[TV] Cosas de series; dramedias, comedias dramáticas… o como queráis llamarlas

Televisión

Hoy no ando con mucho tiempo, pero no quería dejar esta semana sin entrada televisiva. No vaya a ser que se me acumulen muchas series. De hecho, ya se me han acumulado muchas series. En pocos días, cuando pensaba que se me estaban agotando las que tenía pendientes de comentario. Y hoy vamos con comedias con episodios de corta duración. Tradicionalmente, estas comedias de episodios cortos han sido las comedias de situación o sitcom para los más anglófonos de los castellanoparlantes. Pero la comedia de situación suele ser comedia pura, incluso si permite algún momento de dramilla, muy ligero y tal. Sin embargo, desde hace un tiempo, tenemos comedias con episodios que rondan los 30 minutos, que quizá entren más en el concepto de comedia dramática, o dramedia, para los que adaptan directamente el término inglés dramedy. Una adaptación correcta por otra parte. Un acrónimo bien formado. Como lo está desde hace siglos el término tragicomedia. Vamos con dos dramedias. Una más comedia, otra más drama, pero dramedias.

Hemos podido ver en Netflix Nobody wants this. Diez episodios de media hora de duración protagonizados por un rabino muy comprometido con su labor pastoral (Adam Brody), y una podcastera (Kristen Bell) que habla de relaciones y sexo con su hermana (Justine Lupe) en sus emisiones. Por supuesto, gentil. Cuando gentil no quiere decir agradable y simpática sino no judía. Y empiezan una relación poco a poco, improbable, pero que se va afianzando más allá de la atracción física, claro. Pero claro, en sus entornos respectivos, especialmente entre la familia del rabino y en su sinagoga, nadie quiere esta relación. Y a partir de ahí, os podéis imaginar. No está mal. Tiene momentos inspirados. Pero al mismo tiempo, me resulta demasiado inverosímil en algunos momentos, poniendo a dura prueba mi renuncia voluntaria a la incredulidad. Interpretaciones entre correctas y bastante buenas, según los casos, y diálogos entretenidos, como corresponde a una buena comedia. Esta es la que es más comedia que drama. Kristen Bell está lejos de sus mejores momentos… hace 20 años, pero cumple. En realidad, es de esas series en las que los secundarios muchas veces son lo mejor.

Más seria, aunque disfrazada de drama, es la segunda temporada de Shrinking. Está en Apple TV+, y los que lo ven todo doblado y traducido la encontrarán como Terapia sin filtro. El título original es una juego de palabras entre los psiquiatras, a los que los anglófonos llaman coloquialmente shrink, y el significado de la palabra que es encogerse. La primera temporada ya me gustó. Mucho. Y la segunda temporada también. Incluso si detrás de un aspecto más amable, ha sido en realidad más dramática. Engaña mucho esta serie. El duelo es el principal tema, junto con la relación padre-hija. Pero también la decadencia de la vejez, otras relaciones progenitores-vástagos más diversas y variadas, el sentimiento de culpa, la redención, la familia en general, la amistad… Tiene buen rollo, pero tiene momentos realmente complejos. Acompañado todo por ese disfraz de comedia, con excelentes diálogos y muy ágil. Claro,… el reparto se las trae. Hacía tiempo que no veía a un Harrison Ford tan inspirado. Pero todos lo hacen muy bien. Visitad el enlace a IMDb y allí tenéis todo el reparto. Tendremos tercera temporada. Igual que de la anterior tendremos segunda temporada. Las veremos si nada lo impide.