Orgullo y prejuicio (Pride & Prejudice) (2005)

Cine
Cambio de la guardia a caballo, Londres (Reino Unido)

Pride & Prejudice (2005)

Un poco conocido Joe Wright nos ofrece una adaptación más a la pantalla (grande o pequeña) del clásico de Jane Austen. Confieso que no soy yo un gran aficionado a las historias de la autora, propias de un tiempo que particularmente me interesa más bien poco. Frente a la compleja historia de la Europa continental del momento (finales del siglo XIX y principios del siglo XX), la autora nos presenta una aristocra fría y amanerada que, si bien en aquellos momentos constituía una fuerza dominante en el mundo, no deja de parecerme aburrida.

Dicho esto, es caldo de cultivo para generar películas de época, en las que lucir un diseño de producción, un vestuario y una ambientación, así como para foguear a actores y actrices en el mundo de los clásicos. La realización de Wright, en cualquier caso, no puede considerarse clásica. Movimientos de cámara continuos que acompañan a los personajes en sus recorridos por las múltiples habitaciones y jardines de las más o menos suntuosas mansiones que constituyen el escenario de la acción. Inmersión en los bailes, primeros planos enmarcados por la silueta borrosa del interlocutor, de los árboles o de las ventanas. En cualquier caso, interesante, y compensa la cierta desgan que en algún momento muestra al conducir el guion, por lo demás convencional.

La interpretación, como muchas veces sucede en los tiempos actuales, excesivamente justita en los actores y actrices más jóvenes. La protagonista absoluta de la historia, Keira Knightley, aunque globalmente creíble en su papel, muestra limitaciones a la hora de transmitir los intensos y contradictorios sentimientos que constantemente sacuden al personaje. El oponente masculino, interpretado por Matthew Macfadyen, aparece desde mi punto de vista excesivametne acartonado y poco expresivo. Otra cosa son los secundarios de cierta edad, con un entrañable y simpático Donald Sutherland, una aristocrática y odiosa Judy Dench, y una chirriante y enervante Brenda Blethyn, todos ellos a su acostumbrado buen nivel. Me llamó la atención la actriz Rosamund Pike, haciendo de hermana guapa, tímida y modosa, cuando la identifique con una de las chicas-bond malas de los últimos años. Mucho mejor en esta tesitura.

Como resumen. Quien quiera ver una película de las «bonitas», entretenida y razonablemente bien hecha, esta es una ocasión tan buena como cualquier otra. Quien no soporte la tontería de la época, los valores y las costumbres trasnochadas, que se vaya a ver otra cosa. Yo le pondré en general un siete (con idéntica nota para la dirección, y un más modesto seis para la interpretación).

Un universo por descubrir

mis páginas en internet
Parque grande, Zaragoza

Un universo por descubrir es la presencia que he abierto en internet. He aprovechado un nuevo servicio de Google, Google page creator, para introducir contenidos diversos sobre aquellos temas que despiertan mi curiosidad, sobre los que quiero realizar comentarios más profundos, y que no caben en el resto de mis páginas. Espero que os llegue a gustar.

P.S.: Por cierto, que recomiendo este nuevo servicio, Google page creator, a todos aquellos que quieran montarse sus páginas en la telaraña mundial de forma sencilla. Es fácil y eficaz.

Hoy tocaba esquí en Formigal

paréntesis
Vista desde Formigal, Huesca

Pues eso. Que pintaban bastos climatológicos, que anunciaban catástrofes en forma de borrascas tremebundas, pero la mañana amaneción con sol y un cielo azul y despejado. Y con temperaturas de 7 bajo cero. Ideal para esquiar. Y se hizo. Hasta que los malditos agoreros hubieron de tener razón y se cubrió. Supongo que pocas horas más tardes habrá empezado a nevar. Así sucedió por el camino de bajada a Zaragoza. Bueno. Aún hemos aprovechado. Menos da una piedra.

Alicia en el país de los guardias civiles; sobre una nueva novela de Bevilacqua y Chamorro

arte música y literatura
Puerta y cerradura, Eriste (Huesca)

Allá por el mes de agosto, hice una amplia reseña sobre los personajes y la novelas de Bevilacqua y Chamorro, salidos de la «pluma» del escritor Lorenzo Silva.

Recientemente ha salido publicada la cuarta novela de la saga; recordaremos que el cuarto libro era una recopilación de relatos cortos. Un amigo me ha prestado la novela…

Cielos, ¿qué he confesado? Antes te prestaban un libro y no pasaba nada; se consideraba una forma como otra de convivencia y amistad compartiendo intereses culturales. Ahora, igual lo consideran pirateo. Espero que no se me enfade el autor y la SGAE si leen esto, y comprueban que no he comprado el libro. En fin, retomo el hilo…

De una forma u otra he leído la novela. La comencé con interés. Particularmente me gustó mucho La niebla y la doncella, con una acción más cercana a los protagonistas, con su punto implicación personal, con su morbillo,… Esperaba algo más, profundizando en la cosa. Pero… no sé. El caso me ha parecido menos interesante. Y los personajes han entrado en un estado crepuscular y cotidiano que les quita mucho de su encanto. Ya no se nos recuerda en ningún momento que Chamorro se da un aire a Veronica Lake, y si eso no es así… pues el interés por una guardia que ronda los treinta se pierde. A mi es que los cuerpos de policia en general, y la guardia civil en general, pues que… vaya… que no me ponen. Pero la singularidad de esta pareja y la narración de sus acciones y pensamientos me habían interesado bastante. Me he quedado algo frío. Para nostalgias en la crisis de los cuarenta… pues no sé… bastante tengo con las mías. Y chico… si no tenemos algo de lo que mueve al mundo… de las relaciones entre personas… su poquito de tensión sexual… no sé, no sé… Que no se nos pongan demasiado crepusculares. Que son jóvenes todavía.

Casanova (2005)

Cine
Regata histórica, Venecia, Italia

Casanova (2005/I).

El siempre elegante y sutil director Lasse Hallström, nos ofrece su visión del legendario seductor veneciano Giacomo Girolamo Casanova. Hallström nos tiene acostumbrados a su buen oficio a la hora de dirigir, y ha sido capaz de transmitir sensualidad en algunas de sus anteriores realizaciones. Cómo no recordar la estupenda e presuntamente ingenua Charlize Theron en Las normas de la casa de la sidra. O la gastronómica sensualidad de la maternal Juliette Binoche en Chocolat. Por lo tanto, las espectativas están claras. La belleza de Venecia y de las actrices (en este caso Sienna Miller, Natalie Dormer, y la ya veterana pero siempre estupenda Lena Olin) al servicio de la sensualidad como espectáculo cinematográfico.

Pero… no. La verdad es que no. Es cierto que Venecia sale estupenda. Y las chicas son guapas. Pero no tenemos esa sensualidad, esa sutileza en el enredo que esperábamos de la Venecia del Siglo de las Luces. Sólo encontramos una comedia de enredo, lujosamente ambientada en la ciudad de los canales, con un chico, Heath Ledger, que cualquier suegra anticuada lo quisiera como yerno, porque en ningún momento te lo acabas de creer como calavera. Y eso que lo suyo pone de su parte para remedar a aquel estupendo Vicomte de Valmont que interpretó John Malkovich, pero que no le llega ni a la suela de los zapatos porque le falta ese punto trágico y elegante que aquel tenía.

En fin. Que se deja ver, si se va sin prejuicios como los míos, y te planteas que es un entretenimiento. Bonito, por los paisajes urbanos y los vestuarios, pero un entretenimiento. Con un guion que se enmaraña sin mucho sentido, y con un desenlace que ya supones que va a ir bien y que da igual como acaba. Como las chicas me parece guapas le pondré un seis (dirección e interpretación, también un seis para ambos).

Esa música que me acompaña, esas cantantes que me gustan

arte música y literatura
Hot Jazz Club, Praça da Alegria, Lisboa (Portugal)

Cuando me siento ante mi ordenador personal, y me dispongo a pasar un largo tiempo trabajando, tengo una serie de necesidades. Supongo que otros las tendrán parecidas. Una es que nadie me incordie, fundamental. Se me pone un malhumor que no veas. Una segunda es que no haya un exceso de luz; que sienta como una burbuja dentro de la cual soy productivo, y fuera de la cual, nada. Y por fin la tercera es que no hay ruidos, pero sí música.

La utilización de iTunes como reproductor de música en mi ordenador personal me permite de vez en cuando observar qué es lo que más escucho. E invariablemente parece que mis preferencias se decantan hacia la música vocal femenina. Sirva este artículo para homenajear a algunas de estas cantantes:

  • Para empezar, cantantes de jazz de toda la vida, auténticos clásicos como Nina Simone, Dinah Washington, Billie Hollyday, pero sobre todo, y por encima de todo, Ella Fitzgerald, y sus maravillosos songbooks.
  • No olvidaremos a cantantes de jazz modernas, cada una con su estilo, diversas pero interesantes. Citaremos aquí a la omnipresente Diana Krall, pero no nos olvidaremos de Madeleine Peyroux, o de Patricia Barber.
  • Inevitable para mí la música brasileña con gente tan variada como Astrud Gilberto, o las más modernas Joyce, Marisa Monte, y Bebel Gilberto.
  • Sigamos con el portugués, especialmente ideal cuando se mezcla con los ritmos africanos de la caboverdiana Cesarea Evora, o la lisboeta de origen caboverdiano Sara Tavares. Sin olvidar a la vocalista de Madredeus, Teresa Salgueiro.
  • No nos olvidaremos las voces en francés de Carla Bruni, o un reciente descubrimiento, Camille.

Vale, vale. Pero… y en español… Pues siempre me ha privado la voz de Soledad Giménez, de Presuntos Implicados. Desgraciadamente, en España no se popularizan tanto las voces femeninas fuera del pop. Y los cantantes de pop me pueden gustar,… un rato. Luego me cansan. Necesito otro tipo de música más propia, para que se quede conmigo para siempre.

Sirva pues este artículo de homenaje a las mujeres que cantan, y que tanto nos acompañan.

Otro día hablaré de otras músicas que también me acompañan.

Actualización de mi Sala de exposiciones temporales – Yo y mi desprecio por los aniversarios

mis páginas en internet
Castillo de Loarre, Huesca

Siempre he sido una catástrofe con esto de recordar mis aniversarios. Y es que el día 8 de febrero, hace once días, hizo un año desde que abrí esta mi segunda etapa de mi Cuaderno de ruta. Y esta vez ha sido un éxito por tres motivos. El primero, haber sido capaz de mantener una frecuencia elevada de actualización de la bitácora, sin descuidos. El segundo, porque me ha motivado a hacer más fotografías y con ello a mejorar algo mi faceta de fotógrafo aficionado. El tercero, porque con cierta frecuencia he recibido mensajes de visitantes fuera de mi círculo de allegados, que me han animado a seguir. Curiosamente, he recibido muchos más mensajes por correo electrónico directo que a través del sistema de comentarios de la bitacora. En cualquier caso, bienvenidos sean.

Hoy también estoy procediendo a actualizar mi Sala de Exposiciones Temporales, con un reportaje de paisajes entre Bolea y Riglos en la provincia de Huesca. Algunas de las fotografías han aparecido en esta bitácora. Otras son nuevas. Un saludo a todos, y gracias por leer estas modestas líneas.

PS: El FTP de Telefonica.net me está dando un poco de guerra, así que la actualización completa puede tardar un pelo. Espero que no mucho.

Munich (2005)

Cine
Parque de La Granja, Zaragoza

Munich (2005): Directed by Steven Spielberg.

Spielberg vuelve a traernos la cuestión judía, esta vez desde un punto de vista muy distinto al que nos ofreció en La lista de Schindler. Si en esta nos ofrecía su visión del holocausto, en la que hoy nos ocupa nos traslada a los últimos treinta años de vida del Estado de Israel, y en particular a su peculiar forma de «defenderse» de los refugiados palestinos, los cuales tienen la curiosa «pretensión» de recuperar las que fueron sus tierras.

La reflexión que propone el autor es clara. ¿Es lícito utilizar la violencia fuera del sistema legal para combatir la violencia? ¿Es el terrorismo un arma contra el terrorismo? Claramente, tras reflexionar sobre el tema a través del personaje interpretado con bastante solidez por Eric Bana, el director opina que no. Pero como digo, tras reflexionar. Tras exponer las consecuencias globales de la guerra sucia contra el terrorismos, pero también las consecuencias personales que la renuncia a la ética tiene para quien participa. La degradación, el miedo, la pérdida de los valores… todo ello queda reflejado en la película.

No vamos a decir que sea una de las películas magistrales del director. Pero dentro de su habitual solidez realizadora, sí que podemos decir que es de las más honestas. En la que la manipulación emocional típica de él es realmente consecuencia de una reflexión racional y razonable y no mero efecto de unas tripas revueltas.

Quizá las pegas que podemos encontrar es el excesivo metraje del filme, y algún elemento relativamente superfluo en el guion. También puede ser cuestionable alguna de la violencia explícita que se nos muestra, aunque en peores plazas hemos toreado. Acompañada de una más que razonable y sólida interpretación, es esta un película de tema ético y político que es recomendable ver. Le pondré un siete (con un ocho a la dirección, y un siete a la interpretación).

Bernard Plossu – Galerias Clubcultura

Fotografía
Calçada de São Francisco, Lisboa (Portugal)

Dijo Bernard Plossu:

«Una imagen puede estar borrosa, no pasa nada; también el alma puede estar borrosa a veces«

Cuando comencé a interesarme por la fotografía, e hice mis cursos de iniciación y mis primeros pinitos con el blanco y negro, me empapé de libros y exposiciones fotográficas. No muchas de estas últimas. Desgraciadamente, en Zaragoza no se prodigan con la frecuencia que me gustaría. Y uno de los fotógrafos que se convirtió en mi favorito es el francés Bernard Plossu. Alejado de esa manía de la nitidez, busca en las formas, en la luz o en los elementos especialmente evocadores el interés del espectador. Los detalles, a veces velados por una bruma o por un intencionado desenfoque, nos dicen más que la perfección de una imagen perfectamente nítida y encuadrada según las convenciones.

La fotografía que hoy os presento y que tomé en Lisboa en 1998, está inspirada en una, que si no recuerdo mal tomó este magnífico fotógrafo. No. No pretendo compararme con él. Sólo rendirle un modesto homenaje.

Cocina para negados, inútiles o, simplemente, faltos de tiempo

sociedad
Torre los Negros, Teruel

De vez en cuando, recomiendo desde estas líneas algunas bitácoras que me parecen de interés general, sea lo que sea el «interés general». Una fuente de bitácoras de tipo práctico y de entretenimiento sobre las que he hablado ya son Weblogs SL, y de ellas hoy elegiré Directo al paladar.

Esta bitácora, dando un repaso a noticias de interés general sobre gastronomía, aumenta la cultura general para quienes no tenemos conocimientos, ni grandes ni pequeños, sobre el tema. Pero el aspecto más práctico es que casi todos los días propone recetas de platos sencillos, realmente sencillos de realizar, y que además tienen una pinta excelente. Porque uno de los problemas que el pardillo culinario se encuentra es que no encuentra recetarios donde las cosas se explican con claridad. O utilizan un lenguaje que no necesarimente está generalizado entre la gente de a pie, o te hablan como si fueras tonto. Bueno. Pues ni una cosa ni otra. Lo único es que no siempre se puede dedicar tiempo a aprenderlo todo. Así que, si alguien se interesa por el tema de forma esporádica, este puede ser un buen recurso.

Memorias de un geisha (Memoirs of a Geisha, 2005)

Cine
Gran Arco de La Defense, París (Francia)

Ayer hubo fútbol en La Romareda. Uno de esos partidos que quedan para la historia,… dicen. Bueno. Había que aprovechar, e irse al cine. Todos los maromos en casa o en el campo, aborregadillos ante 22 mozos en calzón corto dándole patadas a una pelota. Algunos aprovechamos para ir a ver…

Memoirs of a Geisha (2005)

La película que nos ofrece Rob Marshall tiene una cualidad principal. Es una de esas películas que llamamos «bonitas». Nos ofrece todo aquello que tradicionalmente ofrecen las películas «bonitas». Un ambiente exótico, drama, amores, bonita fotografía, una banda sonora orquestal adecuada, protagonistas guapos y un final… «razonablemente» feliz.

Sin embargo, no pasará a la historia del cine como uno de esos peliculones que han sido muchas de las películas «bonitas» clásicas. A la historia le falta un poco de rasmia. Todo lo ves a gusto, pero no te emocionas. Unos te caen bien, otros mal,… siempre de acuerdo a lo previsto,… pero tampoco te pasa nada. Ni lloras cuando la chica llora, ni te ríes cuando las cosas van bien. Simplemente contemplas lo bonito que es el Japón, lo guapas y elegantes que son las geishas, y lo apuestos que son los «caballeros» que las cortejan/contratan. Es una pena que le falte ese puntito de sangre caliente, de emoción. Algo que el director conseguía sobradamente en su única película anterior, la para mí inolvidable Chicago.

Entre los actores, reconocer la delicada belleza de la protagonista, Ziyi Zhan, que sin embargo no es una chinita sosa sin más. Tiene su rasmia y su interés como se ha visto en otras películas. También son destacables las muy notables Michelle Yeoh y Li Gong, también habituales en algunos de los mejores ejemplos que nos han llegado en la última década del cine del Lejano Oriente. Así como otros personajes secundarios femeninos todos ellos estupendos, destacando la niña que hace el protagonista en su niñez, Suzuka Ohgo. Los personajes masculinos, también están perfectamente interpretados, especialmente por Ken Watanabe y Kôji Yakusho, aunque eclipsados por el esplendor de las geishas.

Bien. En resumen. Aunque larga, es una película de las «bonitas». Así que uno puede ir a verla sin mayor problema. No será la película de su vida, pero es bonita. También sin las comillas. Le daremos un siete (el siete del director un poco justito, pero pase; a la interpretación le daremos un ocho, por las chicas, generoso, pero que también pase).

Brokeback Mountain (2005)

Cine
Estación de esquí de Artouste, Pyrénées-Atlantiques (Francia)

Brokeback Mountain (2005)

La fama que ha precedido a esta película de Ang Lee me produjo unas expectativas que siempre me dan miedo. El miedo a la decepción. A que la película no sea para tanto. No obstante, la sensibilidad del director me hacía mantener la esperanza. Al final, ni lo uno ni lo otro. Ni decepción ni entusiasmo.

La película se ve más que bien. El director tiene oficio para dar y vender, y ni siquiera se apoya en los magníficos paisajes de Wyoming para encandilar al espectador, ya que va alternando la pureza de los grandes escenarios naturales norteamericanos con la cutredad de las pequeñas poblaciones relativamente deprimidas de las zonas rurales del medio oeste y del oeste de los EE.UU. Pero la historia no me acaba de alcanzar, y no creo que sea por insensibilidad hacia la homosexualidad, sino hacia la cultura y la sociedad que nos presenta la película. Una sociedad que me es ajena y con valores que me resultan extraños. Los vaqueros americanos están muy bien para las películas de aventuras, pero por lo demás me interesan poco.

En lo que se refiere a la actuación, los dos protagonistas Heath Ledger y Jake Gyllenhaal están razonablemente bien, especialmente el segundo aunque el que lleva el marchamo de protagonista es el primero. A mi me parece correcto, pero sin más. Las que me han gustado mucho, a pesar de la brevedad de sus papeles son las mujeres. Especialmente la televisiva Michelle Williams en un personaje que merecía una mejor resolución ya que durante una parte de la película lleva una carga dramática. No está mal tampoco la hija mayor a su 19 años, Kate Mara, que consigue reflejar el carácter del padre incluso mejor que el propio actor que hace de su padre.

En fin, que la película se ve bien. Que le pondré un siete (repartido a parte igual entre la dirección y la interpretación).