Después de comer visita al ayuntamiento, que es un armatoste del copón. Cumplido el trámite un paseo por el puerto de la paz y por la fortaleza de Akershus, que hace de parque público custodiado por los del bombín y el plumero.

Tras esto me decido a visitar a Munch cerca de la hora de cierre para evitar tumultos. Lo consigo por los pelos. Soy el ultimo en salir del museo prácticamente rodeado de los guardas.

Tras un paso por la estación para coger los billetes a Bergen, me voy a la zona de moda de Aker Brygge donde ceno muy bien. Un paseo al hotel.

Loalo del día ha sido que a pesar de que prometía sol la mañana al final se ha nublado casi todo el día. Las fotos pues, ni bien ni mal. Más bien… mehh…

 

Pues eso. Al estilo de Copenhague. Todo es cuestión de coger una calle en la punta que esta cerca de la estación y terminar en el palacio real. Quizá no ta mona. No tan concurrida. Pero esencialmente… Lo mismo.

Ante eso sí a conocer la ópera nueva que es el orgullo arquitectónico de la ciudad.

Luego, por el camino, catedrales, parlamentos, tiendas, teatros, y al final, palacio real con parques monos y cambio de guardia.
En esta extraña competición plurinacional de a ver quien luce el gorro más hortera los noruegos andan bien clasificados. Bombín con plumero.

Después a comer.