Pues sí. Cuando estuve en el yacimiento arqueológico de Los Bañales hace un par de semanas, también me lleve la Yashica Mat 124G, cargada con un carrete de Ilford XP2 Super. El caso es que poco a poco le voy cogiendo el tranquillo al aparato, y las fotografías van quedando más nítidas y más equilibradas. Realmente, el formato cuadrado es una gozada. Tienes que pensarte mucho más como encuadras, pero tiene más potencial gratificador. Es una realimentación de acciones y sensaciones positiva. Los principales peligros vienen de las aperturas de diafragma amplias, en las que la profundidad de campo es escasa, y hay que pensarse bien donde enfocamos, y en las velocidad de obturación justitas, que pueden dar lugar a imágenes trepidadas. Tengo que ser menos perezoso con el trípode.
Os dejo con algunas de las imágenes, así como del caballito del minutero de La Lonja, donde gaste los fotogramas que me quedaban del carrete.