En las dos últimas semanas, ni he tenido ocasión para ir al cine, ni la cartelera ha estado lo suficientemente estimulante como para esforzarme en buscar esa ocasión. Para colmo, la llamada «fiesta del cine», para la «promoción de la cultura» vuelve a hacer de las suyas. Parece que la «promoción de la cultura» pasa por suprimir prácticamente todas las sesiones de versiones originales, a las que acudimos fieles clientes de las salas de cine, para sustituirlas por versiones dobladas a las que irán aquellos clientes que sólo van en estas fechas y el resto del tiempo o ven sus películas en casa. O en las plataformas de contenidos o pirateándolas. Qué absurdamente lamentable es la actitud de desprecio de la cultura y el cine que tienen los distribuidores y los exhibidores de este país. O al menos, de esta ciudad, Zaragoza. Lamentable.

En fin. Que por decir «voy a ver algún estreno», he tirado de plataforma de contenidos en línea. Pero escamado con los bodrios y mediocridades de Netflix, me fijé en una película de Apple TV+ con un reparto (aparentemente) de campanillas. Dirigida por Jon Watts, que la verdad sea dicha no es una referencia entusiasmante, está protagonizada por George Clooney y Brad Pitt, con la presencia de la siempre interesante, aunque excesivamente breve en este caso, Amy Ryan. Esta última interpreta a la fiscal del distrito del lugar, que se va de picos pardos a un hotel con un jovencito, y allí, el muy destalentado sufre un accidente y queda inconsciente y ensangrentado en el suelo. Por lo que la fiscal, llama a un contacto para que le mande a un «solucionador» de «situaciones» (Clooney). Pero aparecen dos (Pitt), porque la dirección del hotel, que tiene cámaras en las habitaciones ¡¡¡??? ha querido «solucionar» también el problema. A partir de ahí, los «solucionadores» y el «cadáver» del jovencito (Austin Abrams) iniciarán una noche muy movida, cuando aparezca en la habitación del hotel un importante alijo de droga.

Sinceramente, no voy a perder mucho tiempo en el comentario. No es ningún bodrio. Pero no es nada de especial. Con un guion mínimamente decente y algo de imaginación, aprovechando el potencial del reparto, se podría haber hecho una comedia de acción bastante entretenida. Pero obviamente los actores se lo toman como un trabajo alimenticio, ponen de si lo justito, el guion es formulaico, de manual, sin imaginación, y la dirección pues… de un técnico, muy alejada de esa imagen que algunos tenemos del directo de cine como autor. Nada… un encargo para rellenar el catálogo de la plataforma de contenidos en línea. Inane. Entretiene un rato… lo justo. Mientras cenas y en la sobremesa, luego te vas a la cama, y ya te has olvidad. No hay más. Punto. Es lo que hay. O mejor dicho, es lo que NO hay. Aprueba… pero por los pelos.
Valoración
Dirección: ***
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: ***

