[TV] Cosas de series; quizá las series coreanas de Netflix estén de bajón… o yo mismo

Televisión

Sinceramente, últimamente me cuesta mucho más encontrar series coreanas para los fines de semana que sean entretenidas y que mantengan los mínimos de calidad que en los últimos años empezaban a tener. Lo que empezó siendo un fenómeno de guilty pleasure, placer inconfesable, por su carácter de productos adictivos a pesar de sus deficiencias, poco a poco se fue depurando, y empezamos a ver producciones con buenas interpretaciones, dirección de producción cuidada, e historias un poco más cuidadas. Pero en el último par de meses me ha costado encontrar series con esas características.

Ilustro con fotografías de Suwon, ciudad que no estaría lejos del ficticio lugar donde viven los protagonistas de una de las series de hoy, la más destacable por su calidad.

Sajangnim-eul Jamgeumhaeje [사장님을 잠금해제] traducido, parece que con razonable precisión, como Unlock the boss o Unlock my boss (desbloquear al jefe) es una historia de aventuras en entorno empresarial en el ámbito de las nuevas tecnologías. Aparentemente, tras un intento de agresión, la mente del director general de una empresa de software e inteligencia artificial queda atrapada en un teléfono móvil. Y un pringado, aspirante a actor, se encuentra el teléfono y ocupa el puesto de este individuo en la empresa, y con la ayuda de la asistente, intentará desentrañar el misterio de la agresión y de la conspiración que involucrará, como de costumbre, a ricos empresarios, familias influyentes, políticos y demás. Con su dosis de comedia/drama romántico, entretiene… pero al cabo de unas semanas lo empiezas a olvidar rápidamente.

Más interés despierta Naui Haebangilji [나의 해방일지], conocido como My liberation notes, My liberation diary o, en castellano, Mi diario de liberación. En tono de drama, nos habla de tres hermanos, entre los treinta y los cuarenta años, cuya vida ha entrado en una rutina devastadora, con poco éxito en las relaciones y en el trabajo, con relaciones tóxicas que les amenazan por todos lados. Trabajan en Seúl, pero se desplazan todos los días un largo recorrido a una población de la conurbación metropolitana, en un entorno casi rural. Y allí conviven con sus padres y un empleado de la serrería del padre, un misterioso desconocido, alcohólico, que empezará a atraer la atención de la hermana más joven (Kim Ji-Won), que dijéramos tiene el papel más protagonista en un drama coral. Es la serie más destacada de las que traigo hoy. De hecho, tiene interpretaciones bastante buenas, y tiene la historia y los guiones más sólidos y coherentes. Quizá su tono, relativamente pesimista, hace que atraiga menos. Pero realmente deberíamos considerarla como una serie bastante recomendable, sino fuera porque últimamente prefiero cosas más ligeras. Así que no hay que desdeñarla. Probablemente de lo mejor en la plataforma en los últimos 12 meses. De hecho, está disponible en la plataforma desde junio del año pasado.

Queenmaker es un drama que mezcla la política y las venganzas. La responsable de gestión de crisis de una familia adinerada y poderosa abandona su puesto ante la impunidad de uno de los miembros de la familia que ha violado y provocado el aparente suicidio de una empleada, y que aspira a convertirse en el nuevo alcalde de Seúl en las próximas elecciones. En su venganza, decide ser la jefa de campaña de una abogada laboralista, conocida por su belicosidad y por su integridad, que competirá también por el puesto. Una campaña en la que todo valdrá para conseguir sus objetivos. Especialmente por el lado de los malos. Esta serie es entretenida,… pero es claramente un guilty pleasure. Se complace en el exceso. Los malos son tan malos que dan risa en ocasiones. Son los que se ríen en plan muajajajajajá… y esas cosas. La cuestión es que aunque este arco argumental queda cerrado, el final deja abierta la posibilidad a nuevos arcos argumentales, supongo que variaciones sobre el mismo tema. Ya veremos, que dijo un ciego a otro ciego.

[TV] Cosas de series; placeres coreanos, confensables e inconfesables

Televisión

He entrado en una época televisiva extraña en la que predominan los productos asiáticos, aunque hasta cierto punto lo he matizado con series de las que hablaré cuando las termine, de factura occidental. Pero vamos con mis placeres inconfensables coreanos. Bueno,… o confesables. Porque al menos una de las seres de hoy considero que, sin ser ninguna obra maestra, se defiende con dignidad en su estilo, y está por encima de esos placeres inconfensables, guilty pleasures, a los que suelo adjudicar estas producciones.

Hoy tocaban fotos de Corea del Sur, claro. Como no sabía muy bien cuales, he optado por el paseo por el monte de Inwangsan con sus templos, chamanes, murallas y vistas de la ciudad.

Private lives tiene este como título internacional, o sea en inglés, aunque en castellano aparece como Privacidad. Su título original, el coreano, es 사생활 Sasaenghwal, que significa… redoble de tambor… privacidad. Ganamos los hispanohablantes, aunque en esta ocasión todo es muy similar. La serie no acaba de saber qué quiere ser de mayo. Está hecha a mayor gloria de su protagonista femenina, Seohyun, una cantante de un famoso grupo femenino coreano, que poco a poco se ha introducido con éxito en el mundo de la interpretación. Y es que hay que prever que la tierna juventud dura lo que dura, y una vez que sobrepasas la avanzada edad de los veintimuchos… estas chicas lo tienen muy difícil. Le han buscado un galan adecuado, guapetón y musculoso, Go Kyung-Pyo, y a partir de ahí… Pues no sabe lo que es. ¿Es comedia romántica? ¿Es una comedia de timadores? ¿Es un drama criminal? ¿Es una trama de espionaje industrial? ¿Es una conspiranoia? Pues quiere ser de todo a la vez… y no acaba haciendo casi nada bien. Es relativamente entretenida, pero la trama es un lío y acaba por importarte poco, por lo que todo se queda en buscar algún momento divertido, y admirar lo guapas/guapos que salen los chicos/chicas. Pero poco más. Tarde en empezar a verla, precisamente porque no estaba claro qué iba a ver. Tiene secundarios muy entretenidos y divertidos. Pero también hay mucho personaje estereotipado y de cartón piedra. Una serie de tantas, sin mucho que reseñar.

Otra cosa es Lovestruck in the city, título internacional, o sea en inglés, que en castellano nos ha llegado como Amor en la ciudad. Parecidos. El original coreano es… redoble de tambores de nuevo,… 도시남녀의 사랑법 Dosinamnyeoui salangbeob, que viene a significar Cómo es el amor entre hombres y mujeres en la ciudad. Nuevo formato, relativamente, para una serie coreana en Netflix. En lugar de lo tradicionales, y a veces pesados, episodios de 65-70 minutos, tenemos 16 episodios de alrededor de 30 minutos. En realidad, 17… pero luego comento eso. Y está planteado, especialmente en los primeros episodios, como un programa de entrevistas, falso documental. Una serie de gente entre vista a un grupo de jóvenes, tres chicos y tres chicas. De los que poco a poco nos va quedando claro que dos, interpretados por Kim Ji-Won, ella, y Ji Chang-Wook, él, han tenido un ligue mutuo. Que por algún motivo se terminó. Poco a poco vemos que los seis personajes esta relacionados. El protagonista masculino tiene un primo más joven que está saliendo con una amiga de la protagonista. Ambas tienen una buena amistad con una antiguo compañero del colegio, que fracasó en una relación con la tercera chica. Las interpretaciones son buenas, las situaciones algo más realistas, los besos son de verdad, como todas las parejas que se enrollan, se enrollan del todo, también en la cama, vamos lo normal. La cuestión es porqué fracasó la relación tan intensa de dos meses de verano, y si volverá a resurgir. A mí me entretuvo mucho. La serie queda resuelta en 16 episodios, siendo de tono agridulce. Algunas parejas se arreglan y otras se desarreglan. Permitiendo continuaciones con cambios de protagonistas en un mismo universo. El 17º episodio prácticamente es un capítulo piloto para una secuela a partir de dos personajes secundarios, un joven policía que interacciona con los protagonistas y la guapa actriz que empieza a conocer el éxito y de la que siempre ha estado enamorado. A mí en conjunto me ha gustado, me ha divertido, en algún momento me ha emocionado. Tiene algún defectillo, pero no es un placer inconfesable. Es un producto al menos digno. Así que si queréis arriesgar un poco en televisiones extrañas, es un buen producto para introducirse en la coreana.