[TV] Cosas de series; embajadoras, primeros ministros, vicepresidentes, presidentas y demás comparsas

Televisión

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta están comentadas desde el punto de vista de la técnica fotográfica en Fotos en serie. En Londres, no lejos del número 10 de Downing Street y otros centros del poder británico.

Recientemente me vi casi de tirón la tercera temporada de The diplomat. Esta es una de mis series favoritas en la actualidad. Principalmente por dos motivos. Los guiones y argumentos son estupendos, bien planteados; no se si los escenarios que plantean son verosímiles. Pero lo parecen. Y por otro lado, por las excelentes interpretaciones. Decir a estas alturas que Keri Russell y Rufus Sewell son excelentes intérpretes a quienes me gustaría ver en pantalla grande en proyectos de nivel, es una obviedad. Son muy buenos. Russell, en especial, desde su papel de espía rusa trasplantada a Washington en tiempos de Reagan me tiene encantado.

Pero es que todo el resto del reparto, cada uno a su nivel, están estupendos. Buenísimo el actor británico, Rory Kinnear, que interpreta al errático primer ministro británico; lo borda. Me encanta Ali Ahn como responsable de la CIA en la embajada londinense, con ese toque entre responsable, cínico y vulnerable que muestra tras su máscara de dura agente de inteligencia. Pero es que seguir mencionando a todos los que me gustan sería excesivamente prolijo. Cierto es que una base importante para su buen trabajo es la excelente definición de caracteres que tiene la serie y los estupendos diálogos que les proporcionan los guionistas.

En esta temporada nos hemos encontrado a la embajadora con un doble papel. Tras frustrarse su posible candidatura a la vicepresidencia tras el fallecimiento repentino del presidente y el acceso al puesto de la entonces vicepresidenta (Allison Janney), se ve en un doble papel que no voy a mencionar para no chafar las sorpresas de los primeros capítulos a quienes no la hayan visto aún. La cuestión es que asistimos a una escalada de escapadas hacia delante conforme aumenta el riesgo de que los secretos de estado que no debieran desvelarse salgan a la luz. Y los tradicionales aliados, EE.UU/R.U., corren el riesgo de alcanzar un grado de desconfianza que rompa, sino para siempre, durante mucho tiempo la confianza entre ambos. Y la escalada no cesará y los secretos y las mentiras se acumularan… pillando a nuestra querida embajadora a contrapié las más de las veces.

Con la misma fórmula de una parte de humor, una parte de drama, una parte de intriga, una parte de crítica política, la serie se vuelve más ácida hacia las mentiras del poder. Llama la atención que justo cuando en cartelera hemos tenido una excelente película sobre los riesgos nucleares, estos hayan aparecido también en esta serie, de forma no menos preocupante. Pero si queréis conocer los detalles, tendréis que verla. En Netflix está. Y es absolutamente recomendable.