Las series de fotografías que ilustran las entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie.
A principios de enero sufrí un par de semanas de desconcierto lector. Comencé, con muchas ganas, la lectura de algunos libros que me habían sido muy recomendados. Y se me atascaron de forma casi inmediata, sin conseguir centrarme en su lectura. Quizá porque sus temas realmente no fueran atractivos para mí en ese momento, quizá porque la forma en que estaban expuestos no me permitiera centrarme en ellos. Así que interrumpí su lectura, la pospuse para momentos más idóneos y decidí romper el ciclo de desconcentración lectora por otros medios.

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Comencé en ese momento la lectura de una serie de manga japonés, recomendada por un lector de estas páginas a través del correo electrónico tras una entrada dedicada a otra serie de manga que leí a finales del año pasado, todavía voy por el sexto tankobon de los once que consta la serie, así que aun falta para que la comente en estas páginas. Y me llegó la noticia de este librito de Günter Grass, una «píldora» literaria inédita, como la ha llamado algún crítico. El autor alemán falleció en 2015, y esta estudio literario, como lo clasifican, ya que ni es ficción ni es un ensayo propiamente dicho, fue publicada en alemán, su idioma original, con el título Figurestehen (figura de pie) en 2022. A principios de 2025 nos llega en castellano de la mano de Alfaguara. Aunque sorprendentemente en algunos lugares se nos dice que su publicación está prevista para mayo. Que yo sepa está disponible desde los primeros días de enero, cuando yo la compré en formato electrónico.
Este estudio literario, por lo tanto, comienza con un viaje del escritor con su esposa a Naumburgo, ciudad alemana en el estado de Sajonia-Anhalt, cuando todavía existía la República Democrática de Alemania, o Alemania Oriental. Y allí quedó marcado por las esculturas en piedra del llamado Maestro de Naumburgo, los donantes o fundadores que financiaron la catedral, especialmente por la figura de Uta de Ballenstedt (circa 1000 – 1046). De esta escultura se ha dicho que inspiró el aspecto de la madrastra de Blancanieves en la versión Disney. Su aspecto y atuendo, no consta que Uta de Ballenstedt fuese una malvada madrastra. Más bien pudo ser una mujer maltratada por su marido. Obsesionado por la figura, el escritor imagina invitar a cenar a las personas que sirvieron como modelos para estas figuras, incluida la joven que representa a Uta. Posteriormente, delante de la catedral de Colonia, encuentra a una joven que parece la reencarnación de aquella mujer, y seguirá encontrándosela por otras ciudades europeas en los años que siguen.

Estamos en un relato en el que Grass mezcla vivencias reales con fantasía y otros hechos probablemente ficticios, en un ejercicio literario de fascinación por la que es considerada la mujer más bella de la Edad Media, aunque quizá nadie sepa a ciencia cierta qué aspecto tenía. El mismo Grass especula con una modelo extraída de entre los gremios artesanos de la ciudad doscientos años después de la época en la que vivió la Uta original. Hay que decir también que su cónyuge desde 1979 se llamaba Ute, una variante del nombre, que según se nos cuenta se hizo popular durante la época nacionalsocialista, en la que se reivindicaron las figuras y los valores presuntamente tradicionales y genuinos de lo germánico.
Realmente, como relato, es un capricho. No sé si verlo como una reflexión, como una divertimento, como un boceto de algo que podría haber ido más allá… o quizá una mezcla de todo lo anterior. Lo que sí sé es que se lee en un vuelo. No sólo por su limitada extensión, sino por que es muy atractivo, te atrapa, y una vez comenzado a leer y una vez que has entrado en materia, quieres saber más sobre el personaje histórico, sobre la vivencia del escritor, y sobre la reencarnación de vida callejera de la mujer en la actualidad. Muy recomendable. Y me han entrado muchas ganas de visitar Naumburgo.

