[Recomendaciones fotográficas] Centenario de Ribaud y algunas cosas más

Fotografía

Leo en la cuenta de Instagram de Magnum Photos que ayer 24 de junio fue el centenario del nacimiento del fotógrafo francés Marc Riboud. Nos dicen en la nota, que incluye varias fotografías de Riboud, que Cartier-Bresson le invitó a entrar en la agencia tras ver publicada la fotografía del feliz pintor en la Torre Eiffel. Siempre me han gustado las fotografías de Riboud. Algunas de ellas son de las que tengo un recuerdo más prolongado, desde que empecé a interesarme por la fotografía como una afición global, no simplemente como algunos que se dicen fotógrafos porque se compran una cámara y suben fotos a las redes sociales. Yo, después de 34 años y dos meses desde que me compré mi primera cámara réflex, sigo considerándome sólo aficionado a la fotografía. Pero no sólo a hacer fotos. A todo lo que rodea la fotografía como arte y cultura. El caso es que recuerdo las fotos del francés desde hace mucho. Y siempre me ha dado la sensación de que debía ser un tipo majo, simpático. Porque da igual lo que esté contando, el protagonista siempre son las personas, el ser humano. Es de estos fotógrafos que yo considero, en el mejor sentido de la palabra, humanistas.

Algunas fotografías de viaje a Hong Kong en 2016, que menciono en el texto de hoy.

En Aesthetica Magazine dedican un artículo esta semana a Carrie Mae Weems, fotógrafa norteamericana a la que le cabe el honor de haber sido el primer artista negro que hizo una exposición en el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York estando todavía viva. Parece que hasta 2014 a los Guggenheim sólo les interesaban estos artistas cuando habían empezado ya a criar malvas. Creo que no es la primera vez que la traigo a estas páginas, pero su fotografía me gusta porque siempre son imágenes que desafían las narrativas «oficiales» sobre la historia, la sociedad, el forma en qué las personas deben vivir su vida. Por su puesto, con la perspectiva de ser mujer y de una minoría étnica tal que, a priori, permanece al grupo social más desfavorecido socialmente en la sociedad estadounidense. Yo que vosotros me daba una vuelta por sus fotografías.

Visité Hong Kong en 2016. Lo hice un poco por casualidad. Surgió sobre la marcha, de forma inopinada. Y es uno de los viajes más divertidos que he hecho. También de forma inopinada. Ni siquiera lo hice con compañeros de viaje habitual. Y aunque a dos de los que participaron en el viaje los he visto muy esporádicamente desde entonces, nos movemos en círculo sociales diferentes, los recuerdo con afecto. Hong Kong, en aquel momento, todavía aparecía como una isla de democracia en el ámbito de la República Popular China. Imperfecta, pero democracia, con un cierto nivel de libertades. Al menos según The Economist Democracy Index. Pero conforme el régimen de Pekín mete mano en la antigua colonia británica, la cosa va empeorando, y en la actualidad ya califica como régimen híbrido. O sea, naciones, o partes de ellas, con fraudes electorales regulares, lo que les impide ser democracias justas y libres. Estas naciones comúnmente tienen gobiernos que ejercen presión sobre la oposición política, la justicia no es independiente, la corrupción generalizada, que ejercen acoso y presión sobre los medios de comunicación. Estados de derecho anémicos, en general con fallos más pronunciados que las democracias defectuosas en los ámbitos del desarrollo de su cultura política, con bajos niveles de participación en la política y problemas en el desarrollo de la gobernabilidad. Pero no llegan a calificarse como régimenes autoritarios… oye. Como consecuencia de ello, muchos ciudadanos de la antigua colonia la están abandonando, especialmente si su actividad profesional exige un entorno de cierta libertad. Wong Chung-wai es un fotógrafo que ha documentado abundantemente su ciudad natal y a sus gentes. Sus padres huyeron de la China continental a Hong Kong buscando cierta libertad. Aunque la colonia británica tampoco era un modelo de democracia. Los británicos no exportaron nunca la democracia a sus colonias, con la excepción de aquellas que sustituyeron a la población aborigen por una mayoría de anglosajones (Canadá, Australia, Nueva Zelanda,…). Wong ha abandonado ahora su ciudad natal, como hicieron sus padres hace cuarenta años. Y su último homenaje lo centra en el paisaje, y en los adolescentes que tendrán que apechugar con el futuro de la región. Recordemos que los ciudadanos de la colonia en el momento de su retrocesión a China tienen derecho a un pasaporte británico especial que les permite instalarse en determinados países de la esfera británica. Lo hemos visto en Blind Magazine. Sus fotos me gustan mucho.

Finalmente, de nuevo de vuelta en Aesthetica Magazine, las fotografías del turco Burak Boulu, realizadas con la cámara de un teléfono inteligente, conforman coloridos y significativos bodegones encontrados por los lugares por donde se mueve, que parece preparados, cuando no lo son, no hay planificación, o así se nos informa. Quizá no tenga la profundidad que los trabajos de las anteriores recomendaciones… pero a mí me han alegrado un poquito. Me han puesto de buen rollo.