Este año, como consecuencia de los rollos de película en color que he gastado en mis viajes de vacaciones, tras la época de viajes, me quedaban en la nevera cinco rollos de película en blanco y negro, de la variedad específica que uso en los viajes, cuando lo normal es que quedase uno o ninguno. Por lo tanto, decidí usarlos en los viajes cortitos, de uno o dos días, que me quedasen por hacer en la recta final del año. Y a Martín del Río me llevé dos de ellos. Uno para cada día.


Sólo usé uno. El resultado de las fotos ha sido mixto. Algunas están muy bien, pero hay varias, demasiadas, que han quedado claramente subexpuestas. No soy consciente de haber sido descuidado en la medición de la luz. Y lo mismo me ha pasado con el otro rollo, que usé en mi reciente escapada en el día a Barcelona.



En fin, a quien le interesen los detalles técnicos, puede visitar la publicación sobre el tema en Carlos en plata. Para los demás, os dejo unas fotos. Aquí están. Espero que os gusten.


