Existen dos motivos por los que sigo usando cámaras Canon. Una de ellas es que… funcionan. Eran punteras e innovadoras a finales de los años 80 y principios de los 90 del siglo XX cuando el desarrollo y comercialización de sus cámaras EOS (Electro-Optical System) y sus objetivos EF (Electronic Focus) impulsó a la marca a los puestos de liderazgo durante décadas. Aun hoy en día, pese al empuje de otras marcas como Sony, es la marca que más cámaras de objetivos intercambiables vende. Hoy en día, es una marca muy conservadora, arriesga poco. No se siente obligada a ello. Y por ello sus cámaras actuales resultan… ¿aburridas? Pero funcionan, son efectivas. Y eficientes. No te cuesta esfuerzo hacerte con ellas. Especialmente si has venido usando este tipo de cámaras durante treinta años.


El otro motivo es que con el parque de objetivos que fui acumulando a lo largo de este tiempo, es la opción más lógica, seguir fieles a la marca que permite seguir usándolos sin problemas. Y cuando digo sin problemas es sin problemas de compatibilidades ni historias, más allá de la necesidad de un adaptador para los objetivos EF en las modernas cámaras RF. Pero claro, los tiempo evolucionan y hay objetivos que quedan viejunos y acabas arrinconándolos.


Uno de estos es el EF 70-210 mm f3.5-4.5, que entre 1994 y 1999 se vino conmigo a todos los viajes de vacaciones, y lo usaba con frecuencia, siempre sobre la Canon EOS 100, mi primera cámara del sistema EOS. Pero desde el año 2000, tan apenas lo he usado. Que en la primera década del siglo XX conformara un dupla de ópticas de gama superior, el EF 24-105 mm f4L IS USM y el EF 200 mm f2.8L USM II, hicieron que me olvidara de él en gran medida. Muy de vez en cuando lo he sacado a pasear.


Pero por distintos motivos, que explico más extensamente en Canon EF 70-210 mm f3.5-4.5 USM – 25 años después vuelve a salir de viaje, me lo he llevado al viaje a San Sebastián y sus alrededores de la semana pasada. Y no me quejo de los resultados, que más o menos podréis apreciar en las fotos que aquí os muestro.


Yo me compré una canon , la G16 en 2014 y al año siguiente me la robaron en Cuba mientras baialaba; me dolió más por las fotos que por la cámara… pero aún así volví a comprar la misma! Ya no la fabricaban y tuve que comprarla de segunda mano a una chica de Madrid que me advirtió de que tenía un un pequeño rallazo en la carcasa… me costó más de segunda que de primera, pero la quería… y me envió una batería de regalo. Es la que sigo usando! ;)
Desconocía que Canon hubiese llegado con sus compactas Powershot de la serie G de sensor pequeño a la G16. Veo que salió al mercado en 2013… Yo tengo por ahí la G6 de 2004, que estrené en un viaje a Roma en diciembre de ese año. Y funciona todavía sin problemas. Pero bueno, cuando las réflex digitales empezaron a tener precios razonables, esa gama de películas dejó de tener sentido para mí. Pero durante unos años cumplió. También viajó a la Toscana y a Irlanda si no recuerdo mal.
MI G16 fue a India y a Marruecos… a Cuba fue pero ya no volvió! :( la que compré de segunda funciona muy bien! Además lo bueno que tienen es que traen wifi y puedes compartir las fotos con otros o subirlas a la nube… su calidad es perfecta! Lástima que no volvieron a hacerla y de segunda se vende cara… porque no sé ahora pero estaba muy buscada.