Tenía curiosidad sobre esta película británica estrenada directamente en plataforma de contenidos en líneas, Netflix para más detalle. Conocía la historia porque ya hace un tiempo la leí. Aunque el éxito de la primera reproducción asistida fue celebrada por todo el mundo, lo cierto es que hubo muchos que se opusieron a la misma. Y además, tardó mucho en reconocerse el papel de la enfermera que participó más activamente en el proyecto. Así que decidí que, en cuanto tuviese la oportunidad, vería esta película que adapta la historia, dirigida por Ben Taylor.

En realidad, lo esencial del argumento ya lo he dicho. Es la historia de cómo se llegó al nacimiento de la primera niña que fue concebida mediante reproducción asistida; la bebé probeta, como se popularizó entonces. Creo que ahora ya no se estila esta denominación. Afortunadamente. La película se centra en la figura de Jean Purdy (Thomasin McKenzie), una enfermera que trabajó mas bien en el proyecto como técnico de laboratorio, y que sufrió una serie de vaivenes en los aproximadamente diez años que les costó llegar, con algún parón incluido. Por ejemplo, el que dedicó Purdy al cuidado de su madre enferma. También incide mucho la película en la compleja relacional de Purdy con su madre, persona extremadamente religiosa, que rechaza el proyecto. Marginalmente se habla de las ambiciones políticas, fracasadas, de Robert Edwards (James Norton), el biólogo que fue realmente el padre de la cuestión, y que recibió el premio Nobel en 2010. Sus colaboradores, el ginecólogo Patrick Steptoe (Bill Nighy) y Purdy no lo recibieron. Se dice que porque habían fallecido. Steptoe ya era mayor cuando participó en el proyecto. Y Purdy murió muy joven, antes de cumplir los 40 años, pocos años después del éxito en el proyecto, por un melanoma.
Básicamente, la película es una reivindicación de la figura de Purdy. Durante muchos años, en la placa que conmemora el evento en el hospital donde se realizó, sólo se rememoraba a Edwards y Steptoe. Y durante años, Edwards peleó para incluir a Purdy. Tal y como se presenta en la película, sería lógico tal homenaje. Pero hay que considerar que todos los proyectos de investigación diferencian entre el personal investigador y el personal técnico que colabora con el proyecto. Desde el punto de vista científico, el personal investigador, quienes formulan la hipótesis, la desarrollan y la prueban, son quienes realmente detentan la autoría. No es difícil ver que muchos podrían ver a Purdy como parte del personal técnico del proyecto. Eso habría afectado también a las posibilidades de que Purdy fuera reconocida con el Nobel en el caso de que hubiera estado viva. Pero ya digo, tal y como se presenta en la película, con las aportaciones que hace, sí que debería considerarse como personal investigador. En el Nobel por el aislamiento de la insulina con fines terapéuticos también hubo alguna polémica por el reconocimiento o no de alguien que parece que tuvo una simple labor de ejecución técnica. En los de la insulina no hubo mujeres. Que se sepa. Porque ese es un elemento de confusión añadido en el reconocimiento de los méritos científicos.

En cualquier caso, la película es correcta en su factura y su presentación. Más bien clásica y sin especiales riesgos. Desarrollo lineal de la historia, técnicamente correcta, típica realización de artesano más que de autor. Eficaz, sin más. El principal atractivo de la película, aparte de lo que pueda interesar la historia, es la interpretación de sus protagonistas. McKenzie lleva el peso de la película, y lo hace muy bien. Resulta convincente, como una mujer en la fase de transición social de finales de los años 60 y los 70 en la que el feminismo, aunque no se hable de ello, surge en la conciencia de muchas mujeres. Son muy interesantes las interacciones con Joanna Scanlan, que interpreta a la madre de Purdy. Norton tiene que apechugar con un personaje que permite poco brillo, pero de forma correcta, y Bill Nighy siempre se convierte de una forma un otra en el alma de la fiesta.
En su conjunto, una película correcta sin más, pero que tiene alicientes suficientes para que los suscriptores de la plataforma le dediquen un par de horas durante estos días festivos del fin de año. Al fin y al cabo, esta gente inició un camino que ha permitido a muchas muchas muchas mujeres acceder a una maternidad que les hubiera estado vedada de otra forma.
Valoración
Dirección: ***
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ***

