[Recomendaciones fotográficas] Saltando con Halsman y varias cosas más

Fotografía

Siempre es bueno recordar en las recomendaciones fotográficas a los clásicos de la historia de la fotografía. Y entre los clásicos, como nos recuerdan desde Magnum Photos, uno de los más divertidos fue Philippe Halsman, que hizo saltar a muchos de los famosos de la época. Retrato divertidos, dinámicos, sonrientes, muy propio de la optimista década de los 50 en los Estados Unidos, una época que a pesar de la Guerra Fría, de las cazas de brujas y del miedo a la «bomba», los norteamericanos vivían relajados, cómodos y teniendo muchos hijos. Y los famosos, con Halsman en la cámara, no tenían inconveniente en saltar para el público en general.

Algunas fotos más del viaje en el día a Tarragona del que ya os he hablado en un par de ocasiones.

Por cierto, siguiendo con Magnum Photos, es interesante ver el intenso trabajo para conseguir la fotografía final a partir del negativo. No bastaba la toma; luego, en el laboratorio, el encargado de copiar la fotografía tenía que trabajar con el fotógrafo para ver cómo había que trabajar la copia final. Reservas, quemados, filtrados, gradaciones, todo perfectamente detallado. Como las «recetas» que desarrollan los photoshoperos de sus fotografías, en las que nos cuentan las decenas de capas que superponen sobre la imagen original hasta conseguir que no la conozca ni el fotógrafo que la hizo,… pero en bien.

En Oldskull nos han hablado de Walter Rothwell, haciendo hincapié en que es ciego de un ojo. Lo cierto es que el, en su página web, no hace referencia al hecho. Y en la mayor parte de artículos o entrevistas que le hacen, tampoco. y probablemente con razón. La visión monocular tiene el inconveniente de la mala percepción de la visión tridimensional, no calculas bien las distancias, pero por lo demás se puede tirar para adelante. Estas personas acaban compensándolo a base de acumular experiencia sobre la perspectiva y el tamaño relativo de los objetos. Y así Rothwell es un fotógrafo interesante no porque sea ciego de un ojo, sino por que tiene una visión excelente para la fotografía documental. Un blanco y negro con película fotográfica tradicional que deja en ridículo a la mayor parte de los que se autoproclaman street photographers, especialmente aquellos que se dedican a invadir el espacio personal de su prójimo.

En Aesthetica Magazine nos hablan de Murray Fredericks, un fotógrafo australiano especializado en paisaje. Pero no entendamos estos como las miriadas de fotógrafos paisajistas que se ganan la vida como yutubers o que exponen en redes sociales su recargados y saturados paisajes abundantemente cocinados con photoshop o similares. Fredericks tira de minimalismo para sacar lo mejor de los inmensos paisajes de su Australia natal. Minimalismo en el que en ocasiones interviene, mezclando la fotografía con la performance. Grandes espacios, elementos mínimos, colores, texturas… tendencia a la abstracción. Un mundo por descubrir.