¿Nos podrán prestar a "las putas tristes"?

arte música y literatura, sociedad

No; que nadie se alarme. Esto no se ha convertido en una página «porno», ni yo me ha dado al sexo mercenario, pero de préstamo. El tema está que ha saltado a la prensa que la Editorial Random House Mondadori habría incluido en el último libro de Gabriel García Márquez, Memoria de las putas tristes, una cláusula que impediría el préstamo del volumen en las bibliotecas públicas.

¡Alucina, tía Fina!

La editorial lo ha desmentido; asegura que la legislación española prevé que determinadas instituciones, bibliotecas básicamente, sin ánimo de lucro y de carácter cultural y público puedan prestar libros sin necesidad de permiso de los propietarios de los derechos.

¡Suspiremos con alivio!

Bien,… pero… ¿y en el resto de los países de habla hispana en los que no existen leyes que protejan el acceso a la cultura? Muchos de estos países son más pobres que España, y por lo tanto, la compra de libros algo utópico para muchas personas. ¿Dónde nos lleva la presunta lucha contra la «piratería»? Me da la impresión que si exageramos, a que haya menos potenciales lectores, y por lo tanto menos ingresos «legítimos» para las editoriales y, lo que es peor, para los autores.

Por cierto. He leído el libro. No me entusiasmo en exceso, pero por lo menos es corto. Ah. Y me lo prestó un amigo. Como han hecho millones de personas desde que el mundo tiene libros. ¿Seremos todos una cuadrilla de piratas malhechores? ¿Vendrá alguna unidad de la guardia civil o de la policia nacional con las porras (tunda, tunda) a detenerme por malo? Y además lo reconozco en público. Me estoy ganando la perdición. Por si acaso, no diré el nombre el nombre de mi amigo (no, no, no me torturen, no pienso confesar).

Si quieren más información sobre el tema, vayan a Google e introduzcan las palabras:

memoria de las putas tristes préstamo bibliotecas

y encontraran numerosas referencias a la noticia, así como las explicaciones ofrecidas por la editorial. Juzguen ustedes mismos.

En la fotografía de hoy, otra forma de acceder a los libros y a la cultura; los bouquinistes de las márgenes del Sena en París. Esta y otras imágenes de mis viajes en De viaje con la cámara al hombro.

Ruido, ruido, tanto ruido

ciudad, sociedad

Vengo de hacer compras por Zaragoza. Ya al final de la tarde, me encuentro con una amiga relacionada con el trabajo. En El Corte Inglés. Los dos a lo mismo. Compras socorridas. Charramos un rato. Buen rollo. En ese momento, ella para la conversación. Una llamada al móvil. Conversa. Observa que tenía dos llamadas perdidas. No las ha/hemos oído. Hay mucho ruido. En el ambiente, por todas partes; hace unos comentarios al respecto. Seguimos nuestra conversación, nos despedimos cordialmente, y…

Desde ese momento no puedo evitarlo. En la calle. En el autobús camino de casa. En la televisión. En la radio. Todo el mundo va pasado de decibelios. La gente, cuando conversa, alza la voz. No puedes evitar oir (quien sabe si escuchar) los diálogos ajenos. No digamos ya si dos adolescentes se encuentran. Los dos con sus auriculares, especialmente aptos y eficientes para difundir su música a los demás. No se los quitan, se saludan y se hablan a gritos. Más ruido. Ambulancias. Según por donde vayas, con frecuencia. Más ruido. Pones la televisión; ves un rato una película. Corte publicitario. Sube el volumén de la emisión. Más ruido.

Decía San Juan de la Cruz, «Qué descansada vida, la del que huye del mundanal ruido…» ¡A ver si va a tener razón el santito!

La imagen de hoy, recién tomada esta Semana Santa, unos atentos progenitores «acostumbran» a este simpático niño al estruendo de los tambores de las Siete Palabras en la Calle Alfonso de Zaragoza. A mi de niño, los capirotes me daban miedo…

2001: una bíblica odisea del espacio

Cine, sociedad

Hoy es domingo. Por lo tanto, como casi todos los domingos, he comido en casa de mi padre. Con él y con mi hermana. Tenían la televisión encendida. Inevitable. España es así. De repente, en un canal de pago por satélite anuncia el siguiente programa. 2001: Una Odisea del Espacio (2001: A Space Odissey). Una obra maestra de la ciencia ficción y del genial Stanley Kubrick.

No entraré ahora a comentar la película. Además sólo he visto una parte de ella. La puedo ver cuando quiera, ya que forma parte de mi videoteca. Pero ha sido la primera vez en la que he observado una similitud con el Génesis de la Biblia. Probablemente, también con otros textos o tradiciones religiosas. Hay menos originalidad de la que nos imaginamos en el mundo de las creencias sobrenaturales; todas se basan en elementos comunes. Todas han creado sus dioses a nuestra imagen y semejanza. Pero bueno, a mi formaron en la religión católica («dios» me libre de decir educaron en la religión católica).

La primera similitud es la de la identificación del monolito con el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal. Una mezcla de tradición y cachondeo ha hecho que muchos identifiquen el pecado original con los pecados de la carne. Error. El ser humano peca cuando quiere saber; cuando quiere conocer y alcanzar mayor control sobre sí mismo. Liberándose de paso de la superstición. Es de entender que las jerarquías eclesiásticas peleen con tanta saña contra el pecado original. El monolito ofrece al ser humano exactamente eso. El conocimiento, la capacidad de obrar, de instrumentar,… y haciéndole que trascienda de su estado animal al de persona. Curioso.

Esto nos lleva al segundo pecado. El pecado caínita. La utilización del conocimiento y de los instrumentos contra su hermano, contra su semejante. Y aquí si reconozco el lastre que como especie nos ata a nuestro más atávico origen animal. Cuándo nos podremos librar de él… o si no, cuándo el mundo se librará de nosotros… Reconozco este pecado. No reconozco la influencia de las religiones en su lucha contra él; cuántas veces han sido los líderes religiosos los que han impulsado al hombre a la guerra o al homicidio de sus semejantes. Incluso hoy en día. Un tal Ibn Laden. O un tal Bush.

En cualquier caso, si les gusta el cine, vean la película. Tal vez, con sentido común, comprueben que lo único cierto es que hoy debo estar bajo la influencia de alguna droga desconocida.

La Iglesia Conmemorativa en Berlín, ruina de los bombardeos de la II Guerra Mundial, y uno de los símbolos desperdigados por el mundo de las luchas cainitas de los seres humanos. Esta y otras fotografías de mis viajes en De viaje con la cámara al hombro.

Pirineos… ¿frontera o eje vertebrador?

sociedad
Este invierno, las comunicaciones por carretera entre Aragón y el Bearn en Francia han estado impedidas total o parcialmente virtualmente todo el tiempo. Por tren, llevan cerradas varias décadas.

Los políticos, los gobernantes, la gente que vive en Madrid o en París, han considerado siempre a los Pirineos como una frontera, como una oportunidad para dividir, para diferenciar. Para los habitantes de la zona son, sin embargo, el eje que articula su vida y un elemento común más que diferenciador. Qué pocas veces las instituciones están a la altura de las personas.

Ni siquiera ahora, con una Unión Europea en marcha, aunque sea vacilantemente, se ponen de acuerdo los gobiernos para permeabilizar y vertebrar las regiones transfronterizas. Qué penita…

En la imagen, antiguos coches Wagon-Lits en la Estación «internacional» de Canfranc, en estado de abandono. Esta y otras fotografías ferroviarias en Trenes de Ayer y de Hoy.

Vuelta a la semana santa

ciudad, sociedad

Ya ha empezado. Los primeros atascos. El ruido de los tambores. La lluvia para jorobar las vacaciones. Un montón de «snobs» preguntándose unos a otros «si salen o no salen» (en la procesión). Lucir el capirote bajo el brazo mientras se toman un cubata. Presumir de nudillos sangrantes, empuñando orgullosamente el mazo del bombo.

Vamos. Religiosidad y recogimiento… Maldita sea, de vuelta a la Semana Santa.

En la foto de hoy unos niños, muchos menores de 10 años, procesionan ya bien entrada la noche por las calles de Zaragoza. Esta y otras fotografías en mi Sala de Exposiciones Temporales.

Nuevo disco de Amaral; ¿compro? ¿pirateo?

arte música y literatura, sociedad

www.amaral.es

Uno de los grupos de moda del pop español actual saca disco nuevo. De los de verdad; de los que se lo han currado. No de los prefabricados en la tele en los últimos años. Y además son maños… lo cual se supone que tendría que ser importante para mí que también lo soy… pero bueno yo os he dicho alguna vez que lo del patriotismo no es lo mismo.

Tras una campaña de apariciones en televisión y radio anunciándo el nuevo trabajo, aquí están. Y son muchos los que van a adquirir. Bastantes menos los que lo van a comprar. No voy a entrar en cuestiones éticas; y mucho menos en legales. Pero es sorprendente el fenómeno social de las copias piratas a través de internet… La cantidad de gente que he comprobado que ya tenía el disco sin haber salido de casa.

No son especialmente santo de mi devoción, aunque tampoco me desagradan. En los álbumes anteriores tienen temas que me gustan bastante, junto a otros que me gustan de poco a nada. No soy un comprador potencial. Por eso me permito mirarlo un poco desde la barrera… Cuando alguien me gusta realmente, siempre compro. Con otros, bueno… el que esté libre de pecado… pues ya sabéis, lo de la piedra.

Eso sí. He tenido la ocasión de escucharlo. De nuevo algunas canciones que me gustan bastante; las otras… Las letras muy cuidadas. E interesantes. Vamos que hay que escucharlas. No sólo oirlas.

La fotografía de hoy pertenece a la serie de Reflejos en noviembre que podéis encontrar en mi Sala de Exposiciones Temporales. Hoy no podía faltar Zaragoza en la foto. Que Amaral son maños.

¿Olas de frío y nieve?

sociedad

Ayer publicaba una foto de hace un año (2 de marzo de 2004) con una vista de los Pirineos desde Formigal. Hoy os invito a ver una imagen similar, desde el mismo punto. Según nos dicen los meteorólogos, la prensa y las autoridades este invierno ha sido especial por el frío y la nieve. Parece que en los Pirineos no se han enterado, y la nieve que hay depositada es inferior a la del año pasado. Eso no es bueno. Indica escasas precipitaciones. Sequía. Más problemas con el agua.

Nunca llueve (o nieva a gusto de todos).

Hoy, a esquiar… que ya iba siendo hora

sociedad

Aramón, Montañas de Aragón

Pues sí. Que en toda la temporada no había subido más que un día. Y a uno el gusta esto del «deporte blanco». El sol, el aire frío, la vista de las montañas, la sensación de deslizarse mágicamente sobre la blanca y fría alfombra de la nieve, son cosas que a uno le reconcilian con el mundo.

Suelo escoger Formigal. Está razonablemente cerca. Hay bastantes pistas. Facilonas, poco exigentes, pero razonables. Los servicios complementarios han mejorado mucho…

No faltan quienes critican el deporte. Tal vez debamos considerar una agresión a la naturaleza este intento de domesticar la nieve para ponerla a nuestro servicio. No sé. Probablemente sí. Pero no me puedo sustraer a este placer. Ya se sabe. La carne es débil

Esta imagen, tomada desde Formigal, es del 2 de marzo de 2004. Esta y otras fotografías de estaciones de esquí podéis verlas en De viaje con la cámara al hombro.

Wikipedia, the free encyclopedia – la enciclopedia libre

informática, sociedad

Main Page – Wikipedia, the free encyclopedia

Una de las grandes ventajas de internet, la red de redes, es que gracias a ella disponemos de una cantidad de información a nuestro alcance, desde el salón de casa, mientras estamos en pijama, de forma casi inmediata, como nunca antes podimos soñar.

Una de las grandes desventajas de internet es que a veces disponemos de una cantidad de información a nuestro alcance, de malísima calidad, como nunca antes pudimos soñar.

Cualquiera puede decir lo que quiera en internet. No hay filtros. No hay censuras. Y si bien debemos dar gracias por la libertad que nos da, como toda libertad, no está exenta de riesgos. Y el riesgo es que asumimos con frecuencia que lo que se nos dice en internet ya es válido porque está ahí. Y no. Hay mucha paja en internet.

Por otro lado, internet cambia el concepto de enciclopedia. Frente al conjunto de voluminosos libros, caros, y desfasados en unos años, tenemos la oportunidad de acceder a recopilaciones enciclopédicas del saber, que pueden ser actualizados con agilidad y de fácil acceso. Algunas de las enciclopedias electrónicas de mejor calidad, desgraciadamente, no son gratis. O como algunos prefieren traducir el término inglés «free», libres.

Uno de los esfuerzos colectivos más notables es Wikipedia, una iniciativa que intenta conjugar la libertad, el esfuerzo colaborativo y la calidad. En estos momentos, y por lo que a mi esperiencia se refiere. No se puede garantizar su calidad al cien por cien. Pero no está mal. Es útil. E interesante.

Por supuesto, en estos momentos, para obtener una utilidad elevada, hay que tirar de la versión inglesa, la más completa (488.225 artículos al día de hoy). A la versión española le queda mucho por delante (42.946 artículos al día de hoy). Pero bueno, todo llegará.

La fotografía de hoy nos traslada al mundo de la cultura; a las estilizadas formas del Museo Guggenheim de Bilbao. Esta y otras imágenes de ciudades de toda Europa las podéis encontrar en De viaje con la cámara al hombro.

¡Nieve sobre Aragón!

ferrocarril, sociedad

Pareciera que esta exclamación no tiene nada de particular. Una comunidad con los Pirineos al norte, cruzada por el sur por el Sistema Ibérico, y con su parte de meseta en las tierras altas de Teruel…

Pero en buena parte de Aragón, en todo lo que es el Valle del Ebro, la nieve es un fenómeno extraño. De hecho cualquier tipo de precipitación lluviosa es una hecho raro, digan lo que digan los políticos de cierto partido político, hasta hace una año en el gobierno, cuando hablan de la «España húmeda». ¿Sabrán lo que dicen? ¿Habrán venido alguna vez de visita por esta tierra?

Es frecuente, que cuando media península se colapsa por los temporales de nieve, en el Valle del Ebro luzca un sol radiante, mientras un helador y veloz cierzo arrastra las nubes hacia vaya usted a saber donde.

Así que hoy, quien escribe, que vive en Zaragoza y trabaja en Huesca, ha «disfrutado» de un espectáculo absolutamente extraordinario desde la ventanilla de un tren. Un amplio manto blanco que abarcaba los más de 70 kilómetros de distancia que hay entre las dos principales ciudades aragonesas. Eso sí. Desde la resignación. ¡Qué torpes nos volvemos en esta tierra cuando nos enfrentamos a este meteoro!

Quizá mañana volvamos a los Colores del Anochecer. Si no pasa otra cosa.

Aquellos entrañables tranvías…

ferrocarril, sociedad

Vivo en Zaragoza. No se vive mal. Está bien. Pero hay algo que hemos de sufrir. El transporte público. Una flota de chillones autobuses rojos, como en muchas otras ciudades, con frecuencias irregulares, ruidosos, grandes, que se meten y organizan atascos. Ahora nos ponen unos largos vehículos articulados, que se supone que ofrecen más plazas y comodidad. Más atascos.

Hecho de menos los tranvías. Metros ligeros los llaman ahora. En Zaragoza los hubo hasta bien entrados los años 70. Había que ser modernos. Había que poner autobuses. Odio los autobuses.

Este tranvía es uno de los últimos que circularon por Zaragoza, en la línea número 11 «Parque-San José«. Era la que me llevaba a mi casa. Ahora lo podéis disfrutar en las espléndidas instalaciones del Museo Vasco del Ferrocarril de Azpeitia. Esta y otras imágenes ferroviarias las puedes encontrar en Trenes de ayer y de hoy.

¡Maldito viento!

sociedad

Hoy me tocaba fiesta. Y un poco. o un mucho, de esquí. Pero ya veis. El tiempo, el meteorológico, es así. Ventarrón tremendo en el norte de España…

Si alguno tiene interés en conocer que tiempo va a hacer, recomiendo un par de páginas:

Esta y otras fotografías de estaciones de esquí pirenaicas las podéis encontrar en De viaje con la cámara al hombro.