[Viajes – Copenhague] Sol radiante, y casi todo visto en un día… pero bueno… casi todo… que no es poco

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Tenía el buen precedente de cómo hice la visita la primera vez que estuve en Copenhague. Como no fue mal, tenía que ver como meter en un día con muchas horas de luz, lo que entonces hicimos en dos con pocas horas de luz. Y hemos empezado como entonces, yendo por la mañana a Kastellet, una ciudadela militar que también es un parque muy agradable.

Y al lado, la famosa sirenita. Un monumento que odio, porque ni la otra vez ni esta la he conseguido pillar con una luz decente. Y encima lleno de gente que te pasa por encima... La odio casi tanto como al Maneken Pis de Bruselas.

Después he cambiado la ruta, y en vez de tirar todo tieso hacia Amalienborg, el palacio real, nos hemos ido por la orilla del Amalienhavn, disfrutando de la agradable brisa marina. Una reproducción del David de Miguel Ángel nos miraba con ojos aparentemente llorosos,... las malas lenguas dicen que porque la tiene pequeñita,... no sé...

En Amalienborg, y a las 12 del mediodía, lo suyo es el cambio de guardia. Que a mí me parece una sosada monumental. El gorro si que lo llevan de oso, pero les faltan las casacas coloradas de los Coldstream Guards para ser una réplica de los de Buckingham Palace.

Después de tomarnos unas cervecitas hemos seguido por la orilla del "havn", hasta que hemos ido a dar con uno más de los grupos de dixieland que inundan estos días la ciudad. Oye. Y cada vez son mejores.

Tras la comida, nos hemos colado a curiosear en una iglesia en Strøget, donde vendían 50.000 libros de viejo todos al mismo precio. Para algo benéfico.

Puestos ya con lo de las religiones, poco más allá nos hemos encontrado con los Hare Krisna, que bailaban con auténtico entusiasmo. Si hasta ha venido un propio a intentar convertirnos. Casi nos da un algo de la risa. El también se reía. Pero no sé de qué.

Como la luz de primera hora de la tarde es realmente mala para hacer turismo y fotos, nos hemos metido en la Ny Carlsberg Glyptotek, que es un museo basado en una fundación privada de uno de los de la según algunos mejor cerveza del mundo. Según otros, entre los que me incluyo, las hay mejores. Y muchas. Sin que esté mal. Pero bueno. El museo está muy bien. Aquí vemos a Perseo a punto de matar a una danesa que tiene su codo apoyado sobre la cabeza de Medusa. No ha hecho falta. Ha venido una vigilante y ha llamado la atención a la danesa.

Tienen en la Ny Carlsberg Glyptotek varias esculturas de interés. Una copia de una de mis favoritas. La "Joven bailarina de catorce años" de Degas. Es que me fascina.

Tras la visita al museo, un paseíllo hasta Christianhavn. Y nos hemos subido a la torre esta tan curiosa. Algo que no hice la primera vez.

La verdad es que la espiral del final es peculiar. Pero es cómoda de subir, no como los tramos de madera interiores que son horribles.

Las vistas estupendas. Aquí la zona de Christiania. El barrio de los colgados. Uy, perdón, de los alternativos. Nos hemos pasado un momento para que conociera mi colega el lugar. Pero allí no dejan hacer fotos. Vamos. Los turistas no son muy bienvenidos. Así que para ellos.

Después, la idea era aprovechar la agradable luz de la tarde para pasear en los bonitos parques. Pero han sucedido dos hechos desagradables. Se ha nublado. El botánico había cerrado a las seis. Así que poco más hemos hecho que ver las orgías que se montan las bicicletas en el césped. Supongo que tienen a la gente como esclavos para que las lleven hasta allí.

Visto el fracaso de luz y lugar, nos hemos acercado a tomarnos una cerveza a Nyhavn, y a pensar que hacíamos. Cómo no, un grupo de dixieland. Y lo dicho, cada vez suenan mejor. Estos tocaban un montón.

A mi colega se le ha ocurrido que como parecía que las nubes se abrían, que nos acercásemos otra vez a la sirenita hasta la hora de cenar, que seguro que estaba bien. Yo no lo tenía muy claro, pero he aceptado. En la aproximación, Kastellet estaba con un contraluz bastante aceptable.

Y efectivamente, la sirenita estaba con una luz muchísimo mejor, y con la décima parte de gente. Así que le he tirado un montón de fotos a ver si alguna queda decente. Ya no me cae tan mal como el Maneken Pis.

El barco que se ve detrás de la sirenita,... si no fuese por los botes salvavidas, tiene el mismo aspecto que los bloques de apartamentos feos de la playa. Y mira tú. Hay un montón de gente a los que les gusta pasar las vacaciones en estos monstruos de fealdad supina.

Después hemos vuelto a Nyhavn, donde hemos seguido escuchando jazz, mientras nos cenábamos una salchicha de chiringuito callejero al estilo danés, y una crepe de chocolate de postre. Y nos han sabido la mar de ricas. Un paseo, y al hotel. Mañana más.

[Viajes – Copenhague] Mañana de viaje y lluvia, tarde de paseo y sol… cosas de estas latitudes

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Hoy nos hemos traslado en tren a Copenhague para pasar el fin de semana. En dos trenes. Un EuroCity, pequeñín, danés, coqueto y tranquilo. Puntualmente ha llegado a la estación central de Hamburgo donde hemos montado y nos hemos acomodado. Luego en Fredericia, ya en Dinamarca, hemos cambiado a un Intercity bastante más bullicioso que nos ha llevado hasta la ciudad de la sirenita.

En ambos trenes nos han invitado a un refrigerio. El del primero ha sido muy curioso. Zanahorias, zumo de mango y una chocolatina. Simpático.

El viaje, bajo la lluvia, ha sido monótono. De las pocas atracciones, el cruce del canal de Kiel que atraviesa el istmo de la península de Jutlandia por territorio alemán, uniendo el mar del Norte y el Báltico.

La lluvia ha sido una constante y ha hecho que nos amodorráramos y nos temiéramos lo peor para nuestra estancia danesa.

Para colmo hemos tenido un problema con el hotel. El que teníamos reservado no se correspondía con el que se encuentra en la dirección que nos había dado la central de reservas. Son dos hoteles que se llaman parecido y pertenecen a la misma cadena. Por cierto, el nombre, Cabinn, ya lo tienen bien puesto. La habitación que nos han dado es pequeñita. Y tiene tres camas. Una alto que no habíamos visto hasta que nos hemos encontrado una escalerilla. Sólo estamos dos y parece el camarote de los hermanos Marx. Pero los empleados son muy simpáticos.

Afortunadamente, mi tradicional talismán contra el mal tiempo cuando voy de turismo ha funcionado, y cuando hemos salido a la plaza del ayuntamiento a por una tradicional salchicha, qué hambre teníamos y eran más de las cinco y sólo habíamos comido los refrigerios del tren, ya lucía el sol.

Básicamente, Copenhague es una calle muy larga peatonal llena de tiendas, Strøget, alrededor de la cual hay algunas atracciones turísticas. Así que para esta tarde, recorrido típico por la susodicha calle para ver el ambiente.

Que era muy animado. Más porque está en pleno festival de jazz, y algunos grupos tocan en las plazas. Aquí el primero. Muy "dixieland". Pero con aspecto muy nórdicos. No precisamente de Nueva Orleans.

Hemos llegado hasta Nyhavn, el puerto nuevo, donde había otro grupo tipo "dixieland". Estos tocaban bastante mejor. Pero eran menos simpáticos. Aunque tenían una cantante australiana que cantaba bastante decentemente. Unos blues muy bonitos.

Y a pasear por Nyhavn se ha dicho, que para eso hacía sol y buen tiempo.

Y entre barco y barco, ha caído alguna Tuborg roja, que es una cerveza muy rica. Mucho mejor que la que todo el mundo conoce, ¿verdad, Carls? ¡verdad, Berg!

Llegados a cierto punto, dos locos se han tirado a nadar. Os juro que aunque hacía sol, la temperatura no era para tirar cohetes. Yo he ido con manga larga, y no soy nada friolero. Pero bueno, hay gustos para todo.

Después de cenar, un paseíto de nuevo por Nyhavn para bajar los entrecotes. Madre mía si se estiran aquí los días. Y no quiero pensar lo pronto que amanecerá. Espero que las cortinas del hotel sean competentes a la hora de cortar la luz, porque por aquí no se estilan las persianas.

Hemos vuelto en metro, que no me sonaba de la otra vez que estuve. El S-bahn o como lo llamen aquí sí, pero el metro... Bueno. Muy moderno, muy limbio y muy todo. Y a descansar, que el día ha sido pesado. Y se nos ha hecho más tarde que otros días. Tendré que alterar la hora de esta entrada a mano para que no aparezca con la fecha de mañana.