[Viajes] Resumen del viaje a Andalucía del otoño de 2024; los trenes van a peor

Viajes

Desde hace unos años hemos cogido la costumbre de hacer una escapadilla otoñal de cuatro o cinco días antes de que se produzca el cambio de hora y las tardes (y las horas de luz) se hagan escasas. Empezó cuando la pandemia, aprovechando que una buena amiga se había mudado a Sevilla un par de años antes. Pero ya lo hemos establecido. En 2020 y 2021 fuimos a Andalucía, con base en el piso de esta amiga, en 2022 y 2023 estuvimos en distintas zonas del País Vasco. Y en este 2024, hemos vuelto a Andalucía. Las cuestiones técnicas de las fotografías las podéis encontrar en la entrada correspondiente de Carlos en plata.

Con salida el miércoles por la tarde, después de la jornada laboral, hemos permanecido hasta el domingo. El número de combinaciones ferroviarias de alta velocidad ha aumentado en los últimos años. En 2021 había un AVE de Renfe por la mañana y otro por la tarde. En la actualidad hay dos AVE de Renfe por lo mañana, dos por la tarde, un tren Iryo por la mañana y otro por la tarde. Sacado el billete con bastante antelación, el tren de ida entre semana puede salir muy bien de precio, el de vuelta en domingo… ya es más complicado. Lo del precio, digo.

Con base en Sevilla, hemos ido visitando distintos lugares de interés por Andalucía. Novedades de este año han sido Osuna, una población a la que se accede cómodamente en tren desde Sevilla, y que nos agradó mucho, y el desfiladero de los Gaitanes, más conocido por la designación turística El caminito del rey. También nos ha gustado mucho. También se puede acceder en tren, pero hay que planificarlo con tiempo. Por las plazas limitadas para acceder al desfiladero. Como nos decidimos con sólo dos semanas de antelación, contratamos un viaje en el día con una operador turístico. Íbamos a ir también al Puerto de Santa María, con unos conocidos de nuestra amiga “sevillana”, pero la escasez de plazas de tren y la rigidez de la gestión de los trenes de Renfe nos lo impidió. Acabamos pasando un día en Córdoba.

En los últimos dos años he venido observando un progresivo deterioro en el funcionamiento ferroviario. Si el de las líneas convencionales, de ancho de vía ibérico, nunca han salido de la mediocridad, el servicio por debajo de lo esperado se ha extendido a la alta velocidad. Desconozco si se debe al gestor de las infraestructuras ferroviarias o a la mala gestión de las operadoras, siendo Renfe la dominante. En este viaje sólo hemos usado trenes de Renfe. Un total de seis trenes de los que sólo uno fue puntual, el que nos trajo de vuelta de Osuna a Sevilla. Todos los demás, incluidos los de alta velocidad, llevaron retrasos apreciables. El que nos devolvió de Córdoba a Sevilla, nada menos que una hora y quince minutos de retraso. Tenemos pendiente reclamar la indemnización por el retraso. Esa tarde, como comprobamos en la estación de Córdoba, prácticamente todos los trenes tenían incidencias horarias. Y parece que un AVE procedente o con destino Málaga estaba suprimido. Eso sin contar con la nefasta gestión de Renfe en el acceso a los trenes que hace que el tren que nos trajo de Sevilla a Zaragoza, el único que para en Madrid, perdiera 25 minutos en la estación de Puerta de Atocha por las rigideces en la gestión de los accesos. Un parada que no tendría por qué durar más de cinco o diez minutos se prolonga innecesariamente por el guirigay que montan entre unos y otros para el acceso a los trenes de alta velocidad. Un absurdo, especialmente si lo comparas con la agilidad con la que similares situaciones se gestionan en otros países. Cada vez que lo comparo con la sencillez y agilidad de la alta velocidad japonesa, con una densidad de circulaciones y de pasajeros muy muy superior… me llevo las manos a la cabeza.

Pero bueno… aparte de estas incidencias, y una lluvia ligera en la tarde del sábado en Córdoba, han sido cuatro días muy agradables. Eso sí… probablemente tardemos ahora un tiempo en volver a Sevilla. Por muy conveniente que resulte tener casa en la capital andaluza, la densidad de turistas y el hecho de que ya la tengamos muy conocida, hace que presente menos alicientes. Y nuestra amiga que allí vive también quiere aprovechar esos días para ir a sitios que no conoce. Pero si surge alguna actividad interesante por allí que no hayamos hecho… pues nos animaremos con facilidad.