[Recomendaciones fotográficas] Medicina preventiva en fotos y otras cosas

Fotografía

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en Fotos en serie. Fotografías realizadas con la pequeña Panasonic Lumix G100 en un corto desplazamiento exploratorio a Tardienta, población de la provincia de Huesca en las líneas ferroviarias convencionales a Canfranc y Lérida desde Zaragoza, y de alta velocidad a Huesca.

No suelo hablar de mi vida privada en estas páginas. Bueno, dependiendo lo que entendamos por «vida privada». Sí que hablo, es lo fundamental, de lo que hago en mi tiempo libre, que no deja de ser parte de mi vida privada. Pero no suelo mencionar asuntos familiares, o de trabajo, u otros más personales. A pesar de que publico en diversas redes sociales en internet, fundamentalmente sobre fotografía y, aquí, otras aficiones, soy relativamente celoso de salvaguardar mis asuntos del escrutinio público. Pero hoy comentaré un poquito de mi profesión, porque tiene que ver con algunas de las recomendaciones fotográficas que traigo hoy a estas páginas.

Soy médico. Y estoy especializado en Medicina Preventiva y Salud Pública, como la inmensa mayoría de los médicos especialistas españoles, a través del sistema MIR (médicos internos y residentes), aunque ahora parece que les llaman «facultativos especialistas en formación» o algo así. Da igual. La inmensa mayoría de profesionales y usuarios de la sanidad les llaman «mires». El nombre de la especialidad es un poquito engañoso. Y tiene su origen en las necesidades de los hospitales públicos de crear servicios bien formados de medicina preventiva o epidemiología hospitalaria en los mismos. Pero el programa de formación se amplió y desde hace ya unas décadas debería llamarse algo así como «Salud Pública y Administración Sanitaria». No obstante, la medicina preventiva, que es parte de esa gran área del conocimiento médico, y de otras profesiones sanitarias, que llamamos Salud Pública. Yo trabajé siete años en ese área, y concretamente en programas de salud de medicina preventiva, hasta que me pasé a tareas de administración sanitaria, fundamentalmente planificación sanitaria, gestión de centros sanitarios, calidad en los servicios sanitarios y derechos y garantías de los pacientes y otros usuarios de los centros sanitarios. Pero la salud pública siempre tendrá un huequito en mi corazón profesional, aunque hace años que desistí de volver a esa área de trabajo. Más que nada porque no me gusta nada como funcionan las estructuras de salud pública en mi entorno.

Me gustaba trabajar en los programas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad… o mejor dicho me hubiera gustado, si no fuese por los deficientes liderazgo y organización que los asolaban, en mi humilde opinión. Y además… pagaban muy mal. Que todo importa. Pero por ese gustarme estos programas, me llamaron la atención una serie de artículos de la agencia Magnum Photos sobre estos temas. Fundamentalmente relacionados con programas de vacunación, pero también algún otro. Así, por ejemplo, nos presentan el trabajo de…

  • Newsha Tavakolian, fotógrafa iraní, que lo tiene crudo para trabajar en su país, pero puede hacerlo fuera de él, aunque sigue trabajando en Teherán. Su trabajo documenta de alguna forma los resultados de la introducción de calendarios de vacunación en Costa de Marfil, en eso que se ha dado en llamar la generación Z, que hoy en día están en su veintitantos años. Más allá de reflexionar sobre el éxito de estos programas, reflexiona con sus fotografías sobre el impacto de estos jóvenes en la sociedad y en las comunidades en las que desarrollan sus trabajos actuales.
  • Jérôme Sessini, fotógrafo francés, que realizó su trabajo en una de las regiones de Nigeria, donde una alianza de organizaciones supranacionales y locales está proporcionando un millón de dosis de vacuna contra el paludismo (o malaria, que también se llama) en niños de cinco meses de edad. Teniendo en cuenta la elevada morbilidad y mortalidad de esta enfermedad, el éxito de estos programas sería un avance importantísimo en la mejora de la salud de las comunidades de países pobres.
  • Salih Basheer, fotógrafo sudanés, radicado entre Nairobi, Kenia, y Tampere, Finlandia, viajó a algunas de las provincias de su país de origen, Sudán, para documentar el trabajo de los profesionales sanitarios que suministran vacunas básicas de los calendarios de vacunación infantil, como la polio y el sarampión. La zona en la que trabajó está siendo golpeada constantemente por conflictos bélicos. Y a la ya depauperada población local hay que sumar los desplazados por la violencia.
  • Nanna Heitmann, fotógrafa danesa, viajó a Nepal en compañía de Uma Bista, un fotógrafo local, con el fin de documentar los esfuerzos para vacunar a las niñas de entre 10 y 14 años con la vacuna contra el virus del papiloma humano, virus de transmisión sexual que es responsable de la mayoría de los cánceres de cérvix uterino. Una enfermedad que sigue apareciendo incluso entre poblaciones desarrolladas, pero que tendría que poder situarse en incidencia mínima tanto por los programas de prevención primaria, vacunaciones, como de prevención secundaria, detección precoz de lesiones precancerosas.

Y ahora vamos a terminar con un par de recomendaciones no relacionadas con lo anterior. En primer lugar, a través de PhotoBook Journal, recordando a uno de los fotógrafos de moda más destacados de la historia de la fotografía, Erwin Blumenfeld, alemán naturalizado estadounidense, y que a mí me gusta bastante por su modernidad a la hora de lanzarse a semiabstracciones, al uso del color y a los juegos de formas, colores y grafismo. Su trabajo más destacado, procede de los años 40 y 50 del siglo XX aunque ya estaba activo en los años 20, y con trabajos muy interesantes en los años 30, muy influenciado por las vanguardias, como el dadaismo y el surrealismo. Predijo con sus fotografías el alza de Hitler y los fascismos… pero como a tantos que lo hicieron, no le hicieron caso. Falleció en 1969 con 72 años, pero había abandonado ya la fotografía hacia finales de los años 50. Muy pronto. Era de origen judío, pero no profesaba religión alguno, y era, claramente, un libre pensador.

No recuerdo dónde me recomendaron la obra de Katrin Koenning (Instagram). Guardé el enlace a su página web, pero no el enlace de la página que hablaba de ella. Realiza una obra entre el paisaje, retrato ambiental y lo conceptual que me ha llamado la atención. Es de origen alemán, de la cuenca del Ruhr, pero vive y trabaja en Australia. Incluso cuando no aparece el ser humano en sus fotografías, estas van de las relaciones entre personas, de la relación de la persona con el entorno, o del impacto del ser humano en el entorno.

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