Netflix es consciente de que la pandemia llevará un tiempo. Que la vuelta a la normalidad de las salas cinematográficas no vendrá de la noche a la mañana. Que durante este tiempo nuestros hábitos cinéfilos van a variar, han cambiado ya de hecho. Y que es muy posible que algunos de esos cambios hayan venido para quedarse. Y va al ataque anunciando estrenos de largometrajes de producción propia o concertada prácticamente todas las semanas. ¿Cuántos van a merecer la pena? No sé. Ni siquiera creo que los veo todos. Ni siquiera la mayoría. No me basta tener la película disponible… tiene que haber algo en ella que me interese, que me lleve a darle una oportunidad. Como es el caso de esta película dirigida por el relativamente novel Simon Stone, que lleva en su reparto algunos pesos pesados de la interpretación británica como Ralph Fiennes, Carey Mulligan o Lily James.

La película se fundamenta en una novela que ficcionaliza un hecho real, el descubrimiento de las tumbas de Sutton Hoo, uno de los principales yacimientos arqueológicos de la época inmediatamente posterior al derrumbe del Imperio romano y el establecimiento de los anglos, sajones y jutos, pueblos germánicos, en la isla de la Gran Bretaña. El acontecimiento real ofrece claramente dos líneas dramáticas engarzadas con la realidad y que merecen la pena ser exploradas, y así se hace en la película. Por un lado, el drama de la terrateniente, Edith Pretty (Mulligan), que enferma (de lo que en la película se dice que es una valvulopatía reumática, pero que en la realidad parece que fue una diabetes), busca dar sentido a sus últimos años de vida dejando algo al mundo que a la vez satisfaga su apetito intelectual. Por otro lado, el perfilado de carácter del excavador arqueológico sin formación académica, pero con mucha experiencia en el campo, Basil Brown (Fiennes), que se ha de mover en un mundo de inflados egos académicos entre los arqueólogos de universidad y los conservadores de los museos. Y esta alianza de caracteres distintivos bastaba para una película de época amable, con sus tonos dramáticos, muy bien y académicamente hecha.
Flojea en el momento en que se introduce con calzador una tercera línea dramática, el ficticio romance no consumado entre la joven arqueóloga Peggy Piggot (James) y el primo de la terrateniente, que hizo de fotógrafo de las excavaciones. Este último carácter es totalmente ficticio. Al igual que el presunto romance. Y no hay forma de explicar racionalmente qué pinta en la película. O en la novela original si es que se encuentra en ella también. Supongo que satisfacer el ego del novelista, John Preston, sobrino de la arqueóloga, de soltera Margaret Preston, a la que le apeteció dar protagonismo en una historia donde sólo era un personaje secundario.
Esta historia romántica lastra buena parte de la película, robando protagonismo al desarrollo de las historias importantes. Y da inconsistencia a la historia, que por otro lado está fenomenalmente bien ambientada, con el ambiente melancólico propio de la fatalidad de la guerra mundial que en el verano de 1939 se ve venir. Algunos de los planos y el tono de algunos párrafos de la película recuerdan a Terrence Malick, lo cual no le sienta mal a la película, en la cual destacan las contenidas interpretaciones de Carey Mulligan y Ralph Fiennes. Chirrían un poco las edades de los pesonajes, no tanto la de Fiennes, actor que acaba de cumplir los 58, mientras que el personaje tendría en 1939 unos 50 o 51 años, como la de Mulligan, actriz de 35 años, interpretando a una mujer que en el momento de la acción estaría en los 55 años o así. Tampoco entiendo muy bien por qué le modifican la enfermedad a Pretty, es raro que una valvulopatía reumática no se hubiera presentado antes en la vida de la mujer, impidiéndole llegar a esa edad (como le sucedió a mi abuela que murió en 1938 con menos de 40 años). Sin embargo, la diabetes que parece que padeció… tiene una historia lógica. Estos cambios de la realidad siempre me sorprenden y me extrañan.
Globalmente es una película correcta que se deja ver perfectamente y con agrado. Y perfectamente recomendable para todos aquellos que disfruten o sufran, según cada cual, de una suscripción a Netflix.
Valoración
- Dirección: ***
- Interpretación: ****
- Valoración subjetiva: ***