[Viajes] Alemania con película en color y una serie de catastróficas desdichas

Viajes

Esta serie de fotografías que ilustran esta entrada de este Cuaderno de ruta puede verse, comentada desde un punto de vista de la técnica fotográfica, en Carlos en plata. Comentario sobre la fotografía con película para negativos en color del viaje a Alemania en esta pasada Semana de Pascua.

En la parte positiva de esta entrada, como he indicado en la prefacio con el enlace a Carlos en plata, me llegaron recientemente, el lunes, las fotografías realizadas con cámara de medio fotograma y película para negativos en color. Y que en general han quedado bastante bien, especialmente cuando la luz acompañaba. Es decir, con tiempo soleado. Pero entre las de los días nublados también hay fotos de las que no nos podemos quejar. Sobretodo si evitamos que el cielo gris y nublado esté presente, o demasiado presente, en la fotografía. Pero estas fotos no se debería haber visto hasta dentro de dos semanas o más, porque hoy no debería estar en casa redactando esta entrada.

Desde hace unas horas deberíamos estar paseando y conociendo la ciudad china de Chengdú. Primera etapa de un viaje de dos semanas que teníamos planificado desde el mes de enero, en el que adquirimos los billetes de avión, que tantos quebraderos de cabeza nos han generado. Más aún,… que teníamos planificado para el mes de mayo de 2020, y que tuvimos que suspender por culpa de la pandemia de Covid-19, que justamente tuvo su comienzo en China. Empezamos a tener sensación de conspiración cósmica.

El recorrido, hasta llegar al fatídico día de ayer, 6 de mayo de 2025, que quedará marcado en nuestra historia personal para la infamia, había sido relativamente tormentoso. En el mes de febrero se nos informó que Etihad, la compañía que operaba los vuelos de vuelta contratados, había cancelado uno de ellos, entre Pekín y Abu Dabi, por lo que tuvimos que reorganizar el regreso. No quedó mal. Y mantuvimos nuestro optimismo. Pero a 26 horas de la salida nos encontramos con dos problemas. Uno, que Hainan Airlines, la compañía que opera el nuevo viaje de regreso también canceló uno de los vuelos, entre Shenzen y Madrid. Por lo que apresuradamente tuvimos que volver a contratar otro. Estamos a la espera de la devolución del importe del cancelado. Aunque la agencia nos aseguró que no habría problemas, que Qatar Airlines e Iberia eran serias (también Etihad lo es, se suponía), íbamos a salir sin una confirmación definitiva. Hicimos algunos nervios. Mientras, seguíamos con algunos líos de identificación en los billetes de tren que habíamos adquirido en desplazamientos internos en China. En un país nada democrático en el que el gobierno controla totalmente los desplazamientos de los súbditos (no se les puede considerar ciudadanos), hay controles de inmigración en las estaciones, por lo que tienes que abordar el tren con el billete nominal y el pasaporte concordantes y en regla.

Y llegamos al día de partida. Levantarse a las tres y media de la madrugada, para coger un taxi, reservado en línea la tarde anterior, que nos llevase a la estación de autobuses. El taxi reservado con suficiente antelación. Cuando no hay circulación en la madrugada, un taxi tarda alrededor de 15 minutos en llegar desde mi casa a la estación de Zaragoza-Delicias. Lo solicitamos con 40 minutos de antelación. Cuando ya estábamos esperando, nos llaman de la central de reservas diciendo que no encontraban vehículos que atendieran la reserva. Que de madrugada no podían garantizar el servicio, lo cual nos pareció demencial. ¿Por qué proponen un servicio delicado, uno no reserva con antelación un taxi de madrugada, salvo necesidad, si no pueden garantizarlo? ¿Se van a hacer cargo de las indemnizaciones derivadas? Al final llegó un vehículo que nos dejó en Zaragoza-Delicias con cuatro minutos de antelación. El taxista, hay que decirlo en su honra, estaba tan cabreado como nosotros por el comportamiento de sus compañeros. Aduciendo olvidarse de conectar el taxímetro, no cobró la carrera. Muchos nervios. Porque nos quedaban pocas alternativas de desplazamiento que no fuese… ¡¡¡un taxi hasta Barajas!!! Con el tremendo coste derivado y el calentamiento contra el gremio.

Pero lo peor estaba por llegar. Llegados y reunidos en el aeropuerto de Barajas, nos ponemos en la cola para hacer la facturación del equipaje. No simplemente depositar el equipaje, sino hacer la facturación y recibir la tarjeta de embarque, porque durante el día anterior es un trámite que no conseguimos hacer con la aerolínea. Ni por la web, ni por la aplicación del móvil. Con un extraño mensaje de error, y dirigiéndonos al mostrador del aeropuerto. No pensábamos que tuviera más importancia. Pero al llegar al mostrador, la empleada, con cara de alarma, nos comunicó que no podía tramitar la facturación y la tarjeta de embarque para dos de nosotros. No podíamos viajar. Sin unas explicaciones claras, más allá de «problemas con los pasaportes». Los empleados que nos atendieron, la empleada del mostrador y su supervisora, se mostraron desconcertadas, extrañadas e incapaces de dar una explicación, pero imposibilitadas de encontrar una solución. El sistema informático no les permitió ninguna, y una llamada telefónica que hicieron tampoco. Adiós al viaje. Nos ofrecieron el reembolso del billete, que aceptamos pero no en el momento, porque implicaba renunciar a otras compensaciones. Ahora es cuestión del servicio de atención al viajero de la compañía… o de los abogados. Una de las viejeras afectadas. Lo es. Segunda vez que el viaje se arruina. Tras regresar a Zaragoza ayer al mediodía y descansar… teniendo en cuenta que estoy de vacaciones hasta el día 26 de mayo. Planifiqué una estancia de una semana en Sicilia para la semana que viene. Pero en estos momentos estoy más bien deprimido.