Nos cuentan numerosos sitios en internet que una fotografía de Andreas Gursky ha batido records en lo que se refiere al precio que ha alcanzado una fotografía en una subasta. Se titula Rhein II, es una imagen tomada a orillas del Rin y la podéis ver, entre otros sitios, en la entrada correspondiente que ha publicado American Photo, que el primer sitio donde he visto la noticia.
No sé. A mí me ha dejado un poco frío. Tal vez habría que verla en vivo y en directo. Una inmensa fotografía de 2 por 3 metros, montada sobre plexiglás. Se ha vendido por 4,3 millones de dólares. Ahí es nada.
Soy aficionado a la fotografía, como arte y como afición particular. Yo no me considero artista ni nada por el estilo. Sólo un aficionado… más como un modesto artesano para consumo particular. Aunque en estas entradas muestre mis imágenes. Y al conocimiento del arte he llegado un poco tarde. Por lo que me cuesta poner valor monetario a la imagen fotográfica. En alguna ocasión he tenido la oportunidad de comprar obra fotográfica. Pero no lo he hecho. No sé que debo y qué no debo pagar. Sí que compro frecuentemente libros de fotografía, como ya sabréis quienes vengáis por aquí con frecuencia. Y encuentro verdadero placer en hojearlos y en observarlos. Es suficiente para mí. Pero las cifras de las subastas,… me marean. Y no encuentro criterios que correlacionen lo que algunos están dispuestos a pagar con la obra de arte. Un dinero que además no sé si beneficia directamente al artista, puesto que es posible que vaya a parar a un poseedor previo de la obra. Supongo que indirectamente sí que le beneficia, y mucho, puesto que habrá más gente dispuesta a pagar más por sus nuevas obras. Pero bueno. Lo dejo aquí. Y lo dejo con algunas de mis imágenes del Rin. Que seguro que no valen nada. Monetariamente hablando. Pero personalmente, algunas me gustan más que las que ha motivado esta entrada. Qué se le va a hacer.



