Una entrada rápida para el primer estreno del año en Netflix procedente de Corea del Sur. Mi intención para este año es ser mucho más cauto con lo que ven en Netflix en cuestión de largometrajes,… porque tienen muchas pifias. Pero claro, si estamos hablando de una película dirigida por Yeon Sang-ho, responsable de la entretenida Busanhaeng (Tren a Busán), había que darle una oportunidad. Así que vamos allá con este drama de ciencia ficción procedente del país asiático.

En un futuro, en una guerra que no acaba entre algunas colonias espaciales díscolas y una Tierra cuasi postapocalíptica por catástrofes diversas, una empresa cibernética trabaja en un androide soldado, JUNG_E, basado en una célebre capitana, Yun Jung-yi (Kim Hyun-joo), cuyo cerebro y personalidad fueron conservados tras ser herida mortalmente en su última misión (Nota: JUNG_E, el nombre del proyecto, y Jung-yi, el nombre de la capitana, serían homófonos, por lo menos desde el punto de vista del coreaninglés). En el equipo investigador está la hija de la soldado (Kang Soo-youn), pero no consiguen avanzar. En las simulaciones, la androide tiene un gran rendimiento, pero falla siempre en la misma misión. Y además, la situación de la guerra está por cambiar, afectando al proyecto de forma radical.
A pesar de la buena referencia de su director y que su reparto, por lo que he podido comprobar, tiene solidez interpretativa, la película peca de lo que pecan muchas películas de este tipo en el país asiático. Es un pastiche. Mezcla cosas y conceptos que pueden proceder de Blade Runner, Ex-Machina, The Expanse u otras producciones similares. Pero no se centra en nada. Parece que va a haber una tensión geopolítica como en The Expanse… pero eso es un macguffin sin más trascendencia. Podría haber una reflexión sobre la humanidad de la persona artificial, pero se queda a un nivel artificial. Y de los parecidos con Blade Runner… pues como tantas películas que copian ambientes o ideas de la genial película, porque ni reflexión sobre el ser artificial ni crítica profunda real a la gran empresa. Al final, lo que hay es un melodrama mal encajado y mal desarrollado por la peculiar relación madre-hija.

Ni siquiera podemos apreciar unas interpretaciones realmente mencionables, más bien nos movemos en los mediocre, en salvar los muebles como se pueda. Y sólo se salva un diseño de producción que sí que salva los muebles, siempre desde el punto de vista de que la película habrá costado su dinero, pero no habrá gastado lo que gasta Hollywood en producciones similares. En general, lo que decía… hay que ser muy selectivos a la hora de ver largometrajes de Netflix. Pero ya no sé que criterios usar para evitar los fiascos. Porque hasta las producciones con nombres de prestigio detrás son flojas. Y todo en medio de la gran crisis de las plataformas de contenidos bajo demanda, que van a tener que tomar medidas, empezar a generar fusiones, desaparecer algunas, porque no hay mercado ni dinero para compensar todo lo que se están gastando en producciones que atraigan suscriptores. Parece que pronto se hablará de burbuja que revienta, si no se está hablando ya.
Valoración
- Dirección: ***
- Interpretación: **
- Valoración subjetiva: **
