[Cine] The Menu (20229

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The Menu (2022; 02/20230103)

Después de leer varias críticas muy elogiosas de esta película dirigida por Mark Mylod, director que procede del medio televisivo donde ha participado en varias series prestigiosas, teníamos muchas ganas de verla. Especialmente porque además viene acompañada de un reparto interesante. Aunque no sabíamos muy bien qué íbamos a ver… ¿una de terror? ¿una comedia negra? ¿una de misterio? De todas estas formas y alguna más la habíamos visto calificada. En fin… que al final, al borde de la descalificación, pronta a desaparecer de cartelera, nos fuimos a verla.

Capri no es una isla privada. Pero por su carácter… de turismo de cierto nivel, aunque se llene de masas del «populacho» cotidianamente, nos servirá para ilustrar la entrada.

Una pareja formada por un comidista (Nicholas Hoult), o foodie para quienes no pueden pasar sin anglicismos, y su acompañante femenina (Anya Taylor-Joy) se dirigen a una cena extremadamente exclusiva, y extremadamente cara, a una isla privada, cocinada por el equipo de un famoso y extravagante chef (Ralph Fiennes). En el barco que les lleva a la isla coinciden con un exclusivo grupo de comensales, con quienes compartirán la cena. Pero la Margot, la acompañante del comidista, pronto sospechará que esta cena tiene gato encerrado y que algo va mal. Lo que pasa es que el chef también sospechará lo mismo. Que ella no es lo que parece.

De todos los calificativos que se le han puesto a esta película, creo que los que mejor se le ajustan son los de sátira y comedia negra. La película, como otras que están alcanzando el éxito en los últimos tiempos, enfila sus dardos contra las modas de los modernos ricos, celbridades y empresarios que son cáscaras vacías, ya que más allá de su capacidad de hacer dinero no tiene nada más y son más falsos que un duro de cuatro pesetas. Aunque el ritmo y el tono se diferencia de la reciente película del detective Benoit Blanc, en realidad son dos películas profundamente emparentadas, que ponen en solfa los mismos valores, o la misma carencia de valores.

No obstante, la película carece de la brillantez que se nos había prometido en las entusiastas críticas. Entendámonos, está bien, y cuenta con un sólido trabajo interpretativo. Pero su ritmo, a pesar de no ser excesivamente larga, para los estándares actuales, es irregular… y quizá padezca de un exceso de… palmadas. Cuando la película empieza a sorprender realmente, cuando descubre su auténtico, y sangriento, tono te pilla en frío. Pero se deja ver y es entretenida. Quien quiera verla imaginando las caras de sus celebridades preferidas sustituyendo los rostros de los sólidos intérpretes de este reparto, se lo pasará bien. Y creo que las interacciones entre Fiennes y Taylor-Joy, que prometían más, están desaprovechadas, y podrían haber generado más interés.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] The Forgiven (2021)

Cine

The Forgiven (2021; 41/20220804)

Acudimos el jueves pasado a las salas de cine con intención de ver esta película británica dirigida por John Michael McDonagh y que, a priori, presentaba un elenco que la hacía muy interesante. Llama la atención no obstante que desde que se estrenó en festivales hasta su estreno en salas comerciales ha pasado casi un año, que hasta ahora sólo se ha estrenado de forma amplia en Italia y España, y de forma limitada en Canada y EE.UU., y que todavía no se ha producido este estreno en salas comerciales en el Reino Unido ni en el resto de Europa. Y las críticas que pudimos leer previamente eran muy tibias y dispares. En cualquier caso, la situación de la cartelera es lamentable y había poco donde escoger a las horas en que nos interesaba. Y las plataformas en línea tampoco están mejor. Este sábado me dispuse a ver la primera película de animación producida por o para Apple TV+ y la abandoné a los 10 minutos por una total y absoluta falta de interés.

Los paisajes que nos rodean son áridos… pero no desérticos. No en su mayoría. Pero, tal y como evoluciona el clima, ¿tendremos que pensar que dentro de unas décadas empezaremos a parecernos al Atlas marroquí que podemos ver en esta película? Para reflexionar.

Nos cuenta la historia de un matrimonio burgués, relativamente adinerado, y muy aburrido, formado por David (Ralph Fiennes) y Jo Henninger (Jessica Chastain), cuando se dirigen al Atlas marroquí donde un amigo suyo (Matt Smith) ha montado una fiesta con su novio (Caleb Landry Jones) para un selecto grupo de invitados, un su mayoría europeos y norteamericanos. Conduciendo por las solitarias pistas de tierra marroquíes, ya de noche, atropellan a un adolescente que ha intentado pararlos para venderles un raro fósil. David es alcohólico y ha estado bebiendo, pero entre todos y con la colaboración de las autoridades marroquíes, maquillarán la situación. Hasta que llegue el padre del muchacho (Ismael Kanater) ha buscar el cuerpo para llevarlo al remoto rincón del desierto donde viven. Y donde lo acompañará David, mientras que la fiesta sigue.

Tenía un especial esperanza en un director poco prolífico, pero que ha demostrado que es capaz de abordar temas difíciles de forma muy sensible, capaz e interesante. Parece que para esta producción ha dispuesto de más presupuesto, y tiene una puesta en escena más potente que las películas que le he visto con anterioridad, como aquí y aquí. Pero más potente en lo técnico no necesariamente quiere decir que sea más potente en la propuesta en su conjunto. Hay elementos de partida en la historia para que lo fuera; una burguesía europea (y derivados, pues la burguesía norteamericana no deja de ser una variante) indolente, decadente, condescendiente con quienes considera sociedades o pueblos, o personas, inferiores. Para quienes resolver un problema con una cantidad de dinero que para ellos es una propina, pero para el receptor puede ser una fortuna… y estos últimos lo saben. Unas diferencias que son caldo de cultivo para los fanatismos y para la violencia. Y sobre el orgullo y la falta de orgullo personal.

Sin embargo, la película, que en general merece un aprobado, pero nada más, avanza a trompicones. Su comienzo en prometedor, pero se vuelve morosa, y sólo puntualmente nos ofrece retazos de lo que podría haber sido en su conjunto. Por supuesto, cuenta con la inestimable colaboración de un reparto con un enorme oficio, que se basta para compensar las carencias narrativas. Hay un difícil equilibrio al emprender una película como esta. Si conviertes a los burgueses en caricaturas de sí mismos quizá debas hacer una parodia, una mascarada. Incluso si está repleta de humor negro. Si optas por el drama o la tragedia, quizá la representación de esos burgueses tiene que ser más sobria, aunque mostrando sus contradicciones. Difícil equilibrio. El final… satisfactorio a medias. O parcialmente insatisfactorio… cada cual según su punto de vistas.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine en TV] The Dig (2021)

Cine

The Dig (2021; 07/20210131)

Netflix es consciente de que la pandemia llevará un tiempo. Que la vuelta a la normalidad de las salas cinematográficas no vendrá de la noche a la mañana. Que durante este tiempo nuestros hábitos cinéfilos van a variar, han cambiado ya de hecho. Y que es muy posible que algunos de esos cambios hayan venido para quedarse. Y va al ataque anunciando estrenos de largometrajes de producción propia o concertada prácticamente todas las semanas. ¿Cuántos van a merecer la pena? No sé. Ni siquiera creo que los veo todos. Ni siquiera la mayoría. No me basta tener la película disponible… tiene que haber algo en ella que me interese, que me lleve a darle una oportunidad. Como es el caso de esta película dirigida por el relativamente novel Simon Stone, que lleva en su reparto algunos pesos pesados de la interpretación británica como Ralph Fiennes, Carey Mulligan o Lily James.

Sólo tengo fotos de un sitio arqueológico importante en Inglaterra. Y no es Sutton Hoo. Es Stonehenge. Más antiguo, bastante más, que los túmulos anglosajones de East Anglia. Pero bueno… es lo que hay.

La película se fundamenta en una novela que ficcionaliza un hecho real, el descubrimiento de las tumbas de Sutton Hoo, uno de los principales yacimientos arqueológicos de la época inmediatamente posterior al derrumbe del Imperio romano y el establecimiento de los anglos, sajones y jutos, pueblos germánicos, en la isla de la Gran Bretaña. El acontecimiento real ofrece claramente dos líneas dramáticas engarzadas con la realidad y que merecen la pena ser exploradas, y así se hace en la película. Por un lado, el drama de la terrateniente, Edith Pretty (Mulligan), que enferma (de lo que en la película se dice que es una valvulopatía reumática, pero que en la realidad parece que fue una diabetes), busca dar sentido a sus últimos años de vida dejando algo al mundo que a la vez satisfaga su apetito intelectual. Por otro lado, el perfilado de carácter del excavador arqueológico sin formación académica, pero con mucha experiencia en el campo, Basil Brown (Fiennes), que se ha de mover en un mundo de inflados egos académicos entre los arqueólogos de universidad y los conservadores de los museos. Y esta alianza de caracteres distintivos bastaba para una película de época amable, con sus tonos dramáticos, muy bien y académicamente hecha.

Flojea en el momento en que se introduce con calzador una tercera línea dramática, el ficticio romance no consumado entre la joven arqueóloga Peggy Piggot (James) y el primo de la terrateniente, que hizo de fotógrafo de las excavaciones. Este último carácter es totalmente ficticio. Al igual que el presunto romance. Y no hay forma de explicar racionalmente qué pinta en la película. O en la novela original si es que se encuentra en ella también. Supongo que satisfacer el ego del novelista, John Preston, sobrino de la arqueóloga, de soltera Margaret Preston, a la que le apeteció dar protagonismo en una historia donde sólo era un personaje secundario.

Esta historia romántica lastra buena parte de la película, robando protagonismo al desarrollo de las historias importantes. Y da inconsistencia a la historia, que por otro lado está fenomenalmente bien ambientada, con el ambiente melancólico propio de la fatalidad de la guerra mundial que en el verano de 1939 se ve venir. Algunos de los planos y el tono de algunos párrafos de la película recuerdan a Terrence Malick, lo cual no le sienta mal a la película, en la cual destacan las contenidas interpretaciones de Carey Mulligan y Ralph Fiennes. Chirrían un poco las edades de los pesonajes, no tanto la de Fiennes, actor que acaba de cumplir los 58, mientras que el personaje tendría en 1939 unos 50 o 51 años, como la de Mulligan, actriz de 35 años, interpretando a una mujer que en el momento de la acción estaría en los 55 años o así. Tampoco entiendo muy bien por qué le modifican la enfermedad a Pretty, es raro que una valvulopatía reumática no se hubiera presentado antes en la vida de la mujer, impidiéndole llegar a esa edad (como le sucedió a mi abuela que murió en 1938 con menos de 40 años). Sin embargo, la diabetes que parece que padeció… tiene una historia lógica. Estos cambios de la realidad siempre me sorprenden y me extrañan.

Globalmente es una película correcta que se deja ver perfectamente y con agrado. Y perfectamente recomendable para todos aquellos que disfruten o sufran, según cada cual, de una suscripción a Netflix.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] The Grand Budapest Hotel (2014)

Cine

The Grand Budapest Hotel (2014), 21 de marzo de 2014.

Esta película la vimos en versión original subtitulada y por ello conservo su título original en inglés. Podéis encontrarla en la cartelera española con el título literalmente traducido al castellano de Gran Hotel Budapest.

Ganas teníamos de ver esta película de Wes Anderson. Muchas ganas. Después de esa maravilla de hace un par de años sobre amores preadolescentes, y otras reflexiones, con una estética y una música absolutamente deliciosas, y que nos alegro el verano de ese año, estábamos muy interesados en ver que nuevas historias nos tenía que ofrecer este personal director. Y lo hace tirando del material escrito del austriaco Stefan Zweig, escritor profundamente antifascista, a partir del cual elabora un mundo alternativo para una comedia con un poso de profunda tristeza y melancolía, acorde al carácter del escritor.

Petersfriedhof - Salzburgo

Empecemos el acompañamiento de esta entrada con una vista del Petersfriedhof de Salzburgo, ciudad austriaca a la que bien se puede parecer la ficticia Lutz de la República de Zubrowka, que puede ser una alternativa a la república austriaca de entreguerras antes del «anschluss».

A través de un largo y doble flashback, un viejo escritor, que podemos considerar álter ego de Zweig (Tom Wilkinson / Jude Law), se nos cuenta la historia de M. Gustave (Ralph Fiennes)concièrge del Grand Budapest Hotel, hotel balneario de montaña situado en un país ficticio que podemos reconocer como centroeuropeo, uno de los restos del antiguo imperio austriaco, y que se encuentra bajo la amenaza de invasión de un enemigo militarista y dictatorial. M. Gustave , que también ofrece «servicios especiales» a ricas ancianas damas de alta alcurnia, eacoge bajo su protección y enseñanzas a Moustafa Zero (F. Murray Abraham / Tony Revolori), un joven refugiado de los genocidios de extremo oriente de unos años antes, y que ha sido contratado de botones del hotel. Tras la muerte de una de sus ricas ancianas, Madame D. (Tilda Swinton)M. Gustave hereda un cuadro pero se pone en contra a toda la familia de la anciana, especialmente a Dmitri (Adrien Brody) y su matón Jopling (Willem Dafoe). Comenzará aquí una serie de peripecias y enredos, entre los que no faltará la historia de amor del joven Zero con la joven repostera Agatha (Saoirse Ronan), que colaborará con su amado y con Gustave por llevar la justicia en un mundo que se vuelve cada día más feo y oscuro. Una justicia y una alegría que quizá no estén destinadas a durar mucho.

Anderson repité en esta película muchas de las fórmulas que nos ofrecía hace dos años. Una estética chiclé de colores intensos, saturados, encuadres en los que juega constantemente con la simetría, la inspirada banda sonora de Alexandre Desplat, también siguiendo el camino abierto con anterioridad, todo para contarnos una fábula de profunda melancolía, disfrazada de comedia. Estamos ante un mundo que desaparece, un mundo en el que las formas, la belleza, el saber estar importaban, y que da paso a un mundo gris, chapucero, violento. El símbolo de la decadencia de los antiguos regímenes, con su particular sentido del honor, frente a los totalitarismos del siglo XX, con su violencia, con su fealdad. El color diferenciados frente a lo gris indistinto. Una historia de amor a múltiples bandas, con un profundo toque de amargura, que sorprendentemente sentimos mucho más actual de lo que pensábamos. Una película que gana en el recuerdo, una vez que sales de la sala de cine.

Zugspitze

De la misma forma que los Alpes tiroleses podrían ser el lugar donde encontráramos el Gran Hotel Budapest, no muy lejos del Zugspitze, en la frontera del país invasor.

Todo ello aderezado por un reparto muy coral, en el que aparecen muchas caras conocidas que no detallaré aquí por evitar ser prolijo, de las cinematografías alemana, norteamericana, francesa y especialmente británica.  Tan numeroso el reparto que algunas apariciones parecen no pasar de ser simpáticos cameos. Indudablemente el peso de la función recae en las espaldas de un inspirado Fiennes y el joven Revolori. Pero todos ellos contribuyen al buen trabajo general.

Después del atracón de películas oscarizables, que nos dejó la sensación de que había mucho buen trabajo pero poca personalidad, aquí nos encontramos con una obra que reúne diversas características, oficio, estética, personalidad, y que sin embargo no imaginamos en los saraos de los premios. Y que por lo tanto, no necesariamente el mejor cine, o por lo menos el que más nos puede satisfacer intelectual y emocionalmente, no está en las luminarias holywoodienses.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

Columna de la Victoria - Múnich

Y quizá los ejércitos invasores llegaron desde una ciudad similar a Múnich, con su columna de la victoria similar a otras que los prusianos colocaron por diversos sitios de la geografía alemana. Cierto que le llaman «friedensengel», «ángel de la paz», pero a mí me sigue pareciendo sospechosamente similar a la «siegessäule» de Berlín, y a las efigies de Niké, la Victoria. Es decir, un monumento guerrero.

[Cine] Great Expectations (2012)

Cine

Great Expectations (2012), 3 de abril de 2012.

No contaba yo con ir a las salas de cine esta semana, por lo menos hasta el fin de semana. Pero un poco por casualidad, acabamos por entrar a la versión original de esta enésima adaptación de la obra de Dickens, que por supuesto también podemos encontrar en versión doblada en la cartelera española bajo el clásico título de Grandes esperanzas. La película viene firmada por Mike Newell, director que me produce sensaciones contradictorias.

Para quien no conozca el argumento, nos cuenta la historia de Pip (Toby Irvine/Jeremy Irvine), que huérfano de padres vive con la bruja de su hermana y el buenazo de su cuñado, el herrero Joe Gargery (Jason Flemyng). De niño, tendrá un encuentro con un huido de la prisión llamado Magwitch (Ralph Fiennes) al que ayudará, y comenzará a hacer visitas a una excéntrica solterona rica del vecindario, Miss Havisham (Helena Bonham Carter), que vive con su guapa sobrina Estella (Helena Barlow/Holliday Grainger), de quien quedará prendado el protagonista. Ya convertido en un joven, de repente recibirá la ayuda económica de un anónimo benefactor que a través de un abogado, Mr Jaggers (Robbie Coltrane), le llevará a convertirse en un convertirse en un caballero en Londres. A partir de ahí, algunos equívocos sobre la identidad del benefactor, el reencuentro con la fría y aparentemente desalmada Estella, convertida en una bellísima mujer, y el regreso de Magwitch, provocarán giro tras giro en su incipiente vida social.

No me extenderé mucho. Con una ambientación clásica muy cuidada, encontramos una producción que sin tener defectos notables, no aporta nada nuevo a las adaptaciones cinematográficas o televisivas de esta novela. La versión de Cuarón de 1998 por lo menos aportaba la novedad de su traslación a la época actual, aunque no me convenció mucho, y considerablemente más interesante fue la versión en tres episodios que la televisión inglesa realizó hace unos años en vísperas del bicentenario del nacimiento del escritor. Confieso no haber visto las adaptaciones más antiguas cinematográficas de la obra, particularmente la dirigida por David Lean, que parece que es la más interesante.

En cuanto a la interpretación, en líneas generales es entre correcta y buena para todos sus intérpretes, siendo quizá el más destacado Ralph FiennesHelena Bonham Carter está en un papel que parece que Dickens pensó para ella, pero también conlleva el caso que parece que siempre hace el mismo papel de excéntrica.

Bien. La película puede gustar sin duda a quienes gusten de los dramas de época. Pero no es mi historia favorita de los clásicos adaptados al cine. De hecho, el final no me acaba de convencer; me refiero al reencuentro final entre Pip y Estella. A partir de lo intrincado del argumento, y la moralina que arrastra la historia. Pero bueno, se deja ver.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

Después de varios días con fotos de Italia, volvamos ahora a Londres, a los alrededores de King's Cross, ciudad donde se desarrolla buena parte de la acción de la película que comento hoy.

Después de varios días con fotos de Italia, volvamos ahora a Londres, a los alrededores de King’s Cross, ciudad donde se desarrolla buena parte de la acción de la película que comento hoy.

The Reader (El lector) (2008)

Cine

The Reader (El lector) (The Reader, 2008), 16 de febrero de 2009.

Una semana más tarde voy al cine a ver una película en la que se analiza una relación entre un hombre y una mujer que dura casi una vida. También en esta ocasión existen diferencias en la edad de los dos protagonistas. Pero el carácter de este filme nada tiene que ver con las andanzas de Benjamin Button. En absoluto.

El filme dirigido por Stephen Daldry se plantea en tres fases, revisitadas en forma de flashbacks a partir del personaje masculino principal.

En la primera, nos transporta a la Alemania de posguerra, a una ciudad no bien especificada (Neustadt, nos dicen; hay muchas ciudades alemanas con este nombre). Allí asistiremos a la relación iniciática entre una mujer madura, Hanna (Kate Winslet), hacia la mitad de sus treinta, y un adolescente de quince o dieciséis años, Michael (David Kross; de adulto, Ralph Fiennes). Conocemos a un joven lleno de vitalidad, pero profundamente enamorado de la mujer, y a una mujer con un aire triste, que sólo recupera algo de alegría en sus encuentros con el joven. Un ascenso de la mujer en su lugar de trabajo provoca su marcha a no sabemos dónde, finalizando una etapa para el joven. Algo esconde esta mujer que desconocemos; hay dos secretos que sólo constataremos más tarde.

Años más tarde, Michael es un estudiante de derecho que acude con su profesor y algunos compañeros a un juicio contra unas cuantas mujeres, antiguas guardianas de las SS en el campo de concentración de Auschwitz. Una de las mujeres es Hanna. Todo va mal para ella en el juicio, y es Michael quien conoce lo suficiente de la mujer para saber que no son ciertas algunas de las cosas que se «demuestran» en el mismo. La mujer es condenada a cadena perpetua.

En la tercera fase, asistimos a la relación en la distancia entre ambos personajes, uno un abogado de éxito con una vida familiar no excesivamente afortunada. La otra una triste presa en una cárcel alemana. El espectador ya tiene las claves para entender lo que ha pasado, y asiste a la resolución personal de los defectos vitales y de la relación entre ambos personajes.

Hay un epílogo en dos partes, que sirven de catársis para el personaje masculino. Una notable escena con una mujer (Lena Olin), que estuvo en el campo de concentración bajo la guarda de Hanna cuando era niña, y que cierra de algún modo, siempre incompleto, las heridas derivadas de ese episodio de la vida de Hanna. La otra es la escena final en la que Michael comienza a contar la historia a su hija, lo cual debemos entender como una acción de confesión liberadora.

A priori, es una historia de amor. Amor imposible, cronológicamente disléxico. Pero la película tiene otros temas, no todos ellos bien resueltos. Por un lado se toca de forma poco profunda pero que está ahí, presente en determinados comentarios de los compañeros de facultad de Michael así como de su profesor (estimable Bruno Ganz), el tema de la culpabilidad y del sentimiento de culpabilidad de los alemanes ante los crímenes del nazismo. Es un tema controvertido y no del todo resulto. Históricamente apasionante. Pero la película se centra en la relación entre ambos protagonistas, y queda como una cuestión tangencial.

El otro tema, que desde mi punto de vista es más importante que la relación amorosa es el miedo, la vergüenza y la cobardía que asalta a los dos protagonistas en el punto central de la historia, en el que ambos dejan de hacer algo, y como consecuencia, una vida queda totalmente arruinada, y la otra queda marcada y atormentada. Un cuaderno en blanco con un lapicero encima representa ese momento para la mujer. Una fría tarde de invierno en el patio de una cárcel alemana es el momento para el joven. Ambos tienen una oportunidad para que se haga justicia… ninguno actúa.

La dirección y la producción de la película es excelente, con una notable ambientación de la época de la posguerra alemana. Es una película de tiempos y realización marcadamente europea, a pesar del respaldo de capital norteamericano en la producción. Creo que todo ello redunda en la credibilidad del filme, en que nos llegue con más facilidad que si todo estuviese visto bajo el prisma norteamericano.

Las interpretación son también excelentes. El trabajo de todos ellos nos hace a los personajes más que creibles. Vemos a las personas, de una determinada época a las que representan. Además de los actores mencionados, hay una pléyade de secundarios, actores y actrices alemanes que contribuyen al alto nivel del filme en lo que se refiere a la interpretación.

En resumen, una película altamente recomendable, que a mí me ha gustado mucho. No me atrevo a extrapolar este gusto a todo el mundo, ya que algunos de los temas que se tocan han sido de mi interés personal en los últimos años. Temas como las historia alemana del siglo XX y de la posguerra europea me han interesado, y he leído. En cualquier caso, yo a la película le doy un nueve, con la misma nota en interpretación y un ocho en la dirección.

La foto de hoy, algo tiene que ver con la profesión de Hanna en la película.

Tranvia en Alexanderplatz

Tranvía en Alexanderplatz, Berlín (Alemania) - Fujifilm Finepix F10

Escondidos en Brujas (2008)

Cine

Escondidos en Brujas (In Bruges, 2008), 22 de julio de 2008.

¡Qué difícil es encontrar una película interesante en las carteleras de verano! ¡Qué difícil también que una combinación de guion inteligente, buena dirección e interesantes interpretaciones adornen un producto cinematográfico estrenado en la época estival! Y sin embargo…

Cuando hace unos meses ví el tráiler de este filme en una sala de cine, no me llamó especialmente la atención. La verdad es que se presentaba como una comedieta al uso, con el agravante de que su estreno se anunciaba para el verano. Pero las críticas se presentaban favorables, y a falta de mejor opción, nos dirigimos a ver el largometraje en cuestión.

La película, dirigida por Martin McDonagh, es absolutamente multifacética. Comienza siendo un comedia. No una comedia histriónica como muchas que se hacen ahora. Es una comedia tranquila, sutil. De las que te producen una sonrisa más que la carcajada. Vamos conociendo a los protagonistas, dos sicarios a sueldo, interpretados por Colin Farrell y Brendan Gleeson, desplazados a la bonita y turística ciudad de Brujas, Bélgica, por un motivo que desconocemos. Conocen gente. Poco a poco sabemos más de ellos, y poco a poco, conforme recibimos la información la película se transforma. Las piezas van encajando, inteligentemente, el filme se convierte en una película de intriga, de acción, finalmente, un drama. Hay momentos clave. La introducción del tercer protagonista, un mafioso interpretado por Ralph Fiennes, servirá para dar el adecuado giro a la trama, para insuflarle un nuevo ritmo y para conducir el filme a un adecuado desenlace.

La interpretación es excelente, especialmente por lo que se refiere a Gleeson y Fiennes, dos actores de por sí sólidos habitualmente. Farrell, que normalmente me gusta menos, cumple sin problemas, aunque te da la impresión de que este papel ya se lo has visto hacer. Tiene menos matices. Hay una serie de secundarios que aparecen de fondo y que no afectan al nivel global, salvo por el hecho de que el doblaje en castellano que le han puesto a la chica florero de la película, interpretada por la guapa francesa Clémence Poésy, es absolutamente nefasto.

Desde mi punto de vista, una película absolutamente recomendable, con una frescura poco habitual actualmente en el cine. Un producto británico que gustará al espectador que no se conforme con cualquier cosa. Quizá aquellos que gustan de los efectos especiales, del humor grueso, de los productos descerebrados emitirán opiniones del tipo «empieza muy lenta», «cuesta cogerle el tranquillo» o cosas por el estilo. Pero ni caso, quien sepa escuchar podrá disfrutar desde el principio.

Yo le pongo un ocho, con la misma nota en interpretación y un siete en la dirección.

Y la imagen de hoy, pues de Brujas, ¿de dónde si no? Una ciudad muy bonita pero muy agobiante por su casi exclusiva dedicación al turismo. Llena de gente, de tiendas para turistas y todas esas cosas. Supongo que la acción de la película la sitúan en el período navideño para evitar el follón que hay en verano.

(Canon EOS 100; EF 28-135/3,5-5,6 IS USM probablemente)