[Viaje] En Cedrillas y Gallocanta con película fotográfica

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Ya adelanté hace unas semanas con fotografías realizadas con cámara digital el resumen del viaje en el día con ASAFONA, Asociación aragonesa de fotógrafos de naturaleza, a Cedrillas y Gallocanta, en la provincia de Teruel. No voy a enrollarme más con lo que dije entonces, y especialmente en el artículo que escribí sobre las cuestiones fotográficas en lo que al equipo digital se refiere. Pero ya me llegaron las fotografías realizadas con película fotográfica. Las cuestiones técnicas las encontraréis en,

Sierra de Gudar en Cedrillas y Gallocanta con película fotográfica

Pentax MX con Kodak Portra 400

Aquí, simplemente, os dejo algunas fotografías de muestra.

[Fotos] «Fotonautas 2024» se va de exposiciones y paseo fotográfico

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El tercer sábado de enero tuve “mala suerte”. Estaba programada una salida con ASAFONA Asociación aragonesa de fotógrafos de naturaleza a Morata de Jalón, pero se suspendió por miedo al estado de las carreteras tras la nieve del día anterior. Entrecomillo la “mala suerte” porque gracias a ello pude participar en un paseo convocado a través de un grupo de Whatsapp, Fotonautas 2024. Un grupo en el que participamos aficionados a la fotografía con medios fotoquímicos; la película fotográfica tradicional, las fotografía estenopeica,… y otros. Surgido en el entorno de AFZ Asociación de fotógrafos de naturaleza, no está restringido.

El comentario a las cuestiones técnicas de las fotografías lo podéis encontrar en Paseo «analógico» con exposiciones por el centro histórico de Zaragoza – Leica M6 con Summicron 35 mm f2 ASPH y Lomography CN 800. Aquí os dejo simplemente, como tengo por costumbre algunas fotos de ese día… y alguna de algún día más tarde, cuando terminé el rollo.

[Fotos] El Ebro crecido con fotografías instantáneas

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Estos días el Ebro ha estado bastante crecido a su paso por Zaragoza. No es algo de todos los días, pero tampoco ha sido una riada excepcional. Eso sí, en los últimos años siempre congrega a muchos zaragozanos, especialmente si el tiempo es bueno, en los puentes y los parques de las riberas del Ebro. Y no faltan los que acuden con sus cámaras fotográficas. Otra cosa es que sea sencillo reflejar la magnitud del acontecimiento con las fotos. Yo me llevé varias cámaras entre el sábado por la mañana y el domingo, también por la mañana. Os traigo algunas fotografías instantáneas, y os dejo el enlace donde comento esas fotografías.

Si complicado es reflejar estos fenómenos con los medios fotográficos habituales, más lo es con los pequeños 62 x 62 mm de la imagen de una hoja de Instax Square. Hay que recurrir al grafismo, más que a la espectacularidad de la imagen. Se hace lo que se puede. Y ahí lo dejo.

[Fotos (y otras cosas)] En blanco y negro a final de año y otra forma de publicar

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Mezclo cosas. Siguiendo con mi revisión de las series de fotografías que voy haciendo, y después de haber priorizado las de viajes recientes, vuelvo a las que hice a finales de año. En concreto, el último rollo de negativos en blanco y negro que hice en el 2023. Pero en lugar de publicarlo en mi lugar habitual, donde tarde o temprano pondré una copia del artículo, he estado probando el servicio Substack, que me parece que tiene algunas ventajas interesantes. De momento son, eso, pruebas. Pero me ha gustado como me he sentido redactando el artículo que aparecerá, todavía está en borrador y tengo que refinar alguna cosa, en

Pero por lo demás, os dejo a continuación algunas de las fotografías de ese rollo realizadas al caer la tarde en la ribera del río Ebro a su paso por Zaragoza,…

o al día siguiente, mientras daba un paseo matinal, por algunos de los parques de Zaragoza. Fueron días de estar de fiesta y relajarse.

[Foto] Un puente; visitarlo una y otra vez

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No es infrecuente que muchos aficionados a la fotografía se bloquean ante los temas que encaran. A muchos les atrae eso que ahora llaman, en inglés habitualmente, street photography, lo que viene a ser fotografía documental de lo cotidiano, lo que sucede en las calles y plazas de las ciudades. Pero se ha generado el dogma de que eso consiste en fotografiar a la gente que pasa, y eso corta al aficionado, incapaz de romper la barrera de la esfera personal. Existen muchas otras formas de hacer fotografía documental que no impliquen invadir la esfera personal de la gente. Y con más frecuenta de lo que creemos, con mejores resultados. O el paisaje urbano… parece que necesitamos elementos arquitectónicos llamativos, singulares, algo que no esté en nuestra rutina diaria. O el retrato… si necesitamos modelos, o cómo tratar con ellos, o el equipo que tenemos que llevar, y el «bokeh» famoso… siguiendo siempre las modas, tengan sentido o no. No exploramos la diversidad de posibilidades que ofrece la fotografía, aprovechando aquella que nos satisfaga y nos haga sentir cómodos, sin que deje de ser un reto que imponga una mejora constante.

A mí me gusta determinado tipo de paisaje urbano o periurbano. Y desde hace tiempo he decidido seguir el ejemplo de algunos de los mejores fotógrafos, aunque mis resultados sean muy humildes en comparación. Volver una y otra vez a los mismos paisajes y escenarios. En color o en blanco y negro. En todas las estaciones del año. A distintas horas del día. En digital o con película tradicional. Con buen tiempo o con lluvia. Durante este invierno he dedicado algunas mañanas y varias tardes a pasar un rato recorriendo de un lado al otro el puente del Hierro de Zaragoza, oficialmente llamado puente del Pilar, aunque muchos zaragozanos no lo sepan. Es un lugar con muchas posibilidades, pero en el que es muy fácil caer en el tópico.

Cuando a principios de diciembre decidí comprobar que una cámara que tenía aparcada funcionaba correctamente, podéis saber más en Comprobando que todo va bien – Leica Minilux con Lomography Potsdam Kino 100, también elegí ese entorno para hacer mis pruebas. En unas mañanas de invierno, pero con una climatología que no sé si calificar de otoñal templada o de primaveral, y en con película tradicional, en blanco y negro. Y son un aporte más a la colección de fotografías que sobre el lugar y el entorno voy recogiendo. Y de las cuales valdrán para el futuro unas cuantas. Ya veremos se alguna vez las incluyo en un proyecto más complejo. Pero ese es mi enfoque actual. Visitar los lugares que me despiertan interés, una y otra vez. Hasta que sea incapaz de ver nada más. Nos vemos por allí.

[Libro] El hombre que pudo reinar (ilustrado) – Rudyard Kipling, Fernando Vicente (ilustrador)

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Como sucede muchos años, a mediados de diciembre, una semana antes de la Navidad, en una mañana de sábado, nos encaminamos al Salón del Cómic de Zaragoza. Tradicional en esas fechas. Hay que echar el anzuelo a los consumidores que compran regalos para esas fechas. Y nosotros… picamos. Pero con gusto. Siempre nos llevamos algún regalo, y alguna cosa para nosotros mismos. Cuando vamos, los sábados por la mañana, suele estar animado, pero faltan los visitantes más vistosos, los que acuden disfrazados de sus personajes favoritos; los cosplayers. Alguno hay. Pero no suelen madrugar; van más por la tarde. Pero odiamos las muchedumbres agobiantes. Y ya el sábado por la mañana hay mucha gente. No quiero ni pensar lo que puede haber seis o siete horas más tardes. Es barato. Un euro la entrada. Una forma de establecer un tíquet moderador. Los meramente curiosos, sin más interés por lo que se expone y vende, no se gastarán el euro.

Salgo de allí con un libro ilustrado. Una novela corta publicada por Nórdica Libros, escrita por Rudyard Kipling, ilustrada por Fernando Vicente, un clásico de la literatura en inglés, aunque lo que yo llevo es una traducción, que fue adaptada al cine por John Huston, y protagonizada por Sean Connery y Michael Caine, con Christopher Plummer como Kipling y narrador de la historia. En ella se nos habla de la peripecia de dos estrafalarios aventureros, suboficiales del ejército inglés en la India, que van por libre, y que deciden dirigirse al Kafiristan, región del Hindú Kush, montañas al norte de Afganistán y Pakistán, donde vivirían los descendientes de los griegos que acompañaron a Alejandro Magno en su expedición por Asia. Allí serán acogidos como dioses, formarán un ejército que les permitirá erigirse como reyes del lugar… hasta que las cosas se tuercen.

Existieron realmente colonias griegas en la Transoxiana, más allá del río Oxus, hoy en día conocido como Amu Daria, y que dan base a la elucubración de los personajes de Kipling sobre el origen europeo de los habitantes del lugar. Un reino de cultura griega más descendiente del imperio helenístico seléucida( de Seleuco, uno de los generales de Alejandro, que le sucedió en lo que se llamaba Persia en aquel momento). De ahí a pensar que los habitantes de los valles elevados y remotos del Hindú Kush sean de ascendencia europea… En cualquier caso, es una aventura propia de los tiempos coloniales, en los que además seguía la exploración del mundo, en el que seguían existiendo regiones ignotas… para la Europa occidental. Eran perfectamente conocidas para los locales. Para quienes un lugar ignoto sería… Londres. En fin. Se nos dice con frecuencia que los aventureros de esta historia estarían inspirados por el que fue rajá de Sarawak, James Brooke, que fue el malo en la literatura en la conocida novela de Emilio Salgari Los tigres de Mompracem, que dio comienzo al ciclo de novelas de los piratas de Malasia, protagonizados por Sandokán.

El libro se lee en poco tiempo. Es muy entretenido. Combina la ironía, casi la parodia, en la forma en que los dos aventureros se desenvuelven, con un tono melancólico, como adivinando que el mundo de los aventureros románticos está acabando en ese final del siglo XIX, con los avances del siglo XX, entonces en el futuro, llamando a la puerta. Ese tono se nota especialmente en la adaptación al cine de Huston. las ilustraciones de Fernando Vicente, creo que muy influidas por la película, están muy bien, y acompañan convenientemente al relato. Ilustraciones claras, limpias, pero expresivas, que hacen que el libro que presenta Nórdica pueda recibir una buena nota y ser muy recomendable. Tanto para quienes disfruten de un buen relato de aventuras, como para los que gusten de los libros ilustrados. Un buen regalo… de Navidad o en cualquier momento del año.

[Fotos] El Salón del Cómic y un paseo con amigos

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Entre el sábado y el domingo quedé con unos amigos. Para visitar el Salón del Cómic de Zaragoza con los más jóvenes y para tomar algún aperitivo. Y me llevé la Fujifilm Instax SQ6 con unos cartuchos de película instantánea. El comentario técnico en Otra mañana festiva con película instantánea – Fujifilm Instax SQ6 con Instax Square Color.

La pena es que fuimos al Salón del Cómic demasiado pronto, y sólo encontramos una cosplayer para pedirle que posara. Los que se disfrazan en estas cosas no madrugan. Y suelen estar por la tarde. Pero por la tarde teníamos otros compromisos. Y además es un agobio de gente. Así que esto es lo que hay. Por lo demás, lo pasamos bien.

[Fotocomentario] La dependencia de las pilas/baterias… no olvides llevar de repuesto

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Pues sí. O no. En estos tiempos, dependemos de baterías, recargables o no, para casi todos los cachivaches con los que vamos de un lado para otro. Una de las tareas más pesadas cuando preparo un viaje, al hacer el equipaje, no son los calcetines, las camisetas, la ropa interior y esas cosas tan poco motivantes, sino llevar organizadas, disponibles y cargadas las baterías de las cámaras de fotos, y los cables para cargarlas y para cargar el teléfono, la tableta, el lector de libros electrónicos… y megabatería de reserva por si hay que recargar algo en marcha. No es difícil. Pero es un rollo. Por eso, me siento muy libre cuando uso cámaras mecánicas, que no necesitan pilas o batería para funcional. Como mucho para el fotómetro. Pero en las que puedes estimar la exposición correcta si tienes un poco de experiencia.

Pero de vez en cuando hay accidentes. Desde hace años, es un rollo con las baterías de las cámaras Olympus digitales que tengo o he tenido. Tienden a hincharse. Y se atascan en el compartimento de la batería. O nunca sabes cuándo te las vas a encontrar cargadas o descargadas cuando hace tiempo que no las usas. Y en las cámaras de película tradicional que usan baterías de ion-litio no recargables… sabes que duran mucho, pero nunca te acuerdas cuánto hace que las llevas puestas (es un decir, porque cuando no uso las cámaras las suelo extraer del compartimento por seguridad). Recientemente, en el viaje en el día a Agoncillo y Logroño, me pasó. La batería de la Canon EOS 650 se agotó a la media hora de llegar a Agoncillo. No pude terminar el rollo de película, del que hablo en Nueva denominación para una película Kodak – Canon EOS 650 con EF 35-70 mm f3.5-4.5 y 1Hundred Film 100, hasta unos días después en Zaragoza. Así que… no olvidéis nunca tener y llevar con vosotros las baterías de repuesto para vuestras cámaras, bajo riesgo de quedaros con los brazos cruzados.

[Libro] Il parco dei cervi – Kazuo Kamimura

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Este es el segundo de los fumetti que compré en La Feltrinelli de la estación de Torino Portanova el día que regresábamos a Zaragoza durante nuestras vacaciones, como os comenté hace unos días. Y lo compré tras un pique con mis compañeras de viaje que no voy a relatar. En cualquier caso, es más bien un manga que un fumetto, con guion e ilustraciones de Kazuo Kamimura, un mangaka que murió muy joven, demasiado tabaco, a partir de una historia del prolífico cineasta japonés Norifumi Suzuki.

Para mí, el parque de los ciervos por excelencia en Japón es el popular parque de Nara, al pie del Monte Kasuga.

Este relato gráfico pertenece al género del terror erótico, muy en línea que las abundantes películas de bajo presupuesto pinku eiga con toques de violencia y terror de la productora Toei en los años 70 del siglo XX, en la que estuvo encuadrado Suzuki. En esta ocasión nos movemos además en el entorno del mundo del cine. En una productora que puede ser una versión de ficción de la Toei, un veterano y ya anciano director está en sus horas bajas, pero todavía tiene poder, mientras que el protagonista de la historia es una ayudante de dirección con aspiraciones a algo más. La oportunidad surgirá cuando aparezca una adolescente, viva imagen de una estrella del pasado, que murió en extrañas circunstancias. Al parecer su hija. A partir de ahí se desata una intriga por ver quien dirigirá la primera película de la bella y misteriosa joven. Y algo más.

El relato es una historia de venganza con toques fantásticos. No es un género que a mí me vaya mucho, pero la historia está bien construida, y las ilustraciones son interesantes, aunque con un aspecto que resulta algo anticuado, lo cual no es de extrañar, puesto que el original debió de ser publicado hace como 50 años. En cualquier caso es entretenido. No apto para mojigatos, puesto que es bastante explícito tanto en sus escenas sexuales como en las de violencia. ¿Es recomendable? Exclusivamente para aficionados al género, entre los que no me encuentro a priori. Aunque en cualquier género se pueden encontrar obras notables. Pues eso. Sin más. Una lectura que quedará más que otra cosa como una curiosidad en mi historial lector. La próxima vez que entremos en un pique me pensaré si sigo la corriente o no. Aunque creo que las obligaciones contraídas por la contraparte del pique puede que lo tengan más difícil. Por cierto, el título de la obra es una clara referencia a The Deer Park de Norman Mailer.

[Recomendaciones fotográficas] Algún obituario, algunos clásicos y algunas cosas más

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Llevo más de un mes sin escribir una entrada de recomendaciones fotográficas en su debida forma. Entre viajes y otros entretenimientos, no he tenido ocasión. Por lo tanto, voy a hacer una rápida revisión de cosas que he ido recogiendo en el último mes. Sólo una parte de ellas, porque una mes… da para mucho. En fin. A ver si ahora durante el invierno, sin muchos viajes a la vista, la cosa recupera su rutina.

Traigo hoy como complemento a mis recomendaciones fotográficas algunas fotografías realizadas sobre película en blanco y negro a la hora de la recogida del mercado de Porta Palazzo en Turín, Italia.

Un obituario, el de Luis Baylón (1958 – 2023), no muy mayor, un fotógrafo documental, de los que ahora muchos llaman, pendantemente street photographers. Gente que, cuando va en serio, se patea las calles, no para obtener instantáneas robadas de extraños, más o menos a la moda, sino para dar fe de los temas trascendentes, humanos, que están en las calles. O para dar rienda suelta a su apreciación estética de lo cotidiano. Nos lo contaban, entre otros sitios, en Clavoardiendo.

El autorretrato es un género muy presente en la fotografía contemporánea. También en la menos contemporánea; pero ahora encontramos una diversidad de fotógrafos, y sobre todo fotógrafas, que centran su actividad artística en este género. Otros, otras casi deberíamos decir, lo hacen de forma añadida o concurrente con otro tipo de fotografía. En AnOther Magazine hablaron de los autorretratos de la neerlandesa Viviane Sassen. Una fotógrafa que se ha movido sobre todo en el terreno de la moda, aunque no únicamente.

Irving Penn es uno de los grandes nombres de la historia de la fotografía. Un clásico y un referente de los grandes, aunque tengo la impresión de que empieza a ser olvidado por los más jóvenes, enfrentados a un bombardeo de imágenes, que les hace difícil distinguir lo auténtico de lo que está de moda. También en AnOther Magazine nos hemos encontrado de sus retratos de una compañía de danza que a finales de los años 60 ofrecían su espectáculo y su arte bailando desnudos en las calles de San Francisco. Enorme dominio de la forma, la composición, las texturas, las luces y las sombras. Enorme. Dicen que, estos grandes fotógrafos, si estuvieran en activo hoy como en aquellos tiempos, pasarían desapercibidos, aplastados por los miles de millones que cada día inundan las redes. Difícil decir quienes serán los clásicos de la fotografía del siglo XXI… Supongo que de alguna forma acabarán destacando. No lo sé.

Paz Errázuriz en un fotógrafa chilena, especialmente comprometida con los sectores marginales de la sociedad de su país. Aunque también se ha movido por otros países de la América latina. En Blind Magazine nos ofrecieron hace unas semanas algunos ejemplo de su capacidad para el retrato con alma y con significado.

El francés Pierre-Elie de Pibrac apareció también hace unos días en las páginas de Blind Magazine, con fotografías de varias de sus series realizadas en Japón. Desde el blanco y negro de aquellos que es efímero, con una belleza que no durará, hasta la lujuriante vegetación y naturaleza de algunos paísajes del país salpicada aquí y allí del rastro de la obra del ser humano, hasta los retratos de aquellos que han quedado al margen de la sociedad, que van desde los miembros de la yakuza hasta los que perdieron sus hogares en Fukushima. Fotografías serenas pero profundas.

Jiatong Lu es una fotógrafa china nacida en el gigante asiático, pero establecida en Nueva York. Hace unos años contrajo la Enfermedad de Lyme, una enfermedad de origen infeccioso, una bacteria transmitida por garrapatas, con reservorio en los roedores y herbívoros salvajes. Aunque se puede dar en algunos países de Europa, es más frecuente en Norteamérica. Aunque hay muchos casos asíntomáticos, o que transcurren con un síndrome similar a una infección vírica inespecífica, eventualmente pueden causar enfermedad grave en el sistema musculoesquelético y en el sistema nervioso. La enfermedad puede cronificarse, y genera mucho sufrimiento y discapacidad en los afectados. Lu, afectada por una forma grave de la enfermedad, encontró una comunidad de afectados con los que estableció contacto y realizó un proyecto para superar mentalmente la enfermedad y para reflexionar y trasladar al público la gravedad de la enfermedad. Nos lo contaron en Lenscratch.

[Fotocomentario] La seguridad del aficionado a la fotografía

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Para algunas personas, ir con una cámara fotográfica te hace sospechoso. No sé muy bien de qué. A lo largo de mi vida como aficionado a la fotografía me han pasado todo tipo de situaciones con todo tipo de gente. Desde fuerzas policiales o guardas de seguridad con ganas de propasarse en su trabajo y en sus atribuciones, gentes con una preocupante tendencia al autoritarismo dado los trabajos que realizan, hasta personas comunes que deciden cuándo y cómo los demás pueden o no hacer fotografías en la vía pública. No hablo de lugares privados. Ni estoy hablando de hacer fotos de personas en contra de su voluntad ni nada por el estilo. Simplemente, estar en la calle y hacer una fotografía del paisaje urbano. Sin más. Pues puede salirte un energúmeno o una energúmena y arruinarte el paseo.

La foto que supuestamente hice los individuos de los que hablo en el texto. Han salido favorecidos ¿verdad?

Recientemente,… bueno, hace dos meses ya,… estuve haciendo fotos en una mañana lluviosa en el paseo del Canal de Zaragoza. Los detalles técnicas de las fotos los podéis ver en Formato medio y chubascos  – Fujifilm GS645S Wide 60 con Kodak Gold 200. De repente, se me acercaron dos personas, hombre y mujer de entre 50 y 60 años, o más bien de una edad imprecisa dado su aspecto, y me empezaron a imprecar de porqué les había hecho fotos. No les había hecho ninguna foto. Y no era consciente de que aparecieran personas en ninguna de las que había hecho. Ciertamente procuraba evitar que hubiera personas, o si no había más remedio, que pasaran desapercibidas, integradas en el paisaje urbano. Así intente explicarlo, sin ningún éxito, porque no atendían a razones. Imposible llevar a cabo ningún tipo de conversación racional. La mujer en especial era muy agresiva en su verborrea. Lo que más me sorprendió es que el individuo dijo, confesó, que no quería fotos porque estaba en busca y captura. ¡¡¡Y por qué lo confiesas en voz alta???

El caso es que por donde estábamos pasan con cierta frecuencia coches de la policía local que vienen de su cuartel en el Tercer Cinturón. A algunos los he visto parar a tomar café en unos bares no muy alejados, en ocasiones con policías nacionales. Por lo tanto, este individuo, montando el pollo corría el riesgo de atraer sobre sí una atención policial obviamente muy indeseable para él. Cuando conseguí alejarme de ellos, dado lo desagradable del asunto, llegué a plantearme decir algo a algún vehículo policial si pasaba. Pero no sucedió. Ya no pude centrarme en nada y me fui a casa. En unos tiempos en que el 90 % o más de la población lleva una cámara de fotos en el bolsillo en algo que llama «teléfono móvil» y te pude hacer fotos cuando quiera, se preocupan de los que llevamos a la vista una cámara de fotos sin escondernos. Atavismos autoritarios, restos de un pasado fascista que no ha abandonado todavía a nuestra ciudadanía.