Felices 140 (2015); vista el 19 de abril de 2015.
La directora de esta película española, Gracia Querejeta, es una realizadora que me ha parecido desde siempre que tenía unas propuestas interesantes para contar. Sin embargo, la ejecución de las mismas ha presentado cierta irregularidad. De todos modos, su primera colaboración con Maribel Verdú fue una de las películas más interesantes que se ha podido ver en el cine español en la última década. Con todos estos factores, sumado a un reparto a priori interesante, estábamos interesados en pasarnos por la sala de cine para comprobar en primera persona en esta tercera colaboración entre directora y actriz.
Elia (Maribel Verdú) es una mujer que va a cumplir 40 años. Y decide celebrar el aniversario por todo lo alto, invitando a sus mejores amigos y a su hermana con su familia a un fin de semana en una mansión en un paraje idílico en la costa de una isla. La reunión no va del todo mal, aunque se perciben algunas tensiones que proceden del pasado, hasta que suceden dos cosas. Por un lado les comunica la noticia de que le ha tocado la lotería, 140 millones de euros. Por otro lado, una discusión con Mario (Ginés García Millán), su antiguo novio que se ha presentado en la fiesta con su nueva acompañante, una joven actriz todavía no muy conocida, va a llevar a un accidente con consecuencias fatales. Y a partir de aquí, los «amigos» y «familiares» de Elia mostrarán su auténticos sentimientos e intereses.
He de decir que la película, inicialmente, me desconcertó un poco. Tenía la sensación de estar viendo una especie de remake de Los amigos de Peter, película generacional emblemática de principios de los años 90. Aunque sin que consiguiese sentir empatía alguna por este grupo de amigos. Si en la película de Branagh los personajes eran gente común, con sus debilidades, con sus pequeños dramas e incluso tragedias, pero con algo real, auténtico que los une y les permite encontrar un camino a la renovación de los lazos de amistad pese a todo, en esta sólo hay un grupo de gente egoísta y mezquina. Pese a todo, en un momento dado, la película cambia de tono y de género, el accidente fatal cambia las reglas del juego, y aquí encontramos alguna razón para justificar el planteamiento inicial. No obstante, el interés por lo que les pase a este grupo de gente apenas remonta.
No obstante, la película va a saliendo a flote a pesar de las deficiencias en su planteamiento y en el diseño de caracteres gracias a que efectivamente nos encontramos ante un reparto veterano y sólido, que quizá no están en sus papeles destacados, pero tienen oficio para sacar adelante en el empeño. Incluso ofreciéndonos momentos muy buenos. Creo que algunos de ellos, véase Eduard Fernández, llegan a estar desaprovechados en sus capacidades dramáticas.
Puestos a resumir, creo que detrás de esta película había una buena idea. Una reflexión sobre la «riqueza» sobrevenida, no derivada del esfuerzo y un planteamiento vital y honesto, una reflexión sobre el egoísmo y sobre la mezquindad, una reflexión sobre las diferencias entre la amistad cierta y la pretendida, sobre la familia… Un entorno cerrado en el que confrontar a los personajes… Ideas no novedosas, pero susceptibles de desarrollar buscando nuevos enfoques. Y de alguna forma la cosa falla, sin que sea ninguna catástrofe, pero sin que nos vaya a dejar huella en el futuro.
Valoración
- Dirección: **
- Interpretación: ***
- Valoración subjetiva: **