[Fotos] El 2022 en fotos: 12 meses + 12 fotos

Fotografía

Ya es el 16º día de Nochevieja en el que presento mis 12 fotos para los 12 meses del año que se va. Más mi saludo personal en el encabezado.

Como de costumbre, no he buscado fotos representativas. Aunque alguna hay. Ni que fuesen las “mejores” fotos de cada mes, signifique lo que signifique eso. Simplemente, pequeños momentos, emociones, cosas que pasaron, o simplemente una foto que me había pasado desapercibida en su momento… Este año, son todas digitales. Porque he vuelto a usar más este medio fotográfico cuando no estoy de viaje. Pero realmente, eso es algo que importa poco. Y en la entrada de ayer se pudo ver el equivalente a esta entrada, pero basada en la fotografía con película tradicional.

Y aquí van. Sin pies de foto explicativos. Simplemente, el mes en que fueron hechas las fotos. En esta ocasión, sólo una por mes.

Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre

[Fotos] El 2022 en fotos: de película

Fotografía

Un año más, quitando los viajes en los que me centro en la fotografía digital, aunque lleve la pequeña compacta con película fotográfica, lo que más me atrae habitualmente es la fotografía con película tradicional. En blanco y negro o en color. El blanco y negro lo proceso yo en casa. Procesado mixto, con revelado químico, como no podría ser de otra forma, y ajuste de la imagen, tras ser digitalizada, en el software de tratamiento de imágenes. Me gustaría hacer copias en laboratorio, con la ampliadora. Pero las opciones que tengo a mi disposición no me atraen o me permiten la flexibilidad necesaria. Quizá dentro de unos años, cuando tenga más ocio. En cualquier caso…

Vamos por meses… 12 meses, 23 fotos… más los autorretratos que sirven para identificarme al principio de la entrada. Y en los que dejo constancia que también he usado la película instantánea este año. Tanto Instax de Fuji, como las Polaroid. Para ver más sobre ello, visitad mi cuenta en Instagram dedicada a este tipo de fotografía.

Enero – Día de año nuevo bajo la niebla, con película Fujifilm Instax Square Monochrome.
Febrero – La siempre fiable Kodak Portra 400 en la Hasselblad 500cm calzada con el Sonnar 150 mm f4.
Marzo – Con la llegada de la primavera, los tulipanes y las flores de los cerezos ornamentales japoneses. Nuevamente Kodak Portra 400, esta vez en Canon EOS 3 con el EF 200 mm f2,8L
Abril – A finales de este mes se celebra el día mundial de la fotografía estenopeica, y lo celebré con la Ondulatorios Pinhole 6×12 y película Fujifilm Neopan 100 Acros II.
Mayo – Una reunión lúdicofestiva con amigos fue la excusa perfecta para retratar con la Polaroid SuperColor 635 y un cartucho de Polaroid 600 Blanco y Negro. Las copias se las quedaron ellos; yo las registré con la cámara digital.
Junio – A lo largo del año se ha ido confirmando que la película Lomography Potsdam Kino 100, originalmente ORWO UN54, es una de mis favoritas. En esta ocasión en formato medio, con Fujifilm GS645S Wide 60.
Julio – Aprovechando la luz del verano rica en radiación infrarroja, hice unas panorámicas montando varios negativos de Ilford SFX 200 realizadas con la Fujifilm GS645S Wide 60 y un filtro HOYA IR72.
Agosto – La mejor luz para hacer paisajes con fotografía instantánea la encontré en las madrugadas de agosto; aquí una Polaroid 600 Color Round Frame con la Polaroid SuperColor 635.
Septiembre – Unos amigos se equivocaron a la hora de comprar unos rollos de película, y adquirieron unos cartuchos de Lomography CN Tiger 200, de formato 110. Como no les valía ni los podían devolver me los dieron, y los usé en un paseo fotográfico con AFZ Asociación de fotógrafos de Zaragoza con la Kodak Pocket A-1.
Octubre – Una de las cámaras más agradables de usar es la Leica M6, que se ha puesto de moda porque la marca alemana vuelve a tener un catálogo una cámara con esta denominación. Aquí la usé con un rollo de Kodak ColorPlus 200.
Noviembre – Nuevamente la Leica M6, pero con una de las novedades en negativos en color del año, aunque sea pasajera. Las limitadas existencias de Adox Color Mission, como la han llamado, servirán para financiar una nueva película en color que se espera para dentro de unos años. Ya veremos.
Diciembre – Todo parece indicar que la película Lomography CN 800 es en realidad Kodak UltraMax 800, que ya no se vende como tal. También parece ser la película que llevan las cámaras sumergibles de un solo uso de Fujifilm. Yo la use en versión Lomography formato medio con la Fujifilm GS645S Wide 60, y he de reconocer que es una película que me gusta bastante.

[Fotos] El 2022 en fotos; de viaje con la cámara al hombro

Viajes

Se acaba el año 2022, que en lo que a mi persona se refiere, no ha estado mal. La verdad es que, en el contexto de una vida, el encerrar nuestros ciclos vitales en los periodos de 365,25 días (de promedio) que dura un año es algo que no me acaba de convencer mucho. Así que, en realidad, decir que un año es bueno o malo significa poco en el gran escenario de las cosas. Pero estamos muy apegados a los ciclos estacionales marcados por las rondas solares del planeta Tierra, así que haremos un pequeño balance. Fotográfico, como suelo hacer todos lo años desde hace… mucho. O quizá no tanto… en el contexto de una vida. Y empezaré por los viajes. Por aquellos rincones del mundo que he podido conocer, o aquellos con los que me he reencontrado después de un tiempo. Sin muchas palabras.

De vacaciones, grandes o pequeñas.

Viajes de varios días. Sean escapadas de menos de una semana, o recorridos de casi dos semanas. En su mayoría, por el extranjero, porque en la medida en que mis fuerzas y mis economías me lo permitan, necesito descansar del país en el que vivo. Hay muchos peores para vivir; desde luego. Pero es manifiestamente mejorable, y con frecuencia me siento incómodo con la idiosincrasia que se nos atribuye por el mero hecho, azaroso, sin mérito alguno, de haber nacido aquí.

En las semana de Pascua, mes de abril, unos días en Apulia, región del sur de Italia que nos resultó muy agradable. Y sin monumentos tan espectaculares como en otras regiones italianas, privilegiadas en arte e historia, es muy visitable, está muy aseada, se come y se vive bien. Aparentemente. Nos gustó.
De regreso de Apulia, tuvimos unas horas en el aeropuerto de Roma Fiumicino, que aprovechamos visitando el espacio arqueológico de Ostia Antica. Como ya lo conocía y tengo bastantes fotos de otra ocasión, me dediqué al blanco y negro con película fotográfica tradicional. Muy estimulante.
A finales de mayo iniciamos el viaje de mayor entidad del año. Al menos por duración. Y por todo, vamos. Por paisajes, ciudades, cultura,… El Tirol, tanto el italiano como el austriaco, aunque este más brevemente. Nos gustó mucho. Y como lo cogimos en temporada baja, aunque con tiempo muy agradable, sin ningún tipo de agobio.
Al igual que en el viaje anterior, hubo un epílogo en Venecia. De dos días. Es la quinta vez que yo visitaba la ciudad de los canales. Así que también di preferencia a la fotografía con película tradicional en blanco y negro, para salir de los senderos trillados. Había mucha más gente, pero la experiencia nos permitió disfrutarla sin agobios. Hay muchos turistas gregarios que solo van donde va toda la gente, y Venecia tiene mucho más para disfrutar.
En 2019 hicimos una reunión colectiva de antiguos amigos, de cuando éramos… extremadamente jóvenes. La hicimos en Berlín, y nos propusimos repetir cada cinco años. Pero después de todo el lío de la pandemia reciente, la adelantamos a este 2022 que se acaba. Y nos reunimos en Múnich, a mediados de agosto. Como también es una ciudad que conocía, al igual que en los viajes anteriores a lugares conocidos, di preferencia a la fotografía con película tradicional.
Pero también tuvimos tiempo y ocasión para visitar otras ciudades bávaras, que están muy bien. No muy habituales de los circuitos turísticos, se visitan sin mucho agobio, aunque no falta gente. Se bebe buena cerveza, y se come mejor de lo que mucha gente cree, si necesidad de entocinarse con salchichas o codillo acompañado de chucrut.
Para mis vacaciones de principios de otoño, un cúmulo de circunstancias me forzaron a viajar sólo, por mi cuenta. Y no me compliqué la vida. Me instalé en Toulouse por unos días, y desde allí visité otras ciudades occitanas. Un lugar muy agradable… para casi cualquier cosa.
También me llevé mi pequeña cámara con película fotográfica en blanco y negro, con la que me divertí mucho en los museos aeronáuticos que se pueden encontrar en el área metropolitana de Toulouse.

Excursiones y viajes de un día.

Este año 2022 se ha caracterizo por un hecho irónico. Decidí quitarme de encima es coche, que no disfrutaba como para compensar los quebraderos de cabeza y los gastos que me producía. Paradójicamente, en transporte público, me he movido mucho más que cuando lo tenía. Así que allá va.

Finales de enero, en Olite (Navarra)
Escapada a Madrid, el primer día de febrero.
Toledo, en marzo.
Aínsa y el Geoparque Mundial del Sobrarbe en Marzo, con ASAFONA Asociación aragonesa de fotógrafos de naturaleza.
Ávila, al volver de Italia en abril, antes de regresar a casa.
El primero de mayo en Logroño, me quedé a pasar la tarde después de acompañar a unos amigos por unos asuntos particulares. Haciéndoles de fotógrafo.
En Canfranc, en mayo, con AFZ Asociación de fotógrafos de naturaleza.
Conociendo Monzón en junio con la excusa de una feria de arte local.
Conociendo el museo Würth La Rioja a principios de septiembre, al que nos llegamos yendo en tren hasta Agoncillo.
Caminata de 25 kilómetros por la comarca del Jiloca a mediados de abril.
Y terminaremos nuestro periplo anual, no creo que salga a ningún sitio en los dos días que nos quedan de diciembre, con un viaje por asuntos particulares a principios de noviembre a Logroño y Haro, donde tuvimos tiempo de pasear durante un par de horas por esta última población riojana.

[Cine] Aftersun (2022) / Glass Onion: A Knives Out mystery (2022)

Sin categorizar

Con el final de año se me han acumulado las películas para comentar. Especialmente porque, al tener días de fiesta, tengo más tiempo para ir a verlas. Y porque después de una temporada sin saber muy bien que ver cada semana, de repente hay varias cosas que interesan. En cualquier caso, aunque deje dos o tres para después de año nuevo, o para el día de año nuevo, como en otras ocasiones, vamos con un par de ellas.

Aftersun (2022; 65/20221222)

Ópera prima de la directora escocesa Charlotte Wells, relativamente joven realizadora de la que poco se sabe, que también escribe el guion de la película. Una película de bajo presupuesto, rodada en un centro turístico de Turquía donde van de vacaciones un padre relativamente joven (Paul Mescal), separado, y al que las cosas no le van bien en la vida, con su hija de 11 años (Frankie Corio). Ambos intentan poner de su parte para que sean unas buenas vacaciones, aunque realmente tienen poco que decirse el uno al otro, son casi desconocidos, que casi no se ven. De vez en cuando se nos ofrecen unas imágenes de la niña cuando ya es adulta, por lo que sabemos que fue la última vez que vio a su padre.

Un película transcurre en Turquía, la otra en Grecia. Pues para las fotos, Turquía tendrá que ser.

Una película muy personal. Uno se pregunta, por la edad de la directora y la del personaje protagonista femenino cuando es adulta si estará basada en experiencias propias. Una reflexión profunda del extrañamiento de aquellos que siendo familia, se ven separados y convertidos en extraños. También, mirando al padre, una reflexión sobre la soledad, el fracaso en la vida, la carencia de expectativas, el alienamiento que muchos adultos, incluso jóvenes, sufren hoy en día. También una reflexión sobre el despertar al mundo de los adultos, en una niña que todavía es niña, pero que no tardará en asomarse a la pubertad. Obviamente, la niña es producto de una relación excesivamente temprana e inmadura. No pudo tener el padre mucho más de 20 años cuando nació.

La directora financió la película gracias a las ayudas de la fundación del festival de Sundance, tras presentar uno de sus cortometrajes. Y lo ha aprovechado bien. Filmada con personalidad, con una mirada muy directa e inquisitiva, sin diálogos superfluos, que no tocan, en un ambiente tan aparentemente relajante como unas vacaciones en la playa, nos deja momentos duros para ambos personajes protagonistas. Protagonistas excelentemente interpretados, con una de esas situaciones en que un intérprete infantil roba la película al resto, aunque el actor que hace de padre consigue salir bien parado del evento. En cualquier caso, muy recomendable, pero con el estado de ánimo adecuado. Que no es una película amable.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

Glass Onion: A Knives Out mystery (2022; 66/20221226)

Más que una secuela, no encontramos en una segunda entrega de los casos del mejor detective del mundo, Benoit Blanc (Daniel Craig), tras la acertada primera entrega que tanto gustó, a mí el primero. Y así mismo, dirigida por el mismo director, Rian Johnson. Un director que ha dirigido también una de las mejores películas de viajes en el tiempo que recuerdo, la entrega más interesante de la tercera trilogía de Star Wars, incluso si no le salió redonda, y alguna otra cosa de interés.

Johnson sigue apegado a la misma fórmula, la parodia de las whodunit mezclada con crítica, incluso sátira diría yo, social. Si en la primera película de la franquicia ponía en tela de juicio la presunta tolerancia y apertura de los liberales norteamericanos a la hora de aceptar entre ellos a personas de otras etnias y orígenes geográficos, entre otras cosas, aquí la emprende con los modernos empresarios estrella, que han dado el pelotazo jóvenes, que se creen los reyes del mundo aunque sean unos zopencos de mucho cuidado. Seguramente, en el que más piensa uno en estas circunstancias es Elon Musk. Pero puede ser Zuckerberg, u otros. El protagonista, presunto antagonista, ya veremos al final si lo es o no, es un excéntrico supermegamillonario (Edward Norton) que se ha rodeado de una corte de parásitos aduladores que depende de él para sobrevivir porque son unos patanes, especialmente después de deshacerse de su socia en la empresa (Janelle Monáe), con malas artes en un juicio. Y a esta corte invita durante la pandemia de covid-19 a una isla privada en el Jónico, ¿o será el Egeo?, donde se presentará también la socia despechada y nuestro detective favorito, al que al parecer nadie esperaba. Van a jugar a descubrir a un asesino ficticio para divertirse,… pero de repente empezarán a darse muertes reales. Y luego… está la Mona Lisa.

Vamos con lo negativo. La película la he visto en Netflix. Tan apenas duró en la cartelera en cines. Lo justo para cumplir. Y creo que esta película, en pantalla pequeña desmerece. Por otro lado, después de haber visto la primera, que sorprendió, esta… no tanto. Ya esperas el tono, aunque no la espectacularidad de medios conque se ha rodado. Pero la espectacularidad y la pirotecnia, en este tipo de películas, es… eso. Pirotecnia. Lo importante es la historia y como se cuenta. Y luego… del coral reparto,… hay intérpretes que bien… y otros que simplemente pasan. No es un reparto tan inspirado como el de la primera entrega. Por lo demás, sus críticas y el desarrollo de la historia están bien, y tienen puntos muy buenos, que la hacen muy muy visualizable. Y recomendable.

No obstante, no entiendo los entusiasmos que ha levantado en algunos. Está bastante bien, pero sin más. ¿O mejoraría mi opinión si la hubiese visto en pantalla grande? Es cierto que en la sala de cine te concentras mejor en la película. Sin duda.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[TV] Cosas de series; desde la península de Corea, asesinos en serie y robos espectaculares

Televisión

Hace ya un tiempo que terminé de ver la primera de las series que comento hoy. Que no incluí en otras entradas dedicadas a las series coreanas… porque es otra cosa distinta a las habituales. En cualquier caso, algo que despertó mi interés. Y luego… la curiosidad por saber cómo iban a evolucionar mis impresiones sobre la versión de La casa de papel del pequeño pero populoso país del Asia más oriental

Somebody (titulo original en inglés) llegó a Netflix sin hacer mucho ruido. No tiene el formato habitual de las series de las que la plataforma es distribuidor absoluto fuera de la República de Corea. Estas son 16 episodios, a veces alguno más, de 70 minutos de duración, que muchas veces, por lo temas de cuotas de publicidad, son emitidos en su país de origen en dos episodios de 35 minutos. Así puede «legalmente» meter más anuncios. Aquí estamos en un encargo propio de la plataforma, con ocho episodios de entre 45 y 50 minutos. Ya aviso que al público votante de IMDb y algunas redes sociales no le ha convencido. Pero es que se escapa bastante de los estereotipos de las series coreanas. Es oscura, violenta, hay sexo con desnudos, hay situaciones incómodas relacionadas con la discapacidad, tanto física como de otros tipos… Una serie realmente para adultos. Además, su protagonista está en el espectro autista, pero muy distinta de la de una serie de gran éxito y buen rollo que se ha podido ver también en la plataforma. La historia de una joven desarrolladora, altamente inteligente, pero emocionalmente discapacitada, que ha creado un aplicación móvil de relaciones interpersonales de gran éxito, que está siendo usada por un asesino en serie, un sociópata, para elegir sus víctimas. Y ambos llegarán a conocerse… y romper su aislamiento emocional, de una forma no especialmente saludable. Sin ser redonda del todo, tiene algún problema de ritmo en su desarrollo, me ha parecido interesante, y bien interpretada. Y sirve para salirse de los caminos mil veces trillados. Y con una producción muy muy cuidada, que recuerda a alguna excelente cinematografía del país asiático. No entiendo porque a la gente no le ha gustado.

A la versión coreana de La casa de papel también le han llovido críticas negativas. Y después de la segunda tanda de episodios, su valoración tampoco es muy boyante. Jongieui Jib: Gongdonggyeongjeguyeok [종이의 집: 공동경제구역, Money Heist: Korea – Joint Economic Area en su título internacional], en su segundo parte, sigue en la misma peripecia, el asalto a una ceca situada en una zona de desarrollo económico común entre las dos Coreas, en un futuro próximo en el que ambas avanzan hacia la reunificación. Pero en la que políticos de ambos países y otros agentes económicos, pretenden lucrarse sin escrúpulos. Como ya dije en su momento, esta adaptación me parece prescindible. En lo esencial, recorre muchos de los caminos ya trillados por la versión original española. Sin embargo, he de decir que no está peor hecha. Ni peor interpretada, ni mucho menos. Es más, me atrevería a decir que personaje por personaje, el balance es favorable a las interpretaciones coreanas. Y hay algunas variaciones del argumento que también me ponen del lado de la versión coreana. Los atracadores tienen no sólo usan la excusa de la corrupción para llevar a cabo sus fechorías, realmente tienen interés en exponerlas y en realizar una denuncia. Y el personaje que más me incomodó siempre en la versión española, aquí tiene un recorrido distinto que permite que se pueda empatizar con él, al menos hasta cierto punto. Siempre me pregunté porqué un violador sin escrúpulos era presentado al final como un héroe bajo los acordes de una estridente versión del Bella ciao. Y porqué se le va a dedicar una serie a tal personaje, como protagonista. Se deja ver bien, ya sabes por donde va a ir, pero las variaciones que tiene, que parecen pocas y pequeñas, tienen más trascendencia, al menos en el plano ético, de lo que parece. Al final, no me arrepiento de haberle dado una oportunidad, aunque sea prescindible una vez que conoces la historia original.

Así pues, dos series poco valoradas por el gran público, pero que desde mi punto de vista no están mal.

[Libro] La policía de la memoria – Yōko Ogawa

Literatura

Vamos hoy, unos días antes de que acabe este 2022, con el último libro que he terminado de leer. El que hace el número 30 de este año, y que me permite llegar a mi compromiso personal de leer al menos 30 libros durante el año que se acaba. Lejos de los más de 50 que leía algunos años antes del fatídico 2020. Aun pensaba que me daría para leer un 31º libro, pero parece que el maldito bloqueo lector que me asalta con frecuencia desde ese maldito 2020 ha vuelto a casa por Navidad. En cualquier caso, no me costó mucho leer ese 30º libro. Quizá por ser su autora Yōko Ogawa, camaleónica escritora japonesa, de la que he leído ya varios libros. Pero si le llamo camaleónica es por la diversidad de géneros que cultiva. Es muy prolífica, y los cinco libros que le he leído, con el de hoy, son una pequeña parte del conjunto de su obra. Pero es que cada uno de ellos tiene temas y estilos diversos.

En este último libro acompañamos a una joven escritora que vive en una isla sin nombre. Que podría estar en cualquier lugar del mundo, porque pocos datos nos permiten identificarla como una isla japonesa. El relato se nos presenta en primera persona con la escritora como narradora. Nos habla de su vida en la isla, en la que de vez en cuando desaparecen cosas, y con las desapariciones, llega el olvida de esos objetos para sus habitantes, que llegan a ignorar por completo que han existido, hasta el punto de no reconocerlas si las ven. Pero hay algunos que no pierden la memoria, y estos son buscado y apresados por la policía de la memoria, que también se encarga de eliminar aquellos objetos desaparecidos de los que quedan muestras. Intercalada con la narración, en la que la escritora se ve acompañada por su editor, un refugiado que no olvida, y un viejo que trabajaba en los ferris que ya no existen, que unían la isla con otras, se insertan extractos de la novela que está escribiendo, sobre una mecanógrafa que vive una extraña y desasosegante relación con su profesor de mecanografía.

La novela puede ser encuadrada dentro del género distópico. La policía de la memoria me recordó a los bomberos de Ray Bradbury en Fahrenheit 451. También, en la medida de que la historia personal se ve modificada por el olvido, recuerda al 1984 de George Orwell. Y por lo que leo, la vida del editor refugiado en un zulo en casa de la escritora está inspirada por la historia de Anna Frank. Sin embargo, no tengo claro hasta que punto la intención de la escritora es la de plantear una reflexión política, aunque esta es inevitable cuando se trata de la forma en que se trata la intervención de un estado policial sobre la vida de los ciudadanos, desaparecen los derechos, y se condena a una sociedad a una lenta y penosa muerte. Ambos relatos, el principal y la novela dentro de la novela, tratan temas similares; la anulación de la persona, su desaparición a través del olvido. Incluso si hay una luz en el oscuro final de la novela, puesto que aquellos capaces de recordar que eviten a la policía de la memoria, al final, heredarán la isla y podrán salir de sus escondites.

Pero como digo, no creo que la cuestión sea política en esencia, sino que la cuestión es quienes somos, en qué medida quienes somos depende nuestro pasado, de nuestros recuerdos, de los objetos y las personas que nos rodean, en qué medida nos desintegramos cuando estos objetos y personas y sus recuerdos desaparecen. Cuestiones que se puede aplicar a una multitud de situaciones; las cosas que desaparecen cuando una relación termina, cuando alguien se nos muere, cuando alguien enferma de una demencia degenerativa y empieza a olvidar cosas. A un nivel más general, que pasa en un mundo en cambio, con el medio ambiente y el medio social sufriendo agresiones constantes, y con ellas elementos de nuestra cultura, de nuestra naturaleza, de nuestros paisajes, de nuestras costumbres,… desapareciendo, y con ellos dejando de ser quienes somos.

No es una novela occidental. Es una autora japonesa. Y por ello, no hay explicaciones, ni se buscan, a las cosas que suceden, a las desapariciones y a la desmemoria. Simplemente, se presentan los hechos y las reacciones. Estamos en una sociedad que no busca resolver las causas de las desapariciones, sino que simplemente se adapta. Es una sociedad pasiva, incluso si muestra en algunos momentos destellos de solidaridad interpersonal. Pero que principalmente huye del problema, y sigue adelante, como buenamente puede. El libro es hermoso. Pero también desasosegante, emocionalmente complejo. Yo lo recomendaría sin duda, pero puede no ser del gusto de todos.

[Libro de fotografía] The land of promises – Youqine Lefèvre

Fotografía

Para este día de Navidad, en el que como de costumbre en estas fechas, estoy un poco perezoso, una entrada breve y sencilla, que servirá como recomendación fotográfica. Y además me apetece salir a la calle. Las temperaturas, y el tiempo meteorológico en general, son impropias de estas fechas. Aunque hoy no van a subir tanto como ayer, vamos a tener tiempo soleado, cuando la costumbre son las nieblas densas, y temperaturas de hasta 17 ºC según el pronóstico, ayer subieron más aún, cuando difícilmente suben de los 10 ºC habitualmente. O se quedan cercanas al 0 ºC cuando las nieblas son densas y persistentes. Vamos… que lo que apetece es salir a caminar, a ser posible con una cámara fotográfica. Pero vamos con Youqine Lefèvre y su profunda reflexión fotográfica de la política de hijo único de los capitostes del Partido Comunista Chino para la República Popular China.

Lo comenté hace unos días someramente, cuando incluí el trabajo de Lefèvre en mis recomendaciones fotográficas. La fotógrafa fue adoptada en julio de 1994 por un matrimonio belga, cuando tenía pocos meses de edad; aparentemente su fecha de nacimiento fue el 9 de diciembre de 1993. Su futuro padre se desplazó, junto con otras parejas o miembros de parejas belgas, con intención de adoptar a la pequeña Yue Qing (su nombre original, que le fue dado en el orfanato permaneció en su identidad final) a la ciudad de Yueyang. Y regresó a Bélgica con la pequeña, convertida en su hija de pocos meses. Años más tarde, en octubre de 2017, la fotógrafa realizó un viaje de unas semanas con el padre, a la ciudad y provincia donde nació. La primera vez que visitaba China desde su adopción. Con posterioridad, volvió sola, con estancias de algunos meses, con intención de documentar las consecuencias, terribles en muchas ocasiones, de la política de hijo único que aplicó el régimen totalitario chino.

El libro me ha impresionado, gratamente, mucho más de lo que me esperaba. Con grandes fotografías que ocupan dos páginas de buen tamaño cada una, hace un recorrido de personas y paisajes bastante notable, y que conmueve de vez en cuando. Se acompaña de algunos textos que conviene leer para situar el contexto y conocer mejor la historia de quienes allí aparecen. Hay una primera parte, introductoria, con fotografías que no están realizadas por ella ya que son del viaje del padre adoptivo en 1994, cuando fue a recogerla, pero que son totalmente pertinentes. Entre todas las historias que fotografía y narra, la suya es una más. Todavía no le he sacado el jugo que ofrece; poco a poco. Pero os puedo asegurar que es uno de los libros de fotografía que más me ha impresionado últimamente, por su autenticidad y significación más que por otras cosas. Y eso es importante.

[Fotocomentario] La melancolía de las fechas

Fotografía

No soy una persona con «espíritu navideño». Más que nada, no creo en eso que llaman «el espíritu de la Navidad». Ni de las Navidades pasadas, ni las presentes, ni las futuras. Y en esta época del año, me empiezan a pesar más las ausencias que las presencias. Y odio el follón en las tiendas. Y que todo suba. Y que la gente sea tan hipócrita, y después de comportarse como cabrones o gilipollas durante todo el año, ahora venga con una sonrisa de buenrollito que se desvanecerá el día 7 de enero como por ensalmo. Ha habido un par de momentos en esta semana en las que me he alegrado de no tener un lanzagranadas o una ametralladora a mano… Y eso que me considero una persona nada violenta. Creo. La última vez que me peleé, físicamente, con alguien tenía 11 años. Y ya entonces tuve la sensación de que lo de pelearse así era una estupidez.

El caso es que en estas épocas del año me siento melancólico. Que es la forma fina de decir «un poco tristón». Es cierto que algunos ausentes «vuelven a casa por Navidad», y en estos días nos tomaremos algunos aperitivos y algunas cervezas con gentes a las que vemos poco, o mucho menos de lo que nos gustaría. Pero todo muy puntual. Casi anecdótico. Fotográficamente, intento hacer fotos en color que me animen. Pero las que más me identifican son las fotografías en blanco y negro con los tonos que proporciona la luz más suave de estas fechas.

Como las de este rollo de hace unas semanas del que os hablo en Volviendo a una querida cámara con un problemilla – Olympus mju-II con Ilford Delta 400.

[Cine] Avatar: The way of water (2022)

Cine

Avatar: The way of water (2022; 64/20221218)

Sinceramente, no había hecho intención de ver esta película. Vi la original en su momento. Hace mucho menos tiempo del que yo pensaba, tenía la sensación de que era más antigua. Y en aquel momento, es una película que me entretuvo, pero no me entusiasmó. Un pastiche con múltiples préstamos argumentales de otras películas realmente originales. Nada realmente original ahí, salvo los adelantos tecnológicos en imágenes generadas por computadora; una película que era más animación que otra cosa, pero con un alma prefabricada, de consumo fácil y rápido. Eso es algo que caracteriza el cine de James Cameron, incluso en sus mejores momentos. Mucha espectacularidad, pero todo muy superficial, en realidad. Lo que sucede es que me encontré con una sesión matinal, y más barata, en versión original en un domingo por la mañana en el que no tenía especiales planes.

La película transcurre con abundancia de escenas submarinas con los indígenas de Pandora buceando. Lo cual me ha llevado a ilustrar la entrada con las mujeres «ama» de la prefectura de Mie, que se ganaban la vida buceando para recolectar de alimentos y perlas de los fondos submarinos de las costas de Japón.

La primera sorpresa es que en una película de tanto relumbrón… fui el único espectador en la sala de cine. El nivel de alergia a las versiones originales, a otros idiomas, en este/a triste país/ciudad… lleva a esta situación. Triste herencia del franquismo y de los espíritus carpetovetónicos. Pero bueno… por lo menos no vino un empleado de las salas de cines a cancelar la proyección con la excusa de problemas técnicos como me pasó un par de veces en el pasado en situaciones similares. y a partir de ahí, más de tres horas de animación generada por computadora, con alguna presencia de escenas de acción real, de más de lo mismo. Nada nuevo con respecto a lo que se pueda decir de la primera película de la saga, salvo que los adelantos tecnológicos hacen que sea animación más realista. Porque estamos ante eso. Animación. Aunque la matriz de la misma se ruede con actores. Es algo que ya se hacía con las técnicas de rotoscopia, dentro de las formas de animación tradicional. Para los quisquillosos, ya sé que la captura de movimiento no es lo mismo que la rotoscopia,… pero me refiero a las esencias. Pero en fin. Unos malos muy malos, codiciosos, que matan «a modo de ballenas inteligentes», militarotes que dicen «uhaaa», e indígenas buenos buenísimos, muy armoniosos y muy majos. El mito del buen salvaje, que es un mito, nunca ha sido una realidad, volando y bajo el agua, sacando la lengua como los maoríes neozelandeses. Porque seguimos con el pastiche en el que nada es original en realidad, todo es cortar y pegar de otros sitios.

Dicho lo cual, la película podría recibir muy buena nota si no fuera por algunos problemas. El primero es que los diálogos están estereotipados hasta la saciedad. Son absolutamente previsibles. Una enorme colección de clichés, de frases hechas, que se emplean hasta la saciedad en multitud de películas. Cualquier día de estos, se reunirán todas en una base de datos, se despedirá a todos los guionistas, y un programa de inteligencia artificial las combinará de forma más o menos convincente y obtendremos un guion parecido. El segundo es que es demasiado larga. Empieza muy bien, con ritmo, muy entretenida, y después entra en una fase desesperante, la convivencia de los indígenas arborícolas entre los indígenas acuáticos, en la que los elementos que hacen avanzar la película se suministran con cuentagotas, o se cuentan de forma prolija y en ocasiones aburrida. Y como ya he dicho, tópica y previsible. Finalmente, llegamos a la última hora de película, en la que la acción vuelve a la película… y está muy bien. Es realmente muy entretenida y te lo pasas muy bien. Una lástima que entre medias hayas tenido una hora o más que se podría haber resumido en quince o veinte minutos, y así comer en casa a una hora más civilizada, ya que era una sesión matinal.

Sobre las interpretaciones, poco se puede decir. Una película que básicamente es animación, con un montón de diálogos absolutamente prefabricados, no permite valorar realmente el trabajo interpretativo de los numerosos actores y actrices que han participado en esta supermegaproducción que ha costado muchísimo dinero, para un espectáculo tecnológicamente y visualmente apabullante, pero con un fondo que es poco más que una aventureta de serie B más o menos bien planteada. Se deja ver con agrado. Pero me pasará como la otra. Que al cabo de un par de años, recordaré haberla visto, recordaré las sensaciones que me dejó, pero no me acordaré de nada de lo que pasa en la película. Pero seguro que los amantes del cine palomitero y de fácil digestión se lo pasarán bien, y no deja de ser recomendable en ese espíritu.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Libro] La vida contada por un sapiens a un neandertal – Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga

Ciencia, Literatura

El sapiens es Juan Luis Arsuaga, biólogo paleoantropólogo, catedrático universitario, y uno de los principales responsables de los yacimientos del pleistoceno de la sierra de Atapuerca en la provincia de Burgos, donde se han realizado importantes hallazgos en el ámbito de la evolución del género humano en Europa. El neandertal es Juan José Millás, conocido y afamado escrito español, que en mi historia particular como lector tiene el récord de que sólo he terminado de leer uno de los tres libros de ficción escritos por él que en un momento decidí abordar. Y además, los personajes del libro que leí de él… me cayeron mal. Vamos,… que no me gustó mucho. Lo dejé estar.

Este es un libro de conversaciones. Escrito en realidad por Millás, en él se narran los encuentros y conversaciones que mantuvo con Arsuaga en distintos puntos de la geografía española, en general, y madrileña, en particular. Y en ellos se discuten diversos conceptos relacionados con lo que significa la evolución biológica, con especial detalle a la evolución del género humano. Y, consecuentemente, entran a reflexionar sobre lo que significa ser humano, lo que nos hace similares a otros animales, y lo que nos hace diferentes.

La sección de arqueología del Museo de Zaragoza no se retrotrae en el tiempo tan atrás, ni mucho menos, como los lugares que visitan los dialogantes de este libro. Bueno… son comparables al castro de los betones o vetones que visitan en las sierras abulenses. Pero en el valle del Ebro y colaterales, los pueblos de lengua íbera y de lengua celta, aunque ambos tuvieran culturas con características íberas, se vieron siempre más forzados a abrirse y relacionarse con los pueblos que llegaban desde el Mediterráneo subiendo por el gran río ibérico por excelencia, y no fueran tan agrestes y belicosos como los de la meseta castellana. ¿Acaso no dieron aquellos pueblos celtas mesetarios lugar al adjetivo «carpetovetónico» como calificativo para lo recalcitrantemente ibérico o hispano, incluso en cuando es para mal?

Por experiencias previas, me gustan los libros de conversaciones. Mi primera experiencias con ellos fueron las conversaciones de Truffaut con Hitchcock, un libro con el que me lo pasé estupendamente. Posteriormente, otro conocido director de cine, Cameron Crowe, decidió repetir la experiencia con Billy Wilder, y también me lo pasé muy bien, aunque Crowe no tiene el mismo nivel que Truffaut conversando y escribiendo. Quizá se le note su cultura norteamericana. Pero muy bien, también. Otro ejemplo que me interesó mucho, saliéndonos del cine, es el libro de conversaciones de Murakami con el director de orquesta Seiji Ozawa. Un libro que me costó bastante terminar. Cada vez que hacían referencia a una obra musical, la buscaba en Apple Music y la escuchaba para intentar comprender mejor de lo que estaban tratando. Hay algún otro libro de este tipo que he leído, pero que ahora no me viene a la memoria, y no tengo tiempo para buscar lo que olvido. Así que esperaba que también me gustase. A esto hay que sumar que la cuestión de la evolución del género humano siempre me ha parecido apasionante. En los años 90 realicé incluso algún curso monográfico sobre el tema en la UNED, e intento seguir manteniéndome al día en los nuevos descubrimientos y la teorías consecuentes. Es curioso cómo ha evolucionado lo que se sabe sobre el tema en los últimos 30 años, gracias en especial a los avances en biología molecular, especialmente en el estudio del ácido desoxirribonucleico (ADN), que en estos momentos los científicos son capaces de extraer de fósiles que tienen decenas de miles de antigüedad.

El libro me ha entretenido bastante. Pero no ha estado, ni mucho menos, a la altura de los ejemplos que he puesto en el párrafo anterior. Se puede recomendar si ningún tipo de problema a mucha gente. A cualquiera que quiera mejorar su cultura con algunos conocimientos sobre los temas que trata. Le vendrá muy bien. Nunca he tenido la sensación de que el Homo antecessor propuesto por los científicos de Atapuerca sea realmente un antepasado directo del ser humano moderno. Como curiosidad, la Wikipedia en español sitúa a H. antecessor como antepasado de Homo heidelbergensis, que en Europa se continuaría con Homo neandertalensis, del cual todos tenemos un pequeño porcentaje de ADN en nuestro genoma, que demuestra los cruces entre esta especie y Homo sapiens. Sin embargo la Wikipedia en inglés sitúa a H. antecessor en una rama colateral a H. heidelbergensis, sin continuidad en la evolución humana. Una vía muerta. En realidad, nada de esto importa, sin interpretamos correctamente cómo funciona la evolución biológica. Las mutaciones que van generando variaciones en los individuos de una especie, y que se van acumulando hasta que los estudiosos deciden que los descendientes son de otra especia, son producto del azar. La evolución no tiene una línea precedente. No hay intencionalidad. Estamos como podría no estar. El estudio de todas las ramas de nuestro árbol genealógico familiar es importante y pertinente para entender mejor quienes somos. Y ramas convertidas en vías muertas en el árbol de la filogenia hay muchísimas; más que ramas que continúan en activo. Muchas de las cuales, la nuestra entre ellas, acabarán por desaparecer. Y serán olvidadas. Más que nada porque no habrá nadie para recordar. Probablemente. Si nos interesa en estos momentos es porque quizá conociéndonos mejor, podemos perdurar en la realidad, o en la memoria, más que si nos mantenemos ignorantes sobre cómo funciona el universo en general y la vida en particular.

[TV] Cosas de series; novedades en fantasía e imperios galácticos

Televisión

Un par de novedades que han despertado, al parecer, mucho interés. Por lo menos eso manifiestan los voceros de la prensa y de la cosa del internet. Porque en lo que se refiere al público general, con el enormemente atomizada y dispersa que está la oferta televisiva, dudo que tengan tiempo y ocasión para mantenerse al día. Y no necesariamente lo que más publicitan las plataformas de contenidos es lo que tiene más calidad o más interés. Es curioso cómo las empresas, de cualquier tipo, se resisten como gato panza arriba a reconocer que sus problemas de rentabilidad derivan de a) sus expectativas eran irreales; b) son torpes y se equivocan; c) el capitalismo (dicen) se basa en la competencia y, por lo tanto, unos ganan y otros pierden; d) varios o todos los anteriores coinciden en el tiempo.

Lo que tienen las series de «Star Wars» es que sacan tantos paisajes diversos para acomodarlos a sus «planetas», que cualquier paisaje que tengas en fotos sirve para ilustrar alguno de ellos, seguro.

Wednesday es la enésima incursión al mundo de la familia Addams. Hasta la película de 1991, no significaban absolutamente nada para mí, y me parecían una variante, no demasiado interesante, de la familia Monster. Y es que donde esté Yvonne de Carlo… Así que, a priori, ni fu ni fa. Eso sí. Siempre me hizo gracia Christina Ricci en su papel de Wednesday/Miércoles. Ya simplemente el nombre me parece un punto. Y era realmente muy cría cuando hizo aquella película. Así que quizá por eso he dado una oportunidad a la que a priori me parecía el enésimo intento de Netflix de tener éxito gracias al genero del fantástico/terrorífico para adolescentes. Entonces… pues eso. Una más de las diversas series que en esta y otras plataformas que le dan vueltas a estos temas. Para mí, me ha resultado entretenida… sin más. Dignamente hecha, bien interpretada, si te va este tipo de series está bien. Pero no entiendo la expectación, excesiva, que parece haber despertado. Como curiosidad, Ricci tiene un papel en estas aventuras de instituto con brujas, monstruos, seres sobrenaturales y asesinos en serie. A la protagonista, Jenna Ortega, no haciéndolo mal, no acabo de verla en el papel. Pero es lo que hay.

Con mucha reticencia me acerqué a Andor en Disney+. Dentro del universo Star Wars, las series que se han estrenado en los últimos años me despiertan sensaciones encontradas o, directamente, negativas. The Mandalorian es muy entretenida y simpática, es una buena serie, pero su trama argumental, hasta ahora, representa algo anecdótico en lo que es la gran historia de la saga. No sé muy bien cómo y cuando encajarán a Baby Yoda en el gran esquema de ese universo. Pero lo dicho, hasta ahora, anecdótico. Su derivada, The Book of Boba Fett, es una serie mediocre, en la que cual cualquier personaje secundario es más interesante, o está mejor interpretado, que su protagonista. Y Obi-Wan Kenobi es una serie impropia de uno de los personajes más interesantes de la saga, absolutamente prescindible, mal pensada, mal encaminada, totalmente decepcionante. Con estos antecedentes… A los que hay que sumar el hecho de que esta serie sea una derivada, una precuela, de Rogue One. Una película que, sinceramente, sin ser perfecta, tenía momentos estupendos, y personajes nuevos mucho más carismáticos que casi cualquier otra cosa en la saga desde que pasó a manos de Disney. Pero parecía muy autocontenida.

De modo que han basado la serie en uno de los personajes con los que más se podía rascar, Cassian Andor (Diego Luna), en aquella película un oficial rebelde de los servicios de inteligencia que junto con su coprotagonista y algunos secundarios sostenían con algo más que dignidad aquel largometraje que nos divirtió bastante. Y así, nos hablan de un Cassian que todavía no está implicado en la rebelión contra el imperio. Una rebelión todavía atomizada, disgregada y sin objetivos concretos. Aunque tienen el detalle de presentarnos el origen de Mon Mothma (Genevieve O’Reilly), inspiradora de memes sin fin a propósito de los bothan que la diñan consiguiendo planos de estrellas de la muerte. Pero también entran otros personajes muy interesantes, como la madre adoptiva de Cassian (Fiona Shaw), o el intrigante sin escrúpulos que intenta impulsar la rebelión a cualquier coste (Stellan Skarsgård), que constituyen la parte prestigiosa del reparto. Queda coja la parte de los malos, ya que los villanos no son especialmente carismáticos, sin que esto sea culpa de los actores que los interpretan. El caso es que esta serie está bien interpretado. Tiene un lugar claro, manifiesto e importante en el conjunto de la saga, uniendo acontecimientos. Es muy entretenida; sin apresurarse, no deja de mantener la expectativa. Y sobre todo, con un personaje protagonista que va creciendo y con un Luna que interpreta estupendamente, que sostiene perfectamente la serie y el carisma del personaje. Si no lo echan a perder en temporadas siguientes, una serie que sí que tiene la calidad e interés que la saga siempre ha merecido y no siempre ha recibido.

[Cine] Guillermo del Toro’s Pinocchio (2022)

Cine

Guillermo del Toro’s Pinocchio (2022; 63/20221211)

Hablar sobre la mentira hoy en día es más pertinente y conveniente que nunca. El engaño, la mentira, la decepción son comportamientos que se dan en muchas especies del reino animal. Pero alcanzan su cima en los grandes primate antropomorfos, con el ser humano en la cúspide de los mentirosos. Y el italiano Carlo Collodi nos legó uno de las más hermosas obras de la literatura para hablarnos de la mentira y los mentirosos, con su Storia di un burattino (Historia de un títere), más conocida después y universalmente como Las aventuras de Pinocho. Una obra que acabó siendo publicada como colección de cuentos infantiles, pero cuyo origen era mucho más adulto, con final poco feliz para el protagonista. Pero finalmente fue edulcorado por el propio Collodi, y finalmente definitivamente almibarado por la factoría Disney. Que conste que la versión animada que acabo de mencionar no me parece mala. Es mucho mejor que otras películas de la productora de más éxito popular. Y aunque edulcorada, como he dicho, más fiel que otras de sus producciones al material original.

Pinocho, Pinocchio en su original italiano, pues está fabricado a partir de un trozo de madera de pino, afronta numerosas aventuras en el material literario básico, que leí hace mucho mucho mucho tiempo, y difícilmente podría ser encajado tal cual en un largometraje de alrededor de dos horas, como la versión de Guillermo del Toro que nos ocupa hoy. Por lo tanto, han de hacerse concesiones argumentales en la adaptación. Codirigida por Mark Gustafson, que pone el oficio en las tareas de animación, la nueva versión de la universal marioneta de madera que adquiere vida propia gracias al Hada Azul, un hada de cabellos turquesa en el original literario, el espíritu de la madera en la versión actual, pero también muy azul, utiliza las técnicas de la animación en volumen, o fotograma a fotograma, más conocida por su apelativo inglés de stop motion. Al puro estilo de del Toro, la riqueza visual e imaginativa de la película es notable, y el esfuerzo de producción detrás de la película es notable.

Quizá el gran cambio de la película es su traslación cronológica a la época del régimen fascista de Mussolini en Italia. Lo cual introduce un profundo mensaje político en la película. Sin ser infiel al mensaje de Collodi, del Toro lo eleva y convierta la película en algo que trasciende la animación para niños, siendo el público adulto un objetivo preferente de la misma. De esta forma, engarza con otras películas del director, siendo su excelente película fantástica situada en la Guerra Civil española un antecedente claro. Aquella fue, para mí, la mejor película del director mejicano, por su trayectoria posterior, considero que puede acercarse a la misma, pero difícilmente superarla. En cualquier caso, todo mensaje antifascista es bienvenido en la filmografía de hoy. En la de siempre, pero dado el auge de los populismos y nuevos disfraces del fascismo, pues especialmente pertinente hoy.

La película es de la que crecen en la memoria. Conforme voy escribiendo estas líneas, aprecio más el valor de la película que cuando terminé de verla. Me hubiera gustado verla en la gran pantalla. Pero cuestión de horarios y de disponibilidad de tiempos lo impidieron por lo que no pude atender a su breve carrera comercial en salas de cine, y la vi en Netflix, plataforma que ha producido la película y tiene los derechos principales de explotación. Es muy recomendable. Pero que nadie espere una película ligera. Tiene elementos ligeros, de comedia, pero tiene también un toque oscuro, acorde a lo que fueron las intenciones iniciales de Collodi. No voy a entrar en la larga nómina de prestigiosos intérpretes que han prestado su voz a los muñecos animados del filme, pero su labor es correcta en general.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ****