tragedia, y buenas dosis de crítica social. Como siempre, algunos personajes se han quedado por el camino. Ha algunos los echaremos más de menos que ha otros. ¿Ya he dicho que me parece la mejor space opera del momento? Pues eso.

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Ha coincidido la salida al mercado del séptimo volumen de Saga, con el último cuadernillo de We Stand on Guard. Como ya he comentado en alguna ocasión, en esta historia ilustrada por Steve Skroce y coloreada por Matt Hollingsworth, en el tercer aniversario del comienzo de la guerra angloamericana de 1812, o sea en 2112, un atentado terrorista contra la Casa Blanca en un país asolado por las sequías y el cambio climático, provoca la invasión de Canadá por parte de los Estados Unidos. Parece que detrás de todo esto hay una operación de falsa banderaRemember the Maine» y el imperialismo norteamericano en Centro y Sudamérica). Los antecedentes históricos que otorgan plausibilidad a la idea están claros. En seis cuadernillos que se leen en un plis-plas conocemos a un grupo de resistentes a la invasión que pondrán en jaque al poderoso ejército ocupante. Una historia menos maniquea de lo que su planteamiento aparenta y que discurre una serie de amenazas para la convivencia pacífica y la democracia que hoy en día son una realidad. El negacionismo del cambio climático, la política de la posverdad (o sea, del embuste), el populismo,… Y de fondo el miedo que probablemente han tenido siempre los canadienses a su vecino y amigo del sur… Al fin y al cabo, Canadá consiguió la independencia del Reino Unido para conjurar el eterno riesgo de una invasión por parte de los Estados Unidos, como la que desencadenó la guerra de 1812. Aquella acabó en tablas… pero quien sabe las siguientes.

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Y siguen desarrollándose, vamos por el cuadernillo número 13, las aventuras de las Paper Girls. En los últimos tiempos se han impuesto los revivals de las aventuras de las pandillas adolescentes de los años 80, con fuerte cargas de nostalgia, véase Stranger Things para la televisión. En esta ocasión, Vaughan, con los dibujos de Cliff Chiang y el colorista Matt Wilson, nos traslada también a esa época, donde un grupo de chicas, repartidoras de periódicos, se ven envueltas en una serie de locas aventuras en las que viajarán por el espacio y el tiempo, en una aventura que todavía se está desarrollando. En principio, esta aventura está dirigida a un público más adolescente y menos adulto, pero la verdad es que los límites me parecen difusos, y la considero perfectamente apta para todo tipo de públicos.

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