[TV] Cosas de series; anime en serie que dura lo que un largometraje… y pueden ser mejores

Televisión

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Una de las series de hoy transcurre en un centro comercial de una ciudad japonesa, así que viajaremos fotográficamente a Umeda, un distrito de Osaka fundamentalmente comercial.

La mayor parte de las series de animación japonesas suelen presentarse en temporadas de entre 10 y 13 episodios que se suelen emitir a lo largo de los tres meses de una estación del año. Eventualmente, duran dos estaciones, con temporadas de entre 20 y 26 episodios, claro, el doble. Pero hay excepciones de diversos tipos. Y en esta temporada de verano, la que comenzó el 1 de julio y terminará hacia el 30 de septiembre, todo aproximadamente, ha habido un par de series de corta duración, seis episodios de 20-23 minutos cada una, que por lo tanto, en realidad, duran menos de dos horas, porque hay que descontar los minutos de las entradas y los cierres de cada episodios. Lo que dura un largometraje. Así que se puede ver de una sentada. Dos series que me han interesado, por motivos muy muy muy distintos. Y luego esta temporada en web de otra serie que también me entretuvo mucho, y que dura todavía mucho menos. Vamos de más serio a menos serio.

Takopī no genzai (タコピーの原罪), El pecado original de Takopi/Takopi’s original sin, en su título en castellano/inglés, es una serie dramática bastante perturbadora. Especialmente los dos primeros episodios. Y aunque sus protagonistas son niños, es más bien para mayores. A ratos más para adultos que adolescentes. La historia de Takopi, un extraterrestre con forma de pulpo (タコ tako es pulpo en japonés) que se mezcla en las historias de tres niños de unos 10 u 11 años que viven con problemas familiares. Familias desechas, familias exigentes, alienación de sus familias y de sí mismos, con riesgos autolíticos… es decir, de suicidio, o de crímenes precoces. Takopi es ingenuo. Desconoce la maldad. Y tiene un «arma» terrible. Una máquina que le permite retroceder en el tiempo para «arreglar» los problemas,… que no sólo no se arreglan sino que empeoran.

Como decía, el anime es duro. En las vidas de estos niños hay maltrato infantil en el entorno doméstico. Hay abandono y falta de afecto. Hay abuso y violencia escolar. Y hay respuestas de estos niños, patológicas, en forma de violencia hacia sí mismos o hacia los demás. Y todo con el aspecto ingenuo de un anime infantil con personajes… kawaii (cuquis). Leí en una ocasión que Japón, con una de las tasas de natalidad más bajas del mundo, tiene además serios problemas de infancia desprotegida, especialmente en familias rotas y monoparentales, cuando una madre sola/soltera, con escasos recursos, ha de criar a un niño. A lo que hay que añadir el clima de fuerte competencia escolar que se pueda vivir en sus escuelas. Por lo tanto, es una fuerte crítica social, basada en un manga muy premiado en el momento de su lanzamiento. Es muy buena, pero no siempre es agradable de ver. Todos los episodios tienen una nota de aviso especial indicando que no es para estómagos débiles. A pesar de ello, recomendable.

En un tono totalmente diferente, de comedia, pero entrañable, hay una pequeña y sencilla oda a la amistad entre dos adolescentes de instituto que de alguna forma no están integradas en sus propios medios escolares. Fudo koto de, mata ashita (フードコートで、また明日), See you tomorrow at the food court/Nos vemos mañana en el área de restauración originalmente un manga en forma de comic para la web, nos presenta a dos chicas muy distintas. Por un lado, Wada, una chica con buenas notas, pero que no destaca físicamente y que no tiene habilidades sociales. Por otro lado, Yamamoto, una ギャル gyaru con un físico potente e intimidante, que hace que sus compañeros la eviten, aunque es una buenaza. No van al mismo instituto. Pero de alguna forma han acabado conociéndose, y todas las tardes, después de clase, quedan a tomarse algo en el área de restauración de un centro comercial.

Se presenta en forma de cortos episodios, unos tres por cada episodio de unos 20 minutos, en los que mantienen diálogos sobre los temas más diversos, cosas de chicas adolescentes. Pero son diálogos ingeniosos, muy bien escritos, que además provocan que inmediatamente el público simpatice con estas chicas tan divertidas. Una, por estudiosa que sea, es una destalentada de cuidado en las cosas del mundo, mientras que la otra, a pesar de su aspecto precoz/procaz, es sensata y considerada con todos, especialmente con su destalentada amiga. Una divertida y aparentemente intrascendente oda a la amistad, que me recuerda a otra serie sobre chicas adolescentes que también me divertió y me gustó.

Finalmente, una derivada de la divertida Lycoris Recoil, Lycoris Recoil: Friends are thieves of time, seis episodios cortos, en total todos suman unos 21-22 minutos, con pequeños episodio en la vida de las protagonistas de las chicas asesinas, pero tan simpáticas. Se puede ver en Youtube, os lo dejo enlazado. Muy divertidos. Alguno, hilarante.

[TV] Cosas de series; anime reciente… y muy divertido

Televisión

Las ofertas de Netflix y Amazon Prime Video en animación japonesa, anime, no están mal. Pero no siempre llega la serie interesante en el momento en que te apetece. El anime, lejos de ser un concepto monolítico y unitario, abarca una enorme variedad de géneros y estilos, por lo que resulta muy reduccionista que alguien proclame en general si le gusta o no el anime. Dentro de que en general está destinado a unos sectores demográficos muy concretos, adolescentes o jóvenes muy jóvenes de ambos sexos, hay películas o series difícilmente digeribles por quienes no pertenecen a esos sectores, mientras que otras maravillarán a cualquiera que guste de la buena animación en general o, incluso, del cine en general. En los últimos meses he estado explorando en otras fuentes series de animación japonesa interesantes… y algo he encontrado.

Terminé de ver la serie «Lycoris recoil» poco antes de viajar a Toulouse, en cuyo jardín botánico encontré unos ejemplares de «Lycoris radiata», la flor que da nombre a la serie, de alguna forma.

Mamahaha no Tsurego ga Motokano datta [継母の連れ子が元カノだった, algo así como My stepmother’s daughter is my ex, la hija de mi madrastra es mi ex] es una simpática y sensible serie sobre dos adolescentes, huérfano de madre él y de padre ella, que fueron novietes en su último año de la educación secundaria obligatoria. Y de repente se encuentra que el padre de él y la madre de ella ligan y se casan y se convierten en hermanastros, cuando comienzan el bachillerato (uso los términos educativos españoles como equivalentes para no liar al lector que no esté al tanto del sistema educativo nipón, que no es tan distinto al nuestro). Durante doce episodios se explorará cómo se ajustan a la nueva situación, ambos chavales son sensatos y desean lo mejor para sus padres, al mismo tiempo que descubrirán porqué no funcionó lo suyo cuando en realidad estaba [¿están?] colados el uno por el otro. Buen diseño de caracteres, mucha empatía y al mismo tiempo un ritmo que hace que los episodios de 23 minutos se hagan cortos.

Yofukashi no uta [よふかしのうた, Canción del trasnochador, titulada en inglés Call of the night, la llamada de la noche] entra en lo fantástico. Un chico de 14 años, hijo de una madre que lo cría solo, buen chaval y estudioso, está desencantado de la vida y deja de ir al colegio, dedicándose por la noche a zascandilear por la ciudad. Hasta que se encuentra a una pizpireta y atractiva vampira que le hará pasárselo muy bien, a cambio de un mordisquito de vez en cuando. El chico que quiere ser vampiro para la vampira se niega y además le dice que para que eso suceda tiene que enamorarse de ella… y el chaval se lo propone. La premisa es un poco tontorrona. Pero en esta serie lo que importa no es eso, que funciona como macguffin, sino las relaciones que se establecen cada noche entre los protagonistas y otros personajes que frecuentan habitualmente o esporádicamente la noche. Y los temas son, en este caso, mucho más adultos de lo que la premisa de partida permite imaginar. Con unos fondos muy expresionistas y un potente banda sonora, también sabe a poco.

Y finalmente, Lycoris recoil [リコリス・リコイル, el retroceso de Lycoris, sospecho que el título está más escogido por su sonoridad aliterativa (rikorisu rikoiru) en japonés que por su significado] es la serie que más me ha intrigado. Y me ha divertido. Pertenece a una mezcla de géneros; girls with guns, tranche de vie, distopía… Estamos en un Japón en apariencia absolutamente ideal, donde el crimen no existe y los ciudadanos viven en paz (distopía). Salvo por un pequeño detalle… hay organizaciones de adolescentes huérfanos educados por organizaciones paragubernamentales para ser asesinos que eliminan expeditivamente las amenazas para esta sociedad «ideal». La organización femenina, Lycoris, por la planta endémica de Japón Lycoris radiata, en un intento de frenar a unos traficantes de armas, se ve obligada a expulsar a una de sus componentes, Takina Inoue, por eliminar a tiros a los traficantes cuando estos amenazaban con matar a una compañera, a la que puso en peligro (girls with guns). Se refugia en un café regentado por un antiguo agente secreto, el LycoReco (en japonés リコリコ, rikoriko), donde hace amistad con otra antigua agente Lycoris que ahora va por libre, y que nunca mata, Chisato Nishikigi. Se tendrá que acostumbrar a trabajar en el café (tranche de vie), y a realizar trabajos de ayuda a las gentes, muy distintos. Hasta que un grupo ponga en peligro la estabilidad de todo. La serie es tremendamente entretenida, con unos personajes que generan mucha empatía. Pero no se acaba de pronunciar, o es muy ambigua, en el tema gordo de los que plantean, a saber, la ética de los medios paralegales, de las coaclas del estado, para eliminar lo indeseable en la sociedad, y cuando esto se convierte en un problema en sí mismo. Pero es muy divertida, y está muy bien hecha. Tiene más ironía en algunos momentos de la que parece.