Las series de fotografías que ilustran las entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie.
Creo que con esta entrada termino de repasar las series que más me llamaron la atención en la temporada de animación japonesa entre octubre y diciembre del año pasado. Y un par de cosas más. Empezaremos por ellas.
Inuyasha 犬夜叉 es una serie de hace 25 años que se puede ver en Netflix, muy bien valorada y muy vista desde su emisión original. Un isekai en el que una estudiante de instituto, Kagome, se traslada a una versión alternativa del Japón del periodo Sengoku, en el que hay magia y personajes fantásticos. Allí se encuentra con Inuyasha, el protagonista de la historia, que es un semidemonio-semihumano, con atributos perrunos [inu 犬 es perro en japonés], pero benévolo aunque con mal carácter. Pero la chica parece la reencarnación de una miko 巫女 con poderes para luchar contra los demonios malignos que, aparentemente, fue asesinada por Inuyasha, al mismo tiempo que lo inmovilizaba en un árbol hasta que Kagome lo libera. A partir de ahí aventuras sin fin contra demonios para conseguir recuperar un artefacto mágico. Es muy entretenida. Pero es repetitiva en los argumentos de sus episodios. Vi, a lo largo de meses, los episodios de la primera temporada, 27 episodios, y alguno de la segunda. Pero acabé aburriéndome. Una curiosidad más que nada. Adaptación de una serie manga.

.
Sasayaku You ni Koi wo Utau [ささやくように恋を唄う, cantando el amor como un susurro] es una serie del verano pasado, pero que quedó interrumpida, faltando tres episodios para el final. Problemas de producción, creo. A finales de diciembre se emitieron los tres últimos episodios. La vi como curiosidad. Es género romántico, con la peculiaridad de que las protagonistas, alumnas de un instituto femenino, son todo chicas. En el ámbito de unos grupos musicales de pop-rock formados por las estudiantes. No es algo que me apetezca ver habitualmente, es muy cursi a ratos, claramente destinado al público femenino. Pero está bien hecha. Los amoríos están muy idealizados, y sin roce. Todo muy casto, en realidad. Una curiosidad, también, sin más, para conocer todos los géneros de la animación japonesa. Si hubiera una segunda parte pasaría. Me acabaría resultando estomagante. Quizá por uno de los personajes protagonistas, la chica más jovencita, me chirría un montón. Adaptación de una serie manga.
Raise wa tanin ga ii [来世は他人がいい, mejor con otro en la próxima vida] es una historia distinta, conocida en inglés como Yakuza fiancé. En primer lugar porque, a pesar de que teóricamente los personajes principales tienen 17 años, los temas son bastante adultos. Aquí hay sexo. Y organizaciones criminales. Dos clanes yakuza que deciden aliarse con políticas matrimoniales. Un clan de Tokio propone que en un futuro no muy lejano su joven heredero se case con la nieta del jefe de un clan de Osaka. Con esta serie me lo he pasado bastante bien. Se nota que sus temas y argumentos, como he dicho, son adultos. Hay intriga, seducción, romance, trampeo entre aliados y rivales, y los personajes están creados con mucha química, siendo especialmente atractiva la chica protagonista. Una chica con carácter que no se deja amedrentar por un mundo muy masculino, con exceso de testosterona. No me importaría ver nuevas temporadas. También adaptación de una serie manga.

Y finalmente Ranma 1/2 [らんま½], una nueva adaptación de un manga de éxito de finales de los 80 y primera mitad de los 90 del siglo XX, distribuida fuera de Japón por Netflix. En sí, esta serie es un disparate de acción sin fin a base de bofetadas a diestro y siniestro. Sinceramente, no tiene más valores que la espectacularidad y las risas que te provocan las situaciones. Llenas de equívoco por lo que ahora comentaré. Ranma es un adolescente educado en las artes marciales, que ha sido educado en china durante un largo tiempo. Y Akane es una alumna de instituto procedente de una familia dedicada también a la educación de las artes marciales. Y ambas familias deciden emparejarlos para que se casen en un futuro y sea mutuos herederos de las tradiciones de ambas familias. Pero… como consecuencia de un accidente al caer en un pozo mágico en China, Ranma, cuando se moja con agua fría, se convierte en chica. Con todas las habilidades para las artes marciales que su versión masculina. Puede retornar a esta al mojarse con agua caliente. Pero claro, mientras tanto, surgen todo tipo de equívocos y malos entendidos. Al principio, ambos se caerán de pena y no querrá saber nada el uno del otro. Pero ya se sabe, el roce hace el cariño. Pero más que roce lo que hay son bofetadas a diestro y siniestro. Entre ellos, y con los diversos rivales que van surgiendo, las unas queriendo emparejarse con él, los otros queriendo ennoviarse con ella. Arcos argumentales de dos o tres episodios contra una sucesión de rivales a cuales más demenciales. Lo cierto es que te lo pasas muy bien de puro básico en su planteamiento. Pero la acción es trepidante, y los episodios de 23 minutos se pasan en un vuelo. Puedo entender perfectamente el éxito de las diversas variantes de esta historia.

