Ayer cambió el tiempo. Desconozco si será ya una cambio relativamente definitivo, que anuncia el otoño, o simplemente una tregua en este caluroso septiembre. El caso es que haciendo más fresquito, apetecía pasear después de ver un poco de rugby en la tele. Y mira tú por donde, me encontré con el descenso del Canal Imperial de Aragón, actividad que mezcla lo lúdico y lo festivo, y que en otras ocasiones había fotografiado con cierto detalle. En esta ocasión sólo llevaba la compacta encima, y con poca batería, pero aguantó lo suficiente para salir del paso.
También había actuaciones organizadas por promotores del voluntariado en el Parque Grande. Cuando pasé yo, un llamativo grupo folclórico ruso intentaba animar un lánguido cotarro. Al revés que a mí, el viento fresco retrae a muchas personas de salir de casa, y el parque no estaba ni la mitad de animado que hace una semana.
Todas las fotos: Leica D-Lux 5.







