El espía (2007)

Cine

El espía (Breach, 2007), 6 de enero de 2008

Nos vamos en una tarde tonta de Reyes, en un puente forzado por la coincidencia de esta festividad con un domingo, a ver una película que había quedado sepultada en la profundidad de un intratable cartelera navideña. Una de espías. Pero sin acción. Espías de verdad, no estilo 007.

La película está dirigida con corrección técnica por Billy Ray. Es su segundo largometraje como director, pero el primero que veo yo. Tiene una lista relativamente larga de filmes en los que ha firmado como guionista, pero tampoco he encontrado grandes cosas. En cualquier caso, hay solvencia en la dirección, ya que la película tiene un aspecto visual muy conseguido y la historia va transcurriendo con un ritmo razonable. Dado que se trata de una película basada en hechos históricos, el final resulta previsible, por lo que el principal interés resulta más en el retrato de los personajes que en otra cosa.

Por lo tanto, es imprescindible hablar de los actores que deben componer este retrato. En primer lugar, decir que el veterano agente que es vigilado por espía está interpretado por Chris Cooper, un más que solvente actor, generalmente en tareas de secundario, pero que siempre me ha parecido muy bien. Realmente, consigue un retrato muy convincente del personaje, con algún momento de bastante intensidad. Se ve enfrentado a un joven funcionario de la agencia interpretado por Ryan Philippe. Está bien. Pero como tuve la mala suerte de encontrármelo en alguna película para adolescentes hace tiempo, en ningún momento pude quitarme esta imagen de mi cabeza. Es injusto, lo sé. Porque lo he visto en otros filmes, donde no me ha pasado esto. Pero en éste sí. Como catalizador a esta relación está la solvente y para mí infravalorada Laura Linney. Casi siempre me gusta esta actriz.

En resumen, una película correctamente dirigida y muy bien interpretada. Pero que no me acaba de emocionar. La verdad es que en el fondo, durante la película me da un poco igual lo que les pase a los personajes. Quizá porque todo está muy planteado para que de entrada y de forma muy maniquea unos te caigan muy bien y otros muy mal. Con esto, pierden interés y además ya supones por donde van a ir los tiros.

No obstante, no pasa nada por ir a verla y entretiene. Le pongo un siete en dirección y un ocho en interpretación. Lo que pasa que no le daré más de un seis a mi valoración subjetiva.

La imagen de hoy, la abstracción del agua que discurre por una fuente de marmol.

Pentax K10D
SMC-A 100/4
ISO 100
Exposición: f/5,6 – 1/640s

Pues se van acabando las fiestas de Navidad-Fin de Año

sociedad

Este año me he dedicado mucho a labores domésticas. Cambiar algún mueble, volver a ordenar los libros, y cosas por el estilo. Además hizo días malos para salir ni a pasear. En resumen, que como consecuencia de todo esto, no he salido a fotografiar mucho que digamos.

Pero el viernes, que tenía casi todo el trabajo doméstico hecho, que tenía que salir a comprar alguna tontada al centro, cogí una cámara y tomé algunas imágenes con tono navideño. Pocas pero alguna.

Este año da la impresión de que se va apagando la moda de los papanoeles trepadores. Parece que se ven menos, pero alguno se ve.

Lo que no falla es que la gente compra. En los comercios de toda la vida, en las grandes superficies, en los chiringuitos en la calle, en cualquier sitio donde se venda algo, por zarrioso que sea.

También es el primer año que me meto a curiosear por el belén a tamaño natural que instalan en la plaza del Pilar. La verdad es que me decepcionó. Como siempre había visto entrar tanta gente, con largas filas en los días festivos, pensaba que era otra cosa, pero me resultó muy tosco. No sé… deberían encargar las figuras a algún escultor más fino.

Bueno. El tema tampoco dio para más. Que había cosas que comprar. Lo que importa son dos cosas. Una positiva y otra negativa. La positiva es que se acaban unas fiestas que desde hace años me parecen una pesadez. La negativa es que he tenido una semana larga de fiesta, y el martes hay que volver al curro. En fin, resignación.

Todas las fotos: Pentax K10D, con SMC-DA 21/3,2, SMC-A 50/2 y SMC-A 100/4

Un "goof" en American Gangster

Cine, Fotografía

Ya decía ayer lo mucho que me había gustado la última película estrenada de Ridley Scott, American Gangster. Como soy aficionado al cine, no puede evitar durante la película en fijarme en el diverso material fotográfico que aparece en el filme.

En un momento dado, observé que buena parte de las cámaras fotográficas réflex lucían sobre su pentaprisma la inscripción «Asahi Pentax«. Esto estimuló mi curiosidad, ya que desde mi primera cámara réflex, he sido usuario de Pentax, en otras marcas. Después de varias apariciones en pantalla, en una de las cuales se veía parte de una inscripción frontal con varios ceros. Algo así como «…000«. No se veía completa, de ahí los puntos suspensivos. Pero estoy prácticamente seguro de que se veían esos ceros. Entonces recordé que una de las cámaras de recorrido comercial más longevo de la historia de Asahi Pentax fue la K1000, y que esta robusta y austera cámara fue una de las preferidas por los cuerpos de policía norteamericanos, por ser económica, resistente y sencilla de utilizar. Y me quedé satisfecho… hasta que se me puso la mosca detrás de la oreja. La Pentax K1000 fue una cámara que comenzó a fabricarse bien entrada la década de los 70, en concreto en el año 1976, aguantando hasta casi la era digital, ya que dejó de fabricarse en 1997.

Con estos datos, y teniendo en cuenta que la acción de la película transcurre aproximadamente entre 1969 y 1973, da la impresión de que nos encontramos ante lo que los angloparlantes llaman un goof. Un error en la película, en este caso por el anacronismo entre la época y la cámara fotográfica.

Como en estas cosas hay que asegurarse, he consultado en diversas fuentes (Asahi Pentax and Pentax SLR 35 mm cameras 1952 -1989, Danilo Cecchi, Hove Foto Books; Bojidar Dimitrov’s Pentax K-Mount Page; Wikipedia) para ver si en la época de la película podría haber otra cámara que respondiera a las características vistas. He comprobado que hubo una cámara que reunía las características de la K1000 en la época de las Asahi Pentax Spotmatic, que sería coherente con la época del filme. Se trataba de la Spotmatic SP1000, de la que la K1000 sería descendiente. La primera tuvo su montura de rosca, mientras que la K1000 tuvo por montura la bayoneta K de Pentax. Lo que pasa es que donde yo vi los ceros, en la SP1000 encontramos la inscripción «SPOTMATIC«. Salvo que me haya engañado la vista, no se trata de esta cámara, sino de la K1000, y por lo tanto nos encontramos ante un «goof«. Un error, vamos.

Pues nada. Ya lo sabéis. Pero vamos… por lo demás, este detalle no desmerece la película. Supongo que pensaron que la K1000 parecería lo suficientemente antigua, y que pocos se preocuparían de este detalle.

En la imagen de hoy, os subo una foto de los tiempos de las diapositivas. Como en estos días que he estado de fiesta he ordenado un poco mis posesiones, ha aparecido un carrete de diapositivas con imágenes del Museo del Ferrocarril de Villanueva y Geltrú (Barcelona). Y aquí os dejo esta estupenda «Verraco«.

Canon EOS 100
Película diapositiva 100 ISO
Exposición no registrada

American Gangster (2007)

Cine

American Gangster (2007), 2 de enero de 2007.

En un día feo, frío y húmedo como pocos, nos vamos a ver la última de Ridley Scott. Ir a ver una película de este director es algo que siempre me produce sensaciones contradictorias. Apenas hace uno días, disfrutaba de la ultimísima y parece que definitiva versión de Blade Runner. La verdad es que me da igual la versión… me parece una de las mejores películas de la historia. Obsérvese que no incluyo la coletilla «de ciencia ficción» en la frase anterior. Pero claro… también flirteó con la teniente O’Neil; una catástrofe.

La película es una mezcla de dos arquetipos cinematográficos; las películas de mafias y las películas de poli contra malo que apenas se ven pero que están de forma consciente o inconsciente enfrentados casi personalmente. De las primeras hay muchos ejemplo, desde la colosal El Padrino hasta la última de Scorsese, Infiltrados, también muy notable. El filme que hoy nos ocupa bebe de esas abundantes y ricas fuentes. De las segundas, siempre tengo en mente esa maravilla de Michael Mann que es Heat. La base de estas películas es el enfrentamiento actoral entre dos grandes que muchas veces apenas coinciden en la misma escena. También hay mucho de esas historias en la que ayer contemplamos.

Pero dicho esto, la película es una concepción original, independiente de las influencias que la preceden. Asistimos a la ascensión de un gánster, interpretado por Denzel Washington, desde su humilde condición de sicario, ignorado por todos, hasta colocarse en la cima de la pirámide alimenticia del crimen organizado. También asistimos al purgatorio de un policia, encarnado por el australiano Russell Crowe, que por diversos motivos, uno de los cuales es su peculiar honradez, va circulando por la vida dando tumbos hasta que encuentra su sitio en la persecución del tráfico de drogas y en su consecución de la licencia de abogado. Ambas trayectorias confluyen finalmente en un final, que si no es espectacular, si que es muy adecuado. Todo ello está perfectamente insertado en el guión que, a pesar de su larga duración, fluye sin problemas por la historia.

Ambos protagonistas están en estado de gracia. La verdad es que Washington está sobrio como no lo había estado en algunos de sus últimos papeles. Y esa sobriedad, con la elegancia que conlleva, es una de sus marcas de clase, de su identidad como actor. El australiano, una vez más, se vuelve mucho más competente cuando se vuelve tosco, bruto, débil que cuando va de apetitoso solomillo de carne. Está también perfecto en su papel. Hay una pléyade de actores secundarios que cumplen a la perfección y otorgan a la película una de sus principales fortalezas; la interpretación.

En resumen, una película altamente recomendable, especialmente para los aficionados a las «pelis» de mafiosos. Yo le planto un ocho, con un nueve a la interpretación y otro ocho a la dirección. Dicho queda.

La fotografía de hoy, arte callejero por el Casco Viejo de Zaragoza.

Fujifilm FinePix F10
Focal: 8mm
ISO 100
Exposición: f/2,8 – 1/200s

Propósitos de Año Nuevo

sociedad

Se supone que el Año Nuevo es un momento idóneo para plantearse propósitos de mejora personal de cara a la ronda solar que se avecina. Yo nunca he sido muy dado a estas cosas. La elección del Año Nuevo en la fecha que es me resulta demasiado arbitraria como para darle una importancia trascendental. De hecho, siempre he pensado que el año nuevo debiera ser, por lo menos en el hemisferio norte, en algún momento en torno al 1 de julio para mejorar la experiencia festiva. No sé que sentido tiene montar semejante movida cuando puede hacer un frío que pela. La niebla que se ha echado esta noche sobre Zaragoza daba miedo.

Pero siempre hay gente que se plantea propósitos graciosos. O lo más importante, realistas y factibles. No olvidemos que la mayor parte de las personas que se proponen dejar de fumar, han recaído antes del 31 de enero… y es que la carne es débil, y la voluntad más.

Entre los blogueros que han manifestado sus propósitos para el 2008, el que más gracia me ha hecho ha sido Microsiervos. Me gusta entre otras cosas, porque siempre nos tratan en este apreciado blog como si realmente fueramos inteligentes. Los seres humanos, digo. Para aquellos menos despiertos, seguir el enlace de la palabra procrastinar que aparece en la propia anotación… más allá, si no lo entienden…

Después de todas estas reflexiones, he decidido que yo también me voy a hacer un propósito para el Año Nuevo. Pero uno que realmente sea capaz de cumplir, que yo siempre he sido más partidario de la pedagogía del éxito que de la del fracaso. Así que como ayer estuve reorganizando mi biblioteca, comprobé que me faltan dos tintines para completar mi colección de estas joyas. Los tengo casi todos en versión original en francés. Y ya va siendo hora de tenerlos todos. Así que me voy de inmediato a Amazon.fr, para encargarlos. Con lo cual, éxito completo en mis propósitos para el 2008. Y pronto. Para luego ir más relajado ante las cornadas que seguro que nos dará el bisiesto. Que es lo que tienen los años. Que no sólo nos traen las alegrías asociadas al día 1 de enero.

En honor al belga Hergé, hoy os pongo una foto de la Rue des Bouchers tomada en Bruselas hace ya seis años y medio.

Canon EOS 100
EF 28-135/3,5-5,6 IS USM
Película diapositiva 100 ISO
Exposición no registrada