[TV] Cosas de series; cuadernos endemoniados y contables del diablo

Televisión

Esta semana empiezo directamente con una entrada televisiva. Pocas horas después de haber el episodio más tranquilo de la temporada actual de Game of Thrones, pero uno de los más jugosos si no el que más, he terminado de ver una serie que ha llegado con poco ruido pero que no carece en absoluto de interés. De hecho es muy visible. Pero vamos por partes, porque antes tengo que hablar un poco de la animación japonesa para televisión.

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Siguiendo la serie de animación japonesa, pasearemos por los templos y santuarios de Kamakura para empaparnos de los ritos, las religiones y la mitología popular del País del Sol Naciente.

Una noticia hace unos meses sobre que iban a convertir una serie de animación japonesa en una serie con personas reales norteamericana para Netflix, me hizo comprobar a ver si la original estaba en el servicio de vídeo bajo demanda. Y sí, está. Se trata de Death Note, una serie de animación que ya tiene una década, y que se maneja entre los géneros fantástico y policiaco, este último sobre la variante de las tramas sobre asesinos en serie. Aunque un asesino en serie un poco particular. La cosa va de un cuaderno de la muerte, propiedad de unos seres demoniacos, los shinigami. Tiene unas reglas que no voy a comentar de forma integral, simplemente lo esencial. Quien posea el cuaderno, si escribe el nombre de una persona mientras piensa en ella, esa persona morirá. De la forma en que describa en el cuaderno o, si sólo pone el nombre, tras cuarenta segundos de un para cardiaco. El cuaderno lo encuentra un joven adolescente, hijo de un policía de alto nivel, y decidirá que va a librar al mundo de criminales y la injusticia. Pero será perseguido, por su propio padre y por un misterioso joven con grandes capacidades detectivescas. Luego todo se complica mucho más. No está mal, aunque tiene cosas que parecen simplonas e incluso ridículas, que atribuyo a las diferencias culturales entre los nipones y los occidentales. Para ellos tendrán sentido,… para mí no. Pero es entretenida. Son 37 episodios de 20-25 minutos de duración y,… sospecho que la adaptación con personajes de carne y hueso no puede trasladar los elementos fantásticos de la historia con facilidad, pero me puedo equivocar.

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Pero lo más interesante de los últimos tiempos ha sido un estreno reciente también en Netflix, la primera temporada de 10 episodios de una hora de duración titulada Ozark. Yo no había oído hablar de los Ozarks hasta hace unos años cuando pudimos disfrutar de la mejor interpretación de Jennifer Lawrence en mi opinión hasta la fecha. Es una región de los Estados Unidos en el Medio Oeste, con una relativa riqueza natural, pero no excesivamente boyante económicamente. Tierra de rednecks, el término despectivo equivalente a nuestro paletoscagajudías. Gente rural con poca educación y bajo nivel adquisitivo. Pero parece que una de las industrias más boyantes sería la cocina y tráfico de sustancias tóxicas para uso recreativo, lo cual es aprovechado como fondo para las tramas de determinadas ficciones cinematográficas o televisivas como la mencionada o la serie que nos ocupa hoy. Serie que trata de un contable, Marty Byrde (Jason Bateman), que para salvarse de unos ajustes de cuentas de un peligroso cartel de la droga mejicano en Chicago, trama un medio de refugiarse en los Ozarks para lavar el dinero procedente de ese tráfico de droga. Y allí se va con su mujer Wendy (Laura Linney) y sus hijos. Pero nada será fácil, porque el encaje de esta familia urbanita entre el hampa y la cerrada sociedad locales traerá más conflictos que los que se buscaban resolver.

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Como ya podéis ver, de entrada el reparto tiene empaque, que se completa con secundarios como el conocido buen actor escocés Peter Mullan, una fenomenal Lisa Emery, estos dos son los más peligrosos delincuentes locales, y otros menos conocidos que ofrecen un nivel interpretativo notable. En la trama no falta de casi nada. Hay un religioso que va muy perdido por el mundo, por ejemplo. Está el FBI, que van detrás de todos, pero que de momento les toca hacer de tontos de la función. Algún malo malísimo malo que todavía tiene que dar mucho de sí… Y varias posibles líneas secundarias de acción que garantizan que la familia Byrde no se va aburrir durante mucho tiempo. Y nosotros tampoco. Muy recomendable.

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