[TV] Cosas de series; esposas por contrato

Televisión

No deja de ser curioso que las dos series surcoreanas que traigo hoy aquí, y que terminé de ver recientemente, tengan una cosa en común. En ambas, el personaje femenino protagonista tiene un curioso oficio; el de casarse con hombres por conveniencia, por un tiempo determinado. Por motivos diversos. A partir de ahí, grandes diferencias, una de ellas es un drama psicológico y la otra es una comedia romántica.

El mercado de pescado de Jagalchi en Busán, para ilustrar una entrada que nos llega desde Corea del Sur.

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Trunk, en inglés en el original, en las versiones inglesa/castellana The trunk/Una maleta, es un original de Netflix con ocho episodios de duración variable entre los 60 y los 75 minutos aproximadamente. Juega al glamur y al drama psicológico. Una pareja se rompe tras un accidente en el que ella pierde el hijo que viven. Ella (Jung Yun-Ha) se lía con otro hombre más joven (Jo Yi-Gun), y le busca a él (Gong Yoo), una esposa (Seo Hyeon-jin) durante un año, en una agencia que proporciona esposas temporales, pero con todos los requisitos legales en el registro civil. El objetivo es darse un tiempo y, quizá, recomponer la relación. Se cuenta en flashback mientras la policía inicia una investigación por asesinato, con una pista principal, un gran y caro baúl que aparece sumergido en el lago donde se encontró el cadáver. La cuestión es que todos los implicados en este «triángulo» a cuatro bandas tienen secretos y pasados complejos, traumas y soledades. Y las cosas no evolucionarán como la lianta pretendía. Claro.

Hay un innegable esfuerzo de producción, como ya he comentado muy glamuroso. Y hay buenas interpretaciones, especialmente por parte de los dos personajes femeninos principales, más flojos los masculinos. Aunque eso es habitual en las series coreanas donde la carga expresiva y dinámica siempre es más potente en los papeles femeninos que en los hieráticos papeles masculinos. Supongo que depende de los estereotipos sociales del país, que también aprecio con frecuencia en series y películas japonesas. Pero encuentro cierta frialdad en la realización en su conjunto, a pesar incluso de las escenas de sexo con algún desnudo, rarísimo en las series coreanas, pero factible por ser una producción propia de Netflix, no un acuerdo de distribución de una serie de alguna de las grandes cadenas del país. Y alguna irregularidad en el guion, quizá porque se estiran las premisas de la historia más de lo que es capaz de dar de sí. No obstante se deja ver.

Wolsugeum hwamokto [월수금 화목토, lun-mie-vie mar-jue-sab] conocida en inglés/castellano como Love in contract/Amor por contrato, es una serie de 2022 que se puede ver en Netflix desde hace unas semanas. Lo del título original es por lo siguiente. La protagonista (Park Min-young) fue adoptada de niña por una familia de empresarios potentados, unos de los llamados chaebol. Con el fin de casarla con el heredero de otra familia y conformar alianzas. Pero en el momento de ser presentada a su futura familia política, con apenas veinte años de edad, se reveló y dio el portazo. Y puesto que fue educada para ser la esposa perfecta, se dedica a eso. A ofrecer sus servicios como esposa, acumulando más de dos matrimonios y sus correspondientes divorcios. Su relación más larga, sólo como esposa para cenar los lunes, miércoles y viernes, es con un hombre tímido y silencioso (Go Kyung-pyo), que conoció los servicios de la mujer porque es el juez del juzgado de familia que juzgó sus divorcios. Durante cinco años ha durado la relación. Por otro lado, el hijo más joven (Kim Jae-young) de la que iba a ser su familia política, actor famoso que vive al margen de los negocios familiares, la contrata para los martes, jueves y sábados para fingir una relación, que acalle los rumores de su supuesta homosexualidad o de cualquier escándalo de otras posibles relaciones. Pero claro, surgirán los problemas, los sentimientos y las rivalidades. Y luego está la misteriosa y retorcida niñera (Jin Kyung) que la crio en el extranjero tras la adopción, con una relación de extraña interdependencia mutua con la protagonista.

Típico triángulo amoroso con hipotenusa y dos catetos, que fundamentalmente funciona en régimen de comedia romántica en un 80 % y de drama en un 20 %, con malvados ricachones, y unos entornos de secundarios que van desde el amigo homosexual de la protagonista que sea ha convertido en una especie de hermano menor tras ser cliente suyo, a los dispares compañeros del juzgado, o a los miembros de la agencia del actor. Serie formulaica y previsible, pero que tiene sus buenos momentos por el buen hacer de sus intérpretes, ya que por lo demás es como tantas otras comedias románticas del país asiático oriental.

[TV] Cosas de series; militares corruptos, periodistas que no mienten y familias de «superhéroes»

Televisión

Hace bastantes semanas que no dedico una entrada a las series surcoreanas. Y es que entre unas cosas y otras… últimamente me he enfriado bastante hacia este placer inconfesable. Últimamente he colgado varias tras ver uno o dos episodios. Quizá están dejando de divertirme. O no. Quién sabe. Pero aquí traigo tres de ellas, de muy distinto pelaje.

Gungeomsa Dobereuman [군검사 도베르만], en inglés Military prosecutor Doberman, es un drama militar y judicial, con toques de comedia y el inevitable romance, que se puede ver en Netflix, aunque sin doblaje ni subtítulos en español, hay que ponerlos en inglés, originalmente estrenado en su país de origen en 2022. Dos fiscales militares se alían contra un entramado de corrupción que abarca a altos grados militares y al mundo empresarial. Él, un vividor, que originalmente busca su propio beneficio, ella,… busca venganza. Y a partir de ahí, con un tono más desenfadado que dramático, una serie de aventuretas que se benefician del buen hacer de sus protagonistas (Ahn Bo-hyun y Jo Bo-ah) y de la buena química entre ellos. Un guilty pleasure bien hecho, pero bastante inverosímil, por lo demás.

Bimir-eun eops-eo [비밀은 없어, sin secretos] recibe en castellano el título de Hablando con franqueza o en inglés Frankly speaking. Parte de una premisa que no es nueva en series surcoreanas, ya la vi en una serie hace unos años. Un periodista o similar que es incapaz de mentir. En este caso un presentador de televisión (Go Kyung-pyo). Y eso le lleva a que le vaya mal profesionalmente. Para salir del atolladero, se alía con una guionista de reality shows (Kang Han-na), pasando a formar parte de los participantes en uno de sus programas. A partir de ahí, enredos y romances. Es una serie bastante intrascendente, estreno reciente de Netflix, y que se salva también por el buen hacer del reparto y porque los guiones no están mal.

Finalmente, una serie un tanto atípica, Hieoroneun animnidaman [히어로는 아닙니다만, no soy un héroe], que ha dado en titular en castellano/inglés como Una familia atítpica/The atypical family. Mezcla de comedia y drama romántico. Quizá más drama que comedia, aunque de todo hay. Una mujer joven (Chun Woo-hee), huérfana, que forma parte de una banda de estafadores, se infiltra en una familia con dinero, con el fin de casarse con el hijo viudo (Jang Ki-yong), con una hija preadolescente, y desplumarlos de su dinero. Pero con lo que no contaba es que fuese una familia con superpoderes. Aunque ahora no los pueden utilizar por culpa de las enfermedades asociadas a los estilos de vida modernos. La una vuela, pero no lo consigue porque se ha vuelto obesa. Otra tiene sueños premonitorios, en los que basan la riqueza familiar, pero no lo consigue por culpa del insomnio. El viudo es capaz de viajar al pasado, a sus momentos felices, pero no lo consigue porque está permanentemente deprimido desde que enviudó. Y en doce episodios se desarrolla un complejo enredo, en el cual, no faltan los dramas familiares y el romance, inicialmente ficticio pero luego… lo de costumbre. Tiene sus cosas originales, pero el ritmo y el desarrollo de la serie no siempre es acertado. Lo de los viajes en el tiempo es un plus, y está bien resuelto. Pero me he quedado con ganas. Podría haber sido muy buena. Quizá convertida en un largometraje, podría haber tenido su miga.

[TV] Cosas de series; placeres coreanos, confensables e inconfesables

Televisión

He entrado en una época televisiva extraña en la que predominan los productos asiáticos, aunque hasta cierto punto lo he matizado con series de las que hablaré cuando las termine, de factura occidental. Pero vamos con mis placeres inconfensables coreanos. Bueno,… o confesables. Porque al menos una de las seres de hoy considero que, sin ser ninguna obra maestra, se defiende con dignidad en su estilo, y está por encima de esos placeres inconfensables, guilty pleasures, a los que suelo adjudicar estas producciones.

Hoy tocaban fotos de Corea del Sur, claro. Como no sabía muy bien cuales, he optado por el paseo por el monte de Inwangsan con sus templos, chamanes, murallas y vistas de la ciudad.

Private lives tiene este como título internacional, o sea en inglés, aunque en castellano aparece como Privacidad. Su título original, el coreano, es 사생활 Sasaenghwal, que significa… redoble de tambor… privacidad. Ganamos los hispanohablantes, aunque en esta ocasión todo es muy similar. La serie no acaba de saber qué quiere ser de mayo. Está hecha a mayor gloria de su protagonista femenina, Seohyun, una cantante de un famoso grupo femenino coreano, que poco a poco se ha introducido con éxito en el mundo de la interpretación. Y es que hay que prever que la tierna juventud dura lo que dura, y una vez que sobrepasas la avanzada edad de los veintimuchos… estas chicas lo tienen muy difícil. Le han buscado un galan adecuado, guapetón y musculoso, Go Kyung-Pyo, y a partir de ahí… Pues no sabe lo que es. ¿Es comedia romántica? ¿Es una comedia de timadores? ¿Es un drama criminal? ¿Es una trama de espionaje industrial? ¿Es una conspiranoia? Pues quiere ser de todo a la vez… y no acaba haciendo casi nada bien. Es relativamente entretenida, pero la trama es un lío y acaba por importarte poco, por lo que todo se queda en buscar algún momento divertido, y admirar lo guapas/guapos que salen los chicos/chicas. Pero poco más. Tarde en empezar a verla, precisamente porque no estaba claro qué iba a ver. Tiene secundarios muy entretenidos y divertidos. Pero también hay mucho personaje estereotipado y de cartón piedra. Una serie de tantas, sin mucho que reseñar.

Otra cosa es Lovestruck in the city, título internacional, o sea en inglés, que en castellano nos ha llegado como Amor en la ciudad. Parecidos. El original coreano es… redoble de tambores de nuevo,… 도시남녀의 사랑법 Dosinamnyeoui salangbeob, que viene a significar Cómo es el amor entre hombres y mujeres en la ciudad. Nuevo formato, relativamente, para una serie coreana en Netflix. En lugar de lo tradicionales, y a veces pesados, episodios de 65-70 minutos, tenemos 16 episodios de alrededor de 30 minutos. En realidad, 17… pero luego comento eso. Y está planteado, especialmente en los primeros episodios, como un programa de entrevistas, falso documental. Una serie de gente entre vista a un grupo de jóvenes, tres chicos y tres chicas. De los que poco a poco nos va quedando claro que dos, interpretados por Kim Ji-Won, ella, y Ji Chang-Wook, él, han tenido un ligue mutuo. Que por algún motivo se terminó. Poco a poco vemos que los seis personajes esta relacionados. El protagonista masculino tiene un primo más joven que está saliendo con una amiga de la protagonista. Ambas tienen una buena amistad con una antiguo compañero del colegio, que fracasó en una relación con la tercera chica. Las interpretaciones son buenas, las situaciones algo más realistas, los besos son de verdad, como todas las parejas que se enrollan, se enrollan del todo, también en la cama, vamos lo normal. La cuestión es porqué fracasó la relación tan intensa de dos meses de verano, y si volverá a resurgir. A mí me entretuvo mucho. La serie queda resuelta en 16 episodios, siendo de tono agridulce. Algunas parejas se arreglan y otras se desarreglan. Permitiendo continuaciones con cambios de protagonistas en un mismo universo. El 17º episodio prácticamente es un capítulo piloto para una secuela a partir de dos personajes secundarios, un joven policía que interacciona con los protagonistas y la guapa actriz que empieza a conocer el éxito y de la que siempre ha estado enamorado. A mí en conjunto me ha gustado, me ha divertido, en algún momento me ha emocionado. Tiene algún defectillo, pero no es un placer inconfesable. Es un producto al menos digno. Así que si queréis arriesgar un poco en televisiones extrañas, es un buen producto para introducirse en la coreana.