Ya hace más de un mes que os hablé, en un par de ocasiones, de la escapada a Barcelona que hicimos en un día con el que alargamos el puente de la «Inmaculada Constitución». Pero en ese viaje también aprovechamos para probar y familiarizarnos con la cámara compacta para película fotográfica, de medio fotograma, que adquirimos en grupo con el fin de usarla en nuestro viajes conjuntos. Con un rollo de película para negativos en color.




La verdad es que, aunque Barcelona es fuente de frecuentes oportunidades fotográficas, las más de 72 fotos que se pueden obtener con estas cámaras a partir de un rollo convencional de 36 exposiciones, pueden hacerse eternas. Salvo que dispares sin ton ni son, para mayor alegría de los escasos fabricantes de película quienes, a pesar de decirnos que cada vez fabrican más, y que ya no vamos a tener las deficiencias de suministro de los últimos años, siguen ofreciendo un producto muy encarecido. Y en el caso de la película en color, en la práctica, monopolizado por Kodak.




Pero bueno… ese es tema para Carlos en plata, mis publicaciones sobre técnica fotográfica, y en las que comento las características técnicas de las fotografías que os muestro aquí. La cámara está muy lejos de ser perfecta. Y es demasiado cara en su precio de venta oficial al público. Pero, en buenas manos, puede ser muy divertida de usar y fuente de imágenes majas, interesantes, y potencial generadora de recuerdos estupendos.



