Ya mostré algunas fotos de esta prueba deportiva hace unas semanas, aprovechando unas recomendaciones fotográficas, de las que hice con cámara electrónica digital. Mientras estaba de viaje en estas vacaciones me llegaron los resultados del revelado de algunos rollos de película hechos en el mes de abril, y tengo más fotos de ese día. El comentario técnico lo podéis encontrar en XVI Maratón de Zaragoza – Canon EOS 3 con Lomography Color Negative 800. Aquí os dejo algunas fotos de aquel día, de la prueba y alguna cosita más.
Llevaba algunas semanas sin publicar el domingo mis habituales recomendaciones semanales, por un motivo u otro. Desde hace un mes o así. Ayer tampoco lo hice, porque me apetecía hablar de algunas series y películas de animación que me han gustado recientemente. Pero de hoy, aprovechando que estoy de vacaciones, ya no pasa. Y aunque sea de forma rápida, aquí van algunas. Acompañadas de unos tulipanes y narcisos, fotos realizadas en marzo, y que todavía no había tenido tiempo de revisar. Y de comentar en Florecimiento de bulbosas en el Parque Grande – Canon EOS 3 con Cinestill 50D.
Coco Capitán es una fotógrafa sevillana, basada en Londres, que dice ser tímida. En cualquier caso, hace unas semanas, en Another Magazine mostraron algunas fotografía suyas, de la juventud adolescente, realizadas en Kioto, Japón, que me parecieron interesantes. El tema de la adolescencia empieza a estar muy trillado, especialmente for fotógrafas, mujeres digo, pero bueno… supongo que es que da mucho de sí.
Siguiendo por Japón, los paisajes de Toshio Shibata, muchas veces marcados por la presencia humana a través de sus obras con cemento y hormigón, me han interesado en varias ocasiones. Y nuevamente me aparecen, esta vez en Booooooom.
Roger Deakins es un director de fotografía (cinematografía) bastante prestigioso y premiado. El repaso a las películas en las que ha sido director de fotografía es bastante impresionante. En PetaPixel nos recordaron que también le gusta la fotografía fija. Y en contraste con el interesante manejo del color de sus obras cinematográficas, con una blanco y negro muy elegante.
Siguiendo en la relación entre cine y fotografía, en Feature Shoot nos hablaron hace unos días de cuatro fotógrafos que se han inspirado en la saga Star Wars para sus proyectos fotográficos. Se trata de Ashly Stohl, Thomas Dagg, Mako Miyamoto y Daniel Picard.
Mikiko Hara también es una fotógrafa con la que me he encontrado de vez en cuando. Y tiene algunas fotografías que siempre me han intrigado. Dentro de ese estilo de baja fidelidad que da cierto uso de la película fotográfica, y con la sobriedad del formato cuadrado, nos da nuevas visiones de elementos aparentemente banales de la vida cotidiana. Y lo hemos visto en Lensculture.
Pues sí. El rollo de película del que hablo en Negativos excesivamente subexpuestos – Leica M2 con Kentmere 400 es una metedura de pata considerable. Están muy subexpuestos; una vez positivados, las fotos quedan muy oscuras. Que a alguna de las imágenes no les va mal… pero no era la intención.
A la mayor parte de las personas les cuesta reconocer que cometen errores. Que meten la pata. Todos, en plan coloquial, comentan el tópico, «todos nos equivocamos», pero la mayor parte de la gente lo deja como un comentario casual y general, pero no habla de sus errores. Eso da reparo. Sin embargo, creo que es negativo. Primero, porque nadie se cree que todo te vaya bien en la vida, por lo que si todo lo que presentas es positivo, aquellos con capacidad de pensar desconfiarán de tu credibilidad, o de tu honestidad. Segundo, porque existe la posibilidad de que te creas tus propias mentiras… y eso no es nada bueno tampoco. Tercero, porque no aprendes. No soy excesivamente partidario de la pedagogía del fracaso. Creo que hay que trabajar para hacer las cosas bien desde el principio y aprender de ahí. Pero como va a ser inevitable que de vez en cuando surjan problemas o cometamos errores, mejor que lo asumamos, lo reconozcamos, aprendamos, y si lo compartimos, ayudemos a otras personas a evitar los errores en los que hemos caído. Así que seguiré comentando, en igual de condiciones, mis rollos de película exitosos y mis meteduras de pata. Creo que es lo mejor. Y los que «lo hacéis todo bien»… que sepáis que no os creo y no me merecéis confianza.
Hoy quería haber redactado una página con recomendaciones fotográficas diversas, pero por la mañana he estado liado haciendo unas fotos. Hoy es el día de la fotografía estenopeica. Bien,… pues ya he decidido que las fotografías digitales son inutilizables. Esperaremos a revelar un rollo de Ilford Delta 400 que he hecho con la Holga 120 WPC (de Wide Pinhole Camera). A ver si alguna de las seis fotos de 12 x 6 cm es aprovechable. Que esta mañana no estaba yo muy inspirado, ni muy atinado. Y por la tarde he estado entretenido con cosas de mis vacaciones próximas, que empezaré dentro de dos semanas, con un viaje programado para unos poquitos días más tarde. Ya os contaré en su momento.
Pero en cualquier caso, os hablaré de las dos exposiciones que visité ayer. La primera de ellas, «Somos el sol – Mujeres artistas en las colecciones de Asia Oriental», es la típica del Museo de Zaragoza en la que sacan obra de sus fondos de arte oriental, que estén más o menos conectadas por un tema, y las exponen durante un tiempo, hasta que cambian la exposición dedicada al arte de esa región del Mundo. Hacía ya un tiempo que la quería visitar. En una ocasión entré, llegué a ella… y había una visita organizada. Ya tengo la experiencia de que la persona que hace estas personas guiadas es muy invasivo, tanto en lo que se refiere a que consigue que su grupo, sea grande o pequeño, bloquee o moleste la visita de otras personas, como por el hecho de que habla con un tono de voz enormemente alto, no te puedes sustraer a lo que dice… y ya le he oído decir alguna tontada que otra. No digo que no sepa, pero hace observaciones que, o están fuera de lugar, o si son gracietas, no tienen gracia. Nada grave, pero sí molesto.
En otro orden de cosas, intenté visitar la exposición otros dos días… pero no conseguí acertar con los días en los que la sección de bellas artes del museo está abierto. Porque en este museo es casi imposible ver todo el museo en una sola visita. Casi siempre está cerrada una u otra sección. En Twitter publican al principio de la semana como es el calendario de cierres. Pero no siempre te acuerdas de mirar, o pasas de improviso porque tienes tiempo en ese momento, o no encuentras el tuit. Lo que más me sorprende es que la sección de bellas artes, con toda la obra de Goya de la que disponen, no esté abierta a todas horas durante los festivos y los fines de semana. Nunca había sabido el motivo de estos cierres alternativo, pero hace unos días, molesto porque un sábado por la mañana estuviera cerrada toda la planta de bellas arte con la exposición incluida, una vigilante de seguridad intentó hacerme comprender que era normal, que como el museo andaba mal de personal, no podían abrir todo. Como si esa fuera una explicación razonable. Y tampoco entendió que no era una empleada de una empresa ajena al Departamento de Cultura del Gobierno de Aragón, por digna que me parezca, no es la persona para dar explicaciones y para aleccionar a los ciudadanos sobre lo que nos debe parecer bien o mal. No entendió, claro está, porque llevaba cara de ajo, muy molesto con la situación. Y una vergüenza (más) del Gobierno de Aragón, al que no me cansaré de criticar, aunque me pague la nómina todos los meses, por sus múltiples desatinos.
En fin, ayer la pudimos visitar y nos gustó. Quizá no tanto como la última que vimos dedicada al invierno, pero bastante. Espero que sigan haciendo estas exposiciones temporales, que suelen permanecer tres o cuatro meses, y que las renueven con regularidad. Por lo menos que hagan algo bien.
Y después, a las 12 del mediodía había convocatoria en Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ para visita guiada con Judith Prat (Instagram) de su exposición «Brujas» en el Centro de Historias de Zaragoza. No es la primera vez que visito una exposición de Judith, y no es la primera vez que lo hago en una guiada por ella misma. La exposición ya la había visitado. Y me gustó bastante. Tanto en el aspecto formal como en el fondo. Pero que te la cuente la autora, que además narra estupendamente y es muy cercana, es un plus muy importante. Así que estupendo. Además bien acompañado por otros colegas de la asociación a los que siempre me alegro de ver.
La intención de la fotógrafa es normalizar el recuerdo y la figura de las muchas mujeres que fueron asesinadas durante el periodo que comprende los siglos XV al XVIII en toda Europa, y en particular en las comarcas pirenaicas de Navarra, Aragón y Cataluña. También hay algunas fotografías del País Vasco francés. Fueron asesinadas acusadas de «brujas», cuando simplemente eran mujeres que iban a lo suyo y no se ajustaban a los estándares de la sociedad patriarcal del momento. Judith ha fotografiado a mujeres actuales que tienen estilos de vida alternativos o profesiones poco habituales entre las mujeres. Serían las «brujas» actuales. Y no deja de ser una advertencia para las «cazas de brujas» que nunca han dejado de existir, aunque no se manifiesten quemando mujeres en la hoguera, en las que se reprime la libertad de vivir y trabajar de las mujeres. O de otros colectivos, aunque Judith se centra en las mujeres. Casi podría decir que si estás en Zaragoza, es imprescindible. Durante el verano, la exposición se podrá visitar en Alcalá de Henares dentro de la programación de PhotoEspaña 2023. Y luego empezará a circular por otras ciudades de España.
Hacía tiempo que me rondaba el runrún de una cámara Polaroid con más prestaciones que la que tengo ahora. Las que realmente me gustaban, que son modelos antiguos reacondicionados, se iban mucho de precio para la calidad real que da hoy en día la nueva película Polaroid, muy discutible. En fin… al final he conseguido una, modestita, que supone alguna mejora sobre lo que tenía hasta ahora. Lo explico en Nueva cámara para fotografía instantánea – Polaroid Now+.
Pero he de dejar una cosa muy clara. Aunque no son cámaras muy caras, al fin y al cabo el fabricante cuenta con ganar dinero con la venta del consumible, la película, más que con la del aparato, el tema de la calidad que ofrecen está tan en el límite, que es un precio que me cuesta pagar. Por ello sólo me he decidido cuando he tenido la oportunidad de acceder a un aparato de outlet, o de los usados para exposición, que están como nuevos, pero no se pueden vender como nuevos. Y con un descuento muy muy sustancial sobre el precio original.
Y es que en muchas ocasiones pagas la marca, o que algo está de moda, la subida de precios por el exceso de demanda, o cuestiones similares. Y el precio del objeto que quieres no es el adecuado. Estas cámaras son plásticos más o menos bien presentados, con unos circuitos electrónicos que, a estas alturas de la función, son elementales y cuestan muy poco de desarrollar y fabricar. Por ello cuesta decidirse a comprar algo que, objetivamente, no vale lo que cuesta. Los partidarios del capitalismo hablan de que el mercado ajusta los precios para beneficio del consumidor y bla bla bla bla… Lo cierto es que cada vez hay más tendencia a la concentración de la fabricación de bienes o prestación de servicios en monopolios u oligopolios, dando lugar a abusos en los precios que no tienen sentido. No se trata del «precio justo» que proclamaba aquel concurso de la televisión, sino del justo precio que debe tener un artículo. Pero es frecuente que mis amistades me tachen alguna vez de ingenuo…
Hoy he realizado una entrada fotográfica, Ópticas de hace 65, 70 años… quizá más – Leica M6 con Kodak Portra 160, en la que comento el uso de dos ópticas fotográfica fabricadas hace 71 y 67 años respectivamente. Ahí es nada. Están en excelente estado de conservación, con pequeños defectos cosméticos. Sus lentes están limpias. Sus mecánicas funcionan sin problema… y las fotos que se hacen con ellas son perfectas para un 95 % de los que las contemplan. Quizá un mayor porcentaje si las fotos están realizadas a aperturas entre f5,6 y f11. Vamos… que si uno tiene alguna de estas ópticas, no necesitaría realmente gastar varios centenares de euros, quizá mil, en una óptica más moderna, salvo que fuese una óptica especializada muy determinada.
Y sin embargo, la gente se pirra por conseguir el último modelo salido al mercado si sus finanzas se lo permiten. Prometen prestaciones ópticas supremas. Y las tienen. Aunque en la mayor parte de las fotografías que realizamos, somos incapaces de diferenciar las realizadas con una de estas nuevas ópticas de las que se toman con estos veteranos objetivos de hace siete décadas. Sólo personas con visión muy entrenada o con fotografías tomadas en condiciones muy determinadas marcan la diferencia. Lo cual puede ser importante para algunos fotógrafos, pero no para muchos.
Lo mismo se puede decir para multitud de objetos que nos rodean y que tienen alguna utilidad cotidiana. Es cierto que en aparatos electrónicos suelen darse fenómenos de obsolescencia programada. Está fabricados para durar un tiempo. Y no siempre esto es malo. En estos momentos se fabrican electrodomésticos que conviene cambiar por motivos de eficiencia energética… y otros. Si has de tener coche… que tire a la atmósfera la menor cantidad posible de CO2 y otros contaminantes. Pero aquellos objetos, bien cuidados, sin electrónicas complejas, sin problemas energéticos y contaminantes. No es que los fabricantes los prevean obsoletos. Es que los propios usuarios, consumidores o propietarios los declaramos obsoletos antes de tiempo. Mis teléfonos móviles, salvo uno que perdí en un pinar, me suelen durar dos o tres veces más tiempo que los de muchos de mis amigos o conocido. Mi televisor es de 2007 o 2008… tiene quince o dieciséis años. Y la imagen que produce me resulta tan agradable que , cuando me acerco a un comercio a ver modelos modernos, la imagen que me muestran me repele. Me desagrada tanto, que doy gracias por lo que disfruto en casa. Pensadlo. Igual no necesitáis comprar objetos. Y es muy posible que el planeta lo agradezca. Aunque en ocasiones… no. El planeta necesitará que dejemos de usar esas máquinas que atufan nuestra vida.
Hoy he pasado la mañana del domingo al contrario que otros domingos. En lugar de comenzar desayunando tranquilo y revisando cosas en casa hasta el momento de salir a hacer lo que fuese, he salido pronto de casa, no tanto como pensaba, para buscar un buen lugar para hacer algunas fotografías de la Maratón de Zaragoza 2023. Y luego, he vuelto, he seleccionado algunas fotos, y me he puesto a revisar cosas. Y he seleccionado algunas recomendaciones fotográficas para este domingo. Aquí van.
En AnOther Magazine nos recordaban hace unos días al fotógrafo Peter Hujar. Uno de esos fotógrafos, artistas en general, tan activos en Nueva York durante los años 70 y 80 del siglo XX, y que fue golpeado tempranamente por la pandemia de sida que tan duramente azotó determinados ambientes de la Gran Manzana, y de muchos otros lugares, como la hace todavía en África en general. Poco conocido hoy en día por muchos aficionados, pero no olvidado del todo, viene bien recordarlo de vez en cuando.
Los regímenes autoritarios y totalitarios tienden a verse a sí mismo como grandiosos. Y eso se refleja en sus construcciones, en su arquitectura, en sus monumentos. Brutalismos de estéticas… peculiares, horrendas. Es curioso como muchas veces convergen aquellos totalitarismos que, entre ellos, se ven de sentidos opuestos. En realidad todos son variantes de los mismo. En FK Magazine nos han mostrado la obra de Petri Juntunen, que ha ido recorriendo Europa buscando las huellas de los regímenes dictatoriales caídos. Conviene no olvidar lo que suponen, en todas las esferas de la vida.
Tras la experiencia de los confinamientos asociados a la pandemia de covid-19, el fotógrafo Andrew Rovenko (instagram) reflexiona sobre nuestro mundo, nuestro medio ambiente natural y social con la ayuda de su hija pequeña. Vestida de astronauta, recorre los desiertos paisajes crepusculares, con las huellas del ser humano presentes por doquier, pero con solo la pequeña figura de la niña presente en los mismos. Unas fotografías melancólicas, pero bellas, que abre la imaginación, en la que aprecias la complicidad entre padre e hija, y que a mí me ha encantado. Lo hemos visto en Blind Magazine.
Un escándalo de abusos sexuales por parte de una figura pública en China llevó al artista y director de cine Zhou Chengzhou a reflexionar sobre los abusos sexuales a niños, un problema que según nos dice presenta cifras elevadas en el gigante asiático. Para ello ha contado con la colaboración voluntaria de más de 30 víctimas, que además de su propia persona, aportan objetos que representan el entorno de los abusos. Lo hemos visto en Photography of China.
Finalmente, en Iconic Photos hemos podido ver algunas de las fotografías tomadas por el japonés Taizo Ichinose en las guerras en Indochina, sea Vietnam, Camboya, Laos… Siempre hemos tenido la visión de esas guerras de los numerosos fotógrafos occidentales que las cubrieron. Pero también los hubo de otros países. Ichinose tuvo un mal final ya que fue arrestado por los jemeres rojos en 1973 y ejecutado, simplemente por ser periodista y fotógrafo. Con solo 26 años. Volvemos al sinsentido y el horror de los regímenes totalitarios, cualquiera que sea el signo del totalitarismo, variantes de un mismo tema.
Ya hablé hace unos días de cómo se vuelcan las instituciones, el Ayuntamiento en especial, en las zonas verdes de la ciudad en vísperas de elecciones. También en estos días hemos comprobado como «inauguran» otras, como la ampliación del parque Pignatelli, un lugar que me ha acompañado toda la vida, pero especialmente mi infancia, por ser lugar de juegos y correrías durante mis años niños y preadolescentes. De momento lo que han «inaugurado» o abierto al público es una gran extensión de cemento y tierra marrón, con algunas estacas que llaman árboles, que denominan zona verde aunque el verde sea un color que brilla por su ausencia. Pero las fotografías que comento en Revisando las filtraciones de luz de la cámara – Olympus mju-II con Ilford HP5 Plus me han hecho pensar en cómo el Parque Grande de Zaragoza sí que es heraldo habitual de los cambios estacionales en la ciudad.
En aquellos días, todavía invernales, las ramas de los árboles se encontraban desnudas de hojas. Ni siquiera se apreciaban los brotes de las que habían de salir. En los parterres brotaban las primeras flores, incipientes narcisos que se apreciarán mejor en un futuro rollo de película en color, que ya está revelado, pero no comentado. Era día agradable de aspecto, soleado, pero desapacible en la realidad, por un viento fresco, con fuertes rachas conforme avanzó la mañana.
Ahora, a principios de abril, cinco semanas después, no mucho más, la primavera ha entrado de forma manifiesta. Incluso si en estos días ha regresado el viendo fresco, a ratos desapacible, como el de esta mañana. Pero mis fotografías más recientes del Parque Grande, fotografías digitales con cámara modificada a espectro completo, extendido en el ultravioleta próximo o el infrarrojo cercano, muestran ya que la vida se ha recuperado. Hojas incipientes en los árboles, que se ven blancas en el espectro del infrarrojo, las «sakura», flores de cerezo kanzan ornamental se muestran ya en su esplendor, y los tulipanes reinas donde los narcisos ya se han marchitado.
El Parque Grande de Zaragoza es uno de los espacios más agradables de la ciudad. Que podría ser mejor, con un poquito de dinero del que se gastan muchas veces en tonterías. Del que podemos, o podríamos, estar orgullosos. y disfrutarlo. A ver si es verdad. Incluso si el cierzo no nos lo pone fácil.
Otras fotos de aquel rollo de película en blanco y negro… en otros espacios verdes de la ciudad.
Si quiero hacer todo lo que pretendo a lo largo de la mañana, tengo que ser breve. En fin. Hace un tiempo que no visitaba despacio los artículos de BlindMagazine. Esta semana he encontrado varios artículos interesantes. Y la fotografía en color, en sus primeros tiempos, tiene mucho que decir. Durante unas décadas se consideró que la fotografía seria, artística o documental, era en blanco y negro. Que el color era para aficionados o para revistas «bonitas»,… de mujeres. Pero yo creo que no sólo está al mismo nivel, sino que es más complejo y meritorio. Y es que hay que añadir a la creación fotográfica una dimensión más.
Elliot Erwitt es conocido sobretodo por su fotografía en blanco y negro, llena de humor y humanidad. Pero en este artículo nos descubre que también usó el color, y con ventaja. Y con Marylin Monroe incluida. Un genio, este fotógrafo.
También en Blind Magazine, nos hablan de la gran capacidad de Pete Turner, fotógrafo estadounidense tremendamente vistoso, para usar el color. Colores potentes, saturados, a veces pictóricos. Otro fotógrafo que hay que conocer si queremos entender mejor la fotografía en color.
Raul Ariano es un fotógrafo italiano en China que sigo desde hace un tiempo en Instagram. Me gustan mucho sus retratos llenos de humanidad. Y me gusta mucho su serie de retratos a distancia, en video llamadas durante los dos meses de confinamiento en Shangái por la covid-19 hace aproximadamente un año.
A principio de mes, en el día de fiesta local en Zaragoza, el 6 de marzo, aprovechando una serie de circunstancias me fui a Barcelona y llevé a reparar una interesante (y valiosa) cámara fotográfica a un servicio técnico respetado en la Ciudad Condal. Os podéis enterar algo más de esta peripecia en Recuperando una estupenda cámara de formato medio – Plaubel Makina 67 con Kentmere 100 120.
Pero no deja de ser una tristeza que, viviendo en una ciudad de casi 700.000 habitantes, el quinto municipio de España por población, tenga que llevar un aparato a arreglar a otra ciudad.
En Zaragoza ha habido durante años dos talleres de reparación de aparatos fotográficos. Uno siempre tuvo buena fama entre los fotógrafos de la ciudad, llevaba mucho tiempo ahí, he oído alabanzas habituales, y ciertamente, cuando empecé a coleccionar aparatos de antaño, la mayor parte de las reparaciones que me hizo fueron correctas, pero con algún fallo que otro. Ya no existe. Cerró. Queda el otro, que, aunque me ha dejado alguna cosa bien, me ha hecho un par de pifias que me han dejado muy escocido. Y ahora, en la medida de lo posible lo evito. Para mayor desgracia, con un aparato moderno, el servicio oficial de la marca resultó lamentable e incapaz de hacer una reparación correcta. De hecho, en estos momentos he decidido no volver a comprar aparatos de esa marca, a la que siempre he tenido aprecio, porque si te sale mal alguno, por improbable que sea, no puedo confiar en su red de servicios técnicos oficiales. Cero. Aviso para navegantes, la marca es Panasonic, que hace algunos aparatos fotográficos muy interesantes.
El caso es que estamos en una ciudad grande. Con aspiraciones. No sé muy bien de qué… pero con aspiraciones. Pero lo cierto es que desde hace muchos años, conforme he ido conociendo algo de mundo, se ha ido instalando en mí la idea de que con sus casi 700.000 almas… en realidad es bastante provinciana. Carecemos de empresarios con auténtica iniciativa e interés por lo que hacen… carecemos de innovadores, carecemos de gente que arriesgue en generar nuevos adeptos a marcas, actividades, a la creatividad… todo es muy normalito, muy mediocre en el sentido de que se mueven los comercios y los servicios en las medianías. Ni fu ni fa. Y si quieres algo especial… te lo tienes que buscar fuera. O por internet. Y los mismos comerciantes que no arriesgan, que te desmotivan, luego te critican y te reprochan que no apoyes lo local.
Por favor… ya basta de memeces. Si quieres fidelidad del consumidor local, ofrece un servicio o un producto que merezca la pena, que atraiga y que busque ese consumidor. No todos tenemos vocación de mediocres.
Estaba revisando las fotografías de un rollo de película fotográfica en blanco y negro que hice en el mes de febrero, cuando al ver una de las fotografías se me ha ocurrido el tema de este fotocomentario. Las características técnicas de las fotos las podréis encontrar en Super gran angular para película fotográfica – Canon EOS 650 con Tokina 12-24 mm e Ilford FP4 Plus, en el caso de que tengáis curiosidad en ellas. Os pondré aquí algunas fotos más de este rollo. Pero la que me ha inspirado es la primera de este par.
Cuando pasé en aquel momento por la plaza Reina Sofía de Zaragoza, me sorprendí al ver que estaban en obras de remodelación de la zona ajardinada de la plaza. Por la que paso con cierta frecuencia, y no había notado que reclamase una especial intervención. Pero oye,… bien está que se mantengan con cuidado las infraestructuras públicas de la ciudad. Cosa que no es frecuente. Se suele esperar a que esté todo muy deteriorado antes de intervenir. Cosas de la «gestión racional del presupuesto municipal», especialmente cuando gobiernan en el ayuntamiento fuerzas políticas con poco cariño por lo público, como ha sucedido en los últimos cuatro años.
No obstante, pocas semanas después fueron otros jardines los que me sorprendieron, y a los que también dediqué algunas fotos, que ya he ido mostrando en otras entradas de este Cuaderno de ruta…
Se trata de los parterres de la plaza de la Convivencia [o de la «Connivencia» como dicen algunos «arteros» empleados públicos que trabajamos por allí, en una crítica al funcionamiento (más o menos) ocasional de las instituciones públicas], plaza en la que se encuentra mi lugar de trabajo. Lucen en este mes de marzo con una multitud de flores de plantas bulbosas, principalmente narcisos, tulipanes y algunos crocus, entre otras, y que nos ha sorprendido porque no recordábamos tal despliegue de color en tan gris y hormigonado lugar. Y en nuestras inocentes conversaciones a la hora del café, hemos dado en recordar que nos encontramos, hoy exactamente, a dos meses de una cita electoral, para renovar gobiernos autonómicos y municipales, junto con otras corporaciones locales. ¡Ah! Esto lo explica todo. Nada más vistoso, y probablemente no demasiado oneroso para las arcas municipales, que plantar florecicas, para «demostrar» la buena gestión de los actuales ediles del Excmo. Ayuntamiento de la Muy Noble, Muy Heroica, Muy Leal, Siempre Heroica, Muy Benéfica, Inmortal ciudad de Zaragoza. Qué cosas.
Hoy he estado toda la mañana fuera, haciendo como que fotografiaba pájaros con un grupo de entusiastas, pero no haciendo nada más que hablar. Y por la tarde íbamos a ir al cine, pero no hemos ido… y luego se me ha echado encima el tiempo, y casi no me ha dado tiempo para nada interesante. Así que las recomendaciones van en forma de breves.
Algunas de las fotos realizadas esta semana con la cámara compacta, al amanecer, camino del trabajo.
En FK Magazine, un artículo dedicado a la finesa Elina Brotherus que siempre me ha llamado la atención, pero me gusta especialmente desde una exposición que le vi en Madrid, en PhotoEsapaña.
En Oldskull, fotografías de 1908 en las calles de Japón documentadas por el alemán Arnold Genthe. Y es que les parece a algunos que lo de hacer fotos a la gente en las calles es cosa de ahora, y es de toda la vida. O por lo menos desde que las emulsiones fotográficas fueron lo suficientemente rápidas para fijar los instantes.
En AnOther Magazine, también de la primera mitad del siglo XX, las sensuales a la vez que elegantes fotografías de Ruth Bernhard, también alemana de nacimiento, aunque naturalizada estadounidense, poco conocida a pesar de sus excelentes composiciones e iluminaciones.
Finalmente, en Photography of China, el japonés Kazuo Kitai, en activo en los años 60 y 70, documenta las calles de las ciudades de Manchuria buscando su pasado. Nació en Manchuria cuando esta era un protectorado japonés y en plena guerra mundial, por lo que se trasladó siendo muy chiquito a Japón, cuando la región volvió a manos chinas. Estética muy contrastada y con mucho grano, propia de la estética de la fotografía japonesa de su época.