Las ganas de contar lo de mi nuevo objetivo soviético impidieron que contara ayer, con fotos, algunas cosas del fin de semana. Pues hoy toca.

Después de una cena, con chismes hasta tarde, el viernes, el sábado día doméstico y tranquilo con un paseíto con cervecitas después por el Ebro en la ribera de la Almozara que la tengo poco conocida.

Por supuesto, siguen dominando el paisaje las antiguas instalaciones de la exposición internacional; el Pabellón-Puente en la primera foto, y otros pabellones cuyo destino no recuerdo en esta otra.

El domingo por la mañana me encontré por casualidad en el Aula de Naturaleza del Parque Grande una exposición de jardinería japonesa; con sus bonsáis, claro.

Muchas personas preguntaban, mientras la señora oriental se mantenía con sus arreglos delante de lo que llamaban el «jardín seco».

Y no faltaban las actividades para niños. Y lo bien que va el veterano Canon S 50/1,8 montado en la M-E para estos ambientes con poca luz.

Por la tarde visité el mercadillo de coleccionismo que se celebraba en el Centro Cívico del barrio Oliver. Llevo …enta años viviendo en esta ciudad y creo que nunca había ido hasta allí.

Por lo que se ve, el personal colecciona de todo por tonto que sea el asunto; como botellas de refrescos.

Me extrañó los precios que llevaban los libritos estos antiguos de ciencia ficción. Aunque literariamente son bastante malos, no vi ninguno que bajara de 3 euros. Y las «space operas» costaban de 5 euros para arriba.

Había un par de puestos con cámaras antiguas y curiosas para colección que fueron lo que más me atrajo como podéis suponer de la entrada de ayer.

Obsérvese la graciosa reproducción de una Leica IIIf para formato subminiatura. El objetivo es un Minoctar, así que supongo que la cámara estará firmada por Minox, que hace un tiempo, no sé ahora, perteneció a la propia Leica. O algo así.





