[Libro] Flora Poste y los artistas

Literatura

Después de las risas y el buen sabor en general que me dejaron las aventuras de Flora Poste en la granja de sus primos los Starkadder,  Cold Confort, decidí rematar la tarea leyendo la segunda parte de las aventuras de esta encantadora metomentodo que salió de la pluma de Stella Gibbons. ¿Se confirmará el viejo dicho de que nunca segundas partes fueron buenas?

Flora Poste y los artistas (título original: Conference at Cold Comfort Farm)
Stella Gibbons (traducción: José C. Vales)
Impedimenta; Madrid, 2011
ISBN: 9788415130086

Han pasado 16 años desde que Flora Poste (ahora Flora Fairford, casado y con cinco hijos), resolviera a su plena satisfacción los problemas de la granja de sus primos Starkadder, Cold Confort. Pero tras los Recientes Acontecimientos (representan a la segunda guerra mundial en estas historias de un mundo ligeramente alternativo), y con el Reino Unido deprimido tanto moral como económicamente, dependiendo de la caridad norteamericana, le llegan noticias de que ya no quedan Starkadder en la granja. Y que esta se ha convertido en un centro de congresos y convenciones. Aprovechando la próxima celebración de una convención de intelectuales de toda Europa, acepta colaborar con la organización de la misma, y así poder volver a ejercer de entrometida que resuelva de nuevo los problemas de Cold Confort.

Respondiendo a la pregunta que planteaba en el primer párrafo de esta entrada. Sí. Se confirma en este caso que segundas partes no son buenas. Escrita esta novela en la posguerra inmediata a la segunda guerra mundial, no es difícil detectar tonos de amargura en la escritura de la autora. Nunca se menciona el conflicto bélico. Ni siquiera hay ninguna referencia a que los Recientes Acontecimientos fueran un conflicto bélico. Pero está ahí. Las ayudas de los norteamericanos que son vistas como caridad. La ruptura de la antigua sociedad británica, entrada en crisis, y la llegada del laborismo al poder. Un conjunto de intelectuales que representan los distintos «ismos» que pulularon por Europa antes y después del conflicto bélico. Todo ello puede ser objeto de la mordacidad de la pluma de la artista, pero esa amargura no deja que esa mordacidad fluya con la frescura, la alegría y el desenfado de la novela anterior. El propio personaje protagonista, apenas se convierte en una espectadora de un estrambótico congreso donde se ridiculiza el mundo intelectual, dejando apenas un par de capítulos como auténtico agente protagonista de los cambios. Los Starkadder quedan en un segundo plano, y pierden todo su potencial humorístico.

Creo que Gibbons debió dejar en paz a  Flora y a sus primos. Así como la lectura de la primera novela es muy recomendable, muy divertida, esta otra es absolutamente prescindible. Me ha costado trabajo engancharme a la misma a pesar de la predisposición favorable. Apenas un par de episodios me han parecido que se acercaban al nivel de la anterior. Una lástima.

En uno de los pasajes divertidos del libro, se hace referencia a las vacaciones de Flora en las playas y acantilados de Cornualles; tal ven en Porthcurno, donde está tomada la foto - Canon EOS D60, EF 28-135/3,5-5,6 IS USM

[Libro] La hija de Robert Poste

Literatura

Dos factores influyeron para comprar y elegir este libro de cara a llevarme una lectura a mi reciente viaje por tierras suecas. Por un lado, la atractiva presentación de los libros de la editorial Impedimenta, que permiten tener libros bonitos en un tamaño compacto aunque no sea de bolsillo. Por otro lado, la promesa de que se trataba de un libro muy divertido. Cosa que me apetecía. Así que me decidí por esta novela de la escritora británica Stella Gibbons, desconocida hasta ahora para mí. Os lo cuento a la vuelta de la información técnica.

La hija de Robert Poste (título original: Cold Confort Farm)
Stella Gibbons (traducción: José C. Vales)
Editorial Impedimenta; Madrid, 2010
ISBN: 978-84-937601-3-7

Flora Poste es una joven de 20 años, que vive en la Inglaterra de un futuro alternativo próximo a la época en que se publicó el libro (1932). Acaba de quedar huérfana de ambos padres, debido a la «epidemia anual de gripe española», las rentas que le han quedado en herencia son limitadas, y no le apetece trabajar ni casarse, de momento. Por lo tanto, en compañía de su amiga Mary Smiling, una viuda de 26 años a la que pretenden todo tipo de aventureros, traza un plan para ir a vivir en casa de algunos parientes que la acojan. Y quienes la acogerán son los Starkadder, unos rústicos primos que viven en la granja Cold Confort Farm en algún lugar del sur de Inglaterra, y que consideran que tienen una deuda que pagar con Flora por alguna ofensa desconocida (y que nunca conoceremos) realizada a su padre, Robert Poste, en tiempos pretéritos. Y allí se encamina Flora, encontrándose con un panorama absolutamente desolador, con una granja sucia y ruinosa, y una galería de personajes imposibles, a cual más tosco, o deteriorado mentalmente. Todos ellos viviendo bajo la tiranía de la abuela Ada, que no sale de su habitación más que dos veces al año, por en algún momento del pasado «vio algo sucio en la leñera». Frase que se repetirá constantemente en el relato, sin que lleguemos a saber qué es lo que vio. Flora no se quedará de brazos cruzados y se impone la tarea de que antes de abandonar la granja tendrá que colocar las cosas en su debido sitio.

Toda la historia es una parodia, entiendo yo que a muchas cosas. No conozco determinados aspectos de la cultura inglesa de principios de siglo como para analizarlos correctamente, para lo cual remito al potencial lector a leer con calma la introducción del traductor al principio de la novela. Para mí, Flora es un trasunto de las entrometidas protagonistas de Jane Austen, pero seguramente habrá mucho más. Situada como e dicho en un futuro próximo alternativo con respecto a la fecha publicación (en un momento dado se habla de la guerra «anglonicaragüense» de 1946), el ambiente descrito es el propio de la sociedad de entreguerras. Pero con elementos de modernidad. Ahí tenemos que algunos pilotan aviones privados para desplazarse de un lado a otro como quien conduce un automóvil. Y a partir de ahí, la actividad de la protagonista, y sus apreciaciones sobre el mundo y las personas que la rodean, no dejará títere con cabeza. Se critica a los intelectuales, al mundo rural, a la nobleza provinciana,… a todos. Es una novela moderna en el sentido en que si bien las mujeres no han alcanzado la misma posición social que los hombres sí que son entidades activas que toman sus propias decisiones. Hay tenemos por ejemplo a Flora instruyendo a una rústica campesina que se queda preñada cada vez que florece la «parravirgen», sea lo que sea esta planta, en los beneficios de la contracepción.

Desde luego es una lectura tremendamente divertida y adictiva. De hecho, dado que el viaje a Estocolmo exigió a la ida algún transbordo, conseguí leer casi toda la novela antes de llegar a la capital sueca, por lo que esa noche en el hotel la finiquité. Y tiene 350 páginas. Un libro muy recomendable para refrescar intelectualmente los días de verano.

Escultura romántica (Nationalmuseum)

A tono con la novela, escultura romántica en el Nationalmuseum de Estocolmo - Panasonic Lumix GF1, G 20/1,7 ASPH.