Hoy voy en plan breve comentando un libro de fotografía que me llegó recientemente, tras comprarlo a través de la red de redes. Se trata de un libro de Todd Hido, uno de los fotógrafos contemporáneos que poco a poco han ido encontrando un hueco importante en mi corazón de aficionado a la fotografía, hasta convertirse en uno de mis favoritos. Así que os cuento de qué va este último libro que ha sacado a la venta, y que tanto me está gustando. Las fotografías acompañantes proceden de un comentario que he hecho en Substack a propósito de esas cámaras compactas digitales que se vende como churros hasta tal punto que es prácticamente imposible comprar una.
A Todd Hido empecé a seguirlo en Tumblr hace muchos años. Me gustaban sus paisajes. Especialmente los nocturnos. Pero mi impresión de su obra cambió cuando me hice con uno de los libros de Aperture de la serie The Protographer Workshop. Una serie de la que tengo varios ejemplares, en las que destacados fotógrafos nos muestran sus fotografías, y nos hablan de porqué y cómo las hacen. Muy interesantes, se aprende mucho, realmente. Inspiran. Uno de los que más hojeo de esa serie es precisamente el de Hido. Por eso, cuando me enteré de la publicación del que nos ocupa hoy, me puse alerta para cuando estuviese disponible.

El libro tiene un formato grande. Páginas de 42 x 30 cm en las que la fotografía muchas veces ocupa casi toda la superficie de la página. En su mayor parte, paisajes nocturnos o crepusculares. Muchas veces invernales. En ocasiones, como en otras series suyas, mezclando la luz natural y la artificial. Y con frecuencia, también, elementos que delatan la presencia humana en esos paisajes, aunque sin la figura humana. Las fotografías están tomadas en las zonas agrestes de las islas Hawai, en las tierras a orillas del estrecho de Bering, y en otras tierras al norte del círculo polar ártico. Y como tantas veces están tomadas desde la ventanilla del coche. Es muy parco en palabras. No hay textos, ni del propio autor, ni de invitados, o de un colaborador que nos guíe en la comprensión de las imágenes. Solamente, de vez en cuando, adheridas a las páginas del libro, pequeñas fotos en papel fino, o desplegables, o un cuadernillo con fotografías en las que aparecen retratos de personas, y objetos, que parecen haber salido de un álbum de fotografías familiar.
El libro está bellamente impreso en papel de muy alta cualidad. No sólo es un placer contemplar las imágenes, sino también la sensación táctil de pasar las hojas para que vayan apareciendo ante nuestros ojos. No es un libro para hojear en un sillón. Es para sentarse cómodamente en una mesa despejada, y detenerse contemplativamente en cada fotografía. En cualquier caso, uno de los mejores libros de fotografía que tengo. No es barato, cuesta sus buenos 85 euros.

