Hoy llueve en Polonia,… primer día desde que estamos aquí

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Y además ha tocado hacer una traslado desde Wroclaw a Cracovia. Aquí permaneceremos durante cuatro noches. Es quizá la zona más interesante a visitar. No obstante aún ha dado tiempo a dar una amplia vuelta por la capital de Silesia. Si ayer dejábamos a los «zombies» saliendo de entre las baldosas, hoy hemos comprobado el poco respeto que tienen algunos ciudadanos por el arte ciudadano. No habría otro sitio donde dejar la bicicleta.

Nos hemos subido a una torre, más de 300 escalones a pata, para ver a vista de pájaro la ciudad, así como hemos visto que otros se agachan para inmortalizar los más mínimos detalles de la ciudad de Wroclaw.

Luego ya, hemos cogido el tren, un Eurocity que procedía de Hamburgo, vía Berlín, para trasladarnos a Cracovia. Algo más de 250 kilómetros en cuatro horas. A dado tiempo para dormitar, para ver el paisaje, y para ver otros objetos curiosos que aparecían ante nuestros ojos.

Cracovia nos ha recibido con lluvia, pero nos ha dado una tregua para acercarnos al Rynek, dar una pequeña vuelta y cenar… y vuelta al hotel bajo un copioso aguacero. Espero que mañana, lo de llover se lo tome con calma.

Wroclaw, Breslau, Breslavia,… qué difícil es llamar a esta ciudad, pero qué bonita es

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Hoy tocaba desplazamiento de nuevo. Desde Poznan a Wroclaw. Conocida como Breslau cuando era Alemania. Dicen que en español se le llama Breslavia. Hasta hace poco no había escuchado este nombre. En cualquier caso, esta vez hemos sido selectivos con el tren, y nos hemos pillado un Intercity, que van igualmente lentos, pero son mucho más cómodos y con aire acondicionado.

Tras descansar un poquitín en el hotel, ya que hemos llegado con el calor del mediodía y no era cuestión de machacarse a caminar con la sofoquina, hemos dado un largo y amplio paseo por la ciudad. La cual tiene de todo lo que tienen que tener las ciudades polacas de postín. Sus performances en la calle, su Rynek, su catedral. Todas esas cosas. Y además, muy bonitas. Que sí.

Pero de lo que más nos ha gustado es cómo se integra el río Oder a su paso por la ciudad con el paisaje de la misma. Lo arregladitas que están sus orillas y sus parques. Ahora que presumimos en Zaragoza de que nos han arreglado el Ebro, vemos que todavía se puede hace mejor. Mucho mejor. En fin, tal vez algún día.

Vamos, que nos ha gustado mucho la ciudad. Mañana terminaremos de ver algunos detalles que se nos han quedado en el tintero, antes de iniciar un viaje vespertino de cuatro horitas de duración hasta Cracovia. Mientras, después de cenar, camino del hotel, nos hemos encontrado con terribles zombies que salían por las aceras… uuuaaaaaaaaa…