Las series de animación japonesa, o anime アニメ que traigo hoy aquí forman parte de lo que podríamos llamar una experimentación que estoy haciendo desde hace un tiempo. Y supone presentar series que voy viendo a lo largo de meses, unas más rápidas y otras más lentas, porque veo los episodios de entre 22 y 30 minutos encajándolos en momentos tontos a lo largo del día si es que surgen. Y lo que estoy haciendo es intentar recorrer un número amplio de géneros de la animación japonesa. Ya adelanto que la mayor parte de estas series no son recomendaciones, porque se orientan a un público objetivo que no soy yo. Generalmente a un público adolescente o juvenil, con unas características demográficas muy concretas, más las distintas adjudicaciones a distintos subgéneros.

Yakitori [ヤキトリ] es una aventura espacial bélica. Originalmente, yakitori 焼き鳥 es un plato japonés frecuente, unas brochetas de pollo a la parrilla. En la serie, de seis episodios de 45 minutos, que se puede ver en Netflix, es el mote que reciben una unidad de «marines» interestelares, humanos, que se supone son los más prescindibles, carne de cañón podríamos decir, de un ejército interestelar, en un futuro en el que la Tierra ha pasado a depender de una federación interestelar alienígena. En algunos aspectos recuerda a los Starship troopers de Robert A. Heinlein, pero sin el tufillo militarista fascista, ya se quiera entender en la obra de Heinlein como se quiera entender; como una apología del militarismo o como una parodia sutil de esta ideología. Lo mismo vale para la adaptación cinematográfica de Verhoeven… que expresamente dijo que quería hacer una parodia sarcástica… sin convencer a todo el mundo. En esta serie, está claro que los amos del asunto y del ejército son los malos, y por lo tanto plantea a sus protagonistas como rebeldes, que se rebelan negándose a ser simplemente carne de cañón en sus misiones. Mi opinión está en un… mmmmmmmm… no tengo muy claro si me gusta. De hecho, este género de acción bélica de carácter futurista en la literatura, el cine y el anime japonés no suele ser de mi gusto… aunque hay excepciones, así como su adaptación cinematográfica. Con seis episodios parece más corta que las habituales temporadas de animación japonesa, pero con 45 minutos por episodio, dura lo mismo que una de 12 episodios de 22 o 23 minutos de duración. Pero encaja peor en mi dinámica para ver estas series.
Go-Tōbun no Hanayome [五等分の花嫁, múltiples traducciones he encontrado… quizá una novia en cinco quintas partes, pero también una novia de quintillizas; no sé] es popularmente conocida fuera de Japón como The quintessential quintuplets. Y pertenece a un género que nunca había experimentado, y al que es extremadamente improbable que vuelva. Dirigido directa y claramente al adolescente varón y hormonado, se le ofrece una fantasía de manual; la posibilidad de relacionarse habitualmente con un grupo de quintillizas idénticas y monísimas, las cuales acaban enamorándose de él, y entre las cuales al final tendrá que elegir a una. Normalmente me parecería indigerible si no fuera porque la historia y sus guiones tienen su gracia, en muchas ocasiones digna heredera de la screwball comedy, que sí es un género que me divierte aunque ahora sea raro por lo políticamente correcto, lo cual es paradójico, porque fue la forma en que en los años 30 y 40 del siglo XX se reivindicó el papel de la mujer autónoma e independiente frente al varón. Eso es así al menos en la primera temporada. Y el cierre es una largometraje de más de dos horas de duración absolutamente prescindible, ya que lo que se cuenta se podría haber resumido en uno o dos episodios normales de 25 minutos de duración. La terminé, me costó un montón de meses, pero no es recomendable salvo para su población diana objetivo. Creo. Aunque tenga algún momento divertido. Creo que a muchos no gustó el desenlace,… que fue obvio desde el momento en que en algún momento de la segunda temporada desvelan uno de los misterios del pasado de los protagonistas. Así que no entiendo el posible barullo.

Yamada-kun to Lv999 no Koi wo Suru [山田くんとLv999の恋をする, Enamorarse de Yamada en el nivel 999], generalmente conocida en inglés como My love story with Yamada-kun at Lv999, o simplemente Loving Yamada. Si en la serie anterior predominaba el exceso de hormonas masculinas, esta está pensada para el otro bando, el de las femeninas. Y con grave riesgo de diabetes por exceso de glucosa en ocasiones. Y sin embargo no es una mala serie. Lo que pasa es que también… solo es recomendable para su público objetivo femenino y joven. Un chica universitaria de primer o segundo año se ve abandonada por su novio, que ha ligado con otra, y entra en un estado de depresión del que saldrá a través de un juego de ordenador multijugador, gracias a las interacciones en el juego y en la vida real con sus compañeros de juego. Ella entra en el nivel más bajo, Level 1 o Lv1… pero cuando conoce al joven Yamada, más joven, todavía en el instituto, retraído pero guapo y atento. Como vemos… también una fantasía de manual. Al máximo nivel, Level 999 o Lv999, como en el título. Pero esta vez para chicas. Volvemos a lo mismo, sólo recomendable para un segmento demográfico específico, que vive unas determinadas fantasías, pero que no puede resonar fuera de ahí. Y tan irreal como el anterior, si nos pusieramos un poco cínicos. Al mismo tiempo he de decir que sus creadores han desarrollado algunos caracteres muy notables, con quienes puedes generar empatía. Y no está mal hecho en absoluto. Lástima que no hayan abierto su presentación a un público más amplio. Pero no.
Esta es la primera ronda de experimentos. Bueno,… la primera serie es la típica de Netflix a la que me suelo apuntar, con mayor o menor éxito. Este deseo de conocer mejor el género y formar opinión viene de buenas experiencias del año pasado. Especialmente, cierta familia de espías, que sí resultaba disfrutable a cualquier edad y por cualquier género/sexo. Tengo varias series más en reserva para comentar. Poco a poco.

